Hola, soy Leonardo Liberman.
Te invito a visitar mi Blog, en el que propongo temas de interés general.
Podes mandarme tu comentario al E-mail elmiradornocturno@gmail.com
Foto de portada: Magdalena Viggiani.
Sammy Eppel es consultor, analista político, periodista y
miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa. Columnista del periódico EL
UNIVERSAL, de Venezuela, y publicó más de 600 artículos.
En esta oportunidad entrevistó a Pilar Rahola, que habló
sobre La izquierda antisemita, el adoctrinamiento del Islam radical, el fin de
los judíos en Europa, las mentiras de la prensa, el silencio cómplice de
occidente.
Peleas y Melisande, título original en francés Pelléas et
Mélisande, es una ópera en cinco actos con música de Claude Debussy, y libreto
en francés del mismo compositor y Maurice Maeterlinck, sobre la obra de teatro
homónima de este último. Fue estrenada el 30 de abril de 1902 en la
Opéra-Comique de París.
La obra suscitó la oposición furibunda de una parte de la
crítica y de algunos compositores académicos, y la admiración de un grupo de
artistas amigos y de parte del público que, progresivamente y tras sucesivas
representaciones, fue finalmente aceptada.
El drama está basado en la trágica historia de Paolo
Malatesta y Francesca de Rímini, casada con el hermano de Paolo, que fue
evocada poéticamente por Dante Alighieri en el Canto V de la Divina comedia.
La ópera describe un apasionado triángulo amoroso entre
Pelléas, su hermano Golaud y la extraña Mélisande. Está ambientada en un reino
imaginario llamado Allemonde. No hay referencias temporales, aunque su arcaísmo
sugiere que transcurre en la Edad Media.
A continuación, la ópera Pelléas y Mélisande, de Claude
Debussy, en las voces de Neil Archer, Alison Hagley, Donald Maxwel, Kenneth
Cox, Penelope Walker, Samuel Burkey y Peter Massocchi, junto al Coro y la
Orquesta de la Ópera Nacional de Gales, dirigidos por Pierre Boulez.
Argumento
Acto I
Escena 1. Un bosque.
Golaud, nieto de Arkel, rey de Allemonde, se ha perdido en
el bosque mientras cazaba jabalíes. Junto a un riachuelo se encuentra con una
bella joven que se niega a decirle más que su nombre, Mélisande. Golaud ve que
bajo el agua hay una corona, pero la joven amenaza con ahogarse si intenta
recuperarla. Comienza a anochecer, y Golaud la lleva con él.
Escena 2. Una sala del castillo.
Geneviéve, madre de Golaud, le lee una carta a Arkel de su
hijo, en la que cuenta que se ha casado con Mélisande y pide permiso para
volver al castillo con ella. Arkel lo acepta, a pesar de que le había arreglado
una boda con la princesa Ursula. Aparece Pelléas, hermanastro de Golaud, y le
pide a su abuelo que lo deje ir a ver a un amigo que está a punto de morir.
Arkel le recuerda que su padre también está enfermo y que no debería irse del
castillo. Luego le indica a Geneviève que ilumine una lámpara para indicarle a
Golaud que puede volver al castillo.
Escena 3. Ante el castillo.
Geneviève y Mélisande pasean por los jardines del castillo,
junto al mar. Mélisande confiesa que le afecta la falta de luz del castillo y
del bosque, y Geneviéve le asegura que se acostumbrará. Aparece Pelléas y los
tres bajan a contemplar el mar, donde ven zarpar del puerto al barco en el que
vinieron Golaud y Mélisande. Geneviève se retira, y Pelléas ayuda a Mélisande a
subir al castillo, y luego le anuncia que pronto se irá del castillo. Ella deja
entrever que no quiere que se vaya.
Acto II
Escena 1. Una fuente en el parque.
Pelléas y Mélisande pasean por el parque y llegan a la
fuente de los ciegos. Mélisande se siente encantada con la fuente e intenta
meter sus manos en el agua, pero solo moja su larga cabellera. Comienza a jugar
con su anillo de bodas y cuando dan las campanadas de las doce del mediodía se
le cae al agua por un descuido. Mélisande no sabe qué le dirá a Golaud y
Pelléas le contesta “La verdad”.
Escena 2. Una habitación del castillo.
Cuando llega Mélisande al castillo, encuentra a Golaud
tendido en la cama, ya que se cayó del caballo justo al sonar las campanadas de
las doce mientras cazaba. Mélisande se muestra preocupada y le dice a Golaud
que no está feliz en el castillo. De pronto, Golaud ve que no lleva el anillo y
Mélisande teme contarle la verdad y le dice que lo perdió en una gruta cerca
del mar. Golaud le dice que vaya junto con Pelléas a buscarlo.
Escena 3. Ante una gruta.
Mélisande sabe que el anillo no está en la gruta, pero
Pelléas le dice que debe conocerla para poder describir su interior si Golaud
la interroga. De repente la luna asoma detrás de una nube iluminando la gruta,
y ven que hay tres vagabundos durmiendo. Comienza a subir la marea y ambos se
retiran llenos de angustia.
Acto III
Escena 1. Una torre del castillo
Mélisande está peinando su largo cabello en la ventana de la
torre mientras canta. Aparece Pelléas y le pide que se asome ya que se quiere
despedir porque se va a la mañana siguiente. Al asomarse, su larga melena
comienza a deslizarse llegando hasta Pelléas que la ata a un árbol cercano para
retenerla. Aparece Golaud y viendo lo que está sucediendo entre su esposa y su
hermanastro lo califica de “juego de niños” tratando de acallar sus celos.
Escena 2. Los sótanos del castillo
Golaud ha llevado a Pelléas debajo del castillo. En medio de
la oscuridad y el olor a muerte, la linterna ilumina un pequeño espacio, y
Golaud obliga a Pelléas a asomarse al precipicio, sosteniéndolo de la mano para
evitar que se caiga.
Escena 3. Una terraza al salir de los sótanos.
Pelléas se siente aliviado al salir de un lugar tan
tenebroso y disfruta del aire fresco del mar y la luz. Intenta no darse cuenta
del mensaje dado por Golaud, y este se lo dice claramente: debe alejarse de
Mélisande que está a punto de ser madre y necesita tranquilidad.
Escena 4. Ante el castillo.
Golaud y su hijo Yniold están debajo de la ventana de
Mélisande. Golaud quiere que su hijo le cuente lo que sabe de la relación de su
hermanastro con su mujer. El niño le cuenta lo que sabe desde un punto de vista
infantil, y el padre lo levanta para que mire por la ventana, y le dice que
ambos están en la habitación y que miran la luz.
Acto IV
Escenas 1 y 2. Un pasillo del castillo
Pelléas cita a Mélisande en la fuente de los ciegos esa
misma noche, ya que se va y quiere despedirse. Cuando se aleja del pasillo,
aparece Arkel y comienza a conversar con Mélisande. Aparece Golaud y en un
arranque de celos toma a Mélisande del cabello y la maltrata delante de su
abuelo.
Escena 3. Una fuente en el parque
Mientras Yniold busca una pelota aparece un rebaño de
corderos. Le pregunta al pastor por qué no hablan (sic) y este le responde que
es porque no regresan al redil. Entra Pelléas y se encuentra con Mélisande, y
ambos declaran su amor y se besan, pero aparece Golaud y con su espada mata a
Pelléas y hiere a Mélisande.
Acto V
Escena única. Una habitación del castillo.
Mélisande yace en su lecho de muerte, junto a la cuna de su
hija recién nacida. Golaud, Arkel y el médico la observan, y cuando despierta
Golaud les pide que los dejen solos. Golaud la interroga acerca de su relación
con Pelléas, pero ella le asegura que no son culpables de nada. Vuelven Arkel y
el médico y entran los sirvientes. Mélisande ha muerto y Arkel ordena que se
lleven a la niña de la habitación.
L'Ouragan, o El huracán es un drama lírico en cuatro actos,
con música de Alfred Bruneau, y libreto de Émile Zola. La ópera fue estrenada
el 29 de abril de 1901.
El argumento cuenta la historia de un hombre que se debate
entre su amor por dos mujeres durante una noche de tormenta.
Alfred Bruneau desempeñó un papel clave en la introducción
del realismo en la ópera francesa, adaptando a la música el naturalismo de
Émile Zola, que colaboró con él en tres oportunidades. En 1897 con el libreto
de Messidor, en 1901 con L'Ouragan, y en 1905 con L'Enfant roi.
A continuación, fragmentos de la ópera L'Ouragan, en la
versión de Gisele Desmoutiers, Camille Mauranne, Berthe Monmart, Pierre
Gianotti, y Nadine Sauterreau, junto a la Orquesta de la Radio y Televisión
Francesa, dirigidos por Eugene Bigot.
Celebramos un año más la festividad de Pesaj, la Pascua
Judía y profundizamos en los principales mensajes de la fiesta de la mano del
rabino Yoseph Salama quien nos hablará de cómo celebrar esta fiesta en nuestros
días.
Raúl Severo Parentella, nació en General Pico, Provincia de
La Pampa, Argentina, el 28 de abril de 1940, y murió en Buenos Aires,
Argentina, el 16 de noviembre de 2021. Pianista, arreglador y compositor.
El Diario Infobae, en su edición digital publicó esta información.
Murió Raúl Parentella, el recordado
“Maestruli” de Susana Giménez
En las últimas
horas se conoció la noticia de que el pianista falleció a los 81 años
16 Nov, 2021 12:40 p.m. AR
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Raul Parentella falleció a los 81 años (Foto: Instagram @raulparentella)
Este martes, la noticia de la muerte de Raúl Severo Parentella, el recordado pianista de Hola Susana,conmocionó al ambiente artístico. Así lo dio a conocer la cantante de tango María José Demare, a través de su cuenta de Twitter. “Estoy muy triste. Se fue un grande y una gran persona. De tu piano y mi pluma salieron ‘Argentina por qué te quiero tanto’, ‘Volver a amar’, ‘Y presiento que no volverás’. ‘Somos cobardes’, ‘Es piel’, ‘Esos besos sin igual’”, expresó la artista. Y cerró, visiblemente conmovida: “Quedan nuestras canciones para siempre. Beso al cielo”.
Además de haber trabajado junto a Susana Giménez entre los años 1992 y 2000, el hombre nacido el 28 de abril de 1940 en General Pico, La Pampa, fue pianista y arreglador de figuras de la talla de Julio Iglesias, Sandro, Palito Ortega, y Mercedes Sosa, entre otros.
Play
Raúl Parentella junto a Susana Giménez
Desde 1978 hasta 1995 fue el realizador exclusivo de toda la música publicitaria de Coca Cola. Incluso, produjo muchos singles y bandas de sonido para marcas como Peugeot, Terrabusi y muchas otras compañías de primer nivel. Además, fue director musical de Canal 13 durante varios años.
En 1979, en Caracas, ganó por primera vez para Argentina el Festival OTI de la Canción con su tema “Cuenta conmigo”, con letra de Chico Novarro e interpretación de Daniel Riolobos. Después de muchos años de trabajos musicales realizados casi en exclusividad para distintos y reconocidos intérpretes, decidió lanzar al mercado un disco con sus mejores obras. Muchas de ellas fueron compuestas en sus primeros años, otras son del 2006, pero todas con una alta calidad en la composición.
Raúl Parentella trabajó con varios y reconocidos artistas de la talla de Julio Iglesias y Mercedes Sosa
Este nuevo disco lo mostró en sus diversas facetas de compositor, arreglador e intérprete, brillando en todas ellas. Tal fue la repercusión que lo lanzaron nuevamente a la venta, esta vez en Europa y Japón, en el año 2007, para que el mundo pudiera aplaudir nuevamente sus clásicos de siempre.
Fue la diva de los teléfonos quien comenzó a llamarlo Maestruli, un apodo que conservó durante toda su carrera. Hace tan solo cinco meses, Susana también sufrió otra pérdida de gente que trabajó en su célebre programa. En junio, falleció por coronavirus Juan Carlos López, su maquillador, luego de haber permanecido internado en terapia intensiva por más de un mes, debido a complicaciones en su estado de salud. Tenía 66 años. Nacido en Entre Ríos, López se volcó al maquillaje por el consejo del dueño de una peluquería en la que trabajaba lavando cabellos y barriendo el piso. “Si querés hacer plata, trabajá con las mujeres”, le dijo el hombre. Luego de hacer un curso con los hermanos Combi, referentes en el cine en esta materia, en 1979 respondió al llamado del viejo ATC (Argentina Televisora Color). Lo contrataron. Y de esa manera ingresó en el mundo televisivo.
En ese entonces, la conductora lo despidió en sus redes sociales a través de un video, dos fotos y un sentido mensaje. La filmación fue registrada en marzo de 2019, en la víspera del inicio de una nueva temporada televisiva. Allí se la observa en un camarín junto a López, quien la prepara para la sesión fotográfica de lo que sería la campaña gráfica de su regreso a la pantalla chica. “Juan, quiero recordarte así -se lee en el posteo, al pie del video de hace dos años-, trabajando, divirtiéndonos como lo hicimos tantos años juntos, viajando por el mundo, riéndonos sin parar”.
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con dos de sus grandes éxitos: Cuenta Conmigo y La Vida Toda.
Cadmus et Hermione, o Cadmo y Harmonía en español, es una
tragedia musical en un prólogo y cinco actos de Jean-Baptiste Lully, con libreto
en francés de Philippe Quinault. El estreno se realizó el 27 de abril de 1673,
en la Académie Royale de Musique, en París.
El prólogo, dedicado al rey Luis XIV, representa a Apolo
matando al monstruo Pitón. La ópera en sí misma relata la historia de amor
entre Cadmo, legendario fundador y rey de Tebas en Grecia, y Hermione, hija de
Venus y Marte. Otros personajes son Palas Atenea, Cupido, Juno y Júpiter.
Con Cadmus et Hermione, Lully da origen a la forma de la
tragedia en música, más conocida como tragedia lírica, Lully incorpora
elementos de la ópera cómica veneciana, de los cuales más tarde se aleja, dando
origen a una lírica de rasgos propios.
A continuación, la ópera Cadmus et Hermione, de Jean-Baptiste
Lully, con el siguiente reparto: Cadmo, el Sol: Boris Grappe; Hermione: Ingrid Perruche; Arbas:
Vincent Billier; Draco: Jean Teitgen; Junón: Emmanuelle Fruchard; Palas: Penni
Clarke; L'Envie: Michael Paumgarten; Charité: Daphné Touchais; La Nourrice:
Thibaut Lenaerts; L'Amour:
Elizabeth Calleo, y la Academia Barroca Europea de Ambronay, todos
dirigidos por Christophe Rousset. Grabación realizada en vivo durante el Festival
d’Ambronay, en octubre de 2001.
A continuación, de Ludwig van Beethoven, el Trío para
Piano en Re Mayor Op. 70 Nº 1, denominado Fantasma, en la versión de Wilhelm Kempff
en piano, Henryk Szeryng en violín, y Pierre Fournier en violonchelo.
Giovanni Giorgio Moroder, más conocido como Giorgio Moroder,
nació en Val Gardena,
Trentino-Alto Adige, Italia, el 26 de abril de 1940. Productor, cantante,
compositor y DJ.
Como fundador de la música disco y pionero de la música
electrónica, Giorgio Moroder dejó su huella como un influyente productor,
compositor, intérprete y DJ italiano. A sus 74 años, Moroder todavía tiene sus
manos en el centro de la cultura EDM, y volvió a ser el centro de atención en
2013 como colaborador invitado en el álbum de Daft Punk, ganador del premio
GRAMMY, Random Access Memories (“Álbum del año”), nuevo remezclas para Donna
Summer, Haim y su banda sonora de la película "Scarface", una nueva
estación como un aclamado DJ en vivo en los principales festivales y clubes del
mundo, y un próximo nuevo álbum de colaboraciones. A lo largo de su carrera,
Moroder ha trabajado con algunos de los nombres más famosos de la música,
incluidos Barbra Streisand, Elton John, Cher, Janet Jackson y David Bowie. Es
muy conocido por ser el actor clave en el ascenso a la fama de la Reina del
Disco Donna Summer a lo largo de la década de 1970, colaborando con ella en sus
mayores éxitos, incluidos "Love To Love You Baby", "Hot
Stuff" y "I Feel Love". En 1997, Moroder y Summer ganaron el
premio Grammy a la "Mejor grabación de baile" por la canción
"Carry On". Recientemente se asoció con Verve Records para honrar a
Summer con Love To Love You Donna, una colección de sus éxitos más notables remezclados
por Afrojack, Hot Chip, Laidback Luke, Masters at Work y otros.
La música de Giorgio Moroder alcanzó el éxito en todos los
lugares donde tocó la moda disco, pero también es responsable de algunas de las
bandas sonoras de películas más clásicas hasta la fecha, incluidas Scarface y
Midnight Express, así como de bandas sonoras atemporales como “Take My Breath
Away” (Top Gun), “Flashdance” de Irene Cara, “Call Me” (American Gigolo) de
Blondie, así como composiciones para películas como The NeverEnding Story,
Superman III, Rambo III y Beverly Hills Cop II. De estos, Moroder ha acumulado
tres Premios de la Academia, cuatro Globos de Oro, cuatro Grammy y más de 100
discos de oro y platino. Giorgio Moroder fue incluido en el Salón de la Fama de
la Música Dance en 2004.
Originario de Val Gardena-Dolomiti, Italia, Giorgio Moroder
pasó sus primeros años en la música recorriendo Europa; tocando el bajo y la
guitarra en conjuntos de orientación pop. Su popularidad comenzó en Múnich,
donde en 1969 recibió el disco de oro por el lanzamiento de su sencillo
"Looky Looky". Finalmente se asoció con “Love to Love You Baby” de
Pete Bellotte y Donna Summer, la canción a la que ahora se le atribuye el
inicio de la popular moda disco mundial.
Moroder ha trabajado con varios de los nombres más
importantes de la música, entre ellos: Barbra Streisand, Elton John, Cher,
Roger Daltrey, Janet Jackson, Freddy Mercury, David Bowie, Chaka Khan, Cheap
Trick y Pat Benatar. Entre sus sencillos más exitosos se encuentran “Hot Stuff”
y “I Feel Love” de Donna Summer, “Danger Zone” de Kenny Loggins, “Putting Out
the Fire” de David Bowie y “Call Me” de Blondie.
Entre sus muchas bandas sonoras innovadoras se incluyen tres
ganadoras del Premio de la Academia. El primero fue por su música para la
película Midnight Express de 1978. El segundo reconocimiento fue el éxito
inspirador de Irene Cara, “Flashdance”, de la película del mismo título. Por
último, "Take My Breath Away" de la película Top Gun le valió su
tercer Premio de la Academia.
Las composiciones de Moroder también han contribuido a
muchas otras películas exitosas como Superman III, Rambo III, Beverly Hills Cop
II y la banda sonora de la epopeya de gánsteres de 1983, Scarface.
En 1998, recibió su tercer Grammy por la canción "Carry
On", interpretada por Donna Summer, entre otros innumerables premios y
honores.
La creatividad de Moroder también ha entrado en el ámbito de
los deportes y los asuntos globales. Escribió las canciones "Reach
Out" para los Juegos Olímpicos de 1984, "Hand in Hand" para los
Juegos Olímpicos de 1988, el éxito mundial "Un Estate Italiana" para
la Copa Mundial de Fútbol de 1990 en Italia y "Forever Friends" para
el verano de 2008. Juegos Olímpicos.
En 2013, colaboró en
la canción "Giorgio by
Moroder" con el aclamado dúo
electrónico Daft Punk,
marcando el comienzo del resurgimiento del trabajo de Moroder y ganando su
tercer premio Grammy.
Desde 2014, Giorgio Moroder ha actuado en todo el mundo en
espectáculos como Vivid Fest, Moogfest, Wireless Festival, Les Ardentes y Pacha
Ibiza.
Su álbum Deja Vu, que fue lanzado por Sony/RCA en 2015,
contó con colaboraciones con Kylie
Minogue, Britney Spears, Charli XCX, Matthew Koma, Mikky Ekko, Sia y más. El
álbum alcanzó el número uno en los EE. UU. en las listas dance/electrónicas de
Billboard.
En la primavera de 2019, Moroder realizará su primera gira
en vivo en Europa, embarcándose en una gira por 15 ciudades europeas en abril y
mayo. La producción de la gira titulada
A Celebration of the 80's presentará lo más destacado de su prolífica
carrera en un espectacular espectáculo con imágenes e iluminación deslumbrantes
junto a su banda y vocalistas.
A continuación, celebramos su cumpleaños, con uno de sus
grandes éxitos: I feel love con Donna Summer.
Irvin Mazursky, más conocido como Paul Mazursky, nació en Brooklyn,
Nueva York, Estados Unidos, el 25 de abril de 1930, y murió en Los Ángeles,
California, Estados Unidos, el 30 de junio de 2014. Director de cine, guionista, productor cinematográfico y actor.
El sitio www.latimes.com
publicó este recordatorio firmado por Elaine Woo.
OBITUARIOS
Paul Mazursky muere a los 84 años; El director hizo una
crónica de las tendencias de los años 60 y 70.
Paul Mazursky (1930-2014): guionista y director nominado al
Oscar que también coescribió el piloto de televisión de 1966 de “The Monkees”.
(Casa Christina / Para The Times)
Por Elaine Woo
escritor
1 de julio de 2014 16:33 hora del Pacífico
Paul Mazursky, el guionista y director nominado al Oscar que
se destacó explotando la clase media urbana en busca de risas y lágrimas en
películas como "Bob & Carol & Ted & Alice", "Blume
in Love", "An Unmarried Woman" y “Down and Out in Beverly
Hills”, murió el lunes en el Centro Médico Cedars-Sinai de Los Ángeles. Tenía
84 años.
La causa fue un paro cardíaco pulmonar, dijo la portavoz de
la familia Nancy Willen.
Mazursky, un gentil satírico de la sociedad contemporánea,
en su mejor momento hizo una crónica de las tendencias sociales de finales de
los años 60 y 70, incluidas las modas pasajeras de superación personal de la
época, la experimentación con drogas y las reglas cambiantes para el amor y el
sexo.
En el proceso, creó personajes memorables por sus luchas y
vanidades: las parejas adineradas en su debut como director de 1969, “Bob &
Carol & Ted & Alice”, que creen que el intercambio de cónyuges es la
cura para sus complejos; el abogado divorciado de “Blume in Love” que piensa
que la libertad sexual es grandiosa hasta que su esposa la quiere; y la
divorciada de “Una mujer soltera” que entra con cautela en la escena de los
solteros después de 15 años de lo que ella pensaba que había sido un matrimonio
feliz.
Al igual que Woody Allen, Mazursky escribió y dirigió la
mayoría de sus 17 películas y actuó en casi todas ellas. Sus créditos como
actor abarcaron seis décadas, desde un papel protagónico en el primer largometraje
de Stanley Kubrick en 1953 hasta la voz de un conejito musical en “Kung Fu
Panda 2” en 2011. También apareció en las series de HBO “Curb Your Enthusiasm”
y “Los Soprano”. "
Sus experiencias frente a la cámara le dieron una especial
afinidad por los ritmos de los actores y una preferencia por los planos largos
que les permitían desarrollar sus personajes.
La crítica Molly Haskell comparó a Mazursky con Ingmar
Bergman por el calibre de las actuaciones que consiguió de sus protagonistas
femeninas en particular.
“Permiten que su cámara busque y encuentre sutilezas de
expresión y ecos de una inteligencia compleja y sensual que nunca afloran en su
trabajo para otros directores”, escribió Haskell en la revista New York en
1978.
Tuvo una buena cantidad de fracasos, incluido “The Pickle”
(1993), que fue tan malo que Columbia no se lo mostró a la mayoría de los
críticos. Esa película fue complementada por “Scenes From a Mall” (1991) y
“Faithful” (1996), su último largometraje, con malas críticas. También realizó
un documental llamado “Yippee” (2006), sobre los judíos jasídicos en Ucrania.
Sus largometrajes fueron frecuentemente criticados por ser
sentimentales.
“Su especialidad es tomar un núcleo de sustancia sentimental
y cubrirlo con nostalgia agridulce o chistes groseros, preferiblemente ambos”,
escribió el crítico John Simon en el National Review en 1986.
Pero Mazursky desestimó las críticas y argumentó, como lo
hizo en The Atlantic en 1980, que “mis películas no son sentimentales, sólo
tienen sentimiento”.
Recibió sus últimos elogios de la crítica por “Enemies: A
Love Story” (1989), adaptada con Roger L. Simon de una historia de Isaac
Bashevis Singer sobre un sobreviviente del Holocausto que termina en Estados
Unidos con tres esposas. Esto le valió a Mazursky su cuarta nominación como
guionista, después de “An Unmarried Woman”, “Harry and Tonto” y “Bob &
Carol & Ted & Alice”.
Nacido como Irwin Mazursky en la ciudad de Nueva York el 25
de abril de 1930, era el único hijo de David, un trabajador, y su esposa, Jean,
una amante del cine que dejaba que su hijo faltara a la escuela para poder ver
dos películas dobles en un día. “Cuando tenía 12 años”, dijo Mazursky a la
revista People en 1986, “ya soñaba con ser actor. Iba al baño de
nuestra casa, el único lugar donde podías estar solo, y hacía imitaciones de
Errol Flynn y Humphrey Bogart”.
Mientras estudiaba en el Brooklyn College, fue elegido para
interpretar a un psicópata en "Fear and Desire", la película de 1953
que marcó el debut como director de Stanley Kubrick. Cambió su nombre a Paul.
Ese año también se casó con Betsy Purdy, con quien tuvo dos
hijos.
Además de su esposa, le sobreviven su hija Jill Mazursky,
cuatro nietos y un bisnieto. Su hija Meg murió de cáncer en 2009.
Después de la película de Kubrick, Mazursky estudió Método
de actuación con Lee Strasberg. Uno de sus primeros papeles fue el de un
delincuente juvenil en “Blackboard Jungle” (1955).
En 1959, se mudó con su familia a Los Ángeles y se unió al grupo
de improvisación Second City. Cuando cerró, se asoció con el alumno de Second
City, Larry Tucker, para escribir chistes para "The Danny Kaye Show"
de CBS. Él y Tucker también coescribieron el piloto de 1966 de “The Monkees”,
la serie de televisión sobre una banda de rock en apuros, pero su trabajo no
estaba acreditado en ese momento.
Insatisfecho con la televisión, Mazursky comenzó a tomar
clases de edición cinematográfica en la USC y fantaseaba con convertirse en
director.
Él y Tucker compartían una oficina en un tramo de Sunset
Boulevard lleno de bohemios de los años 60. El escenario inspiró su primer
guión, "I Love You, Alice B. Toklas" (1968), una comedia romántica
protagonizada por Peter Sellers como un abogado que abandona su vida convencional
después de ingerir un brownie con infusión de marihuana.
Mazursky tuvo la oportunidad de dirigir con su próximo
proyecto. Había llevado a su esposa a Esalen, el retiro de Big Sur donde los
miembros de la contracultura iban a encontrar su yo interior. La experiencia
resultó provechosa para “Bob & Carol & Ted & Alice”. Coescrita con
Tucker, la película comienza con una pareja interpretada por Robert Culp y
Natalie Wood, que regresan de un retiro estilo Esalen con una nueva conciencia
que quieren compartir con otra pareja, interpretada por Dyan Cannon y Elliott
Gould.
La película convirtió a Gould en una estrella, resucitó la
carrera de Wood y fue un éxito de taquilla y de crítica; Pauline Kael, en un
artículo del New Yorker, la calificó como “la comedia estadounidense más
animada en lo que va del año”. Esto catapultó a Mazursky a la lista A de
directores.
Se le dio carta blanca para su siguiente película, “Alex in
Wonderland” (1970), protagonizada por Donald Sutherland como un director que no
puede decidir qué hacer con su vida después de su primera película exitosa.
Mazursky lo expresó como un homenaje a “81/2”, la obra maestra autobiográfica
de Federico Fellini, a quien idolatraba; Fellini incluso hace un cameo.
Mazursky se dio a sí mismo el papel de un productor maravilloso con ideas
cinematográficas extravagantes.
A los críticos les gustó “Alex”, pero fracasó
comercialmente. A la angustia de Mazursky se sumó el hecho de que no pudo
encontrar un estudio que respaldara "Harry and Tonto".
Sintiéndose un artista incomprendido, Mazursky se mudó a
Italia por un tiempo, pero la vida en el expatriado le resultó insatisfactoria.
Cuando regresó a Estados Unidos unos meses después, escribió
una escena sobre "un tipo sentado en un café en Italia tratando de
descubrir qué diablos está haciendo allí", dijo Mazursky a People. Esa
idea floreció en el guión de “Blume in Love” (1973), protagonizada por George
Segal como un hombre que se da cuenta de que está enamorado de su ex esposa,
interpretada por Susan Anspach.
Obtuvo críticas admirativas de críticos como Roger Ebert,
quien escribió que Mazursky “parece haber logrado lo que todo el mundo siempre
esperaba de Neil Simon: una comedia que trasciende sus momentos divertidos, que
se da cuenta de que reímos para no llorar y finalmente se trata de personas
reales con desesperaciones reales”.
De nuevo en la cima de Hollywood, Mazursky finalmente pudo
hacer “Harry y Tonto” (1974), una comedia seria sobre un hombre de 72 años que
sale de gira después de haber sido desalojado de su apartamento en la ciudad de
Nueva York. Elogiado por su retrato humanista del envejecimiento, tuvo éxito
financiero y convirtió a Art Carney, del programa de televisión "The
Honeymooners", en una estrella de cine y ganador del Oscar al mejor actor.
A Mazursky le siguió la muy elogiada y semiautobiográfica
“Next Stop, Greenwich Village” (1976), sobre un chico de Brooklyn de principios
de la década de 1950 que se muda al Village para perseguir sus sueños como
actor, y “An Unmarried Woman” (1978), que obtuvo tres nominaciones al Oscar,
incluida mejor actriz para Jill Clayburgh, mejor película y mejor guion.
Después de las decepciones de “Willie and Phil” (1980) y
“Tempest” (1982), su siguiente éxito fue “Moscow on the Hudson” (1984), que
presentaba a Robin Williams como un músico ruso que deserta en medio de un Bloomingdale's
grandes almacenes.
“Down and
Out in Beverly Hills” (1986) fue el mayor éxito comercial de Mazursky. Una
farsa inspirada en la película de Jean Renoir de 1932 “Boudou salvado del
ahogamiento”, trata de una pareja adinerada (Bette Midler y Richard Dreyfuss)
que vive en una mansión con un perro que tiene su propio psiquiatra. Su vida
elegante se ve interrumpida por un vagabundo (Nick Nolte) que intenta ahogarse
en su piscina. Simpatizando con su difícil situación, la pareja lo invita a
mudarse.
El propósito de la película era “reflexionar sobre lo
absurdo de tenerlo todo y aún no tener nada”, dijo Mazursky al Chicago Tribune
en 1986.
Mazursky, residente de Beverly Hills desde hace mucho
tiempo, dijo que también se estaba burlando de sí mismo.
"Me resulta imposible pasar mucho tiempo con alguien
que no tiene verdadero sentido del humor", dijo a la revista People. “El
humor no es sólo una forma de ver la vida. Es la forma en que experimentas las
cosas. Nadie vive la vida sin dolor, pero el dolor se puede superar con humor.
Es lo que me separa de algunas personas muy agradables que simplemente no
entienden el chiste”.
elaine.woo@latimes.com
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con el vídeo que inauguró el Festival de Cine de Ventura 2010.
Blanche Ring nació en Boston, Massachusetts, Estados Unidos,
el 24 de abril de 1871, y murió en Santa Mónica, California, Estados Unidos, el
13 de enero de 1961. Cantante y actriz.
Blanche Ring (24 de abril de 1871 – 13 de enero de 1961) fue
una cantante y actriz estadounidense que trabajó en el teatro en producciones
en Broadway, en musicales, y para la industria cinematográfica de Hollywood.
Inicios
Nacida en Boston, Massachusetts, era nieta de James H. Ring,
un primer comediante de la compañía Boston Museum. Su tatarabuelo, Charles
Fisher, llegó a los Estados Unidos procedente de Inglaterra, viajando en
caravanas teatrales y llegando hasta el río Misisipi. La actriz tenía
ascendencia inglesa, irlandesa y escocesa. Cuatro generaciones de sus
antepasados eran intérpretes de Shakespeare.
Cantante en el teatro
Ring debutó a los dieciséis años con A Parisian Romance, con
Richard Mansfield. Más adelante actuó junto a Nat Goodwin y Chancellor Olcott.
En 1902 tuvo un gran éxito con "In The Good Old Summertime", y
posteriormente con una canción de fama, "The Belle of Avenue A",
interpretada en la obra Tommy Rot. Tommy Rot se representó en el local Mrs.
Osborn's Playhouse de Nueva York. "I've Got Rings on My Fingers" fue interpretada cuando Blanche
actuaba en The Midnight Sons en 1909. Will Rogers recitaba sus primeras
líneas en el teatro en la obra interpretada por Ring The Wall Street Girl. En
1910 grabó el tema Come Josephine In My Flying Machine, tras presentarlo en un
show de Broadway, convirtiéndose en una de sus canciones de mayor fama.
Entre sus otras canciones se incluyen "Bedelia" y
"I'd Leave My Happy Home For You". La primera se interpretaba en The
Jersey Lilly. Durante la Primera Guerra Mundial la cantante ganó fama con el
tema "They're All Out Of Step But Jim".
Blanche poseía un fino talento para la pantomima. Esto le
ayudaba en su progresión en la revista musical. Sus imitaciones estaban a la altura
de las de Charles Winninger en Passing Show of 1919, interpretada en el Teatro
Winter Garden de Nueva York.
Actriz del cine mudo
Ring llegó a Hollywood en 1916 para trabajar en el film mudo
The Yankee Girl, y durante algún tiempo interpretó papeles dramáticos. También
participó en la película It's The Old Army Game (dirigida por su sobrino A.
Edward Sutherland), con W.C. Fields, en 1926. Para el teatro trabajó en la obra
The Great Necker, entre otras. Posteriormente volvió al género musical, interpretando
títulos como Right This Way y Strike Up The Band.
Su última interpretación teatral tuvo lugar en Nueva York en
1938. Tenía un papel en Madame Capet, protagonizada por Eva Le Gallienne.
Hollywood
Ring abandonó Nueve York en 1959 y se instaló en Hollywood
con su hermano, Cyril. En mayo de 1960 formó parte de una reunión de antiguas
artistas Ziegfeld Follies. Blanche era miembro honorario del Ziegfeld Club,
aunque nunca había trabajado para Florenz Ziegfeld.
Blanche Ring falleció en Santa Mónica (California) en 1961,
a los 89 años de edad. Pocos años antes de su fallecimiento, en 1958, había
sufrido un ictus y su salud estaba muy resentida. Fue enterrada en el
Cementerio Holy Cross, tras un funeral en la iglesia Good Shepherd en Beverly
Hills, California.
Vida personal
Se casó en cuatro ocasiones. Sus maridos fueron:
Walter F. MacNichol
James
Walker Jr.
Frederick
Edward McKay, director teatral.
Charles
Winninger
Todos sus matrimonios acabaron en divorcio. No tuvo hijos.
Una de sus hermanas era Frances Ring (1882-1951), casada con
el popular actor del cine mudo Thomas Meighan en 1909. Otra hermana, Julie Ring
(1878-1957), fue actriz teatral y madre del director cinematográfico A. Edward
Sutherland. Su sobrina nieta es la directora de orquesta Jane Ring Frank.
A continuación, la recordamos en el día de su nacimiento,
con uno de sus éxitos: Come Josephine In My Flying Machine.
Elijahu ben
Shlomó Zalman, más conocido El Gaón de Vilna, nació en Sielec, Bielorusia 23 de abril de 1720, y
murió en Vilna, entonces Imperio Ruso, el 9 de octubre de 1797. Rabino.
La palabra "gaón"
significa genio y a ninguna persona se le podría otorgar este título de manera
más apropiada que al rabino Eliyahu de Vilna. El rabino Eliyahu fue
probablemente el líder judío más influyente de la historia moderna.
Las grandes
habilidades de Rabí Eliyahu comenzaron a manifestarse a una edad muy temprana.
A la edad de siete años pronunció su primer discurso público y mostró un
intelecto completamente desarrollado. Cuando tenía diez años, había avanzado
hasta el punto de que ya no necesitaba un maestro. Cuando aún era joven, el
rabino Eliyahu aceptó el "galus", un exilio autoimpuesto (una
práctica no insólita en aquella época), en el que vagaba de comunidad en
comunidad como mendigo. Esto duró algunos años, después de lo cual regresó a la
ciudad de Vilna. A pesar de sus esfuerzos por ocultar su gran rectitud y
conocimiento fenomenal, pronto se hizo famoso como un gran tzadik (hombre
justo) y erudito de la Torá. A la edad de 35 años, uno de los principales
sabios de esa época, el rabino Yonason Eybschutz, se acercó a él para que
actuara como intermediario en el conflicto entre él y otro gran sabio, el
rabino Yakov Emden.
Para el Gaón, el
limud haTorá (el estudio de la Torá) era de suma importancia y esta ética se
mostró plenamente por su parte. Su diligencia en el aprendizaje fue
insuperable. El hijo del Gaón testificó que durante cincuenta años su padre no
durmió más de dos horas en un período de veinticuatro horas. Su amplitud de
conocimientos fue asombrosa. Era capaz de indicar de memoria el número de veces
que se mencionaba a un sabio en un libro determinado del Talmud. Su
conocimiento tanto de las partes reveladas como de las ocultas de la Torá era
incomparable. El Gaón consideraba que el conocimiento secular era un complemento
vital para el estudio de la Torá. Conocía casi todos los campos seculares y era
autor de libros sobre gramática y matemáticas.
Su rectitud y
bondad también fueron legendarias. A pesar de su pobreza personal, siempre donó
el 20% de sus ingresos a obras de caridad. Cuando se le informaba de una
necesidad especial, como casar a una niña huérfana o redimir a un cautivo, con
frecuencia deducía dinero de sus necesidades personales para contribuir. A
pesar de su constante diligencia en el aprendizaje, siempre estuvo atento a las
personas necesitadas y se sabía que interrumpía sus estudios para reunirse con
familiares de una persona necesitada y convencerlos de que ayudaran a su
pariente.
Hay una historia
del Gaón que ilustra el tipo de bondad de la que era capaz. La ciudad de Vilna
pagaba un pequeño estipendio mensual al Gaón. (Cabe señalar que Gaón se negó a
aceptar cualquier puesto oficial en la comunidad a pesar de que generalmente se
lo consideraba el líder de la comunidad). El individuo responsable de entregar
este dinero se quedaría con él. El Gaón, que se dio cuenta de lo que estaba
pasando, nunca lo acusó de hacer esto ni se lo contó a nadie porque no quería
avergonzar al responsable. De hecho, ni siquiera sabríamos de este incidente si
el culpable no hubiera confesado en su lecho de muerte.
Durante cuarenta
años estudió en aislamiento, a partir de ese momento comenzó a recibir
estudiantes de los destacados eruditos de la Torá de esa época. La mayoría de
los escritos que tenemos hoy del Gaón fueron transcritos por estos estudiantes.
Uno de los estudiantes más famosos de Gaón fue el rabino Jaim de Volozhin,
fundador de la Yeshivá Volozhiner. Esta ieshivá (academia talmúdica) fue el
principal centro de estudio de la Torá durante aproximadamente 100 años y es el
antepasado de la mayoría de las ieshivot que existen en la actualidad. Eruditos
de la Torá de esa época.
Posiblemente la
mayor contribución de Gaón al pueblo judío fueron sus notas correctivas sobre
la mayoría de nuestros textos antiguos, particularmente el Talmud. A lo largo
de los siglos se habían introducido errores en los distintos textos debido principalmente
a errores de los escribas. (Estamos hablando aquí de textos antiguos distintos
de la Torá misma. Las reglas para escribir la Torá son tan estrictas que el
error de los escribas es casi imposible y extraordinariamente raro. Los errores
que ocurren rara vez pasan desapercibidos el tiempo suficiente para ser
duplicados en otros rollos.) Estos errores fueron serios obstáculos para el
estudio avanzado del Talmud y otros textos. Gaón, con su fenomenal conocimiento
de toda la literatura de la Torá, fue posiblemente el único individuo capaz de
crear correcciones autorizadas de estos textos. Casi no existe ningún texto
antiguo de la Torá que no lleve las notas del Gaón.
Durante muchos
años el Gaón deseó viajar a la tierra de Israel y establecerse allí. En
realidad, el Gaón comenzó el viaje en un momento dado, pero no pudo completarlo
(la razón de esto no está clara). Fue durante este viaje que Gaón le escribió
su famosa carta a su esposa, instruyéndola sobre diversas cuestiones éticas,
como la educación de sus hijos durante su separación. Esta carta se ha
convertido en un clásico por derecho propio. Finalmente, unos diez años después
de la muerte de Gaón, muchos de sus principales estudiantes siguieron los pasos
de su maestro y se establecieron en la tierra de Israel.
El Gaón fue el
principal oponente de Chassidus, un movimiento fundado por el rabino Israel
Baal Shem Tov en la década de 1730 (aproximadamente). Los jasidim instituyeron
una serie de cambios en la práctica judía estándar y muchos grandes líderes los
vieron como una secta incipiente separatista del verdadero judaísmo, a la
manera de movimientos similares en el pasado. El énfasis de Chasidus en el
misticismo fue particularmente preocupante a este respecto. Jasidus también
puso un énfasis muy fuerte en la adoración ferviente. Si bien esto está dentro
de los límites del judaísmo tradicional, muchos de los oponentes de Jasidus,
llamados "Misnagdim", malinterpretaron este énfasis como una resta de
importancia al estudio de la Torá. (Este error no carecía de fundamento;
desafortunadamente, muchos jasidim (seguidores de Jasidus) también cayeron en
este error.) Las razones detrás de esta gran controversia son complejas y
realmente no es posible hacerles justicia en un breve ensayo. A todos los efectos,
la controversia terminó a principios del siglo XIX con la introducción del
movimiento antirreligioso Haskalah, que creó la necesidad de que todos los
judíos religiosos formaran un frente común.
A pesar de la
oposición de Gaón a Jasidus, todos los grupos lo reconocieron ampliamente como
la principal autoridad de la Torá de su tiempo. De hecho, cuando después de la
muerte de Gaón, ciertos jasidim individuales expresaron felicidad por la
noticia de su muerte, el rabino Shneur Zalman de Liadi, uno de los líderes
jasidistas más prominentes en ese momento, emitió una carta pública prohibiendo
tales declaraciones y exigiendo a sus seguidores que Hablamos de la grandeza
del Gaón.
Gaón falleció en
1797 dejando un tremendo legado, tanto de sus vastos y variados escritos sobre
todos los temas de la Torá como de sus destacados estudiantes que continuaron
difundiendo la Torá por todo el pueblo de Israel.
Cándido de Guerra Camero, más conocido como Cándido Camero,
nació en La Habana, Cuba, el 22 de abril de 1921, y murió en Nueva York,
Estados Unidos, el 7 de noviembre de 2020. Percusionista y compositor.
El sitio www.latinjazznet.com
publicó este recordatorio firmado por Chico Álvarez Peraza.
Nuestro Hombre De La Habana – Cándido Camero: Uno De Los
Nuestros.
Publicado hace 14 años en 6 de junio de 2010 Por Chico
Álvarez Peraza
Por Chico Álvarez Peraza
Ciudad de Nueva York, 22 de abril de 2010
80 AÑOS POR EL SENDERO DEL EXITO
Con esta edición, Latin Jazz Network rinde homenaje a
CÁNDIDO CAMERO, percusionista cubano que hoy por hoy celebra sus 80 años de
vida artística. Su trayectoria musical lo ha llevado desde su tierra natal a la
úrbe nuevayorquina y más allá de la babel de hierro.
El percusionista ha viajado por todo el continente
Latinoamericano, pasando también por las capitales de Europa. Cándido,
personalmente me relató que hasta en el archipiélago del Japón sonaron los
parches (cueros) de su adorado tambor.
Mi trabajo aquí es modesto, mi intención es de enriquecer el
entusiasmo y el conocimiento de nuestros lectores con todo el cariño que se
merece éste baluarte. Lo considero como un amigo, y como buen amigo que soy,
les contaré no solo de sus grandes éxitos, sino de su caballerosidad como
persona.
Comienzo mi reportaje expresando que la imagen de Cándido me
llamó la atención por primera vez hace más de cuarenta años. Lo ví ilustrado en
las carátulas de algunos discos suyos que encontraron en una “discoteca”
situada en la calle Rivington en el bajo Manhattan. Me refiero a los discos
“Long Play”, reliquias de una época más sencilla, y, si no me falla la memoria
el primer disco que tomé en mis manos fue “Candido The Volcanic”. Luego
encontré “Candido In Indigo” y al ladito de éste estaba colocado “Candido's Comparsa”.
Recuerdo que compré los tres elepés el mismo día y en su
total me costaron unos nueve dólares. Eso sería como por el año 1965, cuando
empecé a coleccionar discos de jazz. Anterior a esta compra solo tenía en mi
colección algunos discos sencillos de 45 rpm, que en su mayoría eran del género
de rokanról y por supuesto varios elepés de música “latina” y de “soul”.
Sin saber, me embarcaba yo en un viaje musical que me
llevaría hasta lo más profundo de la experiencia cultural americana; hasta la
propia raíz.
RAICES HABANERAS: COMO EMPEZÓ LA COSA
En cuanto a música bailable se trata, creo que no será el
primer autor en decir que Cuba le ha regalado al mundo una fortuna; ni tampoco
el primero en hablarles del aporte cultural de los músicos cubanos a esta gran
ciudad (Nueva York).
Solamente hay que dar un repaso al tiempo para recordar que
fue precisamente aquí donde arribaron los primeros ritmos netamente cubanos.
Estos llegaron a comienzos del siglo veinte, en barcos de vapor, con
instrumentos autóctonos y melodías enroscadas en las gargantas de varios
soneros y músicos de color.
Recordemos que ya para el 1920 la ley de la prohibición
(también conocida como el “experimento noble”) había abierto las puertas para
el intercambio cultural y comercial entre Cuba y los bebedores estadounidenses.
En aquella época surgía el primer “boom” turístico norteamericano y la ironía
de este capítulo nos provoca cierta risa, porque la “ley seca” hizo que miles
de “refugiados” americanos pasaran sus vacaciones “mojándose” con el famoso ron
cubano. Habia que ver como aquellos “turistas de fin de semana” se estremecían
al son de una guitarra, acompañado por la botíja, el tres, las claves, las
maracas y el bongó.
Después de casi diez años de “prosperidad”, la caída de Wall
Street en 1929 produjo una catástrofe americana que afectó tanto a Cuba como a
los Estados Unidos. La Gran Depresión económica que se acercaba no podía
permitir que los americanos continuaran sus escapadas a la capital cubana para
“mojarse”, y, por consiguiente surgió el fenómeno de un éxodo al reves.
Cientos de músicos cubanos tomaron el ejemplo de las
orquestas de Don Azpiázu, Alfredo Brito y Manolo Castro, y se trasladaron a
Nueva York ya otras ciudades del “norte” (así es que le llamaban a los Estados
Unidos). Precisamente, era allí donde los bailadores de salón esperaban su
música cadenciosa con gran ansiedad.
A pesar de que aquella crisis económica no le permitía
viajar, el ciudadano americano siempre encontró dinero para festejar, y como el
virus cubano ya lo había picado, era solo cuestión de tiempo. Así fue que
empezó la cosa, y en medio de grandes vicisitudes el criollísimo son estaba al
explotar.
Con el tremendísimo éxito del pregón “El Manicero” en 1930,
la música cubana había penetrado en la fibra de la sociedad americana de forma
contundente. En Cuba, el joven Cándido vio estos acontecimientos con ansiedad.
Mientras tanto, Antonio Machín y otros pioneros impulsaban el son y los demás
generos cubanos, penetrando su cadencia musical y su clave en las venas de la
colonia hispanoamericana de Nueva York.
De repente, se produjo en la úrbe nuevayorquina una
explosión de música cubana, particularmente con el género sonero, que había
llegado con Azpiázu y Machín bajo el seudónimo de “rhumba”. Fue en aquel
momento cuando se implantaron sus raíces, y se quedó para siempre nuestro hijo,
aunque cambiaría de timbre y de nombre muy a menudo en el futuro.
En el año 1933 se abolió la ley seca y el mundo siguió su
agitado pulso. Durante esa época surgieron en Cuba grandes figuras, cuyos
nombres saltaban las fronteras de la isla. En las siguientes décadas se
sucedieron ciertas olas de inmigración desde Cuba hacia los Estados Unidos.
Entre millas y millas de artistas y músicos cubanos que tomaron el rumbo hacia
el norte a mediados de los años cuarenta, estaba nuestro Cándido. Y no fue por
casualidad, pues su destino ya se había marcado desde temprana edad.
Nacido en el año 1921, Cándido se había iniciado en la
música desde niño, tamborileando sobre latas vacías de leche condensada en
lugar de bongós. A los catorce años ya era todo un profesional. Pasó a tocar el
trés, y rápidamente se integró a los famosos sextetos de su barrio, como por
ejemplo Los Jóvenes Del Cerro, del cantante Carlos Azcona; Los Jóvenes
Sociales, del maraquero José Salínas; el Conjunto Gloria Habanera de Floro
Acosta y el grupo del cantante Vicentico Valdés, que llevaba el nombre de El
Nacional Juvenil. También estuvo con Tata Gutiérrez y su grupo Bolero 1935, y
el Conjunto Apolo de Raúl Díaz.
Varias veces le sirvió de suplente al gran Arsenio Rodríguez
y se destacó con el grupo Diseño Moderno de Marcelino Valdés, tumbador de mucha
fama en Nueva York, por su participación en la orquesta de Tito Rodríguez.
Volvió a tocar el bongó en el 1946 y después pasó a las
tumbadoras con la orquesta del espectáculo La Corte Suprema Del Arte, en la
emisora CMQ, mientras
alternaba con Armando Romeu y su Orquesta Tropicana. Ahí conoció al
maestro Bebo Valdés y según el ganador del Grammy para el año 2009, Cándido fue un personaje clave en el desarrollo de su creación:
el ritmo de batanga.
Sin embargo, Cándido no se conformaba con el mero toque de
sones y la rumba de solar. Soñaba con el mundo del espectáculo, con el teatro
vernáculo y las luces de Broadway. Otros músicos compartian su sueño: Machito,
Mario Bauzá, Miguelito Valdés y Chano Pozo.
El éxodo de músicos continuaría durante la segunda guerra
mundial, y creo que el fenómeno histórico de la diáspora musical cubana en los
Estados Unidos se merece un libro aparte. Y claro, Cándido se merecería entonces
un capítulo para el solo.
LAS OLAS DEL CAMBIO – UN ESTUDIO SOBRE LA PERSEVERANCIA
Todo el que ha conocido a Cándido debe de entender que
aunque el camino que lo condujo al éxito fue largo y duro, su historial está
impregnado de emociones íntimas y de anécdotas interesantísimas. Este señor
lleva en su mente una gran cantidad de recuerdos, saturados de alegría y de
sabor tropical.
Me contó una vez que en aquel humilde barrio habanero de El
Cerro, le ayudó a su amigo Mongo Santamaría a repartir el correo por toda la
vecindad, para que éste terminara temprano y ambos pudieran ir al cabaret a
tocar música. Algunos decanos que aún viven, podrán regresar el tiempo, a
través de sus recuerdos, para servir de testigos de aquella rara fecundación
musical, el mestizaje musical del jazz norteamericano y el son cubano, cuyo
arquitecto fue el genial Arsenio Rodríguez Scull. De ahí nace el son montuno,
trampolín para todo lo que llegaría más tarde.
Al final de la década de los treinta hubo músicos de ambos
países que empezaron a experimentar con otra notable síntesis, que aún no tenía
nombre ni llevaba etiqueta. Los más atrevidos innovadores del nuevo ritmo
serían Stan Kenton y Damáso Pérez Prado, que habían sembrado la semilla de
aquel fenómeno que venía; sin ni siquiera haber conocido. Me refiero al jazz
latino, conocido en su inicio como jazz afrocubano.
Pero mientras Kenton solo experimentaba, Prado buscaba el
éxito comercial, el “jonrón” que lo sacaría para siempre de la pobreza. A pesar
de su genio musical y su talento innato, el ilustre y excéntrico Prado no
encontró ese éxito en Cuba, ni tampoco en Nueva York. Las ideas avanzadas de
este pianista matancero lo llevarían a suelo azteca, lugar donde le esperaba el
éxito rotundo.
Mientras tanto, el tiempo pasaba y el volcánico Cándido
tampoco lograba su sueño en Cuba. Desde aquel rincón habanero escuchaba en la
radio a la innovadora y formidable orquesta de Machito y Mario, y se veía
tocando en los clubes nocturnos de Harlem. Fue así que nuestro Cándido decidió
buscar fama y fortuna en la babel de hierro. Eso es historia.
CÁNDIDO Y LOS RASCACIELOS: EL SUEÑO REALIZADO
Un día como cualquier otro se realizó aquel sueño de
Cándido, mediante una gira que se llevó a cabo por la ciudad de Nueva York, con
la pareja de bailarines Carmen y Rolando, una gira que culminó con el
espectáculo llamado “Tidbits of 1946” ( chismecitos del 1946).
Y ahí estaba Cándido, entre la rumba de salón y el swing de
Benny Goodman, trabajando con los mejores jazzistas de la babel y acompañando a
las parejas de baile más famosas de la capital habanera.
Al fin, ahí estaba él; entre la belleza excepcional de una
cubanía que había dejado su huella eterna por los caminos de otras latitudes y
la disciplina estructurada del jazz moderno. Los norteamericanos le llaman a
este fenómeno “lo mejor de ambos mundos”.
De inmediato se dio cuenta de que su destino era el no
volver jamás a la incertidumbre. En mente y en corazón, regresaba el tiempo y
recordaba que desde muy temprana edad el jazz ya lo había llamado, y así fue
que Cándido Camero alzó su vista hacia la meca de la música afroamericana:
Nueva York.
A la edad de 25 años llegó a los Estados Unidos y muy pronto
comenzó a tocar en el Club Le Downbeat con el pianista de jazz Billy Taylor.
Debería haber sentido eufórico, al saber que la ciudad de los rascacielos lo
acogía con brazos abiertos. Pero resultó algo inesperado, pues al nuevoyorquino
hispano también le gustaba la gozadera, y en pleno ambiente bailable Cándido
logró despojar su ritmo contagioso con las orquestas de Machito y de José
Curbelo. Así fue que logró insertarse dentro del mundo “latino” estadounidense.
De esta forma creó una dualidad musical en su persona y
dentro de poco tiempo se veía la figura de Cándido, acompañando a los
comediantes Dean Martin y Jerry Lewis en el Habana Madrid, o viajando por
Puerto Rico y la República Dominicana con la pareja de baile. René y Estela, la
más famosa pareja de bailarines cubanos. Quizas en algún salón de baile se
sentían sus toques callejeros, que le hablaba directamente a los rumberos
desterrados ya la comunidad latinoamericana de la urbe. La sangre llama.
CÁNDIDO Y CHANO – LOS PRIMEROS PIONEROS DEL JAZZ LATINO
En su mayoría, los historiadores están de acuerdo y están
bien documentado que Cándido llegó a Nueva York un año antes que Chano Pozo y
que se desarrolló aquí dentro de los círculos de jazz.
Sin mucha fanfarria, el caballero del bongó asimiló el
ambiente crudo y segregado del norte y trabajó lo suficiente como para
sobrevivir. No lucía egoísta ni alardoso, ni llamaba la atención, excepto
cuando le tocaba hacer sonar los parches de su pequeño instrumento.
Y eso sí, dominaba también las tumbadoras y le hacía
competencia a Chano. Su mera presencia en un escenario condujo a los
espectadores a gritar “Candído” (con el acento en la í, pronunciado
“Candeedo”). Al escuchar el vítor del público el mulato tamborileaba sus dedos
sobre el pellejo del bongó, o sobre las tumbadoras. A veces, quinteaba sobre
ambos tambores a la vez, con el mismo ánimo de vivir aquel ritmo contagioso que
lo estremecía cuando era un niño y tocaba las latas de leche en su querido
barrio de El Cerro.
Pero resulta que en ese momento la historia toma un rumbo
inesperado, y con la ayuda clave del músico Mario Bauzá, el extravagante Chano
se vincula con el más popular y avanzado de los jazzistas: Dizzy Gillespie, y
la colaboración de estos dos va formando la célula de lo que hoy le llaman jazz
latino (Latin Jazz).
CÁNDIDO EN LA VANGUARDIA: EL DESTINO INTERVIENE
Ahora, pongan atención; La personalidad de Cándido era
completamente opuesta a la de Chano. Y sin embargo ahí tenían a Cándido, bien
parecido, con cierta educación, introvertido y humilde. Un hombre que se vestía
con traje y no buscaba ser el centro de la atención de todos, pero eso sí,
metía tremendo espectáculo aunque no era escandaloso.
Mientras tanto la farándula nuevayorquina se fijába más en
el extrovertido y ambicioso Chano, promotor de su propia imagen, brusco,
bullicioso y feo, que vestía como los famosos “chuchéros” de La Habana.
La guapería cubana se enfrentaba a la sublime manifestación
de un ser muy humilde y tranquilo. El punto clave en aquellos momentos no era
el hecho de que Chano fuese mejor intérprete, percusionista ni animador
(showman), sino que logró ser su propio promotor. Un espectáculo en sí que
cantaba a lo africano y era de tez oscura, prieto, y por ende le daba un toque
auténtico a lo afrocubano.
Cándido era de piel clara, un mulato fino que hablaba con
una voz suave, mientras que Chano mantenía la imagen del típico negro de solar.
Quizás en un ambiente social como el de hoy esto no sería
motivo de dilema, pero acordemos que aquella era otra época, se vivía en un
sistema donde la lucha entre las clases (el “clases lucha”) se destacaba, y ahi
tenemos la principal diferencia entre estos dos pioneros del tambor cubano.
Por su carisma extravagante Chano cayó en el foco de la
publicidad, su nombre y su figura se escuchaban y se veían con más frecuencia
que las de Cándido. Dada su asociación con Dizzy y su reputación de “guapo” que
se prestaba para controversias, Chano florecía.
Por otra parte un sosegado, modesto y discreto Cándido se
desenvolvía en otro ámbito, en un ambiente menos callejero, menos peligroso y
hasta cierto punto más cómodo. La comunidad jazzista lo veía como un caballero,
no como al Chano, quien había desarrollado una fama de “busca pleito”.
Sin embargo, la figura de Chano sigue siendo la más
celebrada de los dos, precisamente por estas cosas, pero aún más porque fue un
tumbador agresivo; y además de ser un formidable compositor y bailarín, fue un
rumbero por excelencia. Al César lo del César.
Me parece una buena idea hacer esta comparación entre ambos
y lanzar una descripción de sus diferentes caracteres, aunque quiero dejar muy
claro que no estoy favoreciendo a ninguno de los dos sobre el otro. Chano jamás
le hubiera robado la posición a Cándido, y viceversa. Cada uno tenía su don. Lo
que plantéo aquí son cosas del destino y del comercialismo, nada más.
Chano Pozo era Chano Pozo y Cándido Camero era y sigue
siendo Cándido Camero. Ambos son de los nuestros. No se trata de polémica, sino
de una misma historia en la cual se presentan dos verdaderos baluartes, ambos
dignos de admiración por nuestra comunidad nuevayorquina. Dos grandes de
nuestra música urbana. Creo que no está en mi el definir quién fue el mejor,
eso estará siempre con el público.
Ambos fueron pioneros, y sin embargo por esas cosas de la
vida y por condiciones que muchos desconocen, la fama se le pegó más a Chano, y
claro, después de su trágica muerte, se convirtió en un mito y una leyenda.
Mientras tanto, Cándido siguió su trayectoria de caballero y músico
complaciente.
Es quizás por esto, que nunca se le dio el mismo mérito que
a Chano. Con el tiempo el público nuevoyorquino se olvidaría de Chano, y
surgirían otros congueros estelares como Mongo Santamaría, Patato Valdés,
Armando Peraza, Franciso Aguabella, Tata Güines, Sabú Martínez, Ray Barreto y
algunos más.
Y en medio de los contendientes, se encontró de nuevo
nuestro Cándido, batallando como un campeón entre los campeones. A principios
de la década de los '50, fue solista de la orquesta de Stan Kenton, con la cual
recorrió el país tocando tres tumbadoras en un período en el que otros tocaban
sólo una (o quizás dos). Además, raspaba el güiro y tocaba el cencerro con el
pie. Cándido fue el primer multipercusionista en la historia del jazz y creó un
estilo único al interpretar melodías como las que hacían los pianistas y los
percusionistas de las orquestas sinfónicas. En cuanto a este tipo de afinación
se refiere, su único rival sería Patato, que aún vivía en Cuba.
CÁNDIDO Y LA FIEBRE MAMBERA: EL NUEVO RITMO ES EL QUE MANDA
De repente estalló el nuevo ritmo, en México. Y el mundo se
puso a bailar mambo. Ni la música de concierto ni los combos de jazz le
llamaban ya la atención a la juventud, y las bandas grandes comenzaron a
desaparecer. Simultáneamente llegó el rocanrol, y Cándido se mantuvo firme,
porque tenía su fundamento.
Supo adaptarse a todo lo que estuviera en boga, y conste
que, en años posteriores, el callado y apartado Cándido también quedaría en el
olvido, pero por cierto tiempo, aunque a mi criterio fue simplemente porque él
ya no figuraba en la música popular bailable. . Se movía en otro ambiente.
En 1951 Cándido regresó a su patria y realizó giras por toda
la isla con el cantante Orlando “Cascarita” Guerra y los bailarines Gloria Y
Rolando. A su retorno a Nueva York en el '52 Cándido se acopló con Dizzy
Gillespie y de ahí en adelante su fama fue creciendo. Incluso, allá por el '54
la famosísima sección de ritmo de los maestros Machito y Bauzá se unió a
Cándido para desarrollar un proyecto muy elaborado, con músicos de óptima
calidad, encabezados por el propio Gillespie, cuyo título era “The Manteca
Suite”.
El clásico tema de Chano volvió a hacer historia ya la vez
señaló la desaparición de las orquestas jazzband (big band). Aquel
acontecimiento, sin embargo, Cándido se encontró de gira con la banda gigante
de Kenton, ese mismo año, aunque en el ambiente social ya le quedaban poco
tiempo a las orquestas como estas.
Su magnífica ejecución percutíva se puede apreciar bien en
las grabaciones de Kenton para el sello Capitol; como por ejemplo “Have A
Havana”, en donde se une a su primer amor, el bongó. Solo hay que escuchar el
tema “Bacante” para ver que en aquellos momentos Cándido era el dueño de ese
instrumento.
También hubo giras a lo largo de los Estados Unidos con Tito
Puente, Joe Loco y Miguelito Valdés, mediante los famosos festivales
denominados “Mambo USA”. Ya para el '57 se presentó la muerte del mambo a nivel
internacional, aunque en el patio nuevoyorquino aún reinaban sus melodías y su
baile contagioso.
Esa verdad se la deben los nuevosyorquinos al famoso salón
de baile conocido como El Palédiun (Palladium Ballroom), en donde Cándido se
presentó muy a menudo (como solista). Ese mismo año la fiebre mambera lo llevó
a Venezuela y después a las montañas de Monticello con Los Lecuona Cuban Boys,
pero la musa le volvió a llamar hacia la gran manzana, adonde algo muy especial
lo esperaba.
En un instante, el destino de Cándido Camero cambió, y ese
destino se llamó Tony Bennett. La historia nos indica que cuando el caballero
de las congas se unió al cantante y caballero italiano-americano, de ahí en
adelante su sueño se hizo realidad. Juntos, viajaron el mundo y nos informa el
propio Cándido que su rostro fue usado para introducir e ilustrar la tumbadora
(tambor de conga) en el World Book Encyclopedia (desde el año 1960 hasta el
1972) en la sección de instrumentos de percusión. A finales de aquella época
tan increíble ya Cándido se había destacado como una verdadera estrella de
jazz, y en el año 1959 su nombre figuraba junto a los de Charlie Parker, Dizzy
Gillespie y Miles Davis en el afamado Club Birdland. ¡Qué manera de terminar
una década!
CÁNDIDO Y LA NUEVA OLA: UN NUEVO COMIENZO
Durante la década de los '60 el volátil Cándido se había
destacado principalmente como acompañante de artistas al estilo de Las Vegas y
de Broadway. No fue bobo, pues se sabía muy bien que ahí estaba la plata. Sin
embargo, no se le pegó la misma fama que se adquiere tocando en salones de
baile. Esto no es universal, es un fenómeno muy particular en nuestra ciudad.
Sin embargo yo lo veía mucho en el show del Chateau Madrid,
en el mismo lugar que ahora ocupa el Barrio Latino, tocando para bailadores,
junto a Israel “Cachao” López y otros músicos que dejaron el ambiente rumbero
para la seguridad del cabaret. Allí acompañaban a artistas de nombre como Celia
Cruz, Xiomara Alfaro, Olga Guillot, Bobby Capó, Pedro Vargas, Rolando La Serie,
Myrta Silva, Roberto Ledesma, Vicentico Valdés y un elenco de artistas
internacionales.
Pero ese ambiente era para hombres de plata, y la creciente
clientela del boogaloo y la salsa se movía en otro ambiente, más barato, aunque
a mi criterio ahí se gozaba más, porque la plata corría por otras vías, quizás
por la yerba y el huele huele, que no costaban tanto como la bebida. Además, la
juventud de esa época ya estaba perdiendo el gusto por lo genuinamente cubano,
y el nuevo híbrido estaba ya en sazón.
En Nueva York no solo se experimentaba por otras vías en
cuanto a la propia música, sino en cuanto al vestuario, la ética y hasta en el
propio baile se desviaba de la norma. Surgió para aquel entonces el baile al
estilo “soul” y “boogaloo”, y ahí estaba nuestro Cándido de nuevo, grabando
cosas bailables que cabían dentro de la etiqueta de “crossover”. Anticipando
los cambios de gusto en la juventud, el volcán de las congas comenzó a grabar
como solista en el 1962 para el sello Roulette, lanzando el elepé titulado
“Conga Soul”.
RECONOCIMIENTO MUNDIAL: MÁS ALLÁ DEL SUEÑO
En el mundo de la farándula internacional, el amable Cándido
se ha destacado como percusionista y su imagen siempre ha estado vinculada a
grandes eminencias como el antes mencionado Dizzy Gillespie. La lista de colaboradores incluye a Miles
Davis, Sonny Rollins, Tony Bennett, Steve Allen, Machito, Tommy Dorsey, Jackie
Gleason, Tony Bennet, Chico O'Farrill, Patti Page, Charo, Luis Vigoreux, Nancy
Ames, Polly Bergen, Pat Boone, Joe Franklyn y Mike Wallace.
Fue nombrado “Maestro del Jazz del 2008” por la agencia
pública National Endowment for the Arts (NEA). Este premio es el máximo
reconocimiento a la música denominada jazz en toda la nación y hasta la fecha
ha sido de mucha honra para 100 grandes figuras del género. Este músico de 89
años ha sido solamente el segundo cubano en recibir el reconocimiento. El
saxofonista y clarinetista Paquito D'Rivera, fue nombrado en el 2005.
Debo mencionar su aparición en la televisión junto a Lena
Horne en el show de Ed Sullivan, tanto como su presentación con la orquesta de
Duke Ellington en la producción “The Drum Is A Woman” (el tambor es una mujer)
y además con Charlie Parker en su concierto con violines en Carnegie Hall.
Se destacó junto al pianista británico George Shearing en
“Latin Escapade”, para el sello Capitol. Como líder grabó varios discos para el
sello ABC Paramount Records. Entre los antes mencionados elepés están también
“Latin Fire”, “Calypso Dance Party” y “Candido”.
Duró con esa empresa hasta el 1965, integrándose después al
sello Tico en el '67, dejando solamente una joya musical de géneros bailables
cubanos. Este disco se titula “Brujerías de Cándido” e incluye al maestro
Israel “Cachao” López en el bajo, con el respaldo de la orquesta de Tito
Puente. Otra grabación, muy de coleccionista, es una en la cual Cándido toca el
bajo de madera junto a los jazzistas Ray Bryant al piano, Art Blakey y Sabú
Martínez en la percusión y el legendario Oscar Pettiford en el violonchelo. El
tema se titula “Oscalypso”.
Cándido lideró un cuarteto entre los años '60 y '64 en el
Club Liborio de la calle 48 y Broadway. El grupo destacaba piano, bajo y
trompeta, mientras que Cándido tocaba varios instrumentos de percusión. Abría
el show como solista y luego entraban los músicos uno por uno, y empezaban a
tocar, al estilo muy cubano de descarga.
En el '64 realizó una gira con el famoso Trío Los Panchos en
el Japón y desde el '65 al '79 volvió a los estudios de grabación, contratado
por varios sellos de prestigio que lanzaron los siguientes elepés; “1,000
Finger Man” (Solid State, 1970), “Beautiful” (Blue Note, 1970), “Drum Fever”
(Polydor, 1973), “Candido Funk” y “Dancin' and Prancin” (Ambos para Salsoul,
1979) .
Después de un breve período en la penumbra, Cándido resucitó
en el año 1981, más o menos cuando el mundo empezaba a reconocer al talentoso
pianista cubano Marco Rizo. Trabajó con frecuencia para el cuarteto de Rizo,
hasta el 1985. Mientras tanto hacía giras con otro gran pianista; el panameño
Rafael Benítez.
En el '81 ambos fueron a tocar en los carnavales de Panamá y
después acompañaron a Xiomara Alfaro por todo Centroamérica. De ahí Cándido se
unió a la agencia de Steven Scott Productions & Orchestra para tocar
exclusivamente en fiestas privadas. Con esta agencia trabajó durante diez años,
y al comenzar la década de los noventa, se integró al renombrado grupo “The
Conga Kings”, con el cual grabó varias discotecas.
Con este grupo se han realizado varios conciertos y giras a
nivel internacional. Recientemente el cineasta Iván Acosta produjo un
documental sobre la vida de Cándido titulado “Manos De Fuego”. Además, uno de
sus conciertos fue grabado en vivo y lanzado al mercado con el mismo título.
Por mi parte, me siento orgulloso de poder contarles a nuestros
lectores sobre algunos aspectos de la historia del jazz latino y me alegra
mucho que Cándido ahora esté recibiendo el reconocimiento por su habilidad como
percusionista y por su sonrisa de buena gente.
Su aporte al jazz es indiscutible, aunque en el ambiente
latino a Cándido no le han llegado a dar el homenaje que verdaderamente se
merece. Francamente, esto yo lo veo como un atraso. Claro, sabemos (y
aceptamos) que ya no vivimos en la época dorada, que es otra era completamente
diferente; sobrevivímos dentro de un comercialismo a donde “lo nuestro” ya no
es lo nuestro. Las imágenes de Cándido y de Chano han llegado a ser opacadas
por otras figuras que ahora pretenden ser “pioneros”. ¡Qué horror!
¿Por qué será que en las flamboyantes ceremonias de los
premios “Lo Nuestro” no dan espacio para estas figuras clásicas? ¿Será porque
no existen categorías de instrumentistas rítmicos? Que lástima que ahora no
podrán reconocer a Cándido, el primer percusionista en incorporar la tumbadora
al jazz a través de su trabajo con Gillespie, Kenton y Tony Bennett.
Sin embargo, existe un tal llamado “jol de la fama” (Salón
de la Fama) para la música rokanrolera, y me he fijado que ahí si le rinden
verdaderos homenajes a los pioneros de ese género. Entonces, ¿por qué no lo
hacemos nosotros también? ¿Qué pasará con nuestro legado musical, si nosotros
mismos no lo mantenemos en primera plana? ¿Se perderá para siempre? ¿Cuándo
será que los “latinos” le daremos un merecido reconocimiento a las leyendas
como Cándido Camero?
Su veteranía alcanza ya los 80 años, pero esto no significa
que haya llegado a la edad del retiro. Segun Cándido: 'cuando estoy frente a
estos tres tambores me siento como un niño'. Y como un buen vino añejo, el
hombre de las manos de fuego sigue deleitando a su público, porque su sabor, su
ritmo y su sello único lo avalúan para sentirse orgulloso de ser el decano del
tambor en los Estados Unidos.
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con Siboney.
Cándido Camero, conga; Axel Laugart, teclado; Amaury Acosta,
batería; Max Cudworth, saxo alto; Mike Rodriguez, trompeta; Chris Smith, bajo; Michael
Valeanu, guitarra; Mauricio Herrera, percusión; y la voz de Xiomara Laugart.