martes, 15 de septiembre de 2015

Jessye Norman


Jessye Norman nació en Augusta, Georgia, Estados Unidos, el 15 de septiembre de 1945. Soprano.

Nació en el seno de una familia de músicos aficionados, estudió en la Escuela Elemental Charles T. Walker, el Instituto A.R. Johnson Junior High School, y Lucy C. Laney Senior High School, en Augusta, y posteriormente recibió una beca para la Universidad de Howard, donde se graduó en 1967 con un título en música, y al año siguiente en la Universidad de Michigan con un Masters Degree. 

En 1969 ganó la Competición Musical Internacional ARD en Múnich, y debutó como Elisabeth en la ópera Tannhäuser de Richard Wagner en la Opera Estatal de Berlín. En los años siguientes actuó con varias compañías de ópera, alemanas e italianas donde canto los roles de Aida, La Africana de Giacomo Meyerbeer y óperas de Mozart y Haydn.

En 1973 regresó a los Estados Unidos para presentarse en concierto en el Lincoln Center, y en 1983 hizo un sensacional debut en el Metropolitan Opera House de New York en la ópera Les Troyens de Hector Berlioz,en una producción que marcó la temporada del 100º aniversario de la compañía.


En la década siguiente incorporó a su repertorio roles como Sieglinde en La valquiria de Richard Wagner, Ariadne auf Naxos de Richard Strauss, Madame Lidoine en Diálogos de carmelitas de Francis Poulenc, la Judith de Barba Azul de Bela Bartok, Erwartung de Arnold Schönberg aunque nunca cantó Tristán e Isolda en escena, su versión de la Muerte de amor, o Liebestod ha sido un clásico en sus recitales con orquesta. Además de sus representaciones en ópera, es una distinguida recitalista en Lieder y Negro Spirituals.

Jessye Norman colabora con otros artistas: estrenó el ciclo de canciones woman.life.song de Judith Weir, una obra encargada para ella por el Carnegie Hall, con textos de Toni Morrison, Maya Angelou y Clarissa Pinkola Estés; interpretó una selección de música sacra de Duke Ellington; grabó un álbum de jazz, Jessye Norman Sings Michel Legrand e intervino en el proyecto de Vangelis titulado Mythodea, entre muchos otros.



En su carrera profesional fue distinguida con premios y menciones honoríficas como en 1997 fue la personalidad más joven en recibir el premio del Kennedy Center, en 1984 fue condecorada con la Legión de honor del gobierno francés, en 2006 recibió el Lifetime Achievement Award de la Academia Discográfica, y es Embajadora Honoraria de las Naciones Unidas.

A principios de 1990 su ciudad natal, le dedicó un anfiteatro junto al río, y el alcalde de Pasadena, California, instituyó el 22 de septiembre como Día de Jessye Norman.

También fue invitada para cantar en acontecimientos públicos y ceremonias. Entre ellas, las inauguraciones presidenciales de 1985 y 1997, el 60º cumpleaños de la reina Isabel II, y la celebración del bicentenario de la Revolución francesa, en la Place de la Concorde, en la que interpretó La Marsellesa, vestida con los colores de la bandera de Francia, obra del diseñador Jean-Paul Goude, y en 2015 fue galardonada con el Premio Wolf.


Ha grabado Ariadne auf Naxos, Salomé, Penelope, Armida, Antonia en Los cuentos de Hoffmann, el Requiem de Verdi, Dido, Santuzza, Elsa de Lohengrin, Kundry de Parsifal, Leonora, la Condesa de Las bodas de Fígaro, Judith de El castillo de Barba Azul de Béla Bartók, Carmen de Bizet y Siglinda en Die Walküre.

En el campo sinfónico vocal se destacan sus grabaciones de lieder con orquesta con obras de Gustav Mahler, Richard Strauss, Hector Berlioz, Maurice Ravel, Alban Berg y Arnold Schoenberg.

Jessye Norman es una de las más admiradas cantantes de su generación, y continúa la tradición iniciada por otras grandes intérpretes afroamericanas como Marian Anderson, Leontyne Price, Shirley Verrett, Reri Grist, Grace Bumbry y Martina Arroyo.

Jessye Norman es una soprano dramática, con graves de mezzosoprano y majestuosa presencia escénica.


A continuación, celebramos el cumpleaños de Jessye Norman, con Muerte de amor de Isolda, de la ópera Tristán e Isloda de Richard Wagner. Presentación realizada en Salzburgo, junto a la Orquesta Filarmónica de Viena, dirigida por Herbert von Karajan, en la que fue la última aparición del director al frente de una orquesta.