Peleas y Melisande, título original en francés Pelléas et Mélisande, es una ópera en cinco actos con música de Claude Debussy, y libreto en francés del mismo compositor y Maurice Maeterlinck, sobre la obra de teatro homónima de este último. Fue estrenada el 30 de abril de 1902 en la Opéra-Comique de París.
La obra suscitó la oposición furibunda de una parte de la
crítica y de algunos compositores académicos, y la admiración de un grupo de
artistas amigos y de parte del público que, progresivamente y tras sucesivas
representaciones, fue finalmente aceptada.
El drama está basado en la trágica historia de Paolo
Malatesta y Francesca de Rímini, casada con el hermano de Paolo, que fue
evocada poéticamente por Dante Alighieri en el Canto V de la Divina comedia.
La ópera describe un apasionado triángulo amoroso entre
Pelléas, su hermano Golaud y la extraña Mélisande. Está ambientada en un reino
imaginario llamado Allemonde. No hay referencias temporales, aunque su arcaísmo
sugiere que transcurre en la Edad Media.
A continuación, la ópera Pelléas y Mélisande, de Claude
Debussy, en las voces de Neil Archer, Alison Hagley, Donald Maxwel, Kenneth
Cox, Penelope Walker, Samuel Burkey y Peter Massocchi, junto al Coro y la
Orquesta de la Ópera Nacional de Gales, dirigidos por Pierre Boulez.
Argumento
Acto I
Escena 1. Un bosque.
Golaud, nieto de Arkel, rey de Allemonde, se ha perdido en
el bosque mientras cazaba jabalíes. Junto a un riachuelo se encuentra con una
bella joven que se niega a decirle más que su nombre, Mélisande. Golaud ve que
bajo el agua hay una corona, pero la joven amenaza con ahogarse si intenta
recuperarla. Comienza a anochecer, y Golaud la lleva con él.
Escena 2. Una sala del castillo.
Geneviéve, madre de Golaud, le lee una carta a Arkel de su
hijo, en la que cuenta que se ha casado con Mélisande y pide permiso para
volver al castillo con ella. Arkel lo acepta, a pesar de que le había arreglado
una boda con la princesa Ursula. Aparece Pelléas, hermanastro de Golaud, y le
pide a su abuelo que lo deje ir a ver a un amigo que está a punto de morir.
Arkel le recuerda que su padre también está enfermo y que no debería irse del
castillo. Luego le indica a Geneviève que ilumine una lámpara para indicarle a
Golaud que puede volver al castillo.
Escena 3. Ante el castillo.
Geneviève y Mélisande pasean por los jardines del castillo,
junto al mar. Mélisande confiesa que le afecta la falta de luz del castillo y
del bosque, y Geneviéve le asegura que se acostumbrará. Aparece Pelléas y los
tres bajan a contemplar el mar, donde ven zarpar del puerto al barco en el que
vinieron Golaud y Mélisande. Geneviève se retira, y Pelléas ayuda a Mélisande a
subir al castillo, y luego le anuncia que pronto se irá del castillo. Ella deja
entrever que no quiere que se vaya.
Acto II
Escena 1. Una fuente en el parque.
Pelléas y Mélisande pasean por el parque y llegan a la
fuente de los ciegos. Mélisande se siente encantada con la fuente e intenta
meter sus manos en el agua, pero solo moja su larga cabellera. Comienza a jugar
con su anillo de bodas y cuando dan las campanadas de las doce del mediodía se
le cae al agua por un descuido. Mélisande no sabe qué le dirá a Golaud y
Pelléas le contesta “La verdad”.
Escena 2. Una habitación del castillo.
Cuando llega Mélisande al castillo, encuentra a Golaud
tendido en la cama, ya que se cayó del caballo justo al sonar las campanadas de
las doce mientras cazaba. Mélisande se muestra preocupada y le dice a Golaud
que no está feliz en el castillo. De pronto, Golaud ve que no lleva el anillo y
Mélisande teme contarle la verdad y le dice que lo perdió en una gruta cerca
del mar. Golaud le dice que vaya junto con Pelléas a buscarlo.
Escena 3. Ante una gruta.
Mélisande sabe que el anillo no está en la gruta, pero
Pelléas le dice que debe conocerla para poder describir su interior si Golaud
la interroga. De repente la luna asoma detrás de una nube iluminando la gruta,
y ven que hay tres vagabundos durmiendo. Comienza a subir la marea y ambos se
retiran llenos de angustia.
Acto III
Escena 1. Una torre del castillo
Mélisande está peinando su largo cabello en la ventana de la
torre mientras canta. Aparece Pelléas y le pide que se asome ya que se quiere
despedir porque se va a la mañana siguiente. Al asomarse, su larga melena
comienza a deslizarse llegando hasta Pelléas que la ata a un árbol cercano para
retenerla. Aparece Golaud y viendo lo que está sucediendo entre su esposa y su
hermanastro lo califica de “juego de niños” tratando de acallar sus celos.
Escena 2. Los sótanos del castillo
Golaud ha llevado a Pelléas debajo del castillo. En medio de
la oscuridad y el olor a muerte, la linterna ilumina un pequeño espacio, y
Golaud obliga a Pelléas a asomarse al precipicio, sosteniéndolo de la mano para
evitar que se caiga.
Escena 3. Una terraza al salir de los sótanos.
Pelléas se siente aliviado al salir de un lugar tan
tenebroso y disfruta del aire fresco del mar y la luz. Intenta no darse cuenta
del mensaje dado por Golaud, y este se lo dice claramente: debe alejarse de
Mélisande que está a punto de ser madre y necesita tranquilidad.
Escena 4. Ante el castillo.
Golaud y su hijo Yniold están debajo de la ventana de
Mélisande. Golaud quiere que su hijo le cuente lo que sabe de la relación de su
hermanastro con su mujer. El niño le cuenta lo que sabe desde un punto de vista
infantil, y el padre lo levanta para que mire por la ventana, y le dice que
ambos están en la habitación y que miran la luz.
Acto IV
Escenas 1 y 2. Un pasillo del castillo
Pelléas cita a Mélisande en la fuente de los ciegos esa
misma noche, ya que se va y quiere despedirse. Cuando se aleja del pasillo,
aparece Arkel y comienza a conversar con Mélisande. Aparece Golaud y en un
arranque de celos toma a Mélisande del cabello y la maltrata delante de su
abuelo.
Escena 3. Una fuente en el parque
Mientras Yniold busca una pelota aparece un rebaño de
corderos. Le pregunta al pastor por qué no hablan (sic) y este le responde que
es porque no regresan al redil. Entra Pelléas y se encuentra con Mélisande, y
ambos declaran su amor y se besan, pero aparece Golaud y con su espada mata a
Pelléas y hiere a Mélisande.
Acto V
Escena única. Una habitación del castillo.
Mélisande yace en su lecho de muerte, junto a la cuna de su
hija recién nacida. Golaud, Arkel y el médico la observan, y cuando despierta
Golaud les pide que los dejen solos. Golaud la interroga acerca de su relación
con Pelléas, pero ella le asegura que no son culpables de nada. Vuelven Arkel y
el médico y entran los sirvientes. Mélisande ha muerto y Arkel ordena que se
lleven a la niña de la habitación.