Eduard van Beinum nació en Arnhem, Países Bajos, el 3 de septiembre de 1900, y murió en Ámsterdam, Países Bajos, el 13 de abril de 1959. Director de orquesta.
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publicó este recordatorio.
EDUARD VAN BEINUM
Escuela de dirección orquestal
El arte de la dirección orquestal no es precisamente el
mejor ejemplo de escuela de valores democráticos. Las orquestas necesitan de un
líder, de un jefe absoluto que ha de saber imponer su criterio interpretativo
por encima de cualquier otra consideración ajena.
Aquellos lejanos experimentos de democratización popular de
orquestas que prescindían de director llevados a cabo en la Rusia de Stalin
resultaron tan efímeros como contraproducentes. Toda formación orquestal,
incluso los pequeños conjuntos de cámara, requiere de un jefe que bien puede
ser un director al uso, el concertino o el maestro clavicembalista. Y para
ejercer esta misión se necesita autoridad, facultad que puede ser entendida de
muy diversas maneras.
Algunos afamados directores fueron verdaderos dictadores del
podio que jamás aceptaron la más mínima opinión de sus músicos (Toscanini).
Otros se caracterizaron por exigir tal férrea disciplina a sus conjuntos que
incluso dictaron normas sobre el comportamiento a seguir por los profesores en
su vida privada (Reiner). Hubo incluso quien se atrevía a abofetear a los
músicos si éstos cometían algún fallo durante los ensayos (Bülow).
Sin embargo, también existen los directores dóciles y
comunicativos, aquellos para quienes la autoridad no significa necesariamente
despotismo. Uno de esos directores amables y dialogantes fue Eduard van Beinum.
BIOGRAFÍA
Eduard Alexander van Beinum nació el 3 de septiembre de 1901
en Arnhem, Países Bajos, en el seno de una familia muy musical en donde el
padre ejercía como contrabajista en la orquesta de dicha localidad. Desde muy
pequeño Eduard aprendió de su hermano a tocar el piano, el violín y la viola
con tales progresos que a la edad de 16 años ya formaba parte como violista en
la orquesta donde trabajaba su padre.
Más tarde, Beinum fue admitido en el Conservatorio de
Amsterdam y allí dejó constancia de sus cualidades como pianista, si bien ya
desde entonces pareció decantarse por la dirección orquestal en las clases
tuteladas por el profesor De Pauw.
Sus primeros conatos como director se produjeron al
colaborar con orquestas y coros de aficionados en las localidades de Schiedam y
Zutphen, aunque ya en 1927 fue nombrado director de la Orquesta Sinfónica de
Harlem, institución en donde Beinum dedicó buena parte de su programación a
presentar obras de los autores holandeses del momento.
El gran salto cualitativo de su trayectoria artística se
produjo en 1931, fecha en la que Beinum fue nombrado director asistente de
Mengelberg en la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam en sustitución de
Cornelis Dopper.
Con esta misma formación Beinum ya había colaborado
anteriormente como pianista y director invitado. Durante estos primeros años en
Amsterdam, Beinum tuvo la oportunidad de observar no sólo los modos del mítico
director holandés, sino de muchas figuras de la dirección que venían a dirigir
a Amsterdam en calidad de invitados, como Monteux, Furtwängler o Bruno Walter.
Al mismo tiempo, Beinum inició también una exitosa carrera como director
invitado que le llevó a dirigir en 1937 la Orquesta Filarmónica de Leningrado.
Un año más tarde, Beinum pasó de ser asistente a ser
nombrado co-director del Concertgebouw junto a Mengelberg. En los años siguientes,
las distintas personalidades de cada director resultaron ciertamente positivas
para elevar y complementar el alto nivel de dicha formación.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Mengelberg fue
proscrito del Concertgebouw a causa de su colaboración con las autoridades
nazis y Beinum pasó a convertirse en el único titular de la formación hasta el
resto de su vida. Con todo, los profesores de la orquesta respondieron
enérgicamente al liderazgo de Beinum al representar éste la antítesis de los modos
autocráticos de Mengelberg.
De cualquier manera, la calma y tranquilidad de Beinum era
precisamente lo que la orquesta requería para aliviar las tensiones
desarrolladas con la forzada salida de su antecesor. En 1946 Beinum se
encontraba en Londres negociando una próxima visita con su orquesta cuando fue
invitado a sustituir a Albert Coates durante un concierto con la Filarmónica de
Londres a causa de una imprevista indisposición de éste.
El éxito resultó tan grande que Beinum fue propuesto para el
cargo de principal director de dicha formación inglesa, actividad que llevó a
cabo entre 1949 y 1951 a pesar de estar un año ausente debido a problemas de
salud. En 1954 Beinum realizó con la orquesta holandesa una exitosa gira por
EEUU y pronto le llovieron las ofertas para volver a dirigir allí en calidad de
director invitado.
Beinum aceptó dirigir una serie de conciertos con la
Orquesta Sinfónica de Chicago en 1955 y un año más tarde se comprometió como
principal director de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles. Sin embargo, los
problemas de salud que padecía se fueron agravando hasta el punto de que el 13
de abril de 1959, mientras se encontraba ensayando con la Orquesta del
Concertgebouw, cayó fulminado víctima de un infarto.
Eduard van Beinum representó todo lo contrario a la
despótica y tiránica personalidad de Mengelberg. Fue un director modesto,
introvertido, extremadamente educado y cortés, muy amable en su trato con los
profesores de las orquestas. Nunca trató de imponer dictatorialmente sus ideas
y buscó siempre la unidad del conjunto. El único punto en el que coincidió con
su antecesor fue en su escaso acercamiento a la ópera, aparte de la tradicional
devoción holandesa por Mahler. Su carrera como director estuvo basada en una
sólida musicalidad y en una total ausencia de divismo, atesorando un estilo
refinado y elegante con el que dotaba a sus interpretaciones de un gran
equilibrio y precisión. Su gesticulación era del todo comedida y casi nunca se
sirvió de la batuta. Para él, los profesores de las orquestas eran colegas con
los que debía trabajar de manera solidaria para hacer posible el milagro de la
música, lo único y verdaderamente importante. Supo por ello ganarse la
admiración de todos los profesores de las orquestas a las que dirigió. Van Beinum
fue además un destacado intérprete del repertorio camerístico en el que
colaboró en numerosas ocasiones su mujer, la violinista Sepha Jansen. De no
haber fallecido tan prematuramente, su relevancia en la historia de la
dirección orquestal habría sido aún mayor.
DE ENTRE LA PRODUCCIÓN DISCOGRÁFICA DEBIDA A EDUARD VAN
BEINUM
Podemos mencionar las siguientes grabaciones (advertimos que
los distintos enlaces que vienen a continuación no tienen por qué
corresponderse necesariamente con la versión citada pero sí con la obra
mencionada): Concierto para clave, BWV 1052, de Bach, junto a Dinu Lipatti y
dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw (EMI 67572); Música para cuerdas,
percusión y celesta de Bartok dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw (PHILIPS
036); Concierto para piano nº1 de Beethoven junto a Robert Casadesus y
dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw (SONY 33887 – Última grabación de
Benium); Sinfonía Fantástica de Berlioz dirigiendo la Orquesta del
Concertgebouw (MUSIC & ARTS 1054); Marcha húngara de La condenación de
Fausto de Berlioz dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw (BEULAH 1PD17);
Obertura para un festival académico y Trágica de Brahms dirigiendo la Orquesta
del Concertgebouw (ELOQUENCE 4429788); Variaciones sobre un tema de Haydn de Brahms
dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw (PHILIPS 420854); Rapsodia para
contralto de Brahms, junto a Aafje Heynis y dirigiendo la Orquesta del
Concertgebouw (PHILIPS 420854); El mar de Debussy dirigiendo la Orquesta del
Concertgebouw (ELOQUENCE 4646362); Obertura Cockaigne de Elgar dirigiendo la
Filarmónica de Londres (BEULAH 2PD15); Concierto para violoncelo y orquesta de
Elgar, junto a Anthony Pini y dirigiendo la Filarmónica de Londres (PEARL 143);
Variaciones sinfónicas para piano y orquesta de Franck, junto a Geza Anda y
dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw (DG Referencia desconocida); Psyché de
Franck dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw (ANDANTE 4060); Música acuática
de Haendel dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw (PHILIPS 420857); Sinfonías
nºs 94 y 100 de Haydn dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw y la Filarmónica
de Londres (ELOQUENCE 4768483 y BEULAH 4PD17); Sinfonía nº4 de Mahler
dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw (BEULAH 2PD17); Lieder eines fahrenden
Gesellen de Mahler, junto a Eugenia Zareska y dirigiendo la Filarmónica de
Londres (LPO 11); La Canción de la Tierra de Mahler, junto a Ernst Haefliger y
Nan Merriman, y dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw (PHILIPS 8570193);
selección de El sueño de una noche de verano de Mendelssohn dirigiendo la
Orquesta del Concertgebouw (DECCA 4723110); Sinfonía nº33 de Mozart dirigiendo
la Orquesta del Concertgebouw (BEULAH 3PD17); Concierto para piano nº24 de
Mozart, junto a Kathleen Long y dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw (MUSIC
& ARTS 1054); Concierto para piano en Sol mayor de Ravel, junto a Cor de
Groot y dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw (APPIAN 5611); Obertura de La
gazza ladra de Rossini dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw (DECCA
4723110); Sinfonía nº4 de Schubert dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw
(BEULAH Referencia desconocida); Tapiola y Finlandia de Sibelius dirigiendo la
Orquesta del Concertgebouw (BEULAH 6PD8); y, finalmente, La consagración de la
primavera de Stravinski dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw (MUSIC &
ARTS 1054).
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con su interpretación de la Sinfonía Nº 3 en Mi Bemol Mayor Op. 55, de Ludwig
van Beethoven, al frente de la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam.