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TORRE, MANUEL (MANUEL SOTO LOZANO)
Cantaor gitano perteneciente a una saga, la de Los Torre, encabezada por su padre, llamado así por su altura. Manuel Torre, de joven Niño de Jerez y en algunos documentos Torres, es considerado como uno de los flamencos más influyentes de todos los tiempos, hasta el punto de que su ascendiente no se interrumpe con su muerte y prosigue durante la posguerra en los ambientes flamencos.
Su infancia se desarrolla por las calles del barrio de San Miguel sin más formación que la que obtuvo de su ambiente gitano y andaluz y alternando las tareas agrícolas con algún trabajo como pescadero. Su carrera se ciñe a los tres ambientes típicos del cante: las fiestas de la aristocracia jerezana, los cafés cantantes y las reuniones familiares. Debuta como profesional en 1902 en Sevilla, donde en poco tiempo se convierte en la nueva estrella.Representa un tipo de cante existencial, entre la soledad, la pena y el desgarro, y una estética que tuvo su continuidad con Manolo Caracol, Antonio Mairena, Agujetas o, más recientemente, con José Mercé. De ahí que sus cantes preferidos fueran la seguiriya y las soleares, además de la cartagenera y la petenera.
García Lorca le dedicó los poemas de las ‘Viñetas flamencas’ incluidas en el libro ‘Poema del cante jondo’, compuesto durante la celebración del Concurso, pero publicado en 1931: “A Manuel Torres [sic], Niño de Jerez, que tiene tronco de Faraón”.
Su cumbre, sin embargo, son las seguiriyas, cante con el que se presentó, acompañado de las soleares, en el Concurso de Cante de 1922 organizado en la Plaza de los Aljibes de Granada por Manuel de Falla, García Lorca, Zuloaga y un amplio plantel de intelectuales de la época. Con motivo de certamen de Granada registró por primera vez la seguiriya (Siempre por los rincones y Quedito los golpes) por expreso deseo de Falla. También conoció a Rafael Alberti y Fernando Villalón, entre otros personajes cercanos a la Generación del 27.
García Lorca le dedicó los poemas de las Viñetas flamencas incluidas en el libro Poema del cante jondo, compuesto durante la celebración del Concurso, pero publicado en 1931: “A Manuel Torres [sic], Niño de Jerez, que tiene tronco de Faraón”. Isabel García Lorca recuerda las veladas veraniegas en la Huerta de San Vicente a partir de 1926: “Teníamos un gramófono y Federico ponía muchos discos de música clásica -sobre todo de Bach y Mozart-, y de cante jondo. Aún conservo los discos de Manuel Torre, la Niña de los Peines y, más que ella, los discos de su hermano Tomás Pavón”.
En 1933, durante una lectura de la conferencia sobre cante jondo en Buenos Aires, poco después de su fallecimiento, Federico le hizo la siguiente dedicatoria, recogida por Christopher Maurer: “Manuel: Aquí en la amada Argentina, presento tu voz, recogida en la dramática luna negra de este gramófono. Quiero que la escuches en el inmenso silencio que ahora te rodea: escucha este tumulto de dalias y besos que coloco a tus pies, como rey del cante jondo”.
Muere en 1933 en su casa de Sevilla a causa de una tuberculosis.
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con Siempre por los rincones.