Karlheinz Stockhausen nació en Mödrath, Alemania, el 22 de agosto de 1928, y murió en Kürten-Kettenberg, el 5 de diciembre de 2007. Compositor.
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Karlheinz Stockhausen
(Colonia, 1928 - Kürten-Kettenberg, 2007) Compositor alemán,
pionero en el campo de la improvisación electrónica, en las performances
electrónicas en directo y también en el ámbito de la música intuitiva.
Karlheinz Stockhausen nació en Mödrath, cerca de Colonia (Alemania), el 22 de
agosto de 1928. Durante su infancia padeció las penurias de la época prebélica
y bélica. Su padre, profesor de escuela, se alistó voluntariamente en el
ejército y falleció en el campo de batalla. Su madre fue internada en un hospital
psiquiátrico y ejecutada en 1941 por orden del gobierno nacionalsocialista.
La hiperactividad de Stockhausen se reveló desde su primera
juventud. Con sólo dieciséis años colaboraba en un hospital en el traslado de
heridos graves. Los rigores de la posguerra le obligaron a trabajar como
granjero al tiempo que estudiaba violín, piano, oboe y latín. De esas fechas
data su gusto por el jazz, música que interpretaba para, según sus propias
palabras, «superar psíquica, mental y espiritualmente los horrores de la
Segunda Guerra Mundial».
La influencia de las vanguardias
En 1947, el voluntarioso joven logró una plaza para estudiar
en el Conservatorio de Colonia, donde, además de ampliar su dominio del piano,
se especializó en musicología, filología y filosofía.
En 1950 estudió composición bajo la égida del compositor
suizo Frank Martin, quien no podía imaginar que aquel joven de impresionante
actividad, que simultaneaba sus estudios trabajando de obrero en una fábrica,
haciendo guardias en un párking y vigilando las viviendas de las tropas de
ocupación, se convertiría con los años en uno de los renovadores de la escuela
weberiana.
Junto con Bruno Maderna, Gyorgy Ligeti y Luigi Nono,
Stockhausen asistió en Darmstadt a ciclos de conciertos que cambiarían para
siempre su concepción de la música. Tanto es así que el famoso estudio de piano
Modo de valores e intensidades de Messiaen le movió, en enero de 1952, a
trasladarse a París, para matricularse en el Conservatorio en la clase de
análisis y estética del propio compositor. En el año que pasó en la capital
francesa coincidió con Pierre Boulez en el momento en que éste trabajaba en las
Structures I para dos pianos. A partir de este momento se inició una
correspondencia entre los dos compositores.
En esa época, Stockhausen se casó con una compañera de
estudios, Doris Andreä, con la que tuvo cuatro hijos, Suja (1953), Christel
(1956), Markus (1957) y Majella (1961).
A la vuelta de su periplo francés inició su fructífera
colaboración con el Estudio de Investigaciones Musicales de la Radio Oeste de
Colonia. Asimismo, comenzó a divulgar sus teorías en los cursos de Darmstadt,
una actividad que no cesó hasta mediados de los años setenta.
Adalid de la música electroacústica
A mediados de la década de los cincuenta, cuando John Cage
animó a los jóvenes valores darmstadianos a introducir en su obra factores de
aleatoriedad, Stockhausen fue apartándose progresivamente de las formas más
severas de la escuela posweberniana. En obras como Zyklus (1959), Plus/Minus
(1963), Prozession (1967) y Kurzwellen (1968) se aprecia una coexistencia
creciente entre el rigor de la serie y el azar de la improvisación.
En 1954 presentó Study I y Study II, los primeros ejemplos
de música electrónica pura construidos a partir de una síntesis aditiva
consistente en crear sonidos combinando distintas ondas de forma indefinida,
sonidos puros, sin armónicos. Study II pasó a ser la primera partitura
electrónica publicada, escrita con una notación gráfica especialmente inventada
por el compositor con este propósito.
A medida que avanzaba la década de los sesenta y crecía el
prestigio de Stockhausen en los círculos vanguardistas, también iban
modificándose los materiales físicos en los que su música era restituida. Así,
la fusión entre electrónica y acústica iba a cobrar más y más protagonismo. La
crítica especializada comenzó a fraguar la imagen de Stockhausen como el nuevo
adalid de un estilo mixto, que desplazaría las figuras de Kurt Schwitters,
Pierre Henry y otros grandes de la música concreta.
La transformación que había experimentado el estilo de
Stockhausen pareció afectar también a su propia figura profesional, y desde los
Cursos de Nueva Música, que impartió en Colonia a partir de mediados de los
años sesenta, reivindicaba un nuevo espacio para el compositor. La imagen de
«genio loco» que fue ganándose con el tiempo coincidió con un creciente número
de encargos, estrenos, subvenciones, festivales y presentaciones. Le llovieron
las ofertas para ejercer de profesor de composición invitado, de las cuales
aceptó, entre otras, las de Pensilvania (1965) y California (1966). Fue también
notorio en esa época el estreno, en Tokio, de dos encargos realizados por la
Radio Nacional de Japón (NHK): Telemusik y Solo.
En 1967 se casó con la pintora Mary Bauermeister, con la que
tuvo otros dos hijos, Julika (1966) y Simon (1967). Ese mismo año comenzó su
serie de estrenos de obras basadas en voz humana tratada electrónicamente y
sobresaturada, como Stimmung. Como prueba de la increíble difusión alcanzada por
la música de Stockhausen a fines de la década, baste decir que en 1970, en la
Exposición Mundial de Osaka, se interpretó la inmensa mayoría de la obra del
compositor, en un evento que duró 183 días, a razón de conciertos diarios de
cinco horas.
La «técnica de la fórmula»
En los años setenta, Stockhausen desarrolló la llamada
«técnica de la fórmula», que reflejaba la idea de «galaxia» de la que el
compositor tanto había hablado en sus divulgados textos: la organización
interna de la fórmula se basa en la distinción entre núcleo y accesorios (las
estrellas y los planetas alrededor). El núcleo forma la estructura serialmente
organizada, mientras que el carácter deriva de los accesorios.
Por aquel entonces ya no sólo los elementos sonoros parecían
ser susceptibles de intervenir en las composiciones de Stockhausen. La
monumental Sirius, estrenada en 1977, motivó que el propio lugar de ejecución
se transformara posteriormente en un centro de investigación musical: el Sirius
Centre, en Aix-en-Provence.
En los años ochenta, Stockhausen se mantuvo en el candelero.
Baste recordar los estrenos de Donnerstag (Licht) en la Scala de Milán (1981,
cuatro horas de concierto), El sueño de Lucifer (Metz, 1981), El canto de
Katinka (Donau, 1983), La danza de Lucifer (Ann Arbor, 1984), Michael’s Journey
(Bremen, 1986) o Xi (Siena, 1987). Particularmente notables son los «actos» de
su gran composición Licht (Die sieben Tage der Woche) [Luz (Los siete días de
la semana)], que irán apareciendo durante dos décadas gracias a los fabulosos
contratos firmados por Stockhausen en todo el mundo.
Durante la década de los noventa Stockhausen continuó
realizando espectaculares estrenos. En el año 1995 llegó al Festival de
Salzburgo, definitivamente revolucionado por Gérard Mortier, pero lo más
sorprendente era que grandes contingentes de jóvenes que desconocían
completamente la tradición postserial adoptaron al adalid de la electroacústica
como su mentor.
El «tecno» popular se volvió cada vez más receptivo a las
extrañas sonoridades de la música de Stockhausen, quien finalmente aceptó
divertido el hecho, e incluso llegó a asegurar que el popular grupo de
tecno-pop Kraftwerk era de algún modo, su alumno. En 2002, su presencia fue
requerida en el festival internacional de música electroacústica de carácter
popular y lúdico Sónar, que se celebra en Barcelona.
La última ocasión en que Stockhausen acaparó los titulares
de los periódicos fue cuando, en una rueda de prensa, comentaba
provocativamente a raíz del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York:
«Lo que hemos visto, y hemos de cambiar por completo nuestra manera de
contemplar, es la mayor obra de arte jamás realizada: el hecho de que unos
seres se preparen como locos para un solo acto durante años y lo ejecuten una
vez y mueran en la ejecución hace que sea la mayor obra de arte jamás
realizada. Yo no podría hacer algo similar. Los compositores no podemos hacer
nada comparable».
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con Gruppen, para tres orquestas, en la versión del Ensemble intercontemporain.