Estrella Castro Navarrete, más conocida como Estrellita Castro, nació en Sevilla, España, el 26 de junio de 1906, y murió en Madrid, España, el 10 de julio de 1983. Cantante y actriz.
El sitio www.dbe.rah.es
publicó este recordatorio firmado por Manuel Román Fernández.
Estrella Castro Navarrete
Biografía
Castro Navarrete, Estrella. Estrellita Castro. Sevilla,
26.VI.1908 – Madrid, 10.VII.1983. Cantante y actriz.
Hija de padre gallego y madre malagueña, matrimonio de
humilde condición que tuvo doce hijos.
Desde muy niña se sintió atraída por el cante
popularandaluz. Se aprendía coplillas, teniendo seis años de edad, que
interpretaba por las calles o en bodas, bautizos y fiestas de su barrio
sevillano. En la academia de un reconocido maestro de baile, Realito, aprendió
a bailar. Como no podía pagar las clases llegó a un acuerdo con dicho maestro:
a cambio de sus lecciones ella realizaría faenas de limpieza en aquella casa de
la Alameda de Hércules.
Breve de estatura física era conocida como La Comino en sus
inicios artísticos a comienzo de los años veinte. La condesa de Bermejillo, que
la conocía de sus andanzas callejeras, le proporcionó una inesperada actuación
en los Reales Alcázares sevillanos que fue presidida por los Reyes de España.
Doña Victoria Eugenia, complacida con la gracia demostrada por la joven
cantaora, tras felicitarla, le urgió a que le pidiera cualquier regalo. Demanda
a la que Estrellita respondió sin vacilar: le hacía ilusión poseer un mantón de
Manila y una pulsera de brillantes. La Soberana no pudo evitar una simpática
carcajada y, a los pocos días remitió una joya a la neófita artista. Del mantón
se encargó la anfitriona de aquella fiesta. Con el paso de los años, un día se
vio obligada a empeñar el regio obsequio a cambio de quinientas pesetas.
Tenía sólo doce años cuando participó en un concurso de
saetas en el Salón Imperial de la sevillana calle de las Sierpes. Espectador de
excepción aquel día fue el torero Ignacio Sánchez Mejías, quien entusiasmado
con el arte de la chiquilla le arrojó una moneda de oro al escenario. A partir
de entonces, Estrellita Castro se convirtió tempranamente en artista
profesional, burlando la reglamentación laboral vigente. El gobernador de
Sevilla, marqués del Valle de la Reina, accedió a que la jovencita continuara
sus actuaciones, connmovido por las argumentaciones de ésta, que invocaba la
pobreza de su casa, a cuyo sostenimiento económico contribuía decisivamente.
Durante esta década, Estrellita Castro fue ya popularizando
su nombre en el mundillo de las variedades musicales. Con quince años hizo su
presentación en una sala barcelonesa del Paralelo, Edén Concert, cobrando cien
pesetas al día, cifra muy considerable entonces. Cantaba cuplés andaluces, que
así se denominaban las coplas populares, en un tiempo en el que brillaban las
legendarias Pastora Imperio, Amalia Molina y Dora la Cordobesita. Pero
Estrellita Castro dotó a ese género de canción popular andaluza de una voz
aguda, muy personal, de inequívoco acento sevillano, expresada con singular
gracia, que acentuaba en el escenario con giros y ademanes llenos de contagiosa
alegría, y, además, comenzó a peinarse con un caracolillo de sus cabellos sobre
la frente, signo estético que mantuvo hasta sus últimos días.
En Madrid, hacia 1925, brilló en sus actuaciones en el
teatro Romea, uno de los lugares más concurridos en ese género de las
variedades. También actuó en otros salones en boga: Ideal, Pavón, Eslava,
Coliseum y el célebre circo Price.
A comienzos de 1930 grabó su primer disco con dos canciones:
“Graná” y “Candelita”. Un año después, dio a conocer a ritmo de pasodoble, una
de las canciones que marcaría el resto de su carrera: “Mi jaca”, escrita por
Ramón Perelló y música de Juan Mostazo, que nunca dejó de incluirla en su
repertorio.
Otras coplas que en esta época gozaron del favor popular,
por su continuada difusión a través de las ondas radiofónicas, fueron, entre
otras, “María de la O”, de Valverde, León y Quiroga, autores también de “María
Magdalena” y “¡Ay, Maricruz!”. El celebrado maestro Manuel López Quiroga,
considerado el más prestigioso en su género, denominó a esas canciones “mis
tres Marías”. Con ellas, Estrellita Castro se consagró plenamente.
En 1933 comenzó a actuar en el cine, protagonizando diversos
cortometrajes, cuyos argumentos servían para popularizar aún más sus canciones,
destacando, Rocío, Ojos verdes o La morena de mi copla, y, en 1935, rodó su
primer largometraje, Rosario la cortijera.
Dos años antes había hecho una gira por Hispanoamérica, y,
en Argentina, tras conocer a Carlos Gardel, hizo una versión de “Milonga
sentimental”.
Durante la guerra civil actuó por toda España, tanto en la
zona nacional como en la republicana. A finales de la contienda fue requerida
por los directivos de los estudios alemanes Ufa, para rodar tres películas: El
barbero de Sevilla, Suspiros de España, que popularizaría el pasodoble de igual
título, y Mariquilla Terremoto, basada en la obra de los hermanos Álvarez
Quintero. Durante su estancia en Berlín fue recibida en audiencia especial por
Adolfo Hitler, quien la colmó de piropos, uno de ellos, el conocido “Es usted
una de las mujeres más bellas que han visto mis ojos”.
Viajó después a Roma, en 1939, para protagonizar Los hijos
de la noche. Terminada la guerra en España, volvió para ser la primera estrella
de la productora Cifesa. Rodó entonces, La gitanilla, basada en la novela de
Cervantes, que es considerada su mejor interpretación en la pantalla. Después
vinieron Torbellino (1941), Los misterios de Tánger (1942), La patria chica y
La maja del capote, ambas de 1943. Alternaba el cine con sus actuaciones ante
el público, donde seguía conquistando a sus seguidores con las mejores coplas
de Quintero, León y Quiroga, el trío compositor más fecundo en el género, como
“La Lirio”, “A la lima y al limón”, “Tientos del reloj”, “La niña de la
ventera” o “Lola la de los brillantes”. Asimismo con títulos como “Los
piconeros”, de Perelló y Mostazo, “Antonio Vargas Heredia” y “Carceleras del
puerto”, de Oliva y Mostazo, que también figuran en el repertorio de otras
grandes de la copla, como Imperio Argentina y Conchita Piquer, pero para los
que Estrellita Castro siempre dejó en sus interpretaciones una impronta muy
personal y jamás imitó a nadie.
Antes, al contrario, sería espejo en el que se mirarían no
pocas intérpretes en decenios sucesivos, pues fue llamada “La reina de los
pasodobles”, por haber cultivado con éxito, entre otros, un ritmo tan español,
enraizado con la copla tradicional.
A partir de 1950, ante el empuje de nuevas artistas y el
comprensible deterioro de su voz, el nombre de Estrellita Castro fue
paulatinamente perdiendo vigencia.
No obstante, ella siguió actuando allí donde fuera
reclamada, siempre con gran entusiasmo y brío en los escenarios. En 1959 se le
ofreció un homenaje. Coincidía con una progresiva pérdida de su visión y que
ella procuraba ocultar con fingidos ademanes, aunque estuviera ante las cámaras
de televisión. Ya era una leyenda viva de la copla y a pesar de los centenares
de discos que grabó, continuaban reeditándose sus antiguas grabaciones y hasta
realizaba otras por esa época. En 1965 reapareció en el teatro Price con el
espectáculo “De América a España”, y en 1967, en el Teatro Calderón con
“Operación simpatía”. En 1970 hizo una colaboración en la película La casa de
los Martínez, y en 1972 apareció por última vez en el cine en Casa Flora.
Murió en Madrid en el verano de 1983. Había dejado dispuesto
que, al morir, fuera peinada con un caracolillo sobre su frente.
Obras de ~: Discografía: Homenaje a Estrellita Castro,
Madrid, Columbia, 1983; Antología de la Canción Española (5), Madrid,
Emi-Odeón, 1986: La Copla. Estrellita Castro. Mi jaca, Barcelona, Divusca,
1992; Raíces de la canción española (vol. 5), Sevilla, Fonotrón, 1993; Coplas
de oro, Madrid, Ventura Music, 2001.
Filmografía: Actriz en: J. Zeisler y H. Loesser (dirs.),
Patio andaluz, 1933; L. Artola (dir.), Rosario la cortijera, 1935; B. Perojo
(dir.), El barbero de Sevilla, 1938; B. Perojo (dir.), Suspiros de España,
1938; B. Perojo (dir.), Mariquilla Terremoto, 1939; B. Perojo (dir.), Los hijos
de la noche/I figli della notte, 1939; F. Delgado (dir.), La gitanilla, 1940;
L. Marquina (dir.), Torbellino, 1941; C. Fernández Cuenca (dir.), Los misterios
de Tánger, 1942; F. Delgado (dir.), La patria chica, 1943; F. Delgado (dir.),
La maja del capote, 1943; R. Baledón (dir.), Gitana tenías que ser, 1953; A. de
Ossorio (dir.), La niña del patio, 1967; A. Navarro (dir.), La casa de los
Martínez, 1970; R. Fernández (dir.), Casa Flora, 1972.
Escritos: Mi vida, Madrid, Astros, 1943.
Bibl.: Á. Retana, Estrella del cuplé: su vida y sus
canciones, Madrid, Tesoro, 1963; Historia del arte frívolo, Madrid, Tesoro,
1964; Historia de la canción española, Madrid, Tesoro, 1967; D. Pineda Novo,
Las folklóricas y el cine, Huelva, Festival de Cine Iberoamericano, 1991, págs.
60-73; M. Román, Memoria de la copla, Madrid, Alianza Editorial, 1993, págs.
37-53; T. Moix, Suspiros de España: la copla y el cine de nuestro recuerdo,
Barcelona, Plaza y Janés, 1993; R. Utrera, “Castro, Estrellita (Estrella Castro
Navarrete)”, en J. L. Borau (dir.), Diccionario del cine español, Madrid,
Alianza Editorial- Academia de las Artes y de las Ciencias Cinematográficas de
España, 1998, págs. 199-200; M. L. González Peña, “Castro, Estrellita (Estrella
Castro Navarrete)”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la
música española e hispanoamericana, vol. III, Madrid, Sociedad General de
Autores y Editores, 1999, págs. 402-403.
Manuel Román Fernández
A continuación, la recordamos en el día de su nacimiento,
con Suspiros de España.