Moisés Simón Rodríguez, más conocido como Moisés Simons, nació en La Habana, Cuba, el 24 de agosto de 1889, y murió en Madrid, España, el 24 de junio de 1945. Compositor, pianista y director de orquesta.
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este recordatorio.
Moisés Simons. (Moisés Simón Rodríguez) Compositor y
pianista. Autor del célebre pregón cubano El manisero.
Síntesis biográfica
Infancia y Juventud
Nace en La Habana, el 24 de agosto de 1889.
Estudios
Con sólo cinco años de edad dio los primeros pasos en el
aprendizaje musical con su padre, el profesor de piano vasco Leandro Simón
Guergué. Cuatro años después se desempeñó como organista de la iglesia del
barrio de Jesús María y, posteriormente, fue maestro de capilla de la iglesia
de Nuestra Señora del Pilar.
En 1901 empezó a dirigir compañías infantiles en el Teatro
Martí. Tres años más tarde cursó estudios de composición con Ignacio Tellería,
Fernando Carnicer y Felipe Palau y de contrapunto con José Maury Esteve, todo
lo cual le propició una sólida formación técnica. Simons contaba en 1906 con
una orquesta propia que amenizaba espectáculos de variedades en teatros
capitalinos, y luego dirigió la agrupación musical del parque de diversiones
Tivoli, en Palatino.
Trayectoria profesional
En 1908 trabajó como organista de la capilla de la Iglesia
Nuestra Señora del Pilar. Dirigió la orquesta del Teatro Martí, donde se
presentaban las comedias musicales de Ernesto Lecuona. Posteriormente pasó al
Teatro Payret contratado por el compositor español Vicente Lleó, que dirigía su
compañía de Zarzuela. En este período, Simons realizó giras por México,
República Dominicana, Puerto Rico y América Central. Preocupado por los
problemas teóricos de la música, escribió en 1909, para el diario habanero La
Lucha, Historia, origen y filosofía de la música, trabajo que continuó en años
posteriores. Su opereta Deuda de amor, con libreto de Fermín Samper, en tres
actos, fue estrenada por la Compañía de Esperanza Iris el 3 de febrero de 1913
en el Teatro Albisu.
En 1920 se presentó con su orquesta en el Baile de los
Mantones en Casino de la Playa; en 1922 amenizaba los bailables del Havana
Yacht Club, y en 1926 ofreció un Concierto Típico Cubano en el Teatro Nacional.
Hacia la década de 1920, su orquesta estuvo integrada por él,
como responsable de la dirección y el piano; Alberto Prieto, batería; Luis
Rodríguez y Pablo O’Farrill, trompeta; Rodolfo O’Farrill, cello; Obdulio Villa,
Lázaro Quintero, Miguel Poveda y Alberto Socarrás la flauta y el saxofón; Juan
Pablo O’Farrill, contrabajo; Rogelio Valdés, trombón; Virgilio Diago, violín, y
Aurelio, güiro. Fue director de la orquesta del Hotel Plaza.
Con la Compañía de Las Bárcenas realizó una gira por Puerto
Rico, donde estrenó Guateque, con texto de Alejo Carpentier. En 1928, Rita
Montaner grabó para el sello Columbia El manisero, con el que comienza la fama
de Simons como compositor. Ese mismo año, realizó un viaje a Nueva York; y en
1929 regresó a dicha ciudad invitado por la casa Edward Murks. El manisero ya
era un éxito en Nueva York en la voz de Antonio Machín. Fausto Simón, hermano
de Moisés y gerente del Hotel Plaza, lo envió a Europa en 1930 en viaje de
promoción; en París trabajaban varias orquestas de músicos cubanos que
difundían el Son y tenían en su repertorio El manisero, por lo que su autor
tuvo una buena acogida. A fines de 1930 Simons regresó a Cuba, y a principios
de 1931 viajó a España y estrenó en el Teatro Calderón de Madrid su comedia
Niña Mercé. En París, estrenó A una rosa, y la estrella del Casino de París,
Mistinguette, Los tres golpes. Mientras tanto, El manisero seguiría cosechando
éxitos.
Ernesto Lecuona fue contratado por la Metro Goldwyn Mayer en
Hollywood para musicalizar el filme The Cuban Song, cuyo tema musical sería ese
popular son-pregón, e incluso hasta en los años 1950, Judy Garland cantaría un
fragmento en la cinta Nace una estrella. En 1933 Simons coincidió en París con
Eliseo Grenet quien junto a varias orquestas había puesto en boga la música
cubana en esa ciudad; sin embargo, el año de consagración definitiva de Simons
en la capital francesa fue en 1934, cuando estrenó el 18 de octubre, en lo que
se consideraba el templo de la música ligera en Europa, los Bouffes
Parisienses, su opereta Toi c’est moi. Sobre la misma reportó Alejo Carpentier
en crónica para la revista habanera Carteles del 23 de diciembre de 1934.Toda
primera representación ofrecida por los Bufos resultaba un acontecimiento en
Lutecia. Cobra tanta importancia, relativamente, como una première en la Ópera
o la Ópera Cómica.
Ese año, Los Bufos han abierto su temporada invernal con una
obra cuyo éxito ruidoso debe motivar nuestro orgullo. Se trata de una obra
cubana. Una opereta de Moisés Simons, escrita en colaboración con Henri
Duvernois, uno de los novelistas más populares de Francia. Se titula, Toi c’est
moi, y su interpretación reúne los nombres de las estrellas más en boga: los
duelistas Pills y Tabet, la exquisita Simone Simon —actriz del teatro y de la
pantalla—, Lyne Clevers, Pauline Carton —la más formidable característica de la
escena francesa—, el travieso Koval, Numes, Ginette Leclers y otros, sin
olvidar un resplandeciente grupo de mujeres bonitas y dos bailarinas de tez
bronceada que animan los cuadros de conjunto y los bailables de la obra.
El argumento de Toi c’est moi es gracioso, ligero, sin
pretensiones, como debe ser el de una opereta. En su libro, Duvernois ha tenido
el buen gusto de esquivar las situaciones falsamente sentimentales que tanto
aman los libretistas vieneses, así como escenas de tragedia barata que ponen
una nota discordante y ridícula en ciertas zarzuelas españolas. [...].
La partitura de Toi c’est moi, es, sin duda, el acierto
máximo de Moisés Simons. Su producción capital. La obra consta de una serie de
números, que representan los géneros más variados. Desde el fox internacional,
hasta el típico zapateo cubano, pasando por algunas escenas humorísticas, que
evocan la sombra de Offenbach, patrón y genio tutelar de los Bufos
Parisienses.Es notable la inteligencia con que nuestro compatriota ha sabido
asimilar la técnica de la dicción francesa. Sus líneas vocales han logrado
plegarse a las inflexiones de un idioma nuevo con maravillosa exactitud.
París ha madurado el talento musical de Moisés Simons.
Actualmente, sus instrumentaciones son dignas de compararse con las de los
mejores maestros del teatro frívolo. En la partitura de Toi c’est moi, se
escuchan ingeniosos contrapuntos, efectos de sonoridad tan hábiles como
novedosos. Deben señalarse especialmente dos aciertos de primer orden: la cantata
construida sobre la escala de do mayor, y un bailable en que los flautines, las
cuerdas y la percusión se unen en un movimiento dinámico de una fuerza rítmica
irresistible. Simons ha triunfado. Y con él, una vez más, la causa de la música
cubana... Todo el mundo sabe ya, en París, que Toi c’est moi, permanecerá en el
cartel de los Bufos durante un año entero... [...]. En 1936, en el Teatro de
París, Simons estrenó otra opereta: Le chant des tropiques, en la que actuaron
como intérpretes Jean Sablon, Roger Bourdin de la Gran Ópera de París, la
soprano Hélène Regelli y el cantante cubano Antonio Machín, que interpretó El
manisero; de esta opereta es la canción Cubanacán, que luego formó parte del
repertorio de Raquel Meller, Georges Till, Jean Sablon y Tino Rossi. Con la
invasión de Francia por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, Simons se
vio obligado a trasladarse a diferentes regiones del país que le había dado
tantos éxitos, y en 1942 regresó a Cuba. Posteriormente viajó a Santa Cruz de
Tenerife y La Coruña, y de allí a Madrid, donde fue contratado para musicalizar
el filme Bambú, en el que actuarían Imperio Argentina y Celia Gámez; para esta
última compuso la canción Hoy como ayer.
En 1944 Simons estrenó en Madrid Toi c’est moi, con texto en
castellano de Federico Shaw; y en 1945 fue puesta en Barcelona. Aunque su pieza
más famosa es "El manisero", Moisés Simons, de cubanísima
inspiración, dejó notables frutos de su talento creador, y su obra es una de
las más considerables de la música cubana. Muere el 28 de junio de 1945
falleció en Madrid, España.
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con El Manisero, interpretado por Antonio Machín, y la Havana Casino Orchestra,
dirigida por Don Azpiazu.