Beatrice Cenci nació en Roma, Italia, el 6 de febrero de 1577, y murió en su ciudad, el 11 de septiembre de 1599. Noble.
El sitio www.vigueriasculturales.com
publicó este recordatorio firmado por Óscar Moreno Mejía.
La historia de Beatrice Cenci
11 de septiembre 2023
Por Óscar Moreno Mejía
Esta vez no se trata de la destrucción de las Torres
Gemelas, sino de otro hecho histórico acontecido el mismo día, 11 de
septiembre, pero de 1599, en la ciudad de Roma, que dejó muchos sentimientos de
solidaridad y bastante de qué hablar, hasta el punto de haber sido mencionado
en buen número de obras literarias, teatrales y musicales.
Ese día, una bella joven de la nobleza italiana, llamada
Beatrice Cenci, fue enjuiciada por darle muerte a su padre, Francesco, un
aristócrata que, debido a su temperamento violento e inmoral, más de una vez se
vio envuelto en problemas con la justicia papal. Él había sido encarcelado por
otros crímenes, pero gracias a la indulgencia con la que los nobles de la época
eran tratados, el hombre era liberado rápidamente.
De acuerdo con la leyenda, Francesco Cenci maltrataba
frecuentemente a su esposa e hijos, y viendo la belleza de su hija Beatrice,
llegó al punto de cometer incesto con ella. Beatrice informó a las autoridades
sobre los distintos abusos, pero nada sucedió, a pesar de que todos en Roma
sabían qué clase de persona era su padre. Cuando Francesco se enteró de que su
hija lo había denunciado, la envió junto con su madre lejos de Roma, a vivir en
el castillo de la familia.
Hartos del comportamiento del hombre, los cuatro hermanos
Cenci decidieron asesinarlo para poner fin a tanto abuso. En 1598, durante una
de las visitas de Francesco al castillo, dos vasallos (uno de los cuales se
había convertido en el amante de Beatrice) intentaron envenenar al hombre, pero
fracasaron en sus propósitos, por lo cual Beatrice, sus hermanos y su madre
adoptiva golpearon a Francesco con un martillo hasta matarlo, y arrojaron el
cuerpo desde un balcón para que todo pareciera un accidente. Sin embargo, nadie
creyó que la muerte de Francesco hubiese sido por un accidente realmente.
De alguna forma la ausencia del hombre fue notada en Roma, y
la policía papal inició una investigación para determinar qué había sucedido.
El amante de Beatrice fue detenido y torturado, pero murió sin revelar la verdad.
Mientras tanto, un amigo de la familia, conocedor del homicidio, ordenó la
muerte del segundo vasallo, para evitar cualquier riesgo. A pesar de todo, el
complot fue descubierto, y los cuatro miembros de la familia Cenci fueron
arrestados, encontrados culpables, y sentenciados a muerte.
Los habitantes de Roma, conocedores de los motivos del
asesinato, protestaron contra la decisión del tribunal, consiguiendo un pequeño
aplazamiento de la ejecución. Sin embargo, el papa Clemente VIII, contrario a
su nombre, no mostró clemencia alguna, y el 11 de septiembre de 1599, al alba,
la familia fue llevada al puente del Castillo Sant’Angelo, donde la sentencia
se llevó a cabo.
Giacomo fue descuartizado y posteriormente sus extremidades
fueron colgadas a la vista del público. Lucrezia y Beatrice fueron decapitadas
con espada. Sólo el hermano menor se salvó de la muerte, pero aun así fue
llevado hasta el sitio de la ejecución para presenciar la muerte de sus
familiares. Todas las propiedades de los Cenci fueron confiscadas pasando a
manos de la familia del Papa.
Para la gente de Roma, Beatrice se convirtió en un símbolo
de resistencia contra el abuso y la aristocracia, y de allí surgió una leyenda
que se conserva hasta nuestros días: cada año, en la noche antes del día de su
muerte, ella vuelve al puente cargando su cabeza.
Stefan Zweig escribió en 1926 “Leyenda y verdad de Beatrice
Cenci” en el que aclara que en el caso de Beatrice, hubo incesto, y quedó
embarazada de su padre, lo que mantuvo en secreto. Stendhal también narra la
historia de Beatrice. Igualmente, inspiró dramas a Shelley y Artaud, un relato
a Alberto Moravia y alimentó el morbo de Alejandro Dumas. En el siglo XX,
Alberto Ginastera y Alberto Girri le dieron rango de ópera y la industria
cinematográfica italiana la convirtió en película erótica. El 11 de septiembre,
resulta, entonces, un día luctuoso tanto para los romanos como para los
estadounidenses.
O.M.M
A continuación, la recordamos en el día de su nacimiento,
con la ópera en dos actos Beatrix Cenci con música de Alberto Ginastera, con
libreto en español por Alberto Girri y William Shand, basado en la historia de
la familia de Beatrice Cenci, las Chroniques italiennes de Stendhal, y el Cenci
de Percy Shelley. El estreno fue el 10 de septiembre de 1971 por la Opera
Society of Washington en Washington D. C., como parte de la inauguración del
Centro Kennedy. La dirección escénica estuvo a cargo de Gerald Freedman, con
coreografía de Joyce Trisler, y la dirección orquestal de Julius Rudel.
Seguidamente, la versión realizada en el Teatro Colón, de la
Ciudad de Buenos Aires, el 20 de marzo de 2016, según el siguiente reparto:
Beatrix Cenci es Daniela Tabernig, soprano; el personaje del Conde Francisco
Cenci, cantado por el barítono Leonardo Estévez; el rol de Lucrecia,
interpretado por Maria Luján Mirabelli, mezzosoprano; Orsino es el tenor Fernando
Chalabe; el papel de Bernardo, cantado por Florencia Machado, mezzosoprano; y
Emiliano Bulacios, bajo-barítono, es Andrea, junto al Coro y la Orquesta
Estable del Teatro Colón, dirigidos por Guillermo Scarabino.
Síntesis argumental.
La acción en el siglo xiv, en el palacio Cenci en Roma.
El conde Francesco Cenci ha organizado un baile de máscaras
para celebrar la muerte de sus dos hijos de Salamanca. La gente desprecia al
Conde, y su hija Beatrix y su segunda esposa Lucrecia viven con miedo de él.
Beatrix quiere escapar para tener a su antiguo pretendiente, Orsino, y
comunicar una carta al Papa. Orsino, que ha tomado las órdenes sagradas,
destruye la carta.
En el baile, los invitados son repelidos por la idea del
conde celebrando la muerte de sus propios hijos. Se van, al terror de Beatriz,
que no quiere estar sola en compañía de su padre. Orsino entra y se cubre la
destrucción de la carta de Beatrix diciendo que el Papa ha rechazado su
petición. Quedado solo, el conde viola a Beatrix.
En el exilio después de informar el acto de su padre, el
hermano mayor de Beatrix, Giacomo, convence a Beatrix de matar a su padre.
Entonces, ella contrata a dos asesinos para la tarea, Olimpio y Marzio.
Lucrecia le da a Cenci una poción para dormir. Los asesinos matan al conde y
ocultan su cuerpo.
Meses más tarde, Orsino anuncia que el cuerpo del conde ha sido descubierto. Uno de los asesinos ha sido asesinado, y el otro ha confesado el asesinato. Beatrix es arrestada por el crimen, y luego atada y torturada. Finalmente, es ejecutada en el cadalso.