Charles Perrault nació en París, Francia, el 12 de enero de 1628, y murió en su ciudad, el 16 de mayo de 1703. Escritor.
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Charles Perrault
(París, 1628 - id., 1703) Escritor francés. Cultivó la poesía galante y fue protegido por el ministro Colbert, gracias al cual ingresó en la Academia Francesa (1671). Su poema El siglo de Luis el Grande (1687) reavivó la «querella de los antiguos y los modernos», y para sostener su tesis, favorable a los escritores modernos, escribió Comparación entre antiguos y modernos (1688-1697) y Los hombres ilustres que han surgido en Francia durante el siglo XVII (1696-1700). Es autor de una recopilación de cuentos infantiles titulada Historias y relatos de antaño (1697), que le valieron una gran celebridad póstuma.
Charles Perrault |
Educado en el colegio de Beauvais, Charles Perrault se
aficionó grandemente a la literatura desde su mocedad. Compuso durante sus años
de colegio una Enéide travestie agradable, juntamente con su amigo Baurin y con
sus hermanos (Claude Perrault, que sería médico y arquitecto, y Nicolás
Perrault, futuro teólogo). Abogado del foro de París en 1651, obtuvo luego
diversos cargos administrativos y gubernativos. De 1654 a 1664 estuvo empleado
en la administración de la Recaudación General de Hacienda, dirigida por su
hermano Pierre bajo la supervisión del ministro Jean-Baptiste Colbert,
protector de la familia.
Charles Perrault fue más tarde inspector general de la
Superintendencia de las Construcciones Reales y miembro de la comisión
encargada de redactar inscripciones en los monumentos públicos (que
posteriormente se convertiría en la Academia de Inscripciones). Mientras tanto,
frecuentaba los salones, haciéndose apreciar por su "sprit" y por su
amabilidad, y fundaba con Costar y Pinchesne un grupo de amigos literatos a los
que se unió durante algún tiempo Madame de la Suze, la sentimental poetisa. Fue
precisamente hacia esta época (1660) cuando escribió las poesías tituladas Le
miroir ou La métamorphose d'Orante y La chambre de la justice d'amour.
A partir de 1671, fecha de su ingreso en la Academia
Francesa, tomó parte muy activa en sus deliberaciones. Colbert le había
confiado oficiosamente la misión de apoyar en el campo literario la política de
prestigio con la que reforzaría y ampliaría la autoridad de la monarquía; el
poeta oficial Jean Chapelain le ayudó en aquella labor. Perrault propuso una
reforma en la organización de la Academia y en el nombramiento de sus miembros;
a partir del 13 de enero de 1672, las sesiones fueron públicas. Pero, pese a
sus muchos esfuerzos y a los poderosos apoyos con que contaba, se atrajo la
enemistad de otros grupos, en especial de Nicolas Boileau y sus seguidores.
La polémica se inició cuando el 27 de enero de 1687 leyó en
la Academia un poema más bien mediocre, titulado El siglo de Luis el Grande, en
el que sostenía la superioridad de los escritores modernos sobre los antiguos.
Nicolas Boileau, Jean Racine y otros ridiculizaron el poema, y Perrault replicó
remachando y explicando sus teorías en los cuatro volúmenes de su Comparación
entre antiguos y modernos (1688-1697). Las preferencias expresadas por Perrault
levantaron un prolongado debate público que se convirtió en la famosa «querella
de los antiguos y los modernos». Nicolas Boileau lideró la defensa de los
antiguos; a sus sarcásticas Réflexions critiques sur Longin contestó Perrault
con una Apologie des femmes (1694).
La controversia continuó incluso después de la
reconciliación de los dos jefes de grupo (1700), y no careció de aportaciones
de enjundia; así, la teoría según la cual las artes no dejan nunca de
perfeccionarse a través de una revolución de carácter científico anima la
Digresión sobre los antiguos y los modernos (1688) de Bernard Le Bovier de
Fontenelle. Cuando se apartó de esta polémica, que puede considerarse casi la
polémica del siglo, Perrault publicó Los hombres ilustres que han surgido en
Francia durante este siglo, con sus retratos al natural (1696-1700), obra
biográfica en dos volúmenes, de poco valor, pero ilustrada con hermosos
grabados.
Los cuentos de Charles Perrault
En 1697 publicó Charles Perrault el libro al que debe su celebridad: Historias y relatos de antaño. Cuentos de mi tía Ansarona. Pensando que era poco serio que la obra apareciera con su nombre, publicó con el de su hijo esta colección de cuentos en verso y en prosa, nacida con la modesta pretensión de divertir a los muchachos, pero que, gracias a su feliz ingenuidad y su sabroso y sencillo estilo, estaba destinada a conquistar al público europeo y a tener un número prodigioso de ediciones, así como a captar la atención y exaltar la fantasía de escritores como los hermanos Grimm, Ludwig Tieck y Maurice Maeterlinck, que hicieron de ella transcripciones y arreglos.
El gato con botas en una ilustración de Gustave Doré |
Los cuentos más populares, y quizá también los más bellos,
como Barba Azul, La bella durmiente del bosque o La Cenicienta, serían objeto
de versiones musicales a cargo de compositores de la talla de Gioachino
Rossini, Jacques Offenbach, Paul Dukas y Bela Bartok. Junto a los ya citados,
merecen destacarse otros muchos también universalmente conocidos, como
Caperucita roja, El gato con botas, Pulgarcito, La princesa astuta, Las hadas,
Piel de asno, Deseos ridículos y Ricardito, el del copete.
Si bien la fuente de sus cuentos es la tradición popular,
nos hallamos muy lejos de la ingenuidad a que quisieron atenerse en Alemania
los hermanos Grimm. Aunque su lenguaje es también rico en expresiones
características, tomadas del mundo del que provienen los personajes, Perrault
se mantiene alejado por igual del llano realismo y de la reconstrucción
histórica: sus príncipes y grandes señores son los mismos de la Corte de
Versalles, y sus campesinos y artesanos son los que se movían alrededor de
París y de la Isla de Francia en el siglo XVII.
La elegancia de su estilo hace de cada uno de estos cuentos
una pequeña obra maestra, fruto de un paciente trabajo de lima, como se puede
comprobar confrontando el volumen del año 1697 con la primera redacción de los
cuentos, aparecida en revistas como el Mercure de France. El literato no supo
resistir a la tentación de añadir a los cuentos una moraleja, que siempre
resulta la parte más débil; al hacerlo, no sólo se inclinaba ante el gusto de
la época, sino que con ello salía al paso de las posibles acusaciones de
corromper a la juventud.
Las demás obras de Charles Perrault tienen un interés muy
secundario: Saint Paulin (1686), Le cabinet des Beaux-Arts (1690, colección de
grabados), La Marquise de Salusse ou La patience de Griselidis (1691) y Adam ou
La création de l'homme (1697). Perrault escribió también una comedieta en tres
actos, L'oblieux, que no se publicó hasta 1868. Sus Mémoires (1755) contienen
riquísimas y valiosas informaciones sobre la obra del ministro Colbert.
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con el cuento Caperucita Roja, en la voz de Tomás Galindo.