Eduardo Bianco realizaba extensas giras por Europa, Asia y Medio Oriente, adaptando el tango al estilo musical europeo, lo que lo hizo muy famoso antes de la Segunda Guerra Mundial.
El tango, Plegaria fue interpretado ante el rey Alfonso XIII de España y en 1939, Bianco lo tocó en Alemania frente a Hitler y Goebbels.
Aparentemente fue del gusto del dictador porque luego los nazis obligaban a los presos de los campos de concentración, a tocar ese tango, mientras otros iban a las cámaras de gas.
Allí le cambiaron el nombre, lo llamaron: El Tango de la Muerte".
En el sitio Todo Tango, Néstor Pinsón hace una mención sobre Eduardo Bianco en Europa:
En una charla con Lito Bayardo, Bianco le confesó: «Tuve el
altísimo honor de ser invitado para actuar ante el Rey de España, Alfonso XIII,
siendo elogiado por Su Majestad que gustaba mucho del tango. Di conciertos en
varias cortes, actuando durante 17 meses en Rusia, con felicitaciones del
mariscal Stalin, luego de una función en Moscú. La guerra me sorprendió dando
conciertos en Alemania, en el “Deutsches Theater”. Traté por todos los medios
de alejarme de los países beligerantes, pero no lograba el permiso de salida.
He visto de cerca los horrores de la guerra y un día, al tratar de alejarnos,
intentando pasar la frontera, fui arrestado en Innsbruck. Nos liberaron gracias
a la intervención de un militar que gustaba del tango. Para mí y mis
acompañantes no podían existir ideologías políticas. Yo era un director de
orquesta conocido y compositor de tangos. No obstante sentí miedo de los que nos
seguían a sol y a sombra, esto me produjo problemas cardíacos y estuve
internado en un sanatorio de Magdeburgo».
Estos conceptos, en su momento, fueron rebatidos por quienes
afirmaban que Bianco había sido “colaboracionista” durante el nazismo. Incluso,
por su famoso tango “Plegaria” llamado “el tango de la muerte”.
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A continuación una grabación realizada en Alemania, en el sello Telefunken, del Tango Canción de Eduardo Bianco "Plegaria", por la Orquesta Típica Argentina Eduardo Bianco y la voz de Mario Visconti.
Plegaria que llega a mi alma
al son de lentas campanadas,
plegaria que es consuelo y calma
para las almas desamparadas.
El órgano de la capilla
embarga a todos de emoción
mientras que un alma de rodillas
¡pide consuelo, pide perdón!
¡Ay de mí!... ¡Ay señor!...
¡Cuánta amargura y dolor!
Cuando el sol se va ocultando
(una plegaria)
y se muere lentamente
(brota de mi alma)
cruza un alma doliente
(y elevo un rezo)
en el atardecer.
Murió la bella penitente,
murió, y su alma arrepentida
voló muy lejos de esta vida,
se fue sin quejas, tímidamente,
y di en que noche callada
se oye un canto de dolor
y su alma triste, perdónala,
toda de blanco canta al amor!