viernes, 30 de septiembre de 2022

Joaquín Pardavé


Joaquín Pardavé Arce nació en Pénjamo, Guanajuato, México, el​ 30 de septiembre de 1900, y murió en Benito Juárez de la Ciudad de México, el 20 de julio de 1955. Actor, director, cantautor, compositor, comediante y guionista.

El sitio www.sacm.org.mx publicó este recordatorio.

Joaquín Pardavé Arce

Nació en Pénjamo, Gto., el 30 de Septiembre de 1900. Fue el mayor de tres hermanos, José, ya fallecido, que fuera también actor, y Julia, que radica en Madrid, España. Joaquín Pardavé falleció el 20 de Julio de 1955, en la ciudad de México. Fueron sus padres Joaquín Pardavé, actor de gran renombre y Delfina Arce, notable cantante de zarzuela. Vivió en la ciudad de Monterrey, N.L., en 1916 y 1917; todo el demás tiempo en México, D.F. Estudió primaria en la Escuela San Luis Gonzaga; secundaria y preparatoria en el Vasco de Quiroga. A los quince años de edad tomó un curso de pintura en la Escuela de San Carlos.

Su carrera de actor la inició muy pequeño, ya que sus padres lo sacaban en brazos al escenario. Su primer papel lo obtuvo a la edad de cuatro años en la obra "La Cara de Dios". Como compositor comenzó a escribir cuando contaba con dieciséis años de edad, fue el mismo año en que falleció su madre. Joaquín dejó los estudios para trabajar y sostener a sus hermanos. En esos días compuso "Mi Carmen", para su novia. Por necesidades económicas se trasladó a Monterrey, en donde ingresó a Ferrocarriles Nacionales como ayudante de telegrafista, era 1917. Progresó en su empleo, pero su destino era otro. En 1919, su tío Carlos Pardavé, también actor, lo llamó. Joaquín abandonó el empleo para dedicarse al teatro. En Abril de ese año debutó en el teatro Ideal, formando parte del elenco de la obra "Los Hijos del Capitán Grant", inició así de manera oficial su carrera artística; una carrera que sería muy brillante y prolífica.

En 1925 conoció a la Srita. Soledad Rebollo, tiple del teatro donde trabajaba. Contrajeron matrimonio el 26 de Octubre de ese mismo año. Soledad se convirtió en el amor de su vida, su inspiración floreció y escribió para ella canciones como: "Plegaria", "Bésame en la Boca", "Negra Consentida", "Varita de Nardo", etc. Joaquín Pardavé ingresó al cine con la película "Jalisco Nunca Pierde". Intervino en ciento cinco cintas, de las cuales dirigió veinticuatro. Fue actor, compositor, pintor, escritor de obras de teatro serio y de revista, así como de argumentos cinematográficos. En su juventud jugó fútbol, formando equipo con Roberto Soto hijo y Fernando Soto "Mantequilla". Tenía una fuerte personalidad y un carácter como pan dulce. Era extraordinariamente responsable.

Sus principales pasatiempos, jugar boliche, escribir, leer y escuchar música, de preferencia la popular nacional, las piezas y canciones de sus contemporáneos y las que él escribió.

De la enorme lista de canciones que compuso: "La Panchita", "Falsa", "No Hagas Llorar a esa Mujer", "El Aburrido", "En un Burro Tres Baturros", "Tus Cabellos", "Cholita", "Caminito de la Sierra", "Ventanita Morada", "La Mujer Ladina", "Pénjamo" (dedicada a su tierra natal); y su última canción, "Ando Picado", dedicada al Sr. Miguel Aceves Mejía.

Entre las películas: "El que Tenga un Amor", "El Baisano Jalil", "Los Hijos de Don Benancio", "Los Nietos de Don Benancio", "Cuando los Hijos se Van", "Azahares para tu Boda", "El Barchante Negib", "Ojos de Juventud", "Al Son de la Marimba", "La Tía de las Muchachas", "México de mis Recuerdos", "Soy Charro de Rancho Grande", "Los Viejos Somos Así", "Una Gallega en México", "En Tiempos de Don Porfirio", "Ahí Está el Detalle", "El Gran Makakikus", etc.

La canción que le dió mayores satisfacciones fue "Negra Consentida", que la escribió a su esposa Cholita.

Fueron muchos los reconocimientos con los que fue homenajeado en vida Joaquín Pardavé, y muchos también los que siguen otorgándosele de manera póstuma por sus muy exitosas trayectorias, como artista muy completo, poseedor de grandes dones y cualidades, que le permitieron expresar sentimientos auténticos a través de su obra musical, y de un inigualable arte histriónico con el que ganó admiradores no sólo en su momento, sino entre las nuevas generaciones que lo han conocido por sus películas.

Una ocasión inolvidable y emotiva fue cuando recibió una medalla y diploma por sus cincuenta años de actor. El 20 de Julio de 1955, a las tres y media de la mañana, murió Joaquín Pardavé, víctima de una embolia cerebral por exceso de trabajo, participaba en dos películas de manera simultánea, y en la obra de teatro "Un Minuto de Parada".

Poco después del fallecimiento de Joaquín Pardavé, comenzó a correr un rumor que ahora, a casi treinta y siete años, sigue circulando, y mucha gente creyéndolo. A esto la familia, representada por la Sra. María Elena Pardavé Robles, hija de José Pardave, hermano de Joaquín, expresa: "Joaquín Pardavé no fue enterrado vivo como mucha gente piensa. Sus restos jamas han sido exhumados, ni siquiera cuando su esposa falleció. Ella, mi tía, ocupa un lugar en la misma tumba, pero los restos de mi tío no fueron exhumados". "Insistimos que jamás se ha abierto su caja. Así desmentimos categóricamente los rumores que circulan".

A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento, con uno de sus éxitos: Negra Consentida, en la versión de Juan Arvizu.

jueves, 29 de septiembre de 2022

Cuchi Leguizamón


Gustavo Leguizamón, más conocido como Cuchi Leguizamón, nació en Salta, Argentina, el 29 de septiembre de 1917, y murió en su ciudad, el 27 de septiembre de 2000. Compositor.

El sitio www.edisalta.ar publicó este recordatorio.

Gustavo Leguizamón (el Cuchi)

Nació a las once horas y cinco minutos de la mañana de un 29 de Septiembre de 1917 en la ciudad de Salta. Hijo de José María Leguizamón Todd y María Virginia Outes Tamayo. Descendiente de Dña. Martina Silva de Gurruchaga, criolla de hacha y tiza que peleó en la Batalla de Salta, considerada heroína de la Independencia.

Hijo de un contador fanático de la ópera y de una mujer que heredó la costumbre de silbarles a los pájaros para que la siguieran, Gustavo Leguizamón es un arquetipo al que reverenciaron los ricos y los pobres, la izquierda y la derecha, el apetito y las ganas de comer. Pero, ¿cuál fue el secreto de esta magia? La respuesta, acaso se pueda rastrear en su propia historia.

Tenía meses apenas y a su madre le preocupaba su delgadez. Fue en esa época que a Doña María Virginia le ofrecieron unos chanchos para ver si podía comprarlos. "¡Pero están flacos como este cuchi!", dijo mirando a su hijo. En ese instante Leguizamón quedó rebautizado: desde entonces y para todos sería El Cuchi, vocablo que en quechua quiere decir precisamente chancho o cerdo, pero al que en Salta se le otorga un significado no peyorativo sino simpáticamente cómplice.

Como padecía de sarampión, a los dos años su padre le regaló una quena, con lo cual lo hizo musiquero antes casi de que aprendiera a hablar. Su familia cuenta que pronto le arrancaba al instrumento EL BARBERO DE SEVILLA casi íntegro. Después, siempre de oído, la emprendería con la guitarra y el bombo, hasta que acabó en el piano.

Cuando tenía veinte años y debía resolver su futuro, ya era músico. Le comunicó a su padre que iba a estudiar Derecho, y el hombre se encrespó. Su idea era que fuera a París para perfeccionarse. El le giraría la mensualidad. El Cuchi, que se deleitaba con tener una historia al revés de los convencionalismos, no hizo caso y marchó a La Plata, donde en 1945 obtuvo el título de abogado.

No olvidaría jamás aquella estudiantina que lo llevaba a Buenos Aires a recalar en El Olimpo, un tugurio del Bajo donde se jugaba ajedrez. Allí conoció a Witold Gombrowicz, al que descubrió con unos botines rotosos pero inmensos. "El único que puede tener patas de ese tamaño -maquinó- es Ariel Ramírez". Y acertó, porque Ramírez le había regalado los zapatos al polaco. Cantó con el coro universitario, jugó rugby y después fue profesor de historia y filosofía, Diputado Provincial y ejerció durante treinta años la abogacía, hasta que decidió dejarla, porque "Estoy harto de vivir en la discordia humana. Me produce una gran satisfacción ver una vieja en el mercado tarareando una música mía. Una vez venía bastante enojado con todos estos inconvenientes que tiene la vida, y un changuito pasó en bicicleta, silbando la Zamba del pañuelo. Entonces lo paro y le pregunto qué es lo que silba: -No sé; me gusta y por eso lo silbo-, me contestó. Ya ves, ésa es la función social de la música".

En los cuarenta, cuanto tenía algo más de 25 años, trenzó una amistad entrañable con el poeta Manuel J. Castilla, el hijo del jefe de la estación de Cerrillos, a quien en una de sus obras mayores le diría: "Padre, ya no hay nadie en la boletería". Al Cuchi, muchas veces con letra de Castilla, le debe la música argentina y universal, zambas, chacareras, carnavalitos, vidalas inolvidables en las que habitan el amor, la tragedia, la miseria, el sarcasmo, la ternura.

Era un enamorado de la baguala ("Toda gran zamba encierra una baguala dormida: la baguala es un centro musical geopolítico de mi obra") pero también de Bach, Mahler, Ravel, Stravinsky, Schönberg y sobre todo de Beethoven, al que definió con sabiduría como "definitivo". Pero no se quedó ahí, también admiró a otro genio argentino, Enrique Villegas, y a Chico Buarque, Milton Nascimento, Vinicius ("Las corrientes de música popular americana más importantes están en Brasil") y Ellington. Capaz de organizar en Salta primero y en Tucumán más tarde conciertos de campanarios (literalmente, pues el sonido lo proveían los bronces de las iglesias), es cierto que Leguizamón saltó sobre el pentagrama y pulsó cuerdas, digitó teclados, sopló en maderas, cobres y cuernos, como se escribió alguna vez, a pura oreja. La prueba es que intentó también un concierto de locomotoras, fascinado por "ese instrumento musical maravilloso que tiene fácilmente dieciocho escapes de gas que son sonidos y un pito con el cual se pueden hacer maravillas, por no contar su misma marcha". Al principio -hasta hizo fundir una quena para agregarla a la máquina-, los ferroviarios lo miraban como a un bicho raro. Después se entusiasmaron. Los maquinistas lo saludaban con el saludo sonoro de la locomotora, que además le enseñaron a plasmar.

En tiempos de Arturo Illia, Gustavo Leguizamón fue diputado provincial extrapartidario y en tiempos del gobernador peronista de Salta Roberto Romero, asesor cultural de la provincia. Fue entonces cuando embistió con mayor fiereza contra una burocracia sorda que impedía importar pianos y protagonizó en la Legislatura debates memorables para propender al descongelamiento cerebral.

Capaz de respetar a Churchill tanto cuanto despreciaba a Thatcher, Malvinas fue para él una herida abierta pero no ciega, porque supo adjudicar responsabilidades cuando se preguntó por qué fuimos y no peleamos. Impensable en Buenos Aires, Leguizamón- que mascaba hojas de coca, y defendía la costumbre- fue parte del paisaje de Salta, a la que amó profundamente, desde los olores de sus yuyos secos hasta el aire que viene de la quebrada escondida por la cual Belgrano sorprendió a los españoles.

Es autor de las zambas más famosas y que representan a la cultura musical de Salta., la música popular; además de haber compuesto obras populares es un compositor que ha contribuido con su talento y su expresión al acervo cultural salteño. Sus obras son características por su armonía y ritmo por su riqueza melódica, su temática musical. Escribió entre otras : Zamba del Pañuelo, del Mar, La Panza Verde con Jaime Dávalos, Chacarera del Expediente, Carnavalito del Duende, Zamba del Argamonte (Castilla), Bajo el azote del sol (Nella Castro). Su musicalidad y asonancia fue única y componía algunas de sus obras a la medida de la interpretación del Dúo Salteño con quien mejor acuñó las disonancias que emergían como duendes traviesos de las melodías. Su simpatía y espontaneidad (ocurrencias) brotaban a borbotones en la cotidianeidad Salteña.

Ganó numerosos premios por su labor artística: Premio SADAIC, Premio Fondo Nacional de la Artes. Compuso una obra que Virtu Maragno la estrenara con la Orq. Sinfónica de Santa Fe, es su Preludio y Jadeo, compuso la música para la película La Redada.

Pero Leguizamón poco a poco se fue apagando, perdiendo primero la memoria- olvidó hasta cómo tocar el piano- luego la razón y finalmente la vida. Murió en Salta, la ciudad que le había visto nacer y pasar en ella toda su existencia, a las cuatro y media de la tarde de un 27 de Septiembre del 2000, dos días antes de que pudiera cumplir los 83 años de edad.

A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento, con su interpretación de la Zamba del pañuelo, y a continuación la de Los Fronterizos.

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Cromwell Everson

 

Cromwell Everson nació en Beaufort West, Sudáfrica, el 28 de septiembre de 1925, y murió en Durban, Sudáfrica, el 11 de junio de 1991. Compositor.

El sitio www.williamstanley.es publicó este recordatorio.

Cromwell Everson (28 de septiembre de 1925 - 11 de junio de 1991) fue conocido principalmente como compositor durante su vida. Fue criado como un africander por su madre, Maria De Wit y su padre, Robert Everson. Continuó esta tradición y todos sus hijos se criaron como afrikaners.

Everson escribió la primera ópera afrikáans, y la mayoría de sus otras obras vocales estaban en afrikáans. Sus obras consisten en cinco sonatas, un trío, una ópera, un conjunto de inventos, cuatro ciclos de canciones, una suite de piano, movimientos variados para piano y guitarra y una sinfonía incompleta y un cuarteto de cuerdas.

Durante la carrera de Everson en Worcester, Cabo Occidental también le dio lecciones de música al músico David Kramer.

Por su ópera en afrikaans, Everson recibió en 2007 un reconocimiento póstumo de la ATKV (Sociedad de lengua y cultura afrikaans).

A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento, con las Cuatro canciones de amor, en la versión de Colleen Philp, soprano; acompañada en piano por Ann Muir.

Canción nocturna, Nunca más, Solo siempre tú, Bosques de pinos.

Hace click en el enlace para escuchar el audio.

martes, 27 de septiembre de 2022

El Mirador Nocturno – Radio / Franz Joseph Haydn – Trío con Piano Nº 39 en Sol Mayor Hob. XV:25, Sinfonía Nº 104 en Re Mayor, Concierto para Piano y Orquesta Nº 11 en Re Mayor Hob. XVIII:11, Concierto para Violonchelo y Orquesta Nº 1 en Do Mayor Hob. VIIb:1.

Hoy les presento el 4º programa de La Música de Todos Los Tiempos, dedicado a Franz Joseph Haydn, con el Trío con Piano Nº 39 en Sol Mayor Hob. XV:25, la Sinfonía Nº 104 en Re Mayor, el Concierto para Piano y Orquesta Nº 11 en Re Mayor Hob. XVIII:11, y el Concierto para Violonchelo y Orquesta Nº 1 en Do Mayor Hob. VIIb:1.

Hacé click en el reproductor para escuchar el programa.

       

Freddy Quinn


Franz Eugen Helmut Manfred Niedl-Petz, más conocido como Freddy Quinn, nació en Niederfladnitz, Austria, el 27 de septiembre de 1931. Cantante y actor.

El sitio www.last.fm publicó esta biografía.

Freddy Quinn es un cantante y actor austriaco cuya popularidad dentro del mundo germanoparlante aumento al final de la década de 1950 y en la de 1960. Similar a Hans Albers.

Representó a Alemania en el Festival de la Canción de Eurovisión 1956 en Lugano, Suiza con la atípica canción, "So geht das jede Nach", acerca de una novia infiel que sale con muchos hombres. Sus otras canciones son acerca de la infinidad del mar y la vida solitaria en tierras lejanas. Su primer éxito fue "Heimweh" ("Nostalgia", también comocida como "Brennend heißer Wüstensand", "Dort wo die Blumen blüh'n" y "Schön war die Zeit", 1956), una versión alemana de "Memories Are Made of This" de Dean Martin.

A continuación, celebramos su cumpleaños, con uno de sus éxitos: Heimatlos.

Sin hogar son muchos en el mundo,

sin hogar y solitarios como yo.

En todas partes gano mi dinero,

pero nadie me espera.

Sin amigos, sin amor,

nadie piensa en mí todo el año.

Sin amigos, sin amor,

como era antes, antes, una vez.

de "Heimatlos" (1957)

lunes, 26 de septiembre de 2022

Julie London

Julie Peck, más conocida como Julie London, nació en Santa Rosa, California, Estados Unidos, el 26 de septiembre de 1926, y murió en Encino, California, Estados Unidos, el 18 de octubre de 2000. Cantante y actriz.

El sitio www.alohacriticon.com public esta recordatorio.

JULIE LONDON

(1926-2000)

Julie London, cuyo nombre verdadero era el de Julie Peck, nació el 26 de septiembre de 1926 en la localidad de Santa Rosa, California (Estados Unidos).

Compaginó sus apariciones cinematográficas en las décadas de los 40 y 50 con una exitosa carrera musical dentro del jazz.

Su belleza, que le llevó a aparecer como ‘pin-up’ desde muy joven, logró hacere debutar en la pantalla grande en el año 1944 con la película “Nabonga” (1944), una especie de variante de Tarzan femenina dirigida por Sam Newfield.

En los años finales de la década de los 40 estrenó películas interesantes como:

“La Casa Roja” (1947), thriller de ámbito rural de Delmer Daves, basado en una novela de George Agnew Chamberlain con Edward G. Robinson como principal protagonista

“Raíces De Pasión” (1948) de George Marshall

“Puente De Mando” (1949), dirigida de nuevo por Daves.

Por esa época, Julie London contrajo matrimonio con su primer marido, el actor y director Jack Webb (“El Blues De Pete Kelly”, nacido en 1920).

El enlace con Web terminó en 1953.

La pareja tuvo dos hijos.

Lo más importante de los años 50 es que Julie London comenzó una fructífera grabación de discos, que alcanzaron grandes éxitos en ventas con sencillos como “Cry Me a River” o “Lonely Girl”.

Un punto importante de su triunfo fueron las despampanantes fotos de Julie que aparecieron en la portada de sus trabajos discográficos.

Su nuevo compañero sentimental y representante por esta época era Bobby Troup (nacido en 1918), con quien se casó en 1959 y con quien tuvo otros tres hijos.

En cuanto al cine, Julie no apareció demasiado por los sets, pero aún así se le puede ver en estimables films como:

“The Fat Man” (1951) de William Castle

“Una Rubia En La Cumbre” (1956) de Frank Tashlin

“The Great Man” (1956) de José Ferrer

“Más Rápido Que El Viento” (1958) de Robert Parrish

“El Hombre Del Oeste” (1958) de Anthony Mann

Julie estaba volcada en la música y abandonó a comienzos de los sesenta el cine.

También se hizo un hueco en la pequeña pantalla, logrando sus mayores logros curiosamente en la serie “Emergencia”, producida por su exmarido Jack Webb y co-protagonizada por su marido en aquellos momentos Bobby Troup.

Otras series que contaron con su presencia en episodios fueron:

“La Hora De Alfred Hitchcock”

“Valle De Pasiones”

“Yo Soy Espía”

“El Agente De CIPOL”

El feliz matrimonio Troup se vino abajo cuando en 1999 murió Bobby, dejando viuda a una maltrecha Julie, que también lo estaba pasando mal debido a las consecuencias de una apoplejía.

Julie falleció el 18 de octubre del año 2000 en Encino, California.

Tenía 74 años de edad.

Está enterrada en el Forest Lawn Memorial Park, de Hollywood.

A continuación, la recordamos en el día de su nacimiento, con uno de sus éxitos: Cry Me a River.

domingo, 25 de septiembre de 2022

Shalom – Año nuevo, vida nueva

Shalom – Año nuevo, vida nueva

Nos encontramos en vísperas de celebrar el Año Nuevo judío, Rosh Hashana. En el programa de hoy, nos hemos dirigido al rab Levy, rabino de la Comunidad Israelita de Ceuta, que nos instruye acerca de aspectos diferentes de esta festividad.

Hacé click en el enlace para ver el programa.

https://www.rtve.es/play/videos/shalom/ano-nuevo-vida-nueva/6699512/

Władysław Kowalski

Władysław Kowalski nació en Kiev, Ucrania, el 25 de septiembre de 1895, y murió en Gedera, Israel, el 1 de febrero de 1971. Ingeniero.

El sitio www.aishlatino.com publicó este recordatorio.

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Wladyslaw Kowalski: el oficial polaco que salvó 49 judíos

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07/11/2018 | por Aish.com

Poniendo en riesgo su vida, Kowalsky convirtió su casa en Varsovia en un asilo para refugiados judíos.

Wladyslaw Kowalski era un oficial polaco poco habitual: él tenía una actitud positiva hacia el pueblo judío. Durante la Segunda Guerra Mundial, su misión fue salvar vidas judías.

Kowalski nació en Kiev, Ucrania, en 1896. Obtuvo su título de ingeniero, pero antes de buscar un trabajo en su profesión se enlistó en la brigada polaca para luchar contra los rusos por la autonomía polaca. En 1917 los bolcheviques rusos asesinaron a sus padres, quienes también apoyaban la independencia polaca.

Después de la Primera Guerra Mundial, Kowalski se unió al ejército polaco, donde sirvió hasta 1935, cuando se retiró con el rango de coronel. Trabajó en Varsovia para Philips, una compañía electrónica holandesa, lo cual luego resultó muy beneficioso para él y para otros.

Cuando los nazis invadieron Polonia el 1 de setiembre de 1939, Kowalski dirigió la brigada que defendió Varsovia. Aunque su comandante le ordenó rendirse, él insistió y siguió luchando dos semanas más. Entonces lo arrestó la SS y lo llevaron a un campo de prisioneros con otros miles de oficiales polacos. Fue liberado gracias a su trabajo para la compañía holandesa Philips, la cual le interesaba a la Alemania nazi.

En el verano de 1940, Kowalski se encontró en las calles aledañas al gueto de Varsovia con un joven de 17 años hambriento y enfermo. El joven, Bruno Boral, le dijo: “Soy judío y me persiguen. Hace tres días que no como. Por favor, ¿puede comprarme algo para comer?”

Kowalski llevó a Bruno a su casa, lo cuidó y obtuvo para él un pasaporte polaco falsificado. Luego le encontró un lugar para vivir y un trabajo en la planta de Philips. Gracias a la ayuda de Kowalski, Bruno sobrevivió la guerra y luego se fue a vivir a Bélgica.

Así fue como Kowalski comenzó a salvar vidas judías.

Un día de agosto de 1941, al pasar por un edificio destruido de Varsovia, oyó que adentro alguien se quejaba. Allí descubrió a Phillip Rubin, un judío hambriento y petrificado. Él le suplicó que los ayudara a él, a su hermano y a su hermana que también estaban escondidos en el edificio. De inmediato Kowalski los llevó a los tres a su casa.

No hay más información sobre estos tres, pero probablemente Kowalski les encontró lugares para ocultarse en Varsovia, tal como hizo después con otras personas.

Su trabajo en la compañía Philips tenía otro beneficio: la libertad para viajar por todas partes de Varsovia. Incluso tenía un permiso para entrar al gueto judío que estaba cerrado, lo cual aprovechó para salvar a muchos judíos y para contrabandear medicinas y armas.

En 1943 ayudó a abandonar el gueto a una viuda, Lea Bucholtz, con su hijo. (Al esposo de Lea lo habían asesinado los nazis). Kowalski les encontró un lugar seguro en la casa de una mujer polaca También sacó del gueto a otros judíos y les encontró escondites.

Muy pronto, su casa en Varsovia se transformó en un asilo para refugiados judíos. Él les encontraba escondites entre sus amigos y parientes. A pesar del peligro, proveyó comida a los refugiados y los cuidó.

A pesar de que la Gestapo interrogó a Kowalski varias veces por sospechar que ayudaba a los judíos, él se negó a divulgar cualquier información.

El levantamiento de Varsovia duró desde agosto hasta octubre de 1944, cuando todos los habitantes de la ciudad fueron expulsados. Sin embargo, Kowlaski se negó a abandonar a los 49 refugiados judíos que protegía.

Encontró un bunker entre las ruinas y permaneció con ellos durante cuatro meses muy duros.

Su ración diaria consistía de tres tazas de agua, una pequeña cantidad de azúcar y píldoras de vitaminas. Permanecieron escondidos durante 105 días y en el momento en que fueron liberados por los rusos en enero de 1945, habían llegado a consumir combustible.

Cuando terminó la guerra, Kowalski se casó con Leah Bucholtz, la mujer que había salvado cuatro años antes. Eventualmente inmigraron a Israel con el hijo del primer matrimonio de Lea. Después de la guerra también la mayoría de los refugiados que Kowalski ayudó inmigraron a Israel.

“Admito que salvé sólo 49 judíos”, dijo Kowalski en 1961, cuando habló en una conferencia de inmigrantes polacos en Tel Aviv.

Al igual que muchos otros Justos entre las Naciones, él negó su heroísmo e insistió: “Yo no hice nada especial por los judíos y no me considero un héroe. Sólo cumplí con mi deber como ser humano con un pueblo que era perseguido y torturado. No lo hice sólo porque eran judíos, sino que ayudé a toda persona perseguida sin importar su raza ni su origen”.

Wladyslaw Kowalski en una ceremonia en honor a los Justos entre las Naciones

En 1963 recibió de Yad Vashem el título de Justo entre las Naciones. Uno de los testimonios que llegaron a Yad Vashem dice: “El Sr. Kowalski salvó a muchas personas con enorme sacrificio personal, y por supuesto sin ninguna recompensa monetaria o de otra clase. Él trabajaba y dedicó su salario a alimentar y vestir a los judíos que ocultaba en su hogar. Como director de una empresa en Varsovia, durante todo el curso de la guerra no se permitió comprarse ropa nueva, caminaba con zapatos gastados y prefirió dedicar su sueldo para salvar a otras personas”.

A pesar de ser considerado un héroe en Israel, a los 61 años Kowalski tuvo dificultades para acostumbrarse a su nueva vida. Él y su esposa Leah tuvieron una hija, Miriam, pero el matrimonio terminó algunos años después. Trabajó en un almacén barrial en un pueblo cerca de Haifa y luego trabajó medio día en el departamento de documentación de Yad Vashem. Pasó los últimos años de su vida en un hogar de ancianos cerca de Tel Aviv.

Falleció en febrero de 1971 a los 76 años y fue enterrado en el kibutz Iad Mordejai. En la lápida de Kowalski está grabada la imagen de la medalla que recibió de Yad Vashem como Justo entre las Naciones. Debajo escribieron: “Durante el holocausto arriesgó su vida para salvar judíos”.

Un vocero del kibutz dijo: “Su maravilloso carácter y sus buenos actos nos servirán a nosotros y a nuestros hijos como un símbolo de la bondad y la pureza de la raza humana y nos da fuerzas para creer y esperar que la hermandad entre las naciones finalmente superará el odio racial y el nacionalismo brutal”.

El Breve Espacio en que no Está - Amaya Uranga


sábado, 24 de septiembre de 2022

El Mirador Nocturno – Radio / Cecilia Levit presenta: Tributo a Roman Gessler.


El Mirador Nocturno – Radio / Cecilia Levit presenta: Tributo a Roman Gessler.

Cecilia Levit produce semanalmente este programa que se emite por Radio Sefarad.

Roman Gessler: nunca te rindas

TRIBUTO: HISTORIAS QUE CONSTRUYEN MEMORIA DE LA SHOÁ, CON CECILIA LEVIT – Roman Gessler nació en 1937 en Bielsko-Biala, en el sur de Polonia, de sus padres Edward y Dora Gessler. Roman tenía dos hermanos, Alik y Lily. En 1938, una niñera católica polaca, de origen étnico alemán (Volksdeutsche), Elisabeth Hedwig Lea, se unió a la familia para ayudar a cuidar a los tres niños. Con la ocupación alemana, en septiembre de 1939, los familiares tuvieron que huir. En Lviv, la madre de Roman se suicidó y la niñera Elizabeth decidió quedarse y ayudar a cuidar a los tres niños. A fines de 1941, el padre Eduard y el hermano mayor Alik continuaron hasta Budapest, y Lily y Roman se quedaron con Elizabeth. En marzo de 1942, Elizabeth decidió llevar a los niños a Hungría a través de los Cárpatos. En agosto de 1944 la familia continuó hacia Rumania donde permaneció hasta el final de la guerra. Después de la guerra, Roman se mudó a Viena, donde terminó sus estudios. Emigró a Israel, se alistó en su ejército y luchó como paracaidista en la Guerra del Sinaí (1956), incluida la Batalla de Mitla. Luego regresó al extranjero donde trabajó en el campo de la programación y las computadoras. Roman está casado y tiene hijos y nietos.

Hacé click en el reproductor para escuchar el programa.

Linda McCartney


Linda Louise Eastman, más conocida como Linda McCartney, nació en Scarsdale, Nueva York, Estados Unidos, el 24 de septiembre de 1941, y murió enTucson, Arizona, Estados Unidos, el 17 de abril de 1998. Fotógrafa, cantante, compositora, y activista en favor de los derechos de los animales.

El Diario Infobae, en su edición digital, publicó este artículo firmado por Matías Bauso.

Linda, el gran amor de Paul McCartney: cómo lo

salvó de la depresión, su romance con Jagger y

su difícil final

Hoy, Linda Eastman hubiera cumplido 80 años. Fue fotógrafa, integrante de una de las bandas de rock más importantes 

de los 70, defensora de los derechos de los animales y ferviente impulsora del veganismo. Linda fue, también, la esposa 

de Paul McCartney

Linda y Paul en los años ochenta. La pareja estuvo junta durante tres décadas y apoyándose mutuamente  (Corbis vía Getty Images)
Linda y Paul en los años ochenta. La pareja estuvo junta durante tres décadas y apoyándose mutuamente (Corbis vía Getty Images)

Hoy, Linda Eastman hubiera cumplido ochenta años. Fue fotógrafa, integrante de una de las bandas de rock más importantes de los setenta, defensora de los derechos de los animales y ferviente impulsora del veganismo. Linda fue, también, la esposa y el gran amor de Paul McCartney. Tuvo uno de los matrimonios más estables y duraderos del mundo de la música.

Nació en Nueva York. Su padre, Lee Eastman era abogado especializado en artistas. Músicos, actores y hasta pintores integraban su lista de clientes. De allí provino el primer tema en llegar a la cima de los chats con el que Linda estuvo relacionada. Además de Tommy Dorsey, Harold Arlen, William de Kooning o Mark Rothko, otro de los que contrataba al Doctor Eastman era Jack Lawrence, compositor de varios éxitos de Sinatra como All or Nothing At All.

El abogado le pidió que compusiera un tema en honor a su hija pequeña. Y Linda, la canción de Lawrence en homenaje a la futura esposa de Paul McCartney llegó al puesto número uno del ranking en 1947.

Al terminar el secundario estudió artes en la universidad. En esos años su madre murió en un accidente aéreo. Se casó con Joseph Melville See, un antiguo compañero de estudios. Tuvieron una hija, Heather pero el matrimonio se deshizo tres años después.

Linda Eastman -retomó su apellido de soltera- era una joven aficionada a la fotografía que trabajaba como recepcionista en la revista Town and Country. Después de mucho insistir consiguió que sus jefes le enviaran a cubrir una fiesta que los Rolling Stones daban en un yate.

Linda con su juventud, belleza y simpatía consiguió ser la única fotógrafa a bordo. Al resto se le negó la posibilidad y vieron desde el muelle como zarpaba la embarcación. Linda aprovechó su oportunidad. Tenía talento. Sus fotos de los Rolling Stones llegaron a todas las revistas. Desde ese momento se convirtió en una de las fotógrafas favoritas del rock.

Obtuvo imágenes de Jimmy Hendrix, Simon and Garfunkel, Bob Dylan, Eric Clapton (su retrato del guitarrista fue tapa de uno de los primeros números de la Rolling Stone: Linda es la única persona en la historia de la revista en ser tapa como fotógrafa y como fotografiada; estuvo en la portada junto a Paul en 1974), Aretha Franklin y Neil Young. Sus fotos de estas grandes estrellas generalmente las obtuvo en el Fillmore East. Su habilidad para la fotografía y su apellido provocaron un largo malentendido. Linda no era descendiente de Eastman Kodak. Su padre, Leopold Val Epstein, cambió su nombre al de Lee Eastman.

Después de su separación ella estuvo en pareja durante un tiempo con el fotógrafo David Dalton. Y salió entre otros con Mick Jagger, al que conoció en ese paseo en yate. En una carta que se conoció hace algunos años, Linda cuenta que tuvo un romance con Mick y escribió que era muy amable y correcto.

La pareja se casó el 12 de marzo de 1969. Paul fue el último de los Beatles en contraer matrimonio. John, que ya estaba separado de Cynthia, y Yoko lo hicieron una semana después (Hulton Archive/Getty Images)
La pareja se casó el 12 de marzo de 1969. Paul fue el último de los Beatles en contraer matrimonio. John, que ya estaba separado de Cynthia, y Yoko lo hicieron una semana después (Hulton Archive/Getty Images)

La primera vez que se cruzó con Paul McCartney fue en un recital de Georgie Fame; luego en la presentación de Sgt. Pepper. A partir del tercer encuentro el romance se consolidó. No importó la fama y las múltiples ocupaciones de Paul, ni que ella tuviera una hija de un matrimonio anterior ni que viviera en Estados Unidos. A los pocos meses ya estaban juntos y no se separarían por las siguientes tres décadas.

Paul había estado de novio durante el ascenso y apogeo de los Beatles con Jane Asher, una actriz británica. Asher dio por terminado el noviazgo tras una de las tantas infidelidades del músico.

Paul, en ese tiempo, era el soltero más codiciado del mundo. Y no hay exageración alguna en la afirmación. Un Beatle, el Beatle de las canciones románticas, el que en los últimos tiempos estaba a cargo, era el candidato soñado para casi todas las chicas del mundo. Jóvenes, todos atravesando su segunda década de vida, los cuatro se casaron prematuramente.

Súper estrellas, codiciados por las mujeres, sin horarios rígidos, con las tentaciones al alcance de la mano. Sin embargo, la alienación era tan grande, la presión tan inmanejable, la fama inusitada ponía todo fuera de escala humana (John Lennon tenía razón cuando afirmó que eran más famosos que Jesucristo), que los cuatro Beatles se casaron muy jóvenes. Se refugiaron en sus esposas, en intentar mantener una vida familiar para volver a tomar contacto con la realidad. Paul fue el último en abandonar la soltería. Una semana después, John concretaría su segundo matrimonio, esta vez con Yoko Ono.

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Linda McCartney - Seaside Woman

La boda fue sólo un trámite. Pero nada era sencillo para un Beatle en esos tiempos. Cuando llegaron al registro civil una multitud de fotógrafos, periodistas y fans los esperaba. Algunas de las seguidoras de Paul no podían contener su frustración. Se les esfumaba su última esperanza.

Paul vistió un traje negro, formal y discreto, y una corbata clara y brillosa. La falta de hábito hizo que el cuello de la camisa se escapara por sobre la solapa del saco. Linda combinó su vestuario con el de su hija Heather de seis años. Las dos usaron un tapado corto de cuatro botones ceñido al cuerpo por un ancho cinturón. El pelo corrido hacia los costados y casi sin maquillaje. Una hermosa y original novia -Linda era divertida, inteligente y emprendedor con una belleza serena, fluida, sin subrayados- que escapaba al lujo y a la ostentación esperable. Luego del trámite, hubo una pequeña bendición religiosa.

A partir de ese momento, Paul y Linda pasaron a ser Los McCartneys. No se separaron en tres décadas. En alguna ocasión Paul recordó que en esos 29 años sólo diez noches habían dormido separados: las diez noches que él estuvo detenido en Tokio por posesión de Marihuana.

Paul y Linda en una gira con Wings en las que viajaban con sus hijos. En la foto las tres hijas del matrimonio: Heather, Stella y Mary (Hulton Archive/Getty Images)
Paul y Linda en una gira con Wings en las que viajaban con sus hijos. En la foto las tres hijas del matrimonio: Heather, Stella y Mary (Hulton Archive/Getty Images)

Paul parecía tener todo. Juventud, fama, prestigio, dinero, una hermosa familia, una actividad que lo gratificaba y lo realizaba. Sin embargo, luego de la separación de los Beatles entró un profundo estado depresivo.

Linda, con dos hijas (ya había nacido Mary), a menos de un año de haberse casado, lo sostuvo y le dio el impulso para salir adelante. Le mostró que había vida más allá de los Beatles. En esos doce meses pasó de casarse con un joven en la cima del mundo a convivir con un hombre emocionalmente roto y perdido. Ella pudo lidiar con la situación. Paul se lo reconoció públicamente: “Linda me rescató y me salvó”.

La primera medida que tomaron para alejarse de los ecos de las ondas expansivas de ser un Beatle (ninguno de los cuatro dejará de serlo nunca: esa condición, una condición excepcional, los acompañará eternamente) fue irse a vivir lejos de la ciudad, lejos de las groupies, los pedidos de autógrafos, la histeria. Un tiempo antes, Paul había comprado una propiedad en la campiña escocesa. Una extensa tierra para trabajar con algunos animales y una casa de tres ambientes, frugal y poco sofisticada.

Los cuatro (luego llegarían los otros dos hijos: la hoy prestigiosa y excepcional diseñadora Stella McCartney y James, el único varón) hacían una reposada vida de campo. Existen algunas fotos muy hermosas obtenidas por Linda en esos años. Una de ellas: Paul hace equilibrio sobre una valla de troncos con una gran sonrisa, Heather salta sobre unos fardos de heno, Mary busca algo en el pasto, el campo, el cielo abierto y la construcción nada ostentosa. La vida rural los hacía felices.

Linda fue corista y tecladista de Wings  la banda que Paul formó en los años setenta
Linda fue corista y tecladista de Wings la banda que Paul formó en los años setenta

En cierto modo, Paul eligió para su música el mismo camino. Eliminar la sofisticación, volver a las fuentes, evitar la grandilocuencia. Ese movimiento no fue bien recibido ni por la crítica ni por el público. Nadie esperaba algo en tono bajo, artesanal, casi sin ambición como los primeros trabajos solistas de Paul. Esos primeros años post Beatles fueron, al mismo tiempo, de búsqueda y de fuga para McCartney. Una búsqueda que se transformó en música menos convencional de lo que el público cree recordar y un escape vitalicio de la gigantesca sombra de su ex grupo. Linda lo acompañó en ese camino e impidió que el tomara malas decisiones. Lo disuadió de formar un súper grupo (que en caso de haberse formado ninguna otra reunión de músicos famosos podía haber merecido el calificativo de “súper grupo”: él, Eric Clapton, John Bonham y Billy Preston). Linda le recordó que los Beatles cuando empezaron eran desconocidos y sólo tenían sus ganas y su talento.

En su lugar formó Wings. Y tomó una decisión muy polémica. Le ofreció a Linda, que no contaba con el más mínimo conocimiento musical, hacerse cargo de los teclados. Ella al principio se resistió. Pero él la convenció. Paul era un pésimo profesor, carecía de toda paciencia. Linda procuró aprender por su cuenta.

Esa primera formación de Wings se completó con músicos profesionales: el baterista sin demasiados laureles anteriores Denny Seiwell y el guitarrista Denny Laine, ex Moody Blues. Wings empezó de abajo. Tocando en pequeños lugares, sin publicidad previa, saliendo de gira en caravanas nada fastuosas. Un pequeño equipo, los músicos y la familia McCartney en pleno. Allí dónde iban Paul y Linda iban los chicos. La familia rodante.

Linda ensayaba con denuedo. Trataba de mejorar y de suplir no sólo la ala de experiencia sino sus carencias innatas.

El lugar de Linda en el grupo provocó muy pocas polémicas. Casi se alcanzó unanimidad al respecto. Todos los medios se mofaron de su papel. Les parecía incomprensible la elección de Paul. Decían que su habilidad con los teclados era nula y que desafinaba en cada intervención vocal. Era cierto. Sin embargo los músicos de Wings, con el paso del tiempo, reconocieron el lugar de Linda en el grupo. Ella era la que los unía, la que aportaba la armonía de trabajo, la que hacía posible la convivencia. El baterista Denny Seiwell dijo hace unos años: “Linda no era importante para WIngs, era imprescindible”.

La formación de Wings: Paul McCartney, Linda McCartney, Jimmy McCulloch, Denny Laine y Geoff Britton en una gira de 1974 (Hulton Archive/Getty Images)
La formación de Wings: Paul McCartney, Linda McCartney, Jimmy McCulloch, Denny Laine y Geoff Britton en una gira de 1974 (Hulton Archive/Getty Images)

Lo que siempre fue cuestionable en ella fueron los estrambóticos peinados de los setenta: unas crestas trabajadas e inexplicables. Con el tiempo su aporte musical se fue profesionalizando y su labor fue siendo cada vez más digna. En 1986, los Smiths la invitaron a tocar los teclados en Frankly, Mr. Shankly de su casi perfecto álbum The Queen Is Dead. Pero Linda declinó la oferta. A principios de los setena grabó un tema solista pero recién salió al promediar la década: Seaside Woman (el video lo animó el dibujante argentino Oscar Grillo).

El otro inconveniente que Paul y Linda debieron enfrentar en esos primeros tiempos fue que el músico se negaba a hacer en vivo canciones de los Beatles, lo que generaba una enorme decepción en los espectadores.

Una nueva polémica se produjo con el matrimonio. Empezaron a firmar juntos las canciones. Ya no era Lennon-McCartney sino McCartney-Eastman. Esto produjo otra ola de burlas. Nadie creía en el aporte autoral de Linda. Paul se limitó a recordar que pasaban todo el día juntos y agregó: “Si estoy en el estudio y mi esposa me sugiere agregar una línea o cambiar determinado acorde, eso mejora la canción y ella merece el crédito”.

Detrás de esta cuestión subyacía otra disputa. Northern songs, la compañía que poseía los derechos de las canciones de los Beatles, sostenía que a ella le correspondían los derechos de las composiciones de los cuatro aún en sus carreras solistas. De este modo, mientras la situación se aclaraba, poniendo en los créditos a Linda, Paul lograba quedarse al menos con el cincuenta por ciento de los derechos de cada canción. Las sospechas pueden permanecer y los críticos pueden seguir burlándose pero Linda ostenta como coautora cinco canciones que encabezaron los chartsUncle Albert/Admiral Halsey, My love, Band on the run, Listen to what the man said y Silly love songs. Además de una nominación al Oscar por Live and Let die, tema de la película de James Bond.

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Paul y Linda McCartney cantan Hey Jude. Alguien aisló el micrófono de Linda durante la interpretación y el resultado fue producto de burla

Paul afirmó que durante treinta años, él disfrutó de la presencia de Linda, no sólo en su vida, sino sobre el escenario. “Siempre fuimos amigos y amantes. A mí me divertía y, fundamentalmente, me hacía bien estar al lado de ella”.

La prensa y el público, con naturalidad, se refería a ellos como Los McCartneys. Y se fueron acostumbrando a verla a ella en los teclados. Cada tanto surgía algún comentario ácido que recordaba que había conseguido el trabajo sólo por ser la esposa del líder del grupo. En una época circuló (todavía se puede escuchar en internet) una grabación que aislaba la interpretación en vivo de Linda durante una versión de Hey Jude. Se puede afirmar que esa noche sus capacidades vocales se encontraban en un punto muy bajo. Luego de Wings, Linda siguió integrando las distintas formaciones que acompañaron a Paul por todo el mundo.

Además de su capacidad como fotógrafa, Linda fue una consecuente activista por los derechos de los animales y propulsora del veganismo. Publicó libros de cocina y hasta tuvo una exitosa línea de comida vegana. Esta faceta hizo que el matrimonio llegara, una vez más, a la cumbre del mundo pop varias décadas después de su primer triunfo con los Beatles. Para las nuevas generaciones, Paul y Linda es la pareja que aparece en el capítulo Lisa, la vegetariana en la que la pequeña Simpson descubre que ya no puede comer carne animal y se inclina por lo vegetariano. Del final de los Beatles pasando por James Bond hasta llegar a los Beatles.

A Linda McCartney le descubrieron cáncer de mamas en 1995. Murió en 1998 debido a una metástasis en el hígado (Getty Images)
A Linda McCartney le descubrieron cáncer de mamas en 1995. Murió en 1998 debido a una metástasis en el hígado (Getty Images)

En 1995 a Linda le detectaron cáncer de mama. Tres años después como consecuencia de una metástasis en el hígado murió, en los brazos de Paul, a los 58 años. Sus últimos días los pasó rodeada por su esposo y sus hijos, andando a caballo, en medio del campo. En su funeral los tres Beatles que sobrevivían se juntaron a tocar en vivo por primera vez desde el famoso Concierto de la Terraza. Paul, George y Ringo, en honor a Linda, ejecutaron una estremecedora versión de Let it Be.

Paul luego tuvo otros matrimonios y otras malas experiencias. Hace poco declaró que luego de tomar unos potentes alucinógenos vio a su fallecida esposa encarnada en una ardilla.

Paul y Linda, los McCartneys, construyeron y disfrutaron, con sus altos y bajos, una familia mientras grababan pequeñas gemas pop y tocaban alrededor del mundo. Su historia de amor fue un oasis en los fastos del estrellato. Criaron cuatro hijos mientras cincelaban tontas canciones de amor y otras maravillas.

A continuación, la recordamos en el día de su nacimiento, con My Love.