miércoles, 21 de septiembre de 2022

Enrique Montoya


Enrique Montoya Fernández, más conocido como Enrique Montoya, nació en Utrera, Sevilla, España, el 21 de septiembre de 1928, y murió en su ciudad, el 28 de julio de 1993. Cantante y guitarrista.​

El sitio www.dbe.rah.es publicó este recordatorio firmado por Eduardo González de la Peña y de la Peña.

Enrique Montoya Fernández

Biografía

Montoya Fernández, Enrique. Utrera (Sevilla), 21.IX.1928 – Sevilla, 28.VII.1993. Cantante y guitarrista.

Hijo del matrimonio formado por Enrique Montoya Salazar y Marta Fernández Carrillo, fue, desde su infancia, muy aficionado a la canción española, a la guitarra flamenca y al cante gitano, recibiendo clases de Guitarra de un barbero de Utrera llamado Balsamina, que tenía un estrecho contacto con la numerosa población gitana de Utrera, e introdujo a Enrique Montoya en los secretos del compás flamenco.

Siendo apenas un adolescente, comenzó su carrera artística en la sala de fiestas El Retiro de Sevilla, donde debutó con la canción de Atahualpa Yupanqui “Los ejes de mi carreta”. Posteriormente, se enroló en la compañía Galas Juveniles, actuando en el teatro Cervantes de Madrid, para pasar más tarde a El Guajiro, en Sevilla, donde coincidió actuando con Farruco, Matilde Coral, Rafael el Negro y Chocolate, entre otros.

Habiendo alcanzado cierto cartel, entró a formar parte del espectáculo Salero de España, montado por Concha Piquer, con el que realizó una gira por toda España.

A finales de la década de 1950, Montoya grabó su primer disco: un sencillo con la canción-ranchera “Dos Arbolitos”, cantando en diversos espectáculos en compañía de Juanita Reina, Lolita Sevilla, Marifé de Triana y la Niña de Antequera. Un tiempo después marchó a América, en unión de la también artista María Antinea, conociendo al guitarrista Sabicas, con el que grabó la “Baladilla de los tres ríos”, con letra de Federico García Lorca. De Nueva York pasó a Cuba, donde a causa de la revolución castrista hubo de permanecer seis meses y de allí fue a Buenos Aires, donde llegó a ser muy popular.

De vuelta a España, se le propuso grabar un LP con letras de Moradiellos, Oliván y Niño Ricardo, que le proporcionó a Enrique Montoya uno de los grandes éxitos de su vida: la canción “Esperanza”, un chachachá del que se vendieron cuarenta mil copias. A partir de ahí, su trayectoria artística fue imparable. Antonio Pulpón se convirtió en su agente, recorriendo toda España en compañía de Antonio Machín, entonces en la cumbre de su fama, actuando también en otros espectáculos al lado de figuras de la copla tales como Macarena del Río, Gracia Montes y Carmen Jara.

Poco después, Rafael de León y el Maestro Solano compusieron para él lo que sería uno de sus éxitos más rotundos: la canción “Señorita”, y otras que pasaron a integrar su repertorio, como son los tientos “Tengo pena”, “Los faroles de Santa Ana”, “La feria de Graná”, “Coplillas de San Telmo” y una que iría estrechamente unida a él durante toda su carrera: “La Plegaria a Consolación de Utrera”, escrita por Salvador de Quinta Rodríguez, que incluyó en ella estrofas de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero. Además, grabó “Coplas de mar y tierra” y “Marinerías”, como homenaje a los poetas de la generación del 27, por los que sentía una gran admiración.

Enrique Montoya grabó, hasta su muerte, numerosos de discos, simultaneando esta actividad con los espectáculos y las giras por España y el extranjero, alcanzando una enorme popularidad por su característico estilo y sus personales formas interpretativas, pues además de ser un genial intérprete de la copla y de la canción española, fue también un gran guitarrista, conocedor del compás del flamenco más puro, como tuvo ocasión de demostrarlo en 1964, con motivo de la celebración del VIII Potaje Gitano de Utrera, en el que su guitarra y su toque fueron perfecto acompañamiento de los cantes grandes de Juan Talega y Antonio Mairena. Igualmente destacó por sus enormes cualidades para el recitado, logrando un gran éxito con el poema “Yo nací en Utrera”, escrito expresamente para él por Salvador de Quinta Rodríguez.

Casado con María López, fue padre de una numerosa familia e iniciador de una dinastía de artistas, continuada en sus hijos José María —Tate Montoya en el mundo artístico—, Enrique —también cantante— y David, músico de profesión. En 1978, su ciudad natal le dedicó una calle y la Orden del Mostachón le concedió su insignia de Oro en 1983. Una década después moría por un aneurisma de la arteria aorta, y en Utrera se erigió un monumento en su memoria en 1994.

Bibl.: M. Ríos Ruiz, “Montoya Fernández, Enrique”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, t. VII, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1999, pág. 738; M. Peña Narváez, Arte y Artistas flamencos de Utrera, Utrera (Sevilla), Utrerana de Ediciones, 2000.

Eduardo González de la Peña y de la Peña

A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento, con uno de sus grandes éxitos: Señorita.

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