Elizaveta Yurievna Pilenko, más conocida como Madre Maria
Skobtsova, nació en Riga, entonces Imperio Ruso, el 20 de diciembre de 1891, y
murió en el Campo de Concentración de Ravensbrück, Alemania, el 31 de marzo de
1945. Religiosa.
El sitio www.es.la-croix.com
publicó este recordatorio firmado por Sophie de Villeneuve.
Madre Maria Skobtsova
Totalmente entregada a los otros, esta excepcional religiosa
ortodoxa murió en cautividad en 1945.
Elizabeth Pilenko nació al borde del mar Báltico, en una
familia acomodada de la burguesía rusa, en 1891. Tuvo una infancia alegre y
llena de afecto, y una juventud marcada por la muerte del padre y la vida en
San Petersburgo, donde la familia se había establecido. Joven muy inteligente y
brillante en los estudios, Lisa fue una joven intelectual progresista que
amaba, entre otros, las discusiones interminables y la poesía. En 1910 se casa,
pero tres años más tarde se separa de su marido. Empezó, entonces, una serie de
cursos de teología y después de una breve relación, tuvo un hijo. En 1917
ingresó en el partido socialista revolucionario, pero su vida es pronto
superada por el bolchevismo.
Vuelve a la propiedad de sus padres en Crimea, donde se
enamora de un joven oficial cosaco, con el que se casa y huye de Rusia y la
revolución. Después de un largo y doloroso periplo, durante el cual da a luz a
dos hijos, la familia llega a París en 1923. Empieza entonces un vida difícil,
marcada por la pobreza y las privaciones. Su pequeña Anastasia enferma de
meningitis y muere en 1926 después de una dolorosa agonía, durante la cual Lisa
tiene la revelación de Dios: a partir de ese momento hablará de una
«visitación». Un año después el matrimonio se separa y Lisa entra en la Iglesia
ortodoxa, a la que se dedica por entero.
Entra en una organización rusa (ACR), creada para ayudar a
los numerosos emigrantes del país. A medida que pasa el tiempo, aumenta su
deseo de entrega total de sí misma y de sacrificio. La idea que es una espada
en manos de Dios ya no la abandona. En 1932, tras conseguir el divorcio, toma
el hábito monástico en la iglesia de San Sergio y se convierte en Madre María.
Sin dinero funda, en avenue de Saxe, una casa de acogida para mujeres sin
familia. En 1934, al haberse quedado la casa pequeña, se instada en rue de
Lourmel. Esta gran casa en ruinas se convierte en un lugar importante de la
ortodoxia antes de la guerra, en la que acoge, sin descanso, a los más pobres,
hambrientos y excluidos. La Madre María se desvive para alimentar a su mundo.
Su programa es muy simple: «Vencer la desmesura del mal con el amor y el bien
sin mesura [?]». Su compromiso es total, casi ilimitado, como si la naturaleza
no tuviera leyes para ella. Sostenida por una resistencia que la ayudará mucho
bajo la Ocupación y durante su cautiverio, ignora el cansancio y el frío. Pasa
días enteros sin comer ni dormir.
A cada uno me gustaría entregarle mi alma para que coman los
hambrientos, se vistan los desnudos, beban los sedientos y oigan la buena nueva
los sordos. Del tronar del cielo al murmullo de la brisa, todo me ordena:
«Entrega hasta la última moneda». De la plenitud solemne de una experiencia
sagrada mi alma, pletórica, se desborda.
En 1940, la Madre María sabía ya lo que estaba a punto de
suceder. Había leído la obra de Hitler, Mein Kampf (Mi lucha) y conoce la
locura asesina nazi. Muy pronto acoge a los primeros rusos judíos. El padre
Dimitri entrega innumerables certificados falsos de bautismo. En 1942, con
ocasión de la redada del Velódromo de Invierno (la redada más importante
realizada en Francia contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, ndt),
la Madre María entra con la Cruz Roja. Salva a cuatro niños escondiéndolos en cubos
de basura. En 1943, la Gestapo llega de improviso a rue de Lourmel y arresta a
todos los ocupantes. Empieza el vía crucis de la Madre María. Primero es
retenida en Romainville y en 1943 es enviada a Ravensbrück. Quienes estuvieron
con ella en este infierno guardan un recuerdo extraordinario. Es en el corazón
de este universo donde la Madre María comienza su ascenso espiritual, en el que
su inquebrantable bondad alcanza su pleno desarrollo: sin descanso, anima,
convierte, consuela, construye. A pesar de las múltiples privaciones, resiste y
sostiene la moral de sus compañeras. En 1945, cuando ya ha tenido lugar el
desembarco, se une voluntariamente a los seleccionados del día para ir a la
cámara de gas con el fin de acompañar a una detenida petrificada por el miedo.
Muere la vigilia de Pascua.
Sophie de Villeneuve
En 1985 fue reconocida por Yad Vashem como Justos entre las
Naciones.