Antoine François Prévost d'Exiles, más conocido como Abate Prévost, nació en Hesdin, Francia, el 1 de abril de 1697, y murió en Chantilly, Francia, el 25 de noviembre de 1763. Novelista, historiador y traductor.
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publicó este recordatorio.
Abate Prévost
Antoine François Prévost d’Exiles, más conocido por su
título eclesiástico de abate Prévost (Hesdin, Francia, 1697-Courteuil, id.,
1763) tuvo una vida realmente apasionante y seguramente las andanzas del
caballero Des Grieux, protagonista masculino de Manon Lescaut, beben de su
propia y rica experiencia vital. Fue en dos ocasiones novicio de los jesuitas,
de los que huyó para enrolarse en el ejército y más tarde estudió durante siete
años en diversos monasterios benedictinos de Normandía; tras abandonar esta
comunidad sin autorización recibió una orden de encarcelamiento por parte del
rey y huyó a los Países Bajos y a Gran Bretaña, donde pronto se convirtió en un
erudito de la historia y literatura inglesas. Allí hizo traducciones y hasta
fundó una revista Le Pour et contre. Algunos años después de haber abandonado a
los benedictinos, volvió con ellos y llegó a ser capellán del príncipe de Conti
en 1736. De espíritu inquieto y ávido de aventuras, todo ello lo plasmó en sus
obras, en total unas cincuenta novelas, entre las que destaca Memorias y
aventuras de un hombre de calidad (1728), su obra más conocida, ampliada
posteriormente con la Historia del caballero Des Grieux y de Manon Lescaut, en
la que lleva a cabo una brillante construcción de una apasionada historia de
amor. También escribió El Decano de Killerine (1735-1740) y la Historia de una
Griega moderna (1740); la monumental Historia general de los viajes (15 vols.,
1746-1759); y dos traducciones de novelas de Samuel Richardson, Cartas inglesas
o historia de Miss Clarisse Harlove (1751) y Nuevas cartas inglesas, o historia
del caballero Grandisson (1755).
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con la obra La historia del Caballero des Grieux y Manon Lescaut, de 1731, y
que Giacomo Puccini utilizó para componer su ópera en cuatro actos, con libreto
en italiano escrito sucesivamente por Ruggiero Leoncavallo, Domenico Oliva,
Marco Praga, Giuseppe Giacosa, Luigi Illica, el propio Puccini y Giulio
Ricordi.
En la portada de la partitura original no figura nadie como
autor del libreto. El estreno se realizó el 1 de febrero de 1893, en el Teatro
Regio de Turín, con gran éxito de público y crítica.
Seguidamente, la ópera Manon Lescaut, de Giacomo Puccini, en
la versión de María José Siri, soprano, como Manon Lescaut; y Gregory Kunde,
tenor, en el rol del Caballero Des Grieux, junto al Coro y la Orquesta del
Teatro Reggio de Turín, dirigidos por Gianandrea Noseda.
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publicó la síntesis argumental.
ACTO I
En una plaza de Amiens, cerca de una posada, están varios
estudiantes charlando amigablemente aunque es Edmondo quien toma la voz
cantante ("Ave sera gentil"....Salve, tarde agradable) ante sus
compañeros, que también le acompañan en sus comentarios joviales. En ese
momento aparece un joven tímido, Renato Des Grieux, y Edmondo le pide que se
una al grupo y pueda reírse con ellos. Des Grieux, que agradece tanto honor,
niega que haya conocido el amor ni el fracaso amoroso y se dirige a las jóvenes
con un juvenil "Tra voi
belle" en el que trata de
"cautivarlas". La fiesta sigue mientras que llega a la posada un
carruaje donde aparecen Geronte, Manon y el hermano de ella. Cuando el hermano
- Lescaut, para facilitar la comprensión de la sinopsis- entra en la posada,
Manon se queda fuera a la vista de la gente. Des Grieux se queda prendado y se
presenta ante ella ("Cortese damigella"...gentil damisela) en lo que
es el primero de los dúos de esta ópera. Ella le confiesa que su destino es el
convento por voluntad paterna mientras que él lamenta esa triste suerte. Tras
lograr convencerla para un posterior reencuentro, se queda recordando ese
momento de felicidad espontánea con el aria "Donna non vidi mai",
rememorando el momento en que ella se presenta de forma susurrante. ("o
susurro gentil, deh, non cessare"). En otra parte de la escena, Lescaut y
Geronte, un hombre mayor y adinerado, charlan sobre el futuro de Manon. El
tesorero se muestra interesado por el futuro de la joven, y les invita a cenar
esa noche. Sin embargo, las órdenes que da Geronte al posadero es de preparar
un "coche y caballos" para salir en una hora. Edmondo, que ha estado
pendiente de la última conversación, le cuenta todo el plan a Des Grieux
("Cavalier, te la fanno"...Caballero, te la roban) y le invita a anticiparse al viejo tesorero,
huir junto a Manón. El reencuentro del joven y Manon tiene un cariz diferente
al del primer momento, ya que la preocupación se muestra visible en la cara del
joven. Musicalmente, este dúo tiene momentos de gran intensidad emotiva como la
explicación de la felicidad perdida de Manon ("Eppur lieta, assai lieta...
Y sin embargo alegre, bastante alegre), o como Des Grieux manifiesta su amor
hacia ella y ve la posibilidad real de hacer cambiar la tristeza melancólica de
Manon por una vida plena de amor. Una exclamación de su hermano la pone en
guardia y, cuando está a punto de irse, Des Grieux le revela los planes de
Geronte de raptarla y le implora que huyan los dos juntos; ella se niega pero,
ante la insistencia del joven, acaba consintiendo. Geronte, que se queda sin
Manon, acude ante Lescaut para decirle que la ha raptado un estudiante y el
hermano muestra una tranquilidad pasmosa; conocedor de su hermana. Lescaut le
tranquiliza porque ella no podrá aguantar la miseria de un estudiante y acabará
cediendo ante el dinero del tesorero mientras que Edmondo y demás estudiantes
observan, divertidos, la escena.
ACTO II.
Como ya había previsto Lescaut, Manon deja a Des Grieux y
acaba en la casa de Geronte en París. El comienzo del acto es significativo de
que ella se arrepiente de haber abandonado a Des Grieux y que echa de menos sus
caricias ("In quelle trine morbide"), esos días felices donde el amor
la envolvía. Lescaut, que está atento a las frases de ella, le dice que Des
Grieux es amigo suyo y que le ha volcado en el mundo en el mundo del juego por
tal de ganar dinero. La llegada de unos músicos interrumpe la conversación de
los hermanos y la escena se convierte en algo aburrido para Manon, hastiada de
tanto lujo y actividades que no la llenan (el madrigal es de una brillante
armonía y la lección de baile del minuetto-"Vi prego signorina"- es
hermosa con la intervención de los asistentes a la clase). Mientras Lescaut,
que ha sabido captar las últimas palabras de su hermana, va a por Des Grieux,
consciente de que Manon le echa de menos. El reencuentro entre Des Grieux,
acompañado hasta la casa por el hermano, y Manon es frío ("Tu, Tu, amore?,
tu") ya que él no le perdona como ella le abandonó y no accede a los
intentos reconciliatorios de Manon . Ella observa que el reencuentro no era el
deseado ya que Des Grieux se muestra dolido aún ("Non m'ami più"). La
desesperación de Manon ("Pensavo a un avvenir di luce"...Pensaba en
un futuro resplandeciente) y un pensamiento de que "ya no es tan bella y
agradable como hace un tiempo" cambia el giro de la conversación ya que
Des Grieux, que ha ido rebajando la furia para volver a ser ese joven del
primer acto, cae rendido a los pies de ella y culmina el dúo con un "i
baci miei son questi (Manon) / i baci tuoi son questi (Des Grieux)"
entonado a la par por ambos amantes, ya que la pasión antigua ha vuelto. El
regreso de Geronte les sorprende; el enfado con el que sale el tesorero del
salón es bastante revelador de lo que sucederá. Des Grieux le dice a Manon que
deben huir de nuevo, a lo que ella titubea ya que no desea dejar la riqueza que
posee. Des Griuex sufre, una vez más, otra desilusión ya que ella vuelve a ser
la misma que le abandonó por riquezas ("Ah, Manon mi
tradisce"...."Fango nel fango io sono") mientras que él se había
visto reducido a la infamia por estar con ella. Lescaut llega y les insta a
salir de ahí ya que Geronte la ha denunciado y acude a casa con guardias. La
intensidad musical va in crecendo hasta la llegada del tesorero y el arresto de
Manon. Cuando Des Grieux intenta evitar la detención, Lescaut le para y le
pregunta, susurrando, quién salvará a Manon ("Se v'arrestan cavalier, chi
potrà Manon salvar?")
Intermezzo. Teniendo en cuenta que en las óperas de Puccini
no eran frecuentes las oberturas, disfrutar de este pasaje musical es algo casi
"obligado" por su belleza
ACTO III.
Des Grieux y Lescaut, que ha sobornado a un guardia, están
en el puerto de Le Havre para liberar a Manon, condenada al exilio en una
colonia francesa de Luisiana. Cuando el guardia sobornado se hace cargo de la
vigilancia, Lescaut aparece y le entrega la bolsa para que se vaya. Da un toque
a Manon para que se acerque a la ventanilla del calabozo y pueda hablar con Des
Grieux. La conversación es breve y conmovedora. Manon había perdido toda
esperanza de volverlo a ver ("nell'onta non mi abbandoni?"... no me
abandonas en mi vergüenza?) y vuelve a revivirla con esa posibilidad de ser
libre cuando Des Grieux le indica que ha acudido junto a su hermano, Lescaut,
para liberarla y huir juntos. Sin embargo, falla el plan y el ruido de un disparo
acerca a la muchedumbre al puerto. Ha llegado el momento del
"apello", una de las escenas más sensacionales de la ópera. Por un
lado, el pueblo observando a cada una de las condenadas y realizando distintos
comentarios. Por otro, Lescaut que comenta la historia de Manon a un grupo
cercano cuando éste admira la belleza de ella. Y por otro lado, Des Grieux y
Manon- que deja de ser la caprichosa de los dos primeros actos y se muestra
afectada porque siente que no le ha amado - despidiéndose porque el destino
está cumplido. En esta escena, recomendaría seguirla desde el punto de vista de
las tres vertientes y después escucharla como un todo...no se arrepentirá.
Cuando el sargento está a punto de llevar a Manon hacia el barco, Des Grieux
actúa alocadamente: la retiene y amenaza al resto si se atreven a tocarla pero,
después, cede y se pone a los pies del comandante ("ah!guardate, pazzo
son") y pide que le dejen ir en el barco como grumete o cualquier otra
actividad vil por tal de poder ir con ella. El comandante del barco, conmovido
ante tal escena, accede a que el joven viaje en el barco.
ACTO IV
Antecedentes: En la colonia a la que son enviados Manon y
Des Grieux, el hijo del gobernador se siente atraído por ella; hay un duelo
entre él y Des Grieux que acaba con el adversario malherido. Creyéndolo muerto,
huyen de la colonia pero sólo se encuentran con un vasto desierto en el que no
ven el fin
La sed y el cansancio minan las fuerzas de Manon hasta el
punto de desfallecer mientras que él presiente algo desventurado
("disperato mi vince un senso di sventura!"). Ella trata de
recuperarse poco a poco pero su tono de voz presagia algo malo. La sed la
afecta cada vez más y le pide a él que trate de buscar algo de agua o algún sitio
mejor. Cuando Des Grieux marcha, ella se queda "sola, perdida y abandonada
en tierra desolada ("Sola, perduta, abbandonata"). El aria es de una
crudeza tal que impresiona ver a la soprano desquiciada ("Ahi! Mia beltà
funesta, ire novelle accende..."), desolada ("Terra di pace, mi
sembrava questa") y finalmente abatida ("tutto è finito!/non voglio
morir"). La llegada de Des Grieux no aporta nada nuevo ya que la búsqueda
es infructuosa. Manon está en las últimas y él se siente impotente ("Gelo
di morte. Dio! l'ultima speme infrasti" ...frío mortal, Dios, rompiste la
última esperanza). La agonía de ella, que será un preludio de cómo Puccini
elaborará la muerte de Mimì en La Bohème, es pausada hasta que al final expira
con esas últimas palabras, "ma
l'amor mio non muor!!!?, mientras que la orquesta culmina la ópera.