Ana Margot Loyola Palacios nació en Linares, Chile, el 15 de septiembre de 1918, y murió en Santiago de Chile, Chile, el 3 de agosto de 2015. Folclorista, compositora, guitarrista, pianista, recopiladora e investigadora.
El sitio www.mujeresbacanas.com
publicó este recordatorio.
MARGOT
LOYOLA (1918-2015)
Artistas
La cueca y la zamacueca, la refalosa y los valses, la
mazurca, los sonidos de Isla de Pascua, los del norte chileno y los de su sur
mapuche son parte de las canciones y bailes que por más de ochenta años
recopiló, interpretó, cantó y bailó una de las más importantes folcloristas de
Chile y de Sudamérica, Margot Loyola. Fue la primera mujer en recibir el Premio
Nacional de Música en Chile, donde fue maestra y referente de varias
generaciones, en quienes dejó como legado la enseñanza de las danzas y canciones
típicas de su país.
Margot Loyola nació en Linares, entre la ciudad y el campo.
Desde muy pequeña sus padres la involucraron en el mundo de la música, gracias
a lo cual aprendió guitarra y piano. Ya de adolescente comenzó a presentarse
junto a su hermana Estela, en una dupla artística a la que llamaron «Las
hermanas Loyola».
El dúo cantaba canciones tradicionales chilenas y,
lentamente, Margot fue ampliando el repertorio. Su mayor legado se sustenta en
su labor como investigadora. Es así como, a fines de los años treinta, comenzó
a viajar por Chile, a lugares como Pomaire o Colliguay, para rescatar tonadas
típicas, que después entonaba junto a su hermana. El dúo grabó discos, y
consiguió el reconocimiento del público y del mundo artístico hasta 1950, fecha
en que las hermanas se separaron. Luego, Margot desarrolló una larga y
fructífera carrera en solitario.
Poco a poco los viajes por el norte y sur de Chile, fueron
expandiéndose más allá de las fronteras. Loyola se paseó por Argentina, Perú y
Uruguay, donde se reunía con artistas para estudiar y recopilar los bailes y
canciones locales. Con esa maleta de conocimientos, la folclorista recorrió
Europa, mientras que en Chile siguió grabando numerosos discos.
Como una forma de mostrar al país los sonidos de sus
tierras, Margot Loyola participó en programas televisivos, y se transformó en
académica y en escritora. Cuando una nueva generación de cantantes chilenos se
reencantó con el folclor, ella estuvo dispuesta a ser su mentora. Hasta el
final estuvo comprometida con su misión de traspasar el tesoro de sus
conocimientos, labor por la que recibió múltiples honores en vida, como la
Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral, y el Premio a lo Chileno.
Tras haber publicado más de quince discos y cinco libros,
Margot Loyola murió a los noventa y siete años de edad. El 15 de septiembre,
fecha de su cumpleaños, en Chile se celebra el Día Nacional de la Cultura
Folclórica. Hoy junto a Violeta Parra y Gabriela Pizarro, es una de las tres
investigadoras esenciales del folclor nacional.
“El nombre lo respeta el pueblo: Margot Loyola Nació en
Linares, pero ha crecido en los caminos de Chile, compilando, investigando y
divulgando música, canción y danza. En este andar adquiere una responsabilidad,
un compromiso con el pueblo. Camina por Chile mirándolo todo, observándolo con
una pasión interior. Margot Loyola comprende el ser en su medio, es una de las
intérpretes con santidad de texto. Su espíritu, vocación y abundancia, del
corazón le hace surgir una profesión de chilena. Es un prócer del folclor, le
corresponde un folio aparte, Ella trasciende en el mundo de los valores.
Delimitar la extensión de sus campos de acción, es recorrer el alma de Chile.
Todos le conocen sus amores: Chiloé, los araucanos [sic], la zona central, Isla
de Pascua [sic], el Norte, el altiplano ariqueño y siempre el pueblo. Es un
cariño afianzado en el universo margoloyolano. En el escenario se siente su
presencia. Posee una grande e impetuosa capacidad. No le importa que el sudor
empape o la brisa refresque. Se aviva como llama de una hoguera a la que le da
un buen viento. Es fuente de energía y voluntad. Frente a ella el elogio
prende. Su parla chilena, voz del pueblo, se entrega rica de malicias, de
intuiciones, de valores cuando habla de una persona o cuenta a la nación. Que
nadie la detenga que venga, que venga. Se sabe que terminará su peregrinaje sólo
al borde de la muerte.”
(Oreste Plath, “Liviano esbozo de una artista”)
A continuación, la recordamos en el día de su nacimiento,
con De tu ventana a la mía.