James Stanley Hall, más conocido como Jim Hall, nació en Búfalo, Estados Unidos, el 4 de diciembre de 1930, y murió en Manhattan, Nueva York, Estados unidos, el 10 de diciembre de 2013. Guitarrista.
El sitio www.ecured.cu
publicó este recordatorio.
Poseedor de un sonido sutil, imaginativo, muy expresivo y
avanzado armónicamente, se trata de la máxima referencia actual de la guitarra
en el jazz. Su colega Pat Metheny lo ha calificado como 'el mejor guitarrista
vivo'. Otras grandes figuras de la guitarra jazzística como John Abercrombie,
Bill Frisell o Jordi Bonell lo consideran su maestro. El músico neoyorquino,
autor de piezas magistrales como 'The bridge', 'What's new' o 'Undercurrent',
experimentó constantemente durante sus siete décadas de carrera.
Biografía
Nació en 1930 en la localidad de Buffalo, Nueva York. Pasó
su infancia en Cleveland, ciudad a la que se había trasladado con su familia.
Sus estudios clásicos en el Cleveland Institute of Music le ayudaron a forjar
un estilo que redondeó mediante la escucha atenta de los grandes guitarristas
de jazz, comenzando por Charlie Christian y Django Reinhardt.
Sorprendentemente, o no tanto, Hall se reconocería menos influido por ellos que
por los saxofonistas como Zoot Sims o Bill Perkins, cuyos discos devoraba con
fruición. A los 13 años comenzó a actuar como músico profesional en diversas
orquestas locales. En 1955 se instaló en Los Ángeles para completar sus
estudios de guitarra clásica con Vicente Gómez. Al cabo de poco entraría a
formar parte del quinteto del baterista Chico Hamilton, fallecido muy
recientemente, con el que saborearía las mieles de un éxito que muy pocos
pudieron predecir. Pese a ello, la propuesta musical no exactamente asequible
del conjunto encontró acomodo en los gustos de una mayoría de aficionados. Hall
aprovechó la ocasión para grabar su primer disco como líder, Jazz guitar,
editado en 1957. El ya popular guitarrista seguiría transitando por los caminos
de la experimentación cercana al free jazz, como miembro del trío del
multisaxofonista Jimmy Giuffre, y en sus diversas colaboraciones con el
pianista John Lewis, que le acercaron a la denominada Tercera Corriente en la
confluencia ente el jazz y la música clásica de concierto. Con ocasión de una
gira por Sudamérica junto al trompetista Roy Eldridge, Jim Hall descubrió la
bossa nova: sería uno de los primeros músicos en introducirla en los Estados
Unidos. Y uno de los primeros en abandonarla, por puro aburrimiento.
Trayectoria
En 1962 entró a formar parte del cuarteto de Sonny Rollins.
Difícil imaginar dos intérpretes más alejados en lo estético, ni tan bien
avenidos en la práctica. Hall fue a Rollins lo que Bill Evans a Miles Davis: el
perfecto contrapunto, allá donde la sonoridad mate del guitarrista que hizo de
la discreción su marca de identidad se fundía con la expresión apasionada y
visceral del saxofonista. Rollins y Hall grabarían dos obras maestras
indiscutibles: The bridge y What’s new?
Llevado por su recién ganada fama, el guitarrista pasaría a
alternar con la crema y nata de la profesión, de Art Farmer a Gerry Mulligan,
Paul Desmond o su primer maestro, Zoot Sims. Su complicidad con el pianista
Bill Evans dio lugar a dos nuevas obras maestras: Undercurrent e
Intermodulation. En 1965 su frágil salud le obligó a retirarse de los escenarios.
Regresó a los dos años envuelto en el mayor de los olvidos. El crítico y
productor musical alemán Joachim Berendt le llamó para actuar en el Festival de
Jazz de Berlín, haciéndole grabar su segundo disco en 10 años: “Parecía como si
de pronto los productores y organizadores de conciertos descubrieran a Jim
Hall.
Olvidado, o casi, en su propio país, Hall pasará a centrar
su actividad en Europa y Japón, actuando en conjuntos de pequeño formato, en
trío o a dúo. Al poco tiempo crearía su propio grupo de colaboradores
habituales, entre los que se encontraban los pianistas Michel Petrucciani y
Enrico Pieranunzi, los guitarristas Bill Frisell y Óscar Castro-Neves y el
contrabajista Ron Carter. Con
George Mraz, Dave Holland, Christian McBride, Scott Colley y Charlie Haden
grabó Jim Hall and basses, en 2001. Un año más tarde tocaría a dúo con
el último en nuestro país. Federico González escribió sobre ambos en EL PAÍS:
“Con todos los años que llevan al servicio de Hall y Haden, los respectivos
diapasones de guitarra y contrabajo no saben todavía ni dónde ni cómo les van a
poner encima los dedos. De hecho, el de Hall debe de estar convencido a estas
alturas de que su dueño está un poco loco, describiendo esas líneas intrincadas
e imprevisibles que hacen meditar al oyente como si le acabaran de exponer el
acertijo más enigmático”. En 1975, grabó para el sello CTI una versión
comprimida del Concierto de Aranjuez, considerada una de sus piezas
magistrales, para la que contó con la colaboración de, entre otros, el trompetista
Chet Baker.
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con In A Sentimental Mood.