Dina Gutkin Saposnik, más conocida como Dina Rot, nació en la Ciudad de Mendoza, Provincia de Mendoza, Argentina, el 5 de marzo de 1932, y murió en Buenos Aires, Argentina, el 28 de octubre de 2020. Docente, cantante, pianista y musicóloga.
El sitio www.esefarad.com
publicó este recordatorio.
Dina Rot precursora de la canción sefaradí en Argentina
Argentina, cantante, pedagoga y compositora consagrada a la
difusión de la poesía hecha canción. Su labor se conoce a través de recitales,
grabaciones, cursos en Europa y Latinoamérica, participaciones en congresos y
asesoramiento vocal en espectáculos teatrales.
Se inició en el Auditorio Birabén y solía aparecer en el
Canal 7.
Comenzó sus estudios de canto en Santiago de Chile y los
continuó en Buenos Aires. Desde muy joven, comenzó a destacarse con un
repertorio clásico, pero años más tarde descubrió la magia de la canción
popular española, y se consagró a las antiguas romanzas anónimas del cancionero
sefardí. Luego agregó a su repertorio coplas y romances anónimos
latinoamericanos. Fue formada en el Collegium Musicum de Buenos Aires y en la
Universidad del Salvador (Argentina) en Musicoterapia. Luego comenzó a componer
música sobre textos de poemas iberoamericanos, como Pablo Neruda, César
Vallejo, Gabriela Mistral, Raúl González Tuñón, Violeta Parra, León Felipe,
Juan Gelman y Nassim Hikmet – poemas que aparecen en su disco «Cartas» – y
difundió estas obras en discos, conciertos y presentaciones televisivas. Pronto
se transformó en una figura destacada en el panorama musical argentino y
latinoamericano.
En el año 1965 participó del Corto argentino «Mundo nuevo».
Nacida en Mendoza, habitante de Buenos Aires durante buena
parte de su vida, la cantante y compositora tuvo un lugar destacado dentro de
la música popular a final de los años sesenta y comienzo de los setenta.
Tras el golpe militar de 1976 y luego de «haber sido vetada
en un canal oficial por cantar un poema de Juan Gelman», la artista abandona el
país para radicarse con su marido y sus hijos -el músico Ariel Rot y la actriz
Cecilia Roth- en Madrid. La musicoterapia, el trabajo con la voz y la
expresión, serán desde entonces el eje de su trabajo en España. «La decisión de
abandonar el canto fue absolutamente consciente. Comenzar de cero en un lugar
que no es el de uno significaba muchas heridas e intuía que el canto no saldría
fluidamente, entonces lo dejó atrás. Se puso a trabajar con esa otra parte suya
que estaba bien alimentada, dedicándose a ello con todo su esfuerzo y energía.
El canto ni siquiera la llamaba y ella tampoco lo extrañaba».
Hasta que cierto día, veinte años más tarde, unos poemas
torcieron nuevamente el destino hacia la canción. Llegaron a su casa madrileña
con remitente del argentino Juan Gelman, -judío de origen ashkenazí, que se
expresa en español- y estaban escritos en sefardí. Ahí comenzó lo que Dina Rot
define como «una bella rueda mágica». El encadenamiento de los hechos demuestra
que tiene sus razones. Guardó aquéllos textos bellísimos convencida de que en
algún momento iba a encontrarles una música. Tiempo después recibió los poemas
de Clarisse Nicoidsky y los unió a los de Gelman, ignorando que él se había
inspirado en esos poemas de esta autora de origen sefardí -que produjo toda su
obra en francés- para escribir los suyos».
Las palabras de estos autores -que en ambos casos optaron
por el antiquísimo judeo-español para expresarse- ya habían desatado el
hechizo. Hubo un enamoramiento, una sensación de que esto era lo que Dina Rot
estaba esperando. Posiblemente tomó conciencia en ese instante de que en ella
había un canto que aún no había salido.
Comenzó a buscarles una música y un lugar en su voz a esos
poderosos poemas, sin saber que le llevarían a todo esto de volver a pisar un
escenario y reencontrarse con el público.
Lo cierto es que «una mano tomó la otra» y en marzo de ese
año (1997) Dina Rot volvió a actuar, presentando en Madrid su nuevo trabajo,
que incluyó arreglos del músico español Eduardo Laguillo. Buenos Aires se le
impuso como un sino ineludible.
Veintiún años de una ausencia en Argentina que en realidad
fue sólo artística ya que visitaba frecuentemente el país para ver a su hija
Cecilia Roth.
Regresó artisticamente para presentar su nuevo material «Una
manu tumó l`otra», un valioso aval para avanzar hacia las presentaciones en la
sala Pablo Picasso y, aunque el contexto -dos décadas mediante- era
absolutamente distinto, Dina Rot apostó a la sensibilidad como valor
inalterable.
Es así como en mayo de 1997 presenta en Buenos Aires,
Argentina, el libro CD «Una manu tumó l` otra». El mismo fue presentado en La
Feria del Libro, realizando recitales en el mes de mayo del mismo año en la
sala Pablo Picasso del complejo La Plaza, teniendo como invitado especial a
Fito Páez.
En el año 1998 se presentó en Buenos Aires con su
espectáculo «Entre la intimidad y el buen gusto», en donde interpretó versos
aparentemente tan diversos como la Nana de Andalucía, Yo mi anemorí dun aire,
Despedida del soldado o los de los exiliados Blas de Otero y León Felipe, la
esencial Canción del ciruelo (de Brecht-Gelman), Amor de paso, de Pedro
Orgambide, o El gusanito, del siempre recordado Jorge de la Vega.
La cantante acentuó la intimidad de sus actuaciones al
valerse de un solo guitarrista acompañante para la ocasión, el competente
Esteban Morgado. A los bises, Rot regaló Una manu tumó lotra y, antes, Yo vengo
a ofrecer mi corazón, el momento más anunciado de la noche, cuando irrumpió en
el escenario su autor, Fito Páez.
De su enfoque en la exploración sonora surge su método
«Vivir la Voz», título de su libro publicado por la Editorial Lumen en
noviembre del 2006.
A continuación, la recordamos en el día de su nacimiento,
con No pasex.