Carlos Ernesto Di Loreto, más conocido como Carlos Acuña,
nació en Buenos Aires, el 4 de noviembre de 1915 y murió en su ciudad, el 19 de
febrero de 1999. Cantante y compositor de tangos.
Para homenajearlo reproducimos esta semblanza publicada en el sitio www.todotango.com, por Jorge Palacio (Faruk)
Nombre real: Carlos Ernesto Di Loreto
(4 de noviembre de 1915 - 19 de febrero de 1999)
Su recia estampa en la que se funde la más auténtica
personalidad del cantor de tango. Esa voz profunda y alta, respetuosa del giro
natural de la canción porteña.
El espíritu de zorzal que lo empuja a llevar su
canto a todos los rumbos. Por todas estas cosas, Carlos fue y será uno de
nuestros cantores más expresivos.
Estudió canto con el maestro Ricardo Domínguez, ex tenor del
teatro Colón y con el maestro Eduardo Bonessi, quien, como se sabe, había sido
el profesor del gran Zorzal Criollo.
Debutó en Radio París, en 1933, usando el seudónimo Carlos
Dillon, compartiendo las audiciones con Ignacio Corsini y Tita Galatro, entre
otros. A los tres meses pasó a LR9 Radio Fénix.
Cierta vez, un carnicero amigo le critica el seudónimo:
¿cómo un cantor nacional iba a tener un nombre inglés? A partir de entonces,
adopta su nombre artístico definitivo, Carlos Acuña, apellido que tomó de su
crítico amigo.
Gracias a su éxito, en 1939 actúa en cinco de las
principales radios porteñas, siempre acompañado por las guitarras de Canataro y
Pedretti.
Sin dejar su condición de solista Acuña actuó en las
orquestas de Tito Ribero, Mario Rocha y Jerónimo Bongioni, hasta que, en 1940,
fue contratado por Ernesto de la Cruz para integrar su sexteto.
En junio de 1941, es escuchado por Carlos Di Sarli, quien lo
llama para invitarlo a tomarle una prueba con su orquesta. El cantor es
aceptado y debuta formando rubro vocal con Roberto Rufino. Actúan en Radio El
Mundo, realizan giras por el interior del país y fueron una gran atracción en el
cabaret "Marabú".
El 2 de agosto de 1941, graba, para el sello Victor, su
único registro con Di Sarli: el tango "Cuando el amor muere" (de
Alfredo Malerba y Héctor Marcó).
Desvinculado de Di Sarli, a fines de 1942, vuelve al sexteto
de Ernesto de la Cruz, para debutar por Radio El Mundo junto con la cancionista
Alba Sabino. A fines de ese año fue convocado por Rodolfo Biagi, debuta en
Radio Splendid, junto al cantor Alberto Amor y logran un éxito tan grande que
la propia emisora les programó una gira por el interior del país. Hacen,
también, una exitosa gira por todo Chile. Su trayectoria con Biagi finaliza en
1944, dejando en el disco doce obras.
Vuelve a su condición de solista con las guitarras de
Alfredo y Antonio Parisi, Orlando y Calabró, contando con la presentación del
poeta Celedonio Flores. Estuvieron tres años presentándose en clubs,
confiterías y lugares bailables.
El 28 de julio de 1947, a los 50 años, muere su gran amigo
Celedonio Flores, quien es reemplazado por el animador Ricardo Barcelona.
Es contratado para actuar en el Uruguay, donde es recibido
como un ídolo. De regreso en Buenos Aires, firmó contrato con Radio Argentina,
para el programa "Corrientes y Esmeralda". Actúa también en Mar del
Plata y ameniza veladas en la boite del Casino Provincial. En 1952, graba dos
temas con la orquesta de Nicolás D'Allessandro.
En 1955, el director y arreglador Martín Darré lo presentó a
Mariano Mores, quien lo escuchó y lo contrató para actuar en el Teatro
Nacional, junto a Tita Merello, Tito Lusiardo y Beba Bidart. Luego hacen una
gira por las más importantes ciudades del país, con el espectáculo musical
"Buenos Aires canta", donde el otro cantor era Jorge Sobral. También
actuaron en Chile y en Uruguay con gran éxito.
Con las diferentes formaciones de Mariano Mores graba quince
temas, el primero de ellos, en 1956, "La calesita" para el sello
Odeon.
En 1960, integró una embajada musical a México, con Mariano
Mores y los cantantes Susy Leiva y Sergio Cansino. Estando allí, Acuña fue
llamado por la compañía grabadora Peerless para grabar un disco larga duración
conteniendo 12 obras de Carlos Gardel.
En esas grabaciones fue acompañado por
una orquesta dirigida por Martín Darré.
En 1961, viaja a Italia para participar en el Festival de la
Canción Argentina, junto a Argentino Ledesma, Chola Luna, Antonio Maida y el
pianista Miguel Nijensohn.
Luego de un breve regreso a Buenos Aires, viaja a
Berlín y después a España, donde cambia su vida y se radica a raíz de su gran
éxito.
Entabla una profunda amistad con el Gereral Juan Perón,
quien se encontraba exilado en Madrid, y se convierte en su delegado personal.
En esa condición, hace algunos viajes a la Argentina.
Entre los años 1962 y 1978 graba 2 temas para el sello Iberofón y 104 para el sello Zafiro. Finalmente, en 1983 y 1984, graba una serie de 48 temas, los primeros 12 con las guitarras de Adolfo Carné y los subsiguientes con las guitarras de Juan José Domínguez, entre los que podemos destacar: "Virgencita de Pompeya", "Un boliche" e "Isla de Flores".
En 1978, Carlos volvió a la Argentina y comenzó a intervenir
en programas de televisión, radio y a presentarse en locales nocturnos.
En 1990 regresa a España, volviendo a actuar en espectáculos
y en televisión.
Si bien su obra de autor y compositor no es muy extensa,
tiene calidad y originalidad. "Un boliche", su tango más famoso, con
letra de Tito Cabano; "Al poeta del suburbio", dedicado a Celedonio
Flores, con Juan Paradiso; "Che Madrid" y "Ramona
Barcelona", con Cátulo Castillo; "Viví el momento" y "Para
ti Isabel", con Héctor Polito y Alberto Lago; "Amor y milonga",
con José Rizzo; "Dios lo quiso", con Ricardo Martínez y Alberto Lago;
"El nombre de usted es Ninón", con Oneca; y "Tiempo del
Abasto", con Ricardo Martínez y Ángel Di Rosa y algún otro más.
Los últimos años de su vida, los pasa en Buenos Aires, pero
ya su voz y su salud habían declinado.
Para cerrar esta breve semblanza de su trayectoria, que
mejor que este poema que le dedicara Roberto Maciel:
Canta debute y sin cuento
porque al gotán lo mancusa,
y la jerga rantifusa
por reo la lleva dentro.
Es tristeza de convento,
Fija que da buen sport,
consuelo de sofanor
en noches sin apoliyo
de la musa es alma y brillo
¡Carlos Acuña el cantor!
porque al gotán lo mancusa,
y la jerga rantifusa
por reo la lleva dentro.
Es tristeza de convento,
Fija que da buen sport,
consuelo de sofanor
en noches sin apoliyo
de la musa es alma y brillo
¡Carlos Acuña el cantor!
Murió en Buenos Aires, luego de una prolongada enfermedad,
dejando en el tango el recuerdo de su hombría de bien y su talento.
Recordamos a Carlos Acuña con el tango Yira, Yira, de Enrique Santos Discépolo.