Eusebio de Jesús Dojorti, más conocido como Buenaventura Luna, nació en Huaco, Provincia de San Juan, Argentina, el 19 de enero de 1906, y murió en Buenos Aires, Argentina, el 29 de julio de 1955. Periodista, músico, compositor, poeta, libretista, conductor de radio, y político.
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publicó este recordatorio.
Biografía de Buenaventura Luna
Buenaventura Luna
Eusebio de Jesús Dojorti, tal su verdadero nombre, nació el
19 de enero de 1906 en Huaco, un pequeño pueblo del departamento de Jáchal,
provincia de San Juan.
Además de político y periodista, fue un cronista musical de
su propia gente. En todas sus obras no solamente mostró a Huaco, a Jáchal, o a
San Juan, sino a todo un país.
Fue uno de los grandes de la música popular argentina. Alto,
severo, de oscura tez curtida por el sol, fue un incansable creador, un
innovador por naturaleza. Como a muchos provincianos se lo conoció después de
triunfar en Buenos Aires. Creó la Tropilla de Huachi Pampa, un reconocido grupo
musical integrado entre otros por: Antonio Tormo, Remberto Narváez, Zarco
Alejo, José Samuel Báez, Diego Canale, Eduardo Falú y las guitarras de Alfredo
Alfonso y José Zabala, conjunto que conociera el éxito a fines de los años ´30
y durante la década del ´40.
Escribió varias zambas y canciones célebres, compartiendo la
autoría en: Este camino que va con Atahualpa Yupanqui, Por qué será que parece
y Zamba de la Tolderia con Oscar Valles y Fernando Portal, Puentecito de mi río
(vals), Tuna tunita (gato), De pago en pago (canción) con Tormo y Canales, El
carrerito (tonada) con Fernando Portal, Copla de ausencia (zamba) con Eduardo
Falú. De su exclusiva autoría son: Quiero Volver, Aquí, Canto Final, Vallecito,
La última carreta, En el destierro, En la taberna, La noche, Romance del viento
largo, y su obra cumbre: Las Sentencias del Tata Viejo.
Condujo polémicos programas radiales en su provincia y en
Buenos Aires. Conoció la persecución política y la cárcel. A pesar de sus
éxitos, siempre retornaba a su fuente de inspiración: El viejo molino de Huaco.
Sus últimos días fueron tristes. Fue operado de un cáncer de
laringe en el Policlínico de San Martín, provincia de Buenos Aires, y como
consecuencia de este mal quedó casi sin habla, pues se le efectuó una
traqueotomía. Sus amigos más íntimos -Fernando Portal, Eduardo Falu, Fermín
Alvarez, Carlos Vega Pereda y Carlos Lastra (integrantes de los Quilla Huasi)-
lo acompañaron en sus últimos días. Cuando llegó su hora, el 29 de julio de
1955, a los 49 años, cubrieron su cuerpo con su poncho y en el panteón de
SADAIC del cementerio de la Chacarita, Alfonso y Zabala tocaron una tonada.
Su último deseo fue que sus restos fueran enterrados en
Huaco, su pueblo natal. Un año más tarde después de su muerte, su deseo pudo
cumplirse: luego de que se le rindieran los honores en la capital sanjuanina y
luego en Jáchal, llegó a Huaco; en Pampa del Chañar, al pie de un algarrobo,
como marco de la tradición, un grupo de arrieros lo esperaba con canciones. Así
llega Buenaventura a su tumba con forma de guitarra.
Todos los 29 de julio de cada año, los escolares forman una
improvisada guardia, los arrieros llegan hasta el lugar entonando canciones y
hasta se baila al son de las guitarras, al pie de la tumba del poeta.
Y quizá por don Buenaventura Luna o porque siempre fue así,
lo cierto es que en Huaco, el cementerio es alegre y nadie le teme a la muerte.
Colaboración de Fabián A. Núñez (Jáchal, San Juan).
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con Vallecito por La Tropilla de Huachi Pampa, y el homenaje de Atahualpa
Yupanqui a don Buenaventura Luna.