Fernanda Jiménez Peña, más conocida como Fernanda de Utrera, nació en Utrera, Sevilla, España, el 9 de febrero de 1923, y murió en su ciudad, el 24 de agosto de 2006. Cantaora.
El sitio www.zocoflamenco.com
publicó este recordatorio.
Fernanda de Utrera, maga pura y abismática
Se cumplen cien años del nacimiento de una de las grandes
cantaoras del flamenco del siglo XX, Fernanda Jiménez Peña, Fernanda de Utrera.
Heredera del cante por soleá, ha aportado al flamenco una extrema jondura,
personalidad y sentimiento que la hacen única en su interpretación: “su soleá
es magia pura y abismática», dixit Ricardo Molina, escritor y flamencólogo.
Fotograma CanalSur
Fernanda (Utrera, 9 de febrero, 1923 – 24 de agosto, 2006),
descendiente de una de saga del flamenco
gitano (nieta de Pinini), era una ‘cantaora de nacimiento’, cuya influencia
artística le vino de su entorno. De niña vivió el cante y el baile, en las
típicas fiestas familiares celebradas en su casa. Ella misma comenzó a cantar a
los 10 años, y ya acudían a verla otros artistas llamados por el peculiar eco
de su voz. Pero su padre no les dejaba profesionalizarse, hasta 1957, cuando
por intermediación de Antonio Mairena consiguió un contrato y las llevó a
Madrid, donde actuaron en los tablaos Zambra, Corral de la Morería, Las Brujas,
y de ahí un contrato para Nueva York, durante cinco meses. Siguieron los
festivales, las fiestas, las peñas….
Fernanda es reconocida como la mejor cantaora por soleá del
siglo XX. Su voz ronca,
rota, y la transmisión de emoción
en sus interpretaciones la hicieron única en su estilo. Este 9 de febrero, con
motivo de su centenario, el Ayuntamiento de Utrera va a solicitar la Llave de
Oro del Cante para Fernanda y su hermana Bernarda.
Duendeando, dirigido por Teo Sánchez, de Radio3, RNE, ha
dedicado a Fernanda en su Centenario su último programa:
https://www.rtve.es/play/audios/duendeando/centenario-fernanda-05-02-23/6801015/
Fernanda destacó también por su cante por fandangos, ella
decía que hay que poner el corazón: «Yo tengo un fandango grabado, ese de “a
mis niños no me los abandones…”, porque desde que murió una hermana mía, no lo
puedo cantar, porque me acuerdo de mi hermana que dejó a sus hijos solos. Me la
pide la gente y forzada la canto; pero me entra un repeluzno y una
descomposición de cuerpo, que no puedo…».
El escritor y flamencólogo Ricardo Molina afirmaba que las
soleares de Fernanda eran «magia pura y abismática»; el poeta Premio Cervantes,
Caballero Bonald, nombraba «su nobilísima, sollozante y profunda expresión»;
Jiménez Díaz afirmaba que cada palabra en su cante por soleá era «un manantial
de sangres»; Félix Grande dijo de ella que era «la voz de mujer más tierna y
ronca, desesperada y delicada de cuantas honran el desconsuelo piadoso del
flamenco».
Vídeo: Rito Y Geografía Del Cante Flamenco Vol. 6 — Fernanda
De Utrera:
Fernanda peleaba el cante como si de una batalla se tratase,
con su voz ronca y rota, ahondaba hasta profundidades del alma, desnuda, sin
adornos, hasta romperse, dando en cada cante lo máximo de sí misma. Esa
transmisión, autenticidad y pureza es su marca de identidad, y lo que la hace
grande, inmensa, la misma marca del flamenco, de eso inmaterial que tanto da
tan hondamente.
A continuación, la recordamos en el día de su nacimiento, con
Soleá, acompañada en guitarra por Enrique de Melchor, y compás,
Bernarda de Utrera.