Homero Nicolás Manzione Prestera, conocido popularmente como
Homero Manzi, nació en Añatuya, Santiago del Estero, Argentina, el 1 de
noviembre de 1907 y murió en Buenos Aires, el 3 de mayo de 1951. Letrista, director
de cine, autor de tangos, periodista y político.
A los nueve años se trasladó con su madre a Buenos Aires en
tanto el padre trabajaba en Añatuya y la familia regresaba de vacaciones a su
ciudad natal.
De su infancia en el barrio de Pompeya data su familiaridad
con la cultura del arrabal porteño, siempre presente en su obra, sin olvidar su
origen provinciano, ya que en ocasiones, firmó alguno de sus escritos con el
seudónimo Arauco, rebelde en quichua, para enfatizar su afinidad con la
identidad santiagueña.
En Buenos Aires, trabó amistad con Cátulo Castillo, quien fue
otro destacado letrista de tango y bajo su influencia, y sobre todo de su padre
José González Castillo, un escritor de cierto renombre, se dedicó a la
literatura.
Aún adolescente, Homero Manzi, escribió, dirigió y actuó en
producciones de teatro locales y en 1922 escribió la primera canción que se
conserva, ¿Por qué no me besás?, grabada por Ignacio Corsini en 1926.
De esa
época data el tango Viejo ciego, que presentó al concurso de la revista
"El alma que canta".
Tras una breve incursión en el periodismo, Manzi trabajó
como profesor de literatura y en los colegios nacionales Mariano Moreno y Domingo
Faustino Sarmiento hasta 1930.
Afiliado desde muy joven a la Unión Cívica Radical, por su
apoyo militante al derrocado presidente Hipólito Yrigoyen, y por ser activista
de la Reforma Universitaria, el gobierno de facto de Uriburu lo encarceló por
un tiempo breve y lo expulsó de ambas cátedras.
Exonerado de sus responsabilidades docentes, optó por
dedicarse por entero al arte, organizó una compañía de danza con la que salió
de gira por el interior del país, por Chile y por Perú.
El renovado contacto con los géneros folclóricos lo
estimuló, junto con Sebastián Piana, a revalorizar el alicaído género de la
milonga y su Milonga del 900, de 1932, marcó la renovación del género, al que
aportó una complejidad poética sin precedentes y posteriormente Carlos Gardel
grabó Milonga sentimental.
En 1941 compuso "Malena", con música de Lucio
Demare y en 1948 el tango Sur, con música de Aníbal Troilo, dos de sus tangos
más famosos que se han convertido en clásicos del género y que se siguen
cantando en la actualidad.
En 1935, insatisfecho con la dirección alvearista de la UCR
participó de la fundación de FORJA, Fuerza de Orientación Radical de la Joven
Argentina junto con Arturo Jauretche, Luis Dellepiane y Raúl Scalabrini Ortiz.
FORJA fue un movimiento que preconizaba el retorno a los
principios federalistas de la Constitución, hispanoamericanista y antiimperialista,
criticó activamente la política del gobierno durante la llamada Década Infame
por su sumisión a los intereses del capital internacional.
No menos crítico con la oposición de Alvear, cuya
complicidad con los intereses de la burguesía porteña era patente, Manzi
resaltó los efectos perniciosos de la introducción de capitales extranjeros
para con el interior; de acuerdo a una conocida definición suya, "Santiago
del Estero no es una provincia pobre, sino una provincia empobrecida". Sus
acciones le valieron ser expulsado de la Facultad de Derecho.
Durante esos años redobló su producción literaria, e
incursionó en el cine. Ya había musicalizado algunas películas, y en estos años
escribió varios guiones, entre ellos el de Nobleza gaucha, de Sebastián Naón, la
película muda de más éxito de la historia del cine argentino, Escuela de
campeones, Todo un hombre, con Francisco Petrone, Donde mueren las palabras y
Rosa de América.
Adaptó también para el cine, en colaboración con Ulyses
Petit de Murat la novela La guerra gaucha, de Leopoldo Lugones, que dirigió
Lucas Demare en 1942.
Ese año fundó la Artistas Argentinos Asociados, junto con
Petrone, Demare, Sebastián Chiola y el productor García Smith, que fue uno de
los pilares de la cinematografía nacional.
El historiador Horacio Salas al referirse a la evolución
política de Manzi señaló:
"incluso
durante la campaña presidencial de 1946, Homero Manzi continuaba militando en
la UCR y -en contradicción con sus posturas frente al alvearismo- ni siquiera
se alejó cuando el comando Unionista dispuso la formación de la Unión
Democrática."
A fines de 1947 Manzi se acercó al peronismo por lo
cual fue expulsado del radicalismo, lo que motivó que el 16 de diciembre de
1947 pronunciara un discurso en horario central por Radio Belgrano en el cual
entre otros conceptos dijo que "Perón, como dijo Farías Gómez, es el
reconductor de la obra inconclusa de Yrigoyen. Mientras siga siendo así,
nosotros continuaremos creyéndole, seremos solidarios con la causa de su
revolución que es esencialmente nuestra propia causa. Nosotros no somos ni
oficialistas ni opositores: somos revolucionarios".
Su admiración por Perón quedó plasmada luego en su poema
Versos de un payador al General Juan Perón.
En 1948 fue electo presidente de la Sociedad Argentina de
Autores y Compositores, S.A.D.A.I.C. y ese mismo año dirigió Pobre mi madre
querida, sobre guion propio.
En 1950 repitió con El último payador y para ese entonces, se
encontraba gravemente enfermo de cáncer.
Poco antes de su muerte compuso dos milongas, Milonga a
Perón y Milonga a Evita, para Hugo del Carril.
Homero Manzi falleció el 3 de mayo de 1951 en Buenos Aires.
A continuación, de Homero Manzi, Definiciones para esperar mi muerte.
Para completar este homenaje, la película El Ultimo Payador, escrita y co dirigida por Homero Manzi y Ralph Papier.