Manuel López-Quiroga Miquel nació en Sevilla, España, el 30 de enero de 1899, y murió en Madrid, España, el 13 de diciembre de 1988. Pianista, compositor y autor de cuplé y copla.
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Manuel López Quiroga. Destacado compositor español.
Síntesis biográfica
Nació en Sevilla, España, el 30 de enero de 1899. Con poco
más de siete años, trabajaba habilidosamente con los buriles en su cabeza
bullían melodías y canciones. De oído tocaba sevillanas y pasodobles al piano,
a los ocho años. Un organista que le oyó tocar se ofreció a enseñarle música, y
la criatura tendría madera de músico ya que tres años después ya tocaba el
órgano en la iglesia de los Jesuitas de Sevilla, la de la calle Jesús del Gran
Poder.
Estudios
Estudió el grado elemental de Magisterio. Con el beneplácito
paterno asistió a las clases de Dibujo y Pintura en el Museo de Sevilla. Y por
vocación personal estudió en el Conservatorio Municipal de Sevilla: piano,
armonía y composición. Eduardo de Torres, que era en ese momento el maestro de
capilla de la catedral de Sevilla, acabó de redondear la formación musical del
joven Quiroga.
Trayectoria musical
Fue organista de los jesuitas en los primeros años de su
carrera y se convirtió en uno de los mejores músicos de la historia de España.
Cuando sólo contaba con 20 años de edad ya había estrenado, en su ciudad natal,
tres zarzuelas: El presagio rojo, La niña de los perros y Sevilla, ¡qué grande
eres!.
En el Teatro del Duque estrena Sevilla, que grande eres y La
niña de los perros, ambas con libreto de Antonio García Rufino, El Cortijo de
las Matas y El presagio rojo con libreto de Fernando Márquez. Sus primeras
canciones, La velá de San Juan y el Fox-trot gitano, que estrena Dora la
Cordobesita, le proporcionan alguna popularidad. Pero, como en los toros, para
alcanzar la fama había que triunfar en Madrid.
En 1929 se traslada a la capital, donde sigue tocando en
teatros y cabarets mientras compone y estrena zarzuelas y canciones. A pesar de
algunos pequeños éxitos, la música no le da para vivir y tiene que recurrir a
su oficio de grabador. Así sigue entre 1929 y 1932, como maestro de fábrica en
"Arnillas y Matallana" y troquelando imágenes de vírgenes y santos,
esperando el anhelado triunfo musical.
Para un compositor de su cuerda, había tres posibles
salidas. La zarzuela, que comenzaba a derivar hacia espectáculos arrevistados
en los que el lucimiento físico de las vedettes tomaba cada vez mayor
importancia. El cuplé, picante y provocativo, cuyas letras eran cada vez más
adocenadas, y la canción regional folclórica que para muchos era un flamenco
adulterado. Quiroga opta por ésta última, la tonadilla, a la que da una
dignificación de la que hasta entonces había carecido.
En 1931 conoce a Rafael de León. Ambos son sevillanos, con
profundas raíces andaluzas, y se produce entre ellos una perfecta
compenetración. Los inspirados romances y letras de Rafael dan pie al músico
para componer sus primeros grandes éxitos. Con estos argumentos en la mano,
Quiroga pudo convencer fácilmente al padre de Rafael de León, para que el
aristócrata permitiera a su hijo dedicarse a la literatura y a escribir letra
de canciones. La naciente copla se va imponiendo. Por fin, sobre 1933, Quiroga
puede dejar definitivamente el grabado.
Se marchó a Madrid, fundó una editorial de partituras y creó
una academia, lugar donde seleccionaba a los cantantes con ganas de alcanzar la
popularidad. Su repertorio, junto con las aportaciones de Rafael de León y
Antonio Quintero, define prácticamente la canción de la posguerra española.
Entre sus composiciones más populares destacan: ¡Ay, pena, penita, pena! ,
María de la O y La Parrala.
Muerte
Falleció en Madrid cuando le faltaba un mes y medio para
cumplir los 90 años, el 13 de diciembre de 1988, y fue enterrado, con escasa
asistencia, en el cementerio de la Almudena. La noticia de su muerte pasó
bastante desapercibida, posiblemente por coincidir, además, con que en ese
mismo día, el 15 de diciembre, estaba convocada una huelga general que casi
paralizó España. Su inmensa obra, más de tres mil composiciones, en su gran
mayoría canciones y coplas, son una prueba de la enorme actividad que
desarrolló durante toda su larga y fecunda vida.
Homenaje
En 1986, cuando cumple 87 años se le nombra Hijo Adoptivo de
Madrid y la Sociedad General de Autores de España y el Ministerio de Cultura
organizan un gran homenaje en su honor. La Orquesta Nacional de España ofreció
un concierto, en el Teatro Real de Madrid, con veintidós de sus más afamados
temas, arreglados y orquestados por músicos de la categoría de: Carmelo
Bernaola, Fernando García Morcillo, José Nieto, Tomás Marco y Luis Cobos entre
otros. Al homenaje no faltaron los intérpretes de sus canciones, especialmente
Conchita Piquer, a la que el diminutivo Conchita ya se le había sustituido por
"Doña Concha".
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con la Farruca de Las cosas del querer, en la versión de Mari Paz.