domingo, 26 de junio de 2022

Estrellita Castro


Estrella Castro Navarrete, más conocida como Estrellita Castro, nació en Sevilla, España, el 26 de junio de 1906, y murió en ​Madrid, España, el 10 de julio de 1983. Cantante y actriz.

El sitio www.dbe.rah.es publicó este recordatorio firmado por Manuel Román Fernández.

Estrella Castro Navarrete

Biografía

Castro Navarrete, Estrella. Estrellita Castro. Sevilla, 26.VI.1908 – Madrid, 10.VII.1983. Cantante y actriz.

Hija de padre gallego y madre malagueña, matrimonio de humilde condición que tuvo doce hijos.

Desde muy niña se sintió atraída por el cante popularandaluz. Se aprendía coplillas, teniendo seis años de edad, que interpretaba por las calles o en bodas, bautizos y fiestas de su barrio sevillano. En la academia de un reconocido maestro de baile, Realito, aprendió a bailar. Como no podía pagar las clases llegó a un acuerdo con dicho maestro: a cambio de sus lecciones ella realizaría faenas de limpieza en aquella casa de la Alameda de Hércules.

Breve de estatura física era conocida como La Comino en sus inicios artísticos a comienzo de los años veinte. La condesa de Bermejillo, que la conocía de sus andanzas callejeras, le proporcionó una inesperada actuación en los Reales Alcázares sevillanos que fue presidida por los Reyes de España. Doña Victoria Eugenia, complacida con la gracia demostrada por la joven cantaora, tras felicitarla, le urgió a que le pidiera cualquier regalo. Demanda a la que Estrellita respondió sin vacilar: le hacía ilusión poseer un mantón de Manila y una pulsera de brillantes. La Soberana no pudo evitar una simpática carcajada y, a los pocos días remitió una joya a la neófita artista. Del mantón se encargó la anfitriona de aquella fiesta. Con el paso de los años, un día se vio obligada a empeñar el regio obsequio a cambio de quinientas pesetas.

Tenía sólo doce años cuando participó en un concurso de saetas en el Salón Imperial de la sevillana calle de las Sierpes. Espectador de excepción aquel día fue el torero Ignacio Sánchez Mejías, quien entusiasmado con el arte de la chiquilla le arrojó una moneda de oro al escenario. A partir de entonces, Estrellita Castro se convirtió tempranamente en artista profesional, burlando la reglamentación laboral vigente. El gobernador de Sevilla, marqués del Valle de la Reina, accedió a que la jovencita continuara sus actuaciones, connmovido por las argumentaciones de ésta, que invocaba la pobreza de su casa, a cuyo sostenimiento económico contribuía decisivamente.

Durante esta década, Estrellita Castro fue ya popularizando su nombre en el mundillo de las variedades musicales. Con quince años hizo su presentación en una sala barcelonesa del Paralelo, Edén Concert, cobrando cien pesetas al día, cifra muy considerable entonces. Cantaba cuplés andaluces, que así se denominaban las coplas populares, en un tiempo en el que brillaban las legendarias Pastora Imperio, Amalia Molina y Dora la Cordobesita. Pero Estrellita Castro dotó a ese género de canción popular andaluza de una voz aguda, muy personal, de inequívoco acento sevillano, expresada con singular gracia, que acentuaba en el escenario con giros y ademanes llenos de contagiosa alegría, y, además, comenzó a peinarse con un caracolillo de sus cabellos sobre la frente, signo estético que mantuvo hasta sus últimos días.

En Madrid, hacia 1925, brilló en sus actuaciones en el teatro Romea, uno de los lugares más concurridos en ese género de las variedades. También actuó en otros salones en boga: Ideal, Pavón, Eslava, Coliseum y el célebre circo Price.

A comienzos de 1930 grabó su primer disco con dos canciones: “Graná” y “Candelita”. Un año después, dio a conocer a ritmo de pasodoble, una de las canciones que marcaría el resto de su carrera: “Mi jaca”, escrita por Ramón Perelló y música de Juan Mostazo, que nunca dejó de incluirla en su repertorio.

Otras coplas que en esta época gozaron del favor popular, por su continuada difusión a través de las ondas radiofónicas, fueron, entre otras, “María de la O”, de Valverde, León y Quiroga, autores también de “María Magdalena” y “¡Ay, Maricruz!”. El celebrado maestro Manuel López Quiroga, considerado el más prestigioso en su género, denominó a esas canciones “mis tres Marías”. Con ellas, Estrellita Castro se consagró plenamente.

En 1933 comenzó a actuar en el cine, protagonizando diversos cortometrajes, cuyos argumentos servían para popularizar aún más sus canciones, destacando, Rocío, Ojos verdes o La morena de mi copla, y, en 1935, rodó su primer largometraje, Rosario la cortijera.

Dos años antes había hecho una gira por Hispanoamérica, y, en Argentina, tras conocer a Carlos Gardel, hizo una versión de “Milonga sentimental”.

Durante la guerra civil actuó por toda España, tanto en la zona nacional como en la republicana. A finales de la contienda fue requerida por los directivos de los estudios alemanes Ufa, para rodar tres películas: El barbero de Sevilla, Suspiros de España, que popularizaría el pasodoble de igual título, y Mariquilla Terremoto, basada en la obra de los hermanos Álvarez Quintero. Durante su estancia en Berlín fue recibida en audiencia especial por Adolfo Hitler, quien la colmó de piropos, uno de ellos, el conocido “Es usted una de las mujeres más bellas que han visto mis ojos”.

Viajó después a Roma, en 1939, para protagonizar Los hijos de la noche. Terminada la guerra en España, volvió para ser la primera estrella de la productora Cifesa. Rodó entonces, La gitanilla, basada en la novela de Cervantes, que es considerada su mejor interpretación en la pantalla. Después vinieron Torbellino (1941), Los misterios de Tánger (1942), La patria chica y La maja del capote, ambas de 1943. Alternaba el cine con sus actuaciones ante el público, donde seguía conquistando a sus seguidores con las mejores coplas de Quintero, León y Quiroga, el trío compositor más fecundo en el género, como “La Lirio”, “A la lima y al limón”, “Tientos del reloj”, “La niña de la ventera” o “Lola la de los brillantes”. Asimismo con títulos como “Los piconeros”, de Perelló y Mostazo, “Antonio Vargas Heredia” y “Carceleras del puerto”, de Oliva y Mostazo, que también figuran en el repertorio de otras grandes de la copla, como Imperio Argentina y Conchita Piquer, pero para los que Estrellita Castro siempre dejó en sus interpretaciones una impronta muy personal y jamás imitó a nadie.

Antes, al contrario, sería espejo en el que se mirarían no pocas intérpretes en decenios sucesivos, pues fue llamada “La reina de los pasodobles”, por haber cultivado con éxito, entre otros, un ritmo tan español, enraizado con la copla tradicional.

A partir de 1950, ante el empuje de nuevas artistas y el comprensible deterioro de su voz, el nombre de Estrellita Castro fue paulatinamente perdiendo vigencia.

No obstante, ella siguió actuando allí donde fuera reclamada, siempre con gran entusiasmo y brío en los escenarios. En 1959 se le ofreció un homenaje. Coincidía con una progresiva pérdida de su visión y que ella procuraba ocultar con fingidos ademanes, aunque estuviera ante las cámaras de televisión. Ya era una leyenda viva de la copla y a pesar de los centenares de discos que grabó, continuaban reeditándose sus antiguas grabaciones y hasta realizaba otras por esa época. En 1965 reapareció en el teatro Price con el espectáculo “De América a España”, y en 1967, en el Teatro Calderón con “Operación simpatía”. En 1970 hizo una colaboración en la película La casa de los Martínez, y en 1972 apareció por última vez en el cine en Casa Flora.

Murió en Madrid en el verano de 1983. Había dejado dispuesto que, al morir, fuera peinada con un caracolillo sobre su frente.

Obras de ~: Discografía: Homenaje a Estrellita Castro, Madrid, Columbia, 1983; Antología de la Canción Española (5), Madrid, Emi-Odeón, 1986: La Copla. Estrellita Castro. Mi jaca, Barcelona, Divusca, 1992; Raíces de la canción española (vol. 5), Sevilla, Fonotrón, 1993; Coplas de oro, Madrid, Ventura Music, 2001.

Filmografía: Actriz en: J. Zeisler y H. Loesser (dirs.), Patio andaluz, 1933; L. Artola (dir.), Rosario la cortijera, 1935; B. Perojo (dir.), El barbero de Sevilla, 1938; B. Perojo (dir.), Suspiros de España, 1938; B. Perojo (dir.), Mariquilla Terremoto, 1939; B. Perojo (dir.), Los hijos de la noche/I figli della notte, 1939; F. Delgado (dir.), La gitanilla, 1940; L. Marquina (dir.), Torbellino, 1941; C. Fernández Cuenca (dir.), Los misterios de Tánger, 1942; F. Delgado (dir.), La patria chica, 1943; F. Delgado (dir.), La maja del capote, 1943; R. Baledón (dir.), Gitana tenías que ser, 1953; A. de Ossorio (dir.), La niña del patio, 1967; A. Navarro (dir.), La casa de los Martínez, 1970; R. Fernández (dir.), Casa Flora, 1972.

Escritos: Mi vida, Madrid, Astros, 1943.

Bibl.: Á. Retana, Estrella del cuplé: su vida y sus canciones, Madrid, Tesoro, 1963; Historia del arte frívolo, Madrid, Tesoro, 1964; Historia de la canción española, Madrid, Tesoro, 1967; D. Pineda Novo, Las folklóricas y el cine, Huelva, Festival de Cine Iberoamericano, 1991, págs. 60-73; M. Román, Memoria de la copla, Madrid, Alianza Editorial, 1993, págs. 37-53; T. Moix, Suspiros de España: la copla y el cine de nuestro recuerdo, Barcelona, Plaza y Janés, 1993; R. Utrera, “Castro, Estrellita (Estrella Castro Navarrete)”, en J. L. Borau (dir.), Diccionario del cine español, Madrid, Alianza Editorial- Academia de las Artes y de las Ciencias Cinematográficas de España, 1998, págs. 199-200; M. L. González Peña, “Castro, Estrellita (Estrella Castro Navarrete)”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. III, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1999, págs. 402-403.

Manuel Román Fernández

A continuación, la recordamos en el día de su nacimiento, con Suspiros de España.