La Sinfonía Nº 8 en Fa Mayor Op. 93, a la que Beethoven se refiere con
orgullo como su “pequeña sinfonía en fa”, fue comenzada hacia fines de 1811 y
terminada en octubre de 1812.
El estreno se realizó bajo la dirección del propio
compositor el 27 de febrero de 1814, en Viena.
Al momento de la composición de esta obra, Beethoven atravesaba
una época complicada de su vida, renunció al único amor profundo que había
conocido, sufrió el alejamiento de su hermano, y contemplaba la posibilidad del
suicidio, cuando compuso su sinfonía más alegre y más despreocupada.
Hacia fines de la primavera de 1812, Beethoven estaba por
emprender un viaje y Johann Mäzel organizó una cena de despedida para el
compositor.
Beethoven estaba en uno de sus estados de ánimo divertidos,
que él mismo describía como “desabotonado” y durante la fiesta y Mäzel describió
su metrónomo, con el cual esperaba proporcionarles a los compositores una forma
de indicar el tempo con exactitud y una ayuda a los intérpretes para una
ejecución regular.
Beethoven aplaudió la idea alegremente y de inmediato se
lanzó a una canción aparentemente espontánea basada en el “ta ta ta” del
instrumento de Mäzel.
Los demás asistentes se unieron para convertir la canción en
un rondó y esa tonada intrascendente pasó a formar parte del segundo movimiento
de la Octava Sinfonía, en la que Beethoven estaba trabajando en ese momento.
La
melodía cuenta con un acompañamiento acompasado sugerente del metrónomo.
Seguidamente la Sinfonía Nº 8 en Fa Mayor Op. 93, de Ludwig van Beethoven, en versión de la Orquesta Filarmónica de Viena, bajo la conducción de Eugene Ormandy, el 9 de junio de 1963, en el Theater an der Wien.