domingo, 5 de marzo de 2023

Dina Rot


Dina Gutkin Saposnik, más conocida como Dina Rot, nació en la Ciudad de Mendoza, Provincia de Mendoza, Argentina, el 5 de marzo de 1932, y murió en Buenos Aires, Argentina, el 28 de octubre de 2020. Docente, cantante, pianista y musicóloga.

El sitio www.esefarad.com publicó este recordatorio.

Dina Rot precursora de la canción sefaradí en Argentina

Argentina, cantante, pedagoga y compositora consagrada a la difusión de la poesía hecha canción. Su labor se conoce a través de recitales, grabaciones, cursos en Europa y Latinoamérica, participaciones en congresos y asesoramiento vocal en espectáculos teatrales.

Se inició en el Auditorio Birabén y solía aparecer en el Canal 7.

Comenzó sus estudios de canto en Santiago de Chile y los continuó en Buenos Aires. Desde muy joven, comenzó a destacarse con un repertorio clásico, pero años más tarde descubrió la magia de la canción popular española, y se consagró a las antiguas romanzas anónimas del cancionero sefardí. Luego agregó a su repertorio coplas y romances anónimos latinoamericanos. Fue formada en el Collegium Musicum de Buenos Aires y en la Universidad del Salvador (Argentina) en Musicoterapia. Luego comenzó a componer música sobre textos de poemas iberoamericanos, como Pablo Neruda, César Vallejo, Gabriela Mistral, Raúl González Tuñón, Violeta Parra, León Felipe, Juan Gelman y Nassim Hikmet – poemas que aparecen en su disco «Cartas» – y difundió estas obras en discos, conciertos y presentaciones televisivas. Pronto se transformó en una figura destacada en el panorama musical argentino y latinoamericano.

En el año 1965 participó del Corto argentino «Mundo nuevo».

Nacida en Mendoza, habitante de Buenos Aires durante buena parte de su vida, la cantante y compositora tuvo un lugar destacado dentro de la música popular a final de los años sesenta y comienzo de los setenta.

Tras el golpe militar de 1976 y luego de «haber sido vetada en un canal oficial por cantar un poema de Juan Gelman», la artista abandona el país para radicarse con su marido y sus hijos -el músico Ariel Rot y la actriz Cecilia Roth- en Madrid. La musicoterapia, el trabajo con la voz y la expresión, serán desde entonces el eje de su trabajo en España. «La decisión de abandonar el canto fue absolutamente consciente. Comenzar de cero en un lugar que no es el de uno significaba muchas heridas e intuía que el canto no saldría fluidamente, entonces lo dejó atrás. Se puso a trabajar con esa otra parte suya que estaba bien alimentada, dedicándose a ello con todo su esfuerzo y energía. El canto ni siquiera la llamaba y ella tampoco lo extrañaba».

Hasta que cierto día, veinte años más tarde, unos poemas torcieron nuevamente el destino hacia la canción. Llegaron a su casa madrileña con remitente del argentino Juan Gelman, -judío de origen ashkenazí, que se expresa en español- y estaban escritos en sefardí. Ahí comenzó lo que Dina Rot define como «una bella rueda mágica». El encadenamiento de los hechos demuestra que tiene sus razones. Guardó aquéllos textos bellísimos convencida de que en algún momento iba a encontrarles una música. Tiempo después recibió los poemas de Clarisse Nicoidsky y los unió a los de Gelman, ignorando que él se había inspirado en esos poemas de esta autora de origen sefardí -que produjo toda su obra en francés- para escribir los suyos».

Las palabras de estos autores -que en ambos casos optaron por el antiquísimo judeo-español para expresarse- ya habían desatado el hechizo. Hubo un enamoramiento, una sensación de que esto era lo que Dina Rot estaba esperando. Posiblemente tomó conciencia en ese instante de que en ella había un canto que aún no había salido.

Comenzó a buscarles una música y un lugar en su voz a esos poderosos poemas, sin saber que le llevarían a todo esto de volver a pisar un escenario y reencontrarse con el público.

Lo cierto es que «una mano tomó la otra» y en marzo de ese año (1997) Dina Rot volvió a actuar, presentando en Madrid su nuevo trabajo, que incluyó arreglos del músico español Eduardo Laguillo. Buenos Aires se le impuso como un sino ineludible.

Veintiún años de una ausencia en Argentina que en realidad fue sólo artística ya que visitaba frecuentemente el país para ver a su hija Cecilia Roth.

Regresó artisticamente para presentar su nuevo material «Una manu tumó l`otra», un valioso aval para avanzar hacia las presentaciones en la sala Pablo Picasso y, aunque el contexto -dos décadas mediante- era absolutamente distinto, Dina Rot apostó a la sensibilidad como valor inalterable.

Es así como en mayo de 1997 presenta en Buenos Aires, Argentina, el libro CD «Una manu tumó l` otra». El mismo fue presentado en La Feria del Libro, realizando recitales en el mes de mayo del mismo año en la sala Pablo Picasso del complejo La Plaza, teniendo como invitado especial a Fito Páez.

En el año 1998 se presentó en Buenos Aires con su espectáculo «Entre la intimidad y el buen gusto», en donde interpretó versos aparentemente tan diversos como la Nana de Andalucía, Yo mi anemorí dun aire, Despedida del soldado o los de los exiliados Blas de Otero y León Felipe, la esencial Canción del ciruelo (de Brecht-Gelman), Amor de paso, de Pedro Orgambide, o El gusanito, del siempre recordado Jorge de la Vega.

La cantante acentuó la intimidad de sus actuaciones al valerse de un solo guitarrista acompañante para la ocasión, el competente Esteban Morgado. A los bises, Rot regaló Una manu tumó lotra y, antes, Yo vengo a ofrecer mi corazón, el momento más anunciado de la noche, cuando irrumpió en el escenario su autor, Fito Páez.

De su enfoque en la exploración sonora surge su método «Vivir la Voz», título de su libro publicado por la Editorial Lumen en noviembre del 2006.

A continuación, la recordamos en el día de su nacimiento, con No pasex.