El trovador, título original en italiano, Il trovatore, es una ópera en cuatro actos con música de Giuseppe Verdi y libreto en italiano de Salvatore Cammarano, basada en la obra de teatro El trovador de Antonio García Gutiérrez. Cammarano murió a mediados de 1852 antes de terminar el libreto, tarea que realizó Leone Emanuele Bardare, bajo la supervisión del propio Verdi.
La ópera fue estrenada
el 19 de enero de 1853 en el Teatro Apollo de Roma, y el éxito superó todas las expectativas. Giuseppe
Verdi recibió una corona de laureles con cintas rojas, y después de la tercera
representación, una multitud acompañó al maestro a su hotel, una pequeña banda
tocó bajo su balcón música hasta la madrugada. Era costumbre del compositor
retirarse de la ciudad de turno después de la tercera representación, pero en
agradecimiento se quedó para la cuarta.
A continuación, Il Trovatore de Giuseppe Verdi, en la versión de Placido Domingo, Raina Kabaivanska, Fiorenza Cossotto, Piero Cappuccilli, Jose van Dam, en los roles principales, junto al Coro y Orquesta de la Opera de Viena, dirigidos por Herbert von Karajan.
La acción se
desarrolla en Vizcaya y Aragón, España, en el siglo XV.
Palacio de la
Aljafería en Zaragoza
Acto I: El duelo
Escena 1: Cuarto
de la guardia del palacio de Luna
Ferrando el capitán de los
guardias, ordena a sus hombres que estén atentos mientras el Conde de Luna vaga
sin cesar bajo la ventana de Leonora, dama de honor de la Princesa de Aragón, a
quien ama. El Conde siente celos de su rival, el trovador Manrico. Para
mantener despiertos a los guardias, Ferrando narra la historia del conde (Aria:
Di due figli vivea padre beato / "El buen conde de Luna vivía felizmente,
padre de dos hijos"). Según la historia, una gitana de aspecto terrible
embrujó al pequeño hermano del conde, haciéndolo débil y enfermizo, y por ello
fue condenada a la hoguera. En el momento de su muerte, la gitana ordenó a su
hija Azucena que la vengara, lo cual hizo en parte raptando al hijo menor del
Conde. Aunque los huesos incinerados de un niño fueron encontrados en las
cenizas de una hoguera, el padre rehusaba creer que eran los de su hijo. En su
lecho de muerte, hizo jurar al Conde de Luna (su hijo mayor) que buscara a
Azucena.
Escena 2: Jardín
en el palacio de la princesa
Leonora confiesa
su amor por Manrico a su confidente, Inés (Tacea la notte placida / "La
tranquila noche está en silencio"... Di tale amor / "Un amor que las
palabras a duras penas pueden describir"). Cuando salen de escena, el
Conde de Luna escucha la voz de su rival, Manrico, en la distancia: (Deserto
sulla terra / "Solo en esta tierra"). Mientras Leonora regresa y en
la oscuridad confunde al Conde con su amante, el propio Manrico entra en el
jardín, y Leonora corre a sus brazos. El conde reconoce en Manrico a su rival,
al que ha condenado a muerte, y le reta a pelear. Leonora trata de intervenir,
pero no puede detenerlos (Trio: Di geloso amor sprezzato / "El fuego del
amor celoso").
Acto II: La gitana
Escena 1:
Campamento de gitanos
Mientras Manrico
se sienta junto al lecho de su madre, Azucena, los gitanos cantan el coro del
yunque: Vedi le fosche notturne / "¡Ved! El cielo infinito lanza su
oscuridad."). Ella es la hija de la gitana quemada por el conde y, aunque
vieja, sigue rumiando su venganza. (Aria: Stride la vampa / "¡Rugen las
llamas!"). Mientras los gitanos levantan el campamento, Azucena le
confiesa a Manrico que cuando intentó quemar al hijo del conde, por
equivocación tiró a las llamas a su propio hijo (Aria: Condotta ell'era in
ceppi / "La llevaban atadas las manos"). Manrico, entonces se da
cuenta de que no es el hijo de Azucena, pero la ama como si de verdad fuera su
madre, pues ella siempre le fue leal y amorosa. Manrico le cuenta a Azucena que
cuando luchó con su hermano y tuvo la oportunidad de matarlo, sintió una fuerza
sobrenatural que le impidió hacerlo (Dúo: Mal reggendo / "Él estaba
indefenso bajo mi salvaje ataque"). Llega un mensajero diciendo que
Leonora, que cree a Manrico muerto, está por entrar a un convento y tomar el
velo esa misma noche. Aunque Azucena intenta impedírselo debido a su débil
estado (Ferma! Son io che parlo a te! / "Debo hablarte"), Manrico
intentará impedirlo, lanzándose en su búsqueda.
Escena 2: Frente
al convento
El Conde de Luna
y sus hombres intentan raptar a Leonora y el conde canta su amor por ella
(Aria: Il balen del suo sorriso / "La luz de su sonrisa" ... Per me
ora fatale / "Hora fatal de mi vida"). Ella y algunas monjas entran
en procesión, en el momento en que Luna intenta actuar, Manrico se interpone
entre ellos, y ayudado por sus hombres escapa llevándose a Leonora consigo.
Acto III: El hijo
de la gitana
Escena 1: El
campamento del Conde de Luna
(Coro: Or co'
dadi ma fra poco / "Ahora jugamos a los dados") Los soldados del
conde de Luna traen a Azucena capturada. La llevan ante el Conde, siendo
reconocida por Ferrando como la gitana que raptó a su hermano. También se da a
conocer como la madre de Manrico, razón por la cual el Conde de Luna encontró
doble motivo para condenarla a morir en la hoguera.
Escena 2: Cámara
en el castillo
Leonora y Manrico
viven el uno para el otro (Aria, Manrico: Ah si, ben mio coll'essere /
"Ah, sí, mi amor, siendo tuya"). Cuando van a pronunciar sus votos
nupciales entra Ruiz, hombre de Manrico, y le informa de que Azucena será
conducida a la hoguera. Manrico se apresura a salir en su ayuda (Stretta: Di
quella pira l'orrendo foco / "Las horribles llamas de aquella pira").
Leonora cae desmayada.
Acto IV: El
castigo
Escena 1: Frente
a una celda del castillo
Leonora intenta
liberar a Manrico, que ha sido capturado por el Conde de Luna (Aria: D'amor
sull'ali rosee / "En las alas rosadas del amor"; coro y dúo: Miserere
/ "Señor, apiádate de este alma"). Leonora implora piedad al Conde y
ofrece su vida a cambio de la de Manrico. Promete entregarse al Conde, pero en
secreto bebe un veneno de su anillo para morir antes de que el conde de Luna
pueda consumar la boda (Dúo: Mira, d'acerbe lagrime / "Mira las amargas
lágrimas que derramo").
Escena 2: En la
celda
Manrico y Azucena
esperan su ejecución. Manrico intenta calmar a su madre, quien no puede
conciliar el sueño, su mente recuerda los días más felices en las montañas
(Dúo: Ai nostri monti ritorneremo / "De nuevo regresaremos a nuestras
montañas"). La gitana finalmente se duerme. Leonora llega para decirle a
Manrico que está a salvo, y le dice que está salvado, rogándole que escape.
Pero él rechaza dejar la prisión, cuando se entera de que Leonora no le podrá
acompañar. Se cree engañado hasta que se da cuenta de que ella ha bebido el
veneno para mantenerse fiel a él. Leonora agoniza en brazos de Manrico y le
confiesa que prefiere morir con él que casarse con otro (Cuarteto: Prima che
d'altri vivere / "Antes que vivir como la mujer de otro"). El Conde
de Luna entra y al ver a su prometida muerta en brazos de su rival, ordena la
ejecución de Manrico. Mientras se cumple la sentencia, Azucena despierta junto
al Conde y cuando el conde le muestra al muerto Manrico, ella en vez de
lamentarse grita extasiada por el triunfo: Egli era tuo fratello! / "Él
era tu hermano... Te he vengado, ¡oh, madre!". Al mismo tiempo que
Azucena, el conde grita desesperado E vivo ancor! / "¡Y yo debo seguir
viviendo!".