La
Misa de Réquiem en re menor, K. 626, es una obra basada en textos
latinos para homenajear a un difunto.
Se
trata de la decimonovena y última misa escrita por Mozart, que murió
el 5 de diciembre de 1791, antes de concluirla.
Se
han creado mitos y leyendas con relación a esta obra y su
composición.
En
la casa de Mozart se presentó un desconocido, vestido de negro, que
rehusó identificarse y le encargó la composición de un réquiem,
le pagó un adelanto y le dió un mes de plazo.
Por
esos días, Mozart estaba dedicado a la escritura de ópera La
clemencia de Tito, para la coronación de Leopoldo II en Praga.
Cuando
regreso a Viena, el desconocido volvió a presentarse para saber si
había completado el encargo. Esto sobrecogió al compositor.
Según
la leyenda, Mozart, obsesionado con la idea de la muerte, su padre
había muerto tiempo antes, debilitado por la fatiga y la enfermedad
e impresionado por el aspecto del enviado, terminó por creer que
éste era un mensajero del Destino y que el réquiem que iba a
componer sería para su propio funeral.
La
muerte encontró a Mozart antes de que éste pudiera terminar la
obra.
Había
compuesto tres secciones con el coro y órgano completo: Introitus,
Kyrie y Dies Irae. Del resto de la Secuencia dejó las partes
instrumentales, el coro, voces solistas y el cifrado del bajo y
órgano incompletos. También había indicaciones instrumentales y
corales en el Domine Jesu y en el Agnus Dei. No había dejado nada
escrito para el Sanctus ni el Communio.
Aunque
en un principio Constanze, su viuda, pidió al músico de la Corte
Joseph Leopold Eybler que terminase el Réquiem, fue su discípulo
Süssmayer quien completó, las partes faltantes de la
instrumentación, agregando música en donde faltaba y componiendo
íntegramente el Sanctus. Para el Communio, simplemente utilizó los
temas del Introito y el Kyrie, a manera de reexposición, para darle
cierta coherencia a la obra.
Aunque
al parecer se interpretaron extractos del Réquiem en una misa en
memoria de Mozart celebrada el 10 de diciembre de 1791, el estreno formal de
la obra completa se produjo en Viena el 2 de enero de 1793 en un
concierto en beneficio de Constanze Weber, viuda de Mozart.
Más
tarde se supo que el sombrío personaje, era un enviado del conde
Franz von Walsegg, músico aficionado cuya esposa había fallecido.
El
viudo deseaba que Mozart compusiese la misa de réquiem para los
funerales de su mujer, pero quería presumir que la obra le
pertenecía y por eso permanecía en el anonimato.
Fue
interpretado nuevamente el 14 de diciembre de 1793, durante la misa
que conmemoraba la muerte de la esposa del conde Walsegg y bajo la
dirección del propio conde.
Después
el conde Walsseg realizó una reducción para quinteto de cuerda,
pero la obra no volvió a interpretarse bajo su patrocinio.
A continuación el Réquiem completo por la Orquesta Sinfónica de Viena, Coro Estatal de la Opera de Viena, Gundula Janowitz, Soprano, Christa Ludwig, Contralto, Peter Schreier, Tenor, Walter Berry, Bajo. Director. Karl Bohm.
La producción es de 1971 grabada en la Piaristenkirche de Viena.