lunes, 16 de agosto de 2021

Jacinto Guerrero

 

Jacinto Guerrero Torres nació en Ajofrín, España, el 16 de agosto de 1895, y murió en Madrid, España, el 15 de septiembre de 1951. Músico y compositor.

El sitio www.dbe.rah.es publicó este recordatorio firmado por Leticia Martín Ruiz.

Jacinto Guerrero Torres

Biografía

Guerrero Torres, Jacinto. Ajofrín (Toledo), 16.VIII.1895 – Madrid, 15.IX.1951. Compositor.

La afición musical nació pronto en Jacinto Guerrero, ya que su padre, Avelino Guerrero Cruz, era el director de la banda de música de Ajofrín, donde él comenzó a tocar el bombo y los platillos, intentando así poder obtener algún dinero. En esa época su padre también era el encargado de programar la zarzuela en el pueblo toledano, por lo que también comenzó a conocer el repertorio de zarzuela del momento.

Con sólo nueve años sufrió una de las más importantes pérdidas de su vida, falleció su padre, lo que supuso para él también muchos cambios, entre otros su ingreso en el Colegio de Infantes de Toledo. Allí también siguió en contacto con la música ya que cantaba como “seise” de la catedral y se formaba en Polifonía, Canto Llano, Violín y Piano. En este colegio conoció a Agustín Moreno Pavón.

De esta época son sus primeras obras, una salve a cuatro voces que dirigió él mismo en la procesión de la Virgen de la Esperanza de Toledo y, muy especialmente, su Himno a Toledo, gracias al cual consiguió una beca de la Diputación y del Ayuntamiento de dicha ciudad, por lo que se trasladó a Madrid en 1914.

En estos años, antes de entrar en el conservatorio, recibió algunas clases de Conrado del Campo y pronto conseguiría entrar como alumno oficial y obtuvo las mejores calificaciones. Para subsistir durante este tiempo escribió cuplés y coplas para teatros, tocó en todo tipo de ceremonias. En el año 1915 ingresó como 2.º violín del teatro Apolo, por lo que comenzó a estar en contacto con el mundo de la música y la escena.

En 1917 obtuvo por unanimidad, el diploma de 1.ª Clase de Armonía en el Conservatorio de Madrid y empezó a tocar como violinista en el teatro Apolo.

Su primera obra, La de la cara de Dios, un sainete de costumbres madrileñas, fue compuesta en 1918, aunque no sería estrenada. Hasta el año siguiente no consiguió su primer estreno escénico, la humorada sainetesca El camino de Santiago, con libreto de Ángel y Manuel Díez Enrich en el teatro Martín.

Su primer éxito importante llegó con el estreno de La pelusa o el regalo de reyes en el teatro de La Latina, se hicieron más de cien representaciones. Gracias a este estreno tuvo mayor estabilidad económica, además de que se le ofreció el puesto de pianista en el teatro Fuencarral.

Tras este difícil comienzo se sucedieron los estrenos uno tras otro, a la vez que su posición en el mundo de la música se iba asentando. Su hermano Inocencio le sustituyó en el teatro Fuencarral, mientras que él pasaba a dirigir la orquesta del teatro Cervantes. Su primer estreno en el teatro Apolo fue La hora del reparto en 1921. En ese año, gracias a la intervención del barítono Emilio Sagi-Barba con los empresarios del teatro Tívoli de Barcelona, se estrenó allí La Alsaciana, que ratificó el éxito de Jacinto y marcó su acercamiento al género de la opereta.

La década de 1920 fue la gran época creadora de Jacinto Guerrero, años en los que se gestaron sus principales títulos en zarzuela. La montería fue estrenada en el teatro del Circo de Zaragoza en 1922, obra que constituye un hito en la carrera del maestro y marca su reconocimiento definitivo al representarse al año siguiente en el teatro de la Zarzuela. Un éxito similar obtuvo con otra zarzuela, Los gavilanes, su primera incursión en la llamada zarzuela grande. En 1924 estrenó su primera obra en colaboración con Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw, La sombra del Pilar. Ese mismo año estrenó en Madrid Don Quintín el Amargao, obra que representa al género sainete tradicional de final del siglo xix. Tuvo tanto éxito que llegó a estar representado en tres teatros madrileños a la vez: el Pavón, el Novedades y el Apolo.

Cuando su éxito estaba ya más que consagrado, pidió a Juan Ignacio Luca de Tena un libro de tema toledano, con intención de escribir una obra en homenaje a su tierra natal. Este libro fue El mesón del sevillano de Diego San José de la Torre, obra en la que incluso aparece como personaje Miguel de Cervantes.

A esta obra pertenece uno de los números más conocidos del maestro, “Fiel espada triunfadora”. El éxito en su estreno vino en gran parte por sus intérpretes, Jesús Navarro en el papel de Cervantes y los cómicos Lledó y Aparicio.

Tras este gran éxito se sucedieron algunos estrenos menores, como El sobre verde, que se estrenó en el teatro Victoria de Barcelona y el Apolo de Madrid en 1927. En una función, el 27 de mayo de 1927, se celebró un homenaje al maestro Guerrero, al que asistió Alfonso XIII y se interpretaron muchos de sus chotis. Durante el año 1928 se produjeron algunos estrenos, aunque los más destacables fueron, sin duda, Martierra y la revista La orgía dorada, con libreto de Pedro Muñoz Seca, donde se cantaba la marcha-pasodoble Soldadito español, que dio a Guerrero una fama desbordante.

El año 1929 está marcado por la clausura del teatro Apolo de Madrid y un viaje a París donde Raquel Meller presentó la revista París-Madrid, un montaje realizado con fragmentos de composiciones suyas anteriores.

Su siguiente composición para zarzuela grande fue La rosa del azafrán, con libreto de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw, que revisaba El perro del hortelano de Lope de Vega, estrenada en marzo de 1930 en el teatro Calderón de Madrid, donde se representó varios cientos de veces. Con esta obra incluso llegó a Hispanoamérica, cosechando un importante éxito en Argentina. Allí desarrolló dos giras de dos compañías, una de zarzuela y otra de revista.

A petición del director George Berthold Samuelson compuso la música para la película La canción del día, una de las primeras realizaciones sonoras en español y la primera incursión en el cine del maestro Guerrero.

En el año 1931 recibió la Cruz de Isabel la Católica.

En ese mismo año se iniciaron las obras del teatrocine Coliseum, proyecto del compositor realizado por los arquitectos Casto Fernández-Shaw y Pedro Muguruza al final de la Gran Vía madrileña. Es considerado uno de los edificios más interesantes construidos durante la Segunda República; se inauguró en 1932.

El proyecto fue analizado y descrito en diferentes artículos de la revista Cortijos y rascacielos, publicación dirigida por el propio Casto Fernández-Shaw. Se trataba de un edificio mixto con teatro y viviendas, la primera de las cuales es hoy la sede de la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero. Terminado el teatro, se formó la Sociedad Anónima de Espectáculos Públicos, que daba a conocer su programación a través del Noticiario Coliseum. Desde el principio, la sala aunó programación cinematográfica, teatro y teatro musical.

De hecho aparece como uno de los teatros dedicados a las representaciones líricas junto a los de la Zarzuela, Calderón, Fuencarral, Ideal, Latina y Rialto en el anuario de 1933. Guerrero estrenó en 1934 dos sainetes líricos, Los maestros canteros y La mentira mayor, así como la zarzuela Colores y barro, con libreto de los hermanos Álvarez Quintero.

En el mes de abril participó como miembro fundador en la asociación Cinematografía Española y Americana (CEA) bajo la presidencia de Jacinto Benavente, y con intención de dedicarse a la producción y explotación de películas cinematográficas españolas.

Desde entonces colaboró activamente componiendo música para diferentes películas.

En febrero de 1935 Guerrero pasó a formar parte de la nueva Junta Nacional de Música y Teatros Líricos, junta asesora no ejecutiva del Ministerio de Cultura.

Otros miembros de esta junta fueron Jacinto Benavente, Eduardo Marquina, Carlos Arniches, Antonio Estremera, Tomás Borras, Francisco Alonso o José Serrano, todos ellos propuestos por la Sociedad General de Autores.

Al estallar la Guerra Civil, Guerrero viajó a París y más tarde se instaló en San Sebastián, donde estaba su familia, volviendo a Francia de forma esporádica. Tras la guerra, su primer estreno fue la obra Carlo Monte en Monte Carlo, opereta en catorce cuadros, con libreto de Enrique Jardiel Poncela. Esta obra marcó un giro en la producción del maestro Guerrero, que a partir de esta fecha y hasta su muerte prácticamente se dedicó con exclusividad a la revista.

En el teatro Coliseum se estrenaron algunos títulos nuevos del maestro, pero en ningún caso pudieron igualar a éxitos anteriores, como La canción del Ebro (1941) o La Lola lozana (1942), que fue muy bien considerada por la crítica y comentada por algunos como su mejor obra dentro del género de la zarzuela clásica. En 1943 una obra de Guerrero clausuró la programación lírica del teatro Coliseum, Lluvia de besos, destinado desde entonces sólo a la proyección cinematográfica.

En 1943 recibió la Encomienda de Alfonso X el Sabio y en 1944 estrenó el que fue uno de sus últimos éxitos, la opereta cómica ¡5 minutos nada menos!, que alcanzó más de mil ochocientas representaciones seguidas en el mismo escenario madrileño.

Guerrero siempre estuvo presente en los diferentes hitos de la música y la escena, así como también en el cine. Fue el compositor de la música de la primera película de dibujos animados española, Garbancito de la Mancha, estrenada en mayo de 1945 en el Palacio de la Música.

En 1946 tomó posesión como concejal delegado de la Banda Municipal del Ayuntamiento de Madrid, siendo la primera vez que un músico ocupó un cargo de este tipo. Este año realizó su segundo viaje a América, recibiendo un homenaje en Buenos Aires.

En 1947 se produjo el polémico estreno de La blanca doble, revista estrenada en el teatro de La Latina con gran éxito, pero muy criticada por algunos sectores de la sociedad, que la consideraban atrevida en exceso, consiguiendo incluso que el cardenal Segura amenazara a sus fieles con penas canónicas para quien asistiera a verla.

En 1948 dimitió como concejal del Ayuntamiento de Madrid para ocuparse de la presidencia de la Sociedad de Autores, sustituyendo al maestro Alonso, fallecido en mayo de ese año. Este cargo le hizo viajar en varias ocasiones por diferentes ciudades del mundo, Nueva York, París, Bruselas, Lisboa. Su implicación con la Sociedad General de Autores le llevó a adquirir su actual sede, el palacio de Longoria.

En 1951 se celebraron diferentes actos en su honor, en un homenaje en el teatro Albéniz recibió la Medalla del Trabajo, y el Ayuntamiento le regaló una batuta de oro. En Toledo recibió un homenaje en el que le dieron su nombre a una calle, y se estrenó el “Tríptico toledano”.

Comenzó la composición de El canastillo de fresas, zarzuela de siete cuadros y una evocación, que dejó inconclusa, a falta de orquestación, por su fallecimiento repentino en septiembre de este año. Su hermano Inocencio promovió, tras su muerte, la finalización de la obra, encargando la orquestación de cada uno de los “siete cuadros y evocación” a un compositor diferente. Participaron en el proyecto Conrado del Campo, Enrique Estela, Jesús García Leoz, José Luis Lloret, Agustín Moreno Pavón, Federico Moreno Torroba, Daniel Montorio, José Olmedo, Manuel Parada, Juan Quintero, Jesús Romo y Ernesto Rosillo.

La obra fue estrenada el 16 de noviembre de 1951 en el teatro Albéniz de Madrid, a modo de homenaje póstumo al maestro Guerrero, obtuvo un gran éxito.

De hecho, a propuesta de Luis Fernández Ardavín, Guillermo Díaz Plaja y Antonio Fernández-Cid, se otorgó a El canastillo de fresas en 1952 el galardón como mejor obra lírica.

Su entierro constituyó una gran explosión del fervor popular. A título póstumo recibió la Medalla de la Diputación Provincial de Madrid.

Tras su fallecimiento, su hermano Inocencio fue el encargado de promover su obra y su vida por todo el mundo, instaurando con este fin, en 1982, la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero.

Obras de ~: Como los ojos de mi morena, sainete lírico, 1919; El camino de Santiago, humorada, 1919; La Pelusa, sainete, 1920; Colilla IV, zarzuela, 1920; La cámara oscura, revista, 1920; El oso y el madroño, 1921; La Alsaciana, zarzuela, 1921; Aleluyas de Madrid, 1921; Manolita la peque, entremés, 1921; El Otelo del barrio, sainete, 1921; La hora del reparto, sainete, 1921; Señoras, a sindicarse, humorada, 1921; El número 15, sainete, 1922; Picardías, sainete lírico, 1922; La montería, zarzuela, 1922; El rey nuevo, zarzuela, 1923; Sole la peletera, sainete lírico, 1923; La luz de Bengala, zarzuela, 1923; Los gavilanes, zarzuela, 1923; Cándido tenorio, 1923; A la sombra, sainete, 1924; Cómo se hace un hombre, sainete, 1924; Lo que va de ayer a hoy, zarzuela, 1924; La sombra del Pilar, zarzuela, 1924; Todo el mundo futbolista, entremés, 1925; María Sol, zarzuela, 1925; El collar de Afrodita, ópera, 1925; Por los flecos del mantón, sainete, 1925; El huésped del sevillano, zarzuela, 1926; Me casó mi madre, sainete, 1926; El sobre verde, sainete, 1927; Cornópolis, fantasía cómico-lírica, 1927; Ole ya, revista lírica, 1927; Las alondras, comedia lírica, 1927; La orgía dorada, revista, 1928; Viva la cotorra, andaluzada, 1928; Martierra, zarzuela, 1928; Abajo las coquetas, descubrimiento científico, 1928; Arriba y abajo, quisicosa cómico-lírica, 1929; El mantón español, zarzuela, 1929; El país de los tontos, travesía amorosa, 1930; Ramón del alma mía, humorada, 1930; La rosa del azafrán, obra teatral, 1930; Campanela, zarzuela, 1930; La sal por arrobas, 1931; Miss Guindalera, sainete lírico, 1931; Todo a 65, revista, 1931; La loca juventud, zarzuela, 1931; La fama del tartanero, zarzuela, 1932; El ama, comedia, 1933; SOS Goal!, revista, 1933; La camisa de la Pompadour, historieta cómica, 1933; Colores y barro, zarzuela, 1934; Los maestros canteros, sainete lírico, 1934; Hip, hip, hurra, obra teatral, 1935; La cibeles, pasacalle, 1936; Alo Hollywood, comedia musical, 1936; Los apaches, francesada; 1938; Los brillantes, sainete, 1938; Carlo Monte en Monte Carlo, obra teatral, 1939; La calle 43, obra teatral, 1940; El mago cosquillas, cuento infantil, 1941; La canción del Ebro, zarzuela, 1941; Negocio redondo, zarzuela, 1941; Déjate querer, zarzuela moderna, 1942; La media de cristal, zarzuela cómica, 1943; Cinco minutos nada menos, obra teatral, 1944; Tiene razón don Sebastián, sainete lírico, 1944; La blanca doble, obra teatral, 1947; La canción de la huerta, obra teatral, 1949; Los países bajos, comico-lírica, 1949; El beso de la zahorí, zarzuela, 1951; Allo marte, fantasía, 1951; El canastillo de fresas, zarzuela, 1951; El tercer hombro, obra teatral, 1951; Espabíleme usted al chico, obra teatral, 1952.

Bibl.: G. Fernández-Shaw, Célebres músicos de España, Barcelona, Ediciones GP, s. f.; F. Serrano Anguita, Jacinto Guerrero. Buen maestro y gran amigo, Valladolid, Gráficas Castilla, 1951; J. I. Luca de Tena, Mis amigos muertos, Barcelona, Planeta, 1971; M. Herrejón Nicolás, El maestro Jacinto Guerrero, Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1982; X. Aviñoa, Los Gavilanes. Estudio, análisis y comentarios para una rápida comprensión, Barcelona, Daimón, 1983; E. Sanz Vélez, Jacinto Guerrero. Una biografía y dos estudios, Premio El Maestro Guerrero y su Tiempo de la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero en 1984 (inéd.); F. Vizcaíno Casas, Personajes de entonces..., Barcelona, Planeta, 1984; A. Fernández-Cid, El maestro Guerrero y su estela, Madrid, Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, 1994; VV. AA., Jacinto Guerrero, de la zarzuela a la revista, ed. de A. González Lapuente, Madrid, Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, Sociedad General de Autores y Editores, 1995; M. P. Espín Templado, El teatro por horas (1870-1910), Madrid, Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, Instituto de Estudios Madrileños, 1995; J. Carabias, El maestro Guerrero fue así, Madrid, Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, Biblioteca Nueva, 2001.

Leticia Martín Ruiz

A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento, con la Romanza No Me Duele Que Se Vaya, de la zarzuela La Rosa del Azafrán, en la versión de Teresa Berganza, mezzo soprano, y la Gran Orquesta Sinfónica, dirigida por el Nicasio Tejada.