Juan José Castro nació en Avellaneda, Provincia de Buenos
Aires, el 7 de marzo de 1895 y murió en Buenos Aires, el 3 de septiembre de
1968. Compositor, pianista, violinista y director de orquesta.
Inició sus estudios de violín y piano con Manuel Posadas, con
Constantino Gaito, armonía y con Eduardo Fornarini, composición.
En 1914 comenzó a actuar en conciertos de música de cámara y
dio a conocer su primera obra importante: una sonata para violín y piano.
En París, se perfeccionó en composición con Vincent d'Indy y
en piano con Eduardo Risler.
Al regresar a Buenos Aires fundó la Sociedad del Cuarteto,
en la cual ocupó el puesto de primer violinista y líder del grupo,
desarrollando una trascendental labor de divulgación.
En 1928 inició su carrera como director de orquesta, y
estuvo frente a la National Symphony de Washington, la Sinfónica Nacional de
México, la Nacional de la República Argentina y la Sinfónica de La Habana.
En 1929 fue contratado por el Teatro Colón para dirigir el
estreno de El amor brujo de Manuel de Falla y luego ocupó el cargo de director
general de este teatro durante varias temporadas.
Dominó el lenguaje operístico como pocos compositores
iberoamericanos, y se destacó representando obras como La zapatera prodigiosa y
Bodas de sangre.
A partir de 1945 y por divergencias políticas se exilió
voluntariamente y residió en Australia y en Montevideo.
En 1960, a instancias de Pau Casals, fue nombrado decano del
Conservatorio de Puerto Rico.
En 1966, en uno de los ensayos de la Orquesta del festival
Casals, sufrió los efectos de un ataque que lo mantuvo paralizado hasta su
muerte.
Entre sus obras más notables figuran sus Tangos y una Sonata
para piano; para orquesta, la Sinfonía argentina, la Sinfonía de los Campos, la
Sinfonía Bíblica; y el ballet Mekhano, estrenado en el Teatro Colón.
Su composición más conocida es la ópera Proserpina y el
extranjero, por la que ganó el premio del concurso operístico organizado por la
Scala de Milán en 1951.
Además su producción comprende obras destinadas al género
lírico, al ballet, a la música incidental para el teatro y el cine, para
orquesta, con solistas y coro, para
conjuntos de cámara, canciones y partituras para instrumentos solistas como piano
y bandoneón.
Se pueden distinguir varias tendencias en su obra: la
argentinista, como en las Canciones cordobesas, la Sinfonía argentina y la de
los Campos, la Cantata Martín Fierro, etc.; la de inspiración hispánica, como
las obras con texto de García Lorca como Romance de la pena negra, la Sonatina
española, De tierra gallega y otras; y la universal, próxima a los lineamientos
trazados por la Escuela de Viena, como por ejemplo Epitafio en ritmos y
sonidos, Adiós a Villa-Lobos, Concierto para violín y la Suite introspectiva.
A continuación, de Juan Jose Castro, Tangos: Evocación, Llorón, Compadrón, Milonguero y Nostálgico, por Oscar Macchioni en piano.