El sitio www.bbc.com publicó este artículo firmado por Tim Stokes.
Muriel Gardiner: la rica heredera que salvó innumerables
vidas del fascismo y el nazismo (e inspiró una película ganadora de un Oscar)
- Tim
Stokes
- BBC
News
18 septiembre 2021
La adinerada estadounidense Muriel Gardiner viajó a Viena
en los años 20 para estudiar medicina motivada por la obra de Sigmund Freud.
Estando allí, hizo parte de la resistencia clandestina en la lucha contra el
fascismo y ayudó a salvar incontables vidas.
Tales fueron las valientes acciones de Gardiner, que
sirvieron de inspiración para una película que le concedió un Oscar a la actriz
británica Vanessa Redgrave. Pero, ¿cuáles fueron los acontecimientos que dieron
forma a esta extraordinaria vida?
Una madrugada de noviembre, unos golpes fuertes en la puerta
de su habitación en un hotel de Austria dejaron perpleja a Muriel Gardiner.
Cuando abrió, se encontró con un oficial de la Gestapo que
exigía saber qué estaba haciendo en el país. Con el corazón palpitante, la
graduada en medicina le dijo amablemente que estaba de visita en la ciudad de
Linz como turista. Las preguntas continuaron, pero finalmente
el oficial se marchó.
Si hubiera investigado más a fondo, podría haber averiguado
que Gardiner no era quien decía ser.
¿Quién era la misteriosa mujer?
Gardiner nació en Chicago en 1901 en el seno de la familia
Morris, que se había enriquecido enormemente gracias a la industria
cárnica.
"Desde muy joven sintió que era muy injusto que
ella tuviera tanta riqueza y reconocía que otras personas no la
tenían", explica Carol Seigel, directora del Museo Freud de Londres que
celebra una exposición sobre su "madre fundadora": Muriel Gardiner.
"Se interesó bastante por la política. Incluso cuando
era muy joven organizó una especie de marcha por el sufragio femenino",
agrega.
Las opiniones de Gardiner se forjaron en parte por uno de
los acontecimientos más famosos del siglo XX: el hundimiento del Titanic
en 1912.
Así se lo confirmó mucho después a su nieto Hal
Harvey, a quien le contó en tono de reclamo que los informes de los
periódicos de la época enumeraban las figuras notables que habían muerto, pero
se limitaban a describir al resto de los que perecieron como "gente de a
bordo".
Seigel relata que tras lo sucedido con el barco, Gardiner,
siendo niña todavía, "se dirigió a su madre y le preguntó qué significaba
'gente de a bordo' y ella se limitó a responder 'gente normal'. En ese momento
le explotó el cerebro. De repente se convirtió en la liberal de la
familia a los 11 años".
Tras asistir al prestigioso Wellesley College de
Massachusetts, la joven estudió en la Universidad de Oxford antes de
trasladarse a Viena en 1926, donde tuvo a su hija Connie tras un matrimonio
efímero.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES El viaje de Gardiner a Viena estuvo motivado por su admiración al psicoanalista Sigmund Freud
Su traslado a Austria fue motivado por la esperanza que
guardaba de ser examinada por el venerado psicoanalista Sigmund Freud.
Pero, debido al número de pacientes que este tenía en su
agenda, Gardiner fue remitida a un colega. Ese hecho no la hizo perder interés
en el psicoanálisis y tampoco su amor por una ciudad en la que mandaban los
socialdemócratas.
En ese momento la "Viena roja" y las reformas sociales que se estaban llevando a cabo eran lo que más atraía a Gardiner. "A ella le gustó vivir la ciudad. Le fue bien y decidió que quería ser psicoanalista", afirma Seigel.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Austria fue tomada por una dictadura fascista en la década de 1930 antes de que la Alemania nazi se anexionara el país en 1938
Se matriculó en la Universidad de Viena para estudiar
medicina pero, al poco tiempo, los socialistas fueron barridos por un régimen
fascista que los persiguió.
En lugar de abandonar el inestable país, Gardiner combinó
sus estudios con una nueva causa: ayudar a la resistencia clandestina. "Nunca
le costó tomar la decisión de quedarse", explica su nieto Harvey.
"Para ella era obvio hacer lo correcto".
De Muriel a "Mary"
Conocida por el movimiento de resistencia como
"Mary", Gardiner poseía tres residencias, incluida una pequeña casa
de campo en los bosques de Viena.
En ella celebraba reuniones y escondía a los miembros de la
resistencia, incluido el líder de los Socialistas Revolucionarios, Joseph
Buttinger, que a finales de la década de 1930 se convirtió en su marido.
"Llevaba una doble vida, la de una madre
abnegada, la de una estudiante activa que también era muy sociable y tenía
muchos amigos en Viena, pero al mismo tiempo realizaba su trabajo de
resistencia", reconoce Seigel.
FUENTE DE LA IMAGEN,CONNIE HARVEY/FREUD MUSEUM LONDON Los combatientes de la resistencia a menudo se escondían en la casa de campo del bosque de Gardiner
Su trabajo consistía en introducir pasaportes falsos en
Austria para que los combatientes de la resistencia pudieran huir del país.
Además, utilizaba su riqueza, su influencia y sus contactos
para sacar a la gente por métodos legales, como encontrarles trabajo con
familias en Gran Bretaña.
En una ocasión, Gardiner viajó en tren y luego escaló una
montaña durante tres horas en medio de una noche de invierno para entregar los
pasaportes que les permitiría escapar a dos compañeros que se escondían en una
posada remota.
"Estaba realmente en peligro; es decir, hacía
constantemente cosas que de haber sido detectadas, en el mejor de los
casos, la habrían echado del país, pero más probablemente la
habrían metido en la cárcel", considera Seigel.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Los judíos austriacos, que se ven aquí obligados a lavar una calle en Viena, se enfrentaron a la persecución cuando el fascismo se impuso en el país
Su vida social vienesa la puso en contacto con todo tipo de
personas.
En 1934 Gardiner tuvo un romance con el poeta inglés Stephen
Spender. Según Seigel, también conoció al futuro canciller laborista Hugh
Gaitskell, quien vivió en la ciudad durante un tiempo, y luego conoció a uno de
los traidores más populares de Gran Bretaña: Kim Philby.
"Un joven vino a verla y ella sospechó un poco de él y
de lo que le pedía que hiciera. De hecho, descubrió que le había dado un montón
de literatura comunista para distribuir, algo inesperado para ella",
cuenta Seigel.
"Sólo después de la guerra, cuando vio una foto y leyó
sobre él, descubrió que era Kim Philby, el agente doble británico",
indica.
La ayuda desde Estados Unidos
En 1938, Austria había sido anexionada por la Alemania nazi
y la hija de Gardiner y su marido, Buttinger, abandonaron el país, aunque ella
se quedó para completar sus estudios de medicina y continuar su labor de
resistencia.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Gardiner pagó la casa de Londres en la que vivió Sigmund Freud tras el Anschluss
Sin embargo, al poco tiempo los tres partieron de Europa
hacia Estados Unidos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Gardiner y su marido
hicieron campaña en favor de los visados para los judíos y
ayudaron a dar trabajo y alojamiento a los refugiados que llegaban al país
norteamericano.
Es imposible saber a cuántas personas les salvó la vida.
Harvey dice que escuchó que fueron cientos. "Pero no creo que ella supiera
el número", precisa.
Varias personas contaron en un documental publicado en 1987,
dos años después de su muerte, que si no hubiera sido por los esfuerzos de
Gardiner "probablemente no estarían vivos hoy".
En las décadas posteriores a la guerra, la doctora tuvo una
agenda copada como psicoanalista, impartió clases en universidades y publicó
varios libros. Sus esfuerzos de resistencia sólo los conocían las personas a
las que había ayudado o que estaban cerca de ella.
Su nieto la recuerda como "una persona muy modesta,
genuinamente modesta". "Nunca hablaba de lo que había pasado a menos
que la presionaras de verdad".
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Museo de Sigmund Freud en Austria
Pero en 1973 se publicó un libro llamado "Pentimento",
obra de la escritora estadounidense Lillian Hellman, que incluía un capítulo
sobre su aparente amistad con una mujer llamada Julia que había vivido en la
Austria prenazi y había trabajado con la resistencia.
A finales de esa misma década se rodó la película "Julia",
protagonizada por Vanessa Redgrave y Jane Fonda, que le valió a
Redgrave el Oscar a la mejor actriz de reparto.
Seigel explica: "Cuando salió (el libro)... mucha gente
empezó a llamar a Muriel para decirle: '¿has leído la historia de Lillian
Hellman? Seguramente tú debes ser Julia. La historia que ella describe es tu
historia'".
"Y Muriel Gardiner no era alguien que quisiera buscar
peleas, pero inmediatamente le escribió a Lillian Hellman y le dijo: 'Oh, un
poco extraño, ya sabes, ¿has conseguido esto de mí?', a lo que la escritora
nunca respondió", añade Seigel.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Vanessa Redgrave (a la izquierda) interpretó el papel principal de la película Julia, mientras que Jane Fonda interpretó el papel de Lillian Hellman
Había una conexión entre las dos, el abogado Wolf
Schwabacher, quien había muerto cuando se publicó el libro y no pudo
revelar si alguna vez le contó a Hellman la historia de Gardiner.
Sin embargo, antiguos miembros de la resistencia socialista
austriaca insistieron en que sólo una mujer estadounidense trabajó con ellos en
la década de 1930, y que era la persona que conocían como "Mary".
Uno de los resultados de la controversia fue que Gardiner
finalmente hizo pública su historia escribiendo sus memorias, "Code
Name Mary" (Nombre en clave María), que han estado agotadas durante
mucho tiempo pero que se reeditan con motivo de la exposición del Museo Freud,
titulada "Nombre en clave María".
La institución con sede en Hampstead, el último hogar de
Freud tras su salida de Viena, fue comprada por Gardiner para la familia del
psicoanalista y posteriormente se convirtió en un museo con la ayuda de su
fundación benéfica.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Redgrave ganó el Oscar a la mejor actriz de reparto por su interpretación en Julia
De acuerdo con Seigel, ésta era una razón fundamental para
celebrar la exposición.
"Nos sentimos muy identificados con Muriel Gardiner
porque, en cierto modo, ella y Anna Freud fueron las madres precursoras del
museo. Su fundación (la de Gardiner) nos ha apoyado increíblemente durante
mucho tiempo, así que en parte también la exposición es para darles las
gracias", señala la directora.
En la muestra también estará involucrada la actriz
Redgrave, quien después del Oscar volvió a entrelazar su vida con la
de Gardiner cuando escribió una obra de teatro en la que aparecía la
psicoanalista estadounidense.
La artista organizará un acto en el museo sobre la heroína
de la resistencia, junto con el activista de los refugiados Lord Dubs, que a su
vez fue salvado de los nazis por otro héroe, el cerebro del Kindertransport
Nicholas Winton.
Después de tanto tiempo en la sombra, Harvey dice que es
"gratificante" escuchar el renovado interés por su abuela.
"Se las ingenió para regalar el 99% de su
riqueza y lo hizo. No era la Madre Teresa: le gustaba una buena
comida, le encantaba un vodka con tónica al final del día", cuenta.
"Pero si combinas el dinero que tuvo la suerte de
conseguir, con su sentido de la ética y su capacidad para vencer el miedo, se
tiene una mujer que la sociedad necesita", reconoce.