Regina Isabel Luisa Pacini Quintero, más conocida como Regina Pacini, nació en Lisboa, Portugal, el 6 de enero de 1871, y murió en Buenos Aires, Argentina, el 18 de septiembre de 1965. Soprano.
El sitio www.historiahoy.com.ar
publicó este recordatorio firmado por Juanita Blee.
Regina de Alvear: la soprano portuguesa que llegó a primera dama argentina
PorJuanita Blee
19 Enero, 2023
Regina Isabel Luisa Pacini Quintero nació en Lisboa (Portugal) el 6 de enero (el día de los Reyes, de ahí su primer nombre) de 1871 y murió en Buenos Aires (Argentina) el 18 de septiembre de 1965. Fue una soprano ligera, Primera Dama durante la presidencia de Marcelo T. de Alvear y benefactora de las artes; hija del barítono Pietro Andrea Giorgi – Pacini (director escénico del Real de San Carlos y autor de 90 óperas) y de la andaluza Felisa Quintero.
A los dieciséis años tenía una voz de cristal. Su carrera
fue imparable y conquistó todos los baluartes de la lírica: se rindieron al
hechizo de su voz el Liceo de Barcelona, la Scala de Milán, la Ópera de París.
En el Covent Garden de Londres cantó Lucía de Lammermoor con Enrico Caruso. Y,
aunque la belleza no haya sido su mejor aliada, quisieron casarse con ella
millonarios y militares rusos, polacos, suecos… A todos les dijo que no, porque
quería dedicarse enteramente a su carrera, y así lo hizo hasta sus treinta seis
años de edad.
En 1899 debutó en el Teatro Solís de Montevideo donde la
escuchó Diego de Alvear (el primo melómano de Marcelo T. de Alvear), quien le
elogió tanto la voz que despertó en quien sería su futuro fanático y luego
marido una curiosidad tal que fue a disfrutar de su performance en “El Barbero
de Sevilla” en el Teatro Politeama de Buenos Aires. Esa noche, Marcelo Torcuato,
se enamoró perdidamente. Le envió varias docenas de rosas rojas y blancas y una
pulsera de oro y brillantes, la cual Regina devolvió antes de regresar a
Europa.
Regina Pacini y Marcelo T. de Alvear |
Él no paró hasta conquistarla. Durante más de ocho años
recorrió los mejores teatros de Madrid, París, Londres, Montecarlo, Budapest y
Odessa -entre otras ciudades europeas-, llenándole los camarines con miles de
rosas rojas y blancas, hasta que, en 1907, en la cumbre de su carrera, la
soprano portuguesa le dio el sí, retirándose de la actuación y convirtiéndose en
una importante benefactora de las artes escénicas.
Durante la Primera Guerra Mundial la pareja residió en Coeur
Volant, el castillo normando en Versalles que Marcelo le obsequió como regalo
de bodas. Mientras tanto, Regina, realizó numerosos actos humanitarios que le
valieron el otorgamiento de la Gran Cruz de la Legión de Honor de
Francia. Su marido era el embajador argentino en ese país y ella dirigió un
hospital de sangre.
Por más de cuatro años no pisaron Buenos Aires. El regreso
se produjo recién en 1911 para asistir al casamiento de Elvirita de Alvear. El
vacío que le hicieron las mujeres a Regina fue mortal, así como la envidia que
sentían por ella, por haber encandilado al dandy de oro nacional. Dicen que
Marcelo, cuya fama de mujeriego siempre había sido amplia, le dijo indignado a
su esposa: “No te preocupes, querida, que a todas estas yo les levanté las
polleras”.
En 1922, Hipólito Yrigoyen eligió a Marcelo Torcuato como su
sucesor. Le tocó gobernar hasta 1928, la última década feliz de la Argentina.
Entretanto celebraron incontables inauguraciones, recepciones y fiestas. A su
lado, Regina, fue una primera dama discreta, que apoyó actividades culturales
con entusiasmo. Infaltables en las funciones del Teatro Colón, la pareja
presidencial atravesó una época de efervescencia creativa. Los jóvenes
escritores apreciaban el interés que en ellos depositaban y Victoria Ocampo los
amaba.
En 1938, Regina, fundó la Casa del Teatro de Buenos Aires:
un asilo para actores semejante a la Casa Verdi de Milán, con cuarenta cinco
habitaciones, dos pequeños museos y la sede del Teatro Regina -nombrado
en su homenaje-. También, construyó el Templo de San Marcello y
el colegio anexo. Por otro lado, una localidad de la provincia de Río Negro,
fundada en 1924, fue bautizada en su honor: Villa Regina.
Regina de Alvear |
Regina Pacini de Alvear falleció en Don Torcuato, provincia
de Buenos Aires, donde tenía su residencia, a los 94 años, habiendo sobrevivido
a su gran amor por más de veinte años y habiéndole llevado todos los veintitres
de cada mes un gran ramo de rosas blancas y rojas a su bóveda en el cementerio
de la Recoleta, en la cual solía sentarse en una sillita en el interior
pasándose allí horas lagrimeando y pronunciando profundos “te amo y te seguiré
amando hasta que en el cielo volvamos a besarnos”.
A continuación, la recordamos en el día de su nacimiento,
con el aria Caro Nome, de la ópera Rigoletto, de Giuseppe Verdi, en una
grabación realizada en 1905.