Hans Erich Pfitzner nació en Moscú, entonces Imperio ruso,
el 5 de mayo de 1869, y murió en Salzburgo, Austria, el 22 de mayo de 1949. Compositor,
pianista, profesor y director de orquesta.
El sitio www.holocaustmusic.ort.org
publicó este recordatorio.
Hans Pfitzner
El compositor Hans Pfitzner nació el 5 de mayo de 1869 en
Moscú pero se mudó con sus padres de origen alemán a Alemania mientras todavía
era un niño pequeño. Sus padres apoyaban su talento musical y además su padre
era violinista. Luego de completar sus estudios musicales en Frankfurt,
Pfitzner trabajó como docente en Berlín para mantenerse y para mantener a su
familia. Su primer logro llegó en 1905, cuando se presentó su segunda ópera
Rose vom Liebesgarten (La Rosa del Jardín del Amor, 1901) en Viena, bajo la
dirección de Gustav Mahler. Pfitzner estaba contento con el resultado, que
marcó el comienzo de su larga amistad con Mahler y su familia. Sin embargo, a
pesar del éxito de la ópera, el compositor permaneció al margen del mundo
musical alemán, sin el dinero ni el respeto que él sentía que merecía.
Recién cuando estaba por cumplir cuarenta años, Pfitzner
obtuvo un puesto respetable: el de director de ópera y director del
conservatorio de Estrasburgo en Alsacia-Lorena. Al dirigir las funciones en
esta lejana base occidental de la cultura alemana, Pfitzner se vio como un
baluarte que defendía la nación alemana, los valores y la cultura contra una
Francia “degenerada” y “corrupta”. Quizás su mejor composición, la ópera
Palestrina, se estrenó en 1917, mientras estaba aquí. La ópera fue recibida con
entusiasmo y contribuyó con el desarrollo de un culto de seguidores de esta
“genialidad no reconocida”. La guerra, sin embargo, interfirió con su esperada
fama y éxito nacional.
Con la derrota de Alemania en 1918, la fe espiritual y la
seguridad material de Pfitzner desaparecieron. Alemania perdió Alsacia con
Francia y Pfitzner tuvo que dejar atrás sus posesiones y su carrera. Éste
terminó siendo un momento crucial para el compositor, quien se sintió pisoteado
a nivel personal por su expulsión. Durante los años de la República de Weimar,
el autodenominado ‘Hans Pfitzner, el alemán’ comenzó a tomar las armas activamente
contra “los enemigos del Reich”. Cada vez más antisemita, creía que Weimar era
el resultado de una conspiración judía internacional y lamentaba el hecho de
que:
Durante la vergüenza y el crimen de una revolución… los
trabajadores alemanes y el pueblo alemán permitían que los criminales rusos
judíos los sedujeran; los entusiasmaban tanto que terminaban negando a sus
héroes y benefactores alemanes.
Al ver una relación directa entre la degeneración política y
racial de la era de Weimar y sus tendencias musicales modernistas, Pfitzner
creía que la música alemana estaba bajo el ataque feroz de dos amenazas: la
atonalidad (sentía un odio apasionado por el sistema de doce tonos y su
maestro, Arnold Schoenberg) y el jazz, “la expresión musical del americanismo”.
Admiraba mucho a Wagner y veía al judío como el opuesto básico del alemán, pero
desarrolló una variedad más sutil de antisemitismo que diferenciaba al buen
alemán nacionalista judío de los judíos extranjeros malos. No obstante ello, su
lealtad siguió siendo clara. Mientras Hitler estuvo encarcelado, luego del
intento de golpe fallido en Múnich, Pfitzner envió un libro con la dedicatoria
'Para Adolf Hitler, el gran alemán. De Hans Pfitzner. 1 de abril de 1924'.
Sin embargo, Pfitzner no pudo encontrar apoyo incondicional
entre la elite nazi. En 1943, Goebbels escribió en su diario que Hitler “se
oponía enérgicamente a Pfitzner. Lo cree mitad judío, lo cual, según sus
registros personales, no es así”. En mayo de 1934, al cumplir 65 años, a
Pfitzner lo ‘jubilaron’ con una jubilación ofensivamente baja. Intentó buscar
reconocimiento entre empleados de menor rango dentro del Partido Nazi y se
volvió activo en organizaciones nazis tales como el Frente Laboral Alemán. Se
desempeñó como director de orquesta en tierras ocupadas luego del inicio de la
guerra, dio conciertos para los alemanes que vivían en Polonia, Alsacia y
Holanda y así ganó el patrocinio del director del Generalgouvernement, Hans
Frank. Luego de varios conciertos exitosos en Cracovia, Frank le escribió una
carta personal para agradecerle por su gran apoyo político-cultural puesto al
servicio de la lucha del pueblo alemán en el este. A pesar de estos logros, lo
consideraban poco confiable y hostil hacia los objetivos políticos del Reich.
Nunca se unió al Partido Nazi y se mantuvo al margen de las políticas
partidarias. Incluso ocasionalmente rechazaba requerimientos del Partido: se
rehusó a condenar a algunos de los grandes artistas judíos con los que había
trabajados en el pasado y rechazó un encargo de reescribir una partitura de
Mendelssohn para Sueño de una noche de
verano, para lo cual adujo que él no podía mejorar la música (aunque había sido
compuesta por un judío).
No obstante ello, Pfitzner fue uno de los compositores más
exitosos de la época nazi y se presentó frecuentemente por toda Alemania. Si
bien no obtuvo el éxito que deseaba, sobrevivió a los años de la posguerra,
mejor que lo esperado. Durante su juicio de desnazificación, no fue encontrado
culpable, al igual que Furtwängler, Egk y Strauss. Pfitzner falleció en
Salzburgo en mayo de 1949.