lunes, 5 de febrero de 2024

Grażyna Bacewicz


Grażyna Bacewicz nació en Lodz, Polonia, el 5 de febrero de 1909, y murió en Varsovia, Polonia, el 17 de enero de 1969. Compositora, pianista y violinista.

El sitio www.sites.google.com publicó este recordatorio.

Grazyna Bacewicz

La compositora polaca Grazyna Bacewicz vivió entre 1909 y 1969. Era hija del compositor Wincenty Bacewicz. Murió en Varsovia muy pocos días antes de cumplir los sesenta.

Perteneciente a una familia de músicos, empezó sus estudios de violín y piano a los diez años. Cuando tenía entre cinco y nueve años la guerra azotó su país.

Todos sus maestros eran de origen judío y durante la Segunda Guerra Mundial Grazyna vivió en Varsovia con gran secretismo, siendo Karl Flesh con quien completaría sus estudios de violín.

La vida musical de Bacewicz a menudo se vio interrumpida por una vida personal difícil y compleja y por las tempestuosas fuerzas de la historia que golpean y golpean incesantemente a la nación polaca.

Su padre era lituano y, en 1920, la Segunda República Polaca tomó el control de Vilnius. Su padre cruzó ilegalmente la frontera con Lituania y esperaba que su familia lo siguiera. Bacewicz, que había visitado y actuado en Lituania, esperaba trabajar en Kaunas, pero nadie aceptó sus solicitudes. Por el bien de su carrera musical, se quedó en Polonia.

Durante la Segunda Guerra Mundial, ella y su esposo se quedaron en Varsovia, donde ella participó en los movimientos clandestinos que se esforzaron por mantener viva la cultura polaca durante la ocupación nazi. Después del Levantamiento de Varsovia, toda la ciudad fue destruida edificio por edificio, por lo que Bacewicz, su esposo y su hija de dos años, Alina, huyeron de la destrucción.

Fueron retenidos en Pruszków y no fueron deportados a un campo de trabajos forzados solo porque tenían un hijo de dos años.

Con respecto a su trayectoria personal:

En 1928 se diplomó y se trasladó a Varsovia, donde emprendió estudios de composición. Se graduó en 1932 y después marcharía a París para seguir las clases de composición con Nadia Boulanger gracias al apoyo de Karol Szymanowki y el generoso influjo de Ignacy Jan Paderewski, que la envió a estudiar con ella.

Hasta 1950 desarrolló una gran carrera como violinista, llegando a ser una virtuosa de este instrumento. Actuó como solista en varias orquestas europeas, y entre 1936 y 1938 fue primer violín de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Polonia. Ya en estos años también se dio a conocer como compositora.

Más tarde sufrió un grave accidente de coche, por lo que a partir de 1954 decidió dedicarse por completo a la composición.

En su obra destaca la incorporación de elementos folclóricos y la libertad de escritura. Basta escuchar su música para fascinarnos por su escritura fresca y programática. El folclore de su país directa o indirectamente siempre está presente.

Fue la compositora polaca más versátil e interesante del siglo XX. Su catálogo incluye composiciones para violín solo, violín y piano, cuartetos de cuerda, piano solo, quintetos, así como música orquestal. Su escritura es de una gran perfección, en especial las cuerdas. En su música para violín extrae unas sonoridades increíbles. Pasajes que parecen difíciles están escritos con tal conocimiento que logra simplificarlos sin perder atractivo.

Publicó para varios sellos discográficos, como Chandos, Silesian, Hyperion o Deutsche Grammophon.

Su catálogo no es amplio, pero sí variado:

Estudios de concierto (1957)

Sonatas para violín y piano

Cuartetos para cuerda (1950)

Cuartetos para 4 violonchelos (1964)

Quintetos para piano

Quinteto de viento

Sinfonietta y Concierto para orquesta de cuerda (1948)

Música para cuerda, trompeta y batería (1958)

Pensieri notturni (1961)

Concierto para gran orquesta (1962)

Conciertos para piano, violín y violonchelo.

Esik en Ostende (ballet)

Una aventura del Rey Arturo (ópera radiofónica)

El enfoque de Bacewicz hacia la música fue marcadamente diferente al de los románticos. Ella creía que "... la música no expresa nada; no hay emociones ordinarias de la vida humana. Simplemente se expresa a sí misma y sus propios afectos".

También era pesimista y creyente en el determinismo, negando el libre albedrío. Sus convicciones únicas sobre la música y la vida marcaron su estilo, extremadamente agresivo y oscuro.

Como todos los grandes artistas, por totales que sean sus convicciones, hay una especie de contraste antinómico en su producción.

La música de Bacewicz también expresa cosas antitéticas a su propio sentido de sí misma, lo que admitió mientras escribía sobre el estreno de su Sinfonietta (1935): "Francamente, escuché esa pieza como si no fuera mía en absoluto, pero escrito por un compositor muy sabio. No puedo creer que lo haya escrito. Es tan extremadamente vivo, alegre e ingenioso (…). No puedo entender, en verdad, cómo una encarnación del pesimismo como yo podría escribir música tan alegre".

Aunque, por supuesto, el arte a menudo aclara ideas y verdades en las que el artista no cree. En cuanto a la expresión emocional en la música de Bacewicz, como dice la anécdota popular sobre Niels Bohr: funciona incluso si no crees en él.

Ganó con sus obras varios premios entre los que destacan el primer premio del Concurso Internacional de Piano Fryderyk Chopin, en 1949, por su Concierto para piano, el premio nacional de Polonia, en 1950, por su Concierto para orquesta de cuerda y, en 1960, en París, un premio de composición por su Música para violines, trompeta y percusión.

Su producción musical ocupa un lugar especial y se interpreta no sólo en Polonia sino también en todo el mundo.

A continuación, la recordamos en el día de su nacimiento, con el Concierto para Orquesta de Cuerdas, en la versión de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Frankfurt, dirigida por Ruth Reinhardt.