Friedrich Carl Georg Kaiser, más conocido como Georg Kaiser, nació en Magdeburgo, entonces Imperio Alemán, el 25 de noviembre de 1878, y murió en Ascona, Suiza, el 4 de junio de 1945. Literato y dramaturgo.
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Georg Kaiser
(Magdeburgo, 1878 - Ascona, 1945) Dramaturgo alemán. Hijo de
un comerciante, vivió tres años en la Argentina, empleado en una empresa de
aparatos eléctricos. La vida en la capital sudamericana apareció rica en
contrastes a los ojos del joven, que había estudiado en un colegio de su ciudad
natal. De la Argentina pasó luego al Brasil. La actividad comercial no le
impidió leer mucho, singularmente las obras de Schopenhauer, Dostoievski y Nietzsche.
Una enfermedad tropical contraída en el curso de un viaje a
caballo le obligó a pensar en un retorno a Europa; y así, abandonó Sudamérica
y, por España e Italia, volvió a la patria, donde residió ordinariamente en
Magdeburgo. En adelante prevalecieron en él la literatura y la profesión de
escritor; tal actividad le pareció la única susceptible de ayudarle a vencer el
estado de ánimo provocado por la dolencia, que persistió durante años enteros.
Orientado hacia el teatro, publicó en 1911 su primer drama,
La viuda judía, obra a la cual siguieron rápidamente otras que le llevaron al
éxito de Los burgueses de Calais (1917) en Francfort, triunfo que le dio gran
actualidad y reveló en su producción motivos, aspectos, estados de ánimo y vibraciones
sentimentales que luego pasaron a ser hasta cierto punto el hilo conductor del
teatro expresionista.
Durante los dos años que siguieron a tal éxito llevó a la
escena otras trece obras, entre ellas De la mañana a la medianoche, El párroco
Kleist, que provocó las iras de la censura, y Gas, en la que aparece
singularmente destacada la oposición entre la moderna civilización mecánica
surgida de la revolución industrial y la vida del espíritu, que se siente como
ahogada por aquélla.
Pensó repetidamente en el suicidio; pero le faltó la
decisión suficiente. En 1921 se había trasladado a Gründheide, cerca de Berlín,
y allí le sorprendió el triunfo del nazismo. Durante algún tiempo vivió más o
menos olvidado, aun cuando siguiera escribiendo: luego le fue impuesto el
silencio. Abandonada la familia, se refugió en Suiza, donde permaneció hasta su
fallecimiento.
Su teatro, como el del expresionismo, lo es de tesis, y ello
tanto si interpreta problemas universales que el autor sitúa en la base de la
vida humana (por ejemplo, en Gas, donde se plantea la relación entre el hombre
y la civilización mecánica) como si llega hasta la polémica explícita, cual
ocurre en El soldado Tanaka, obra llena de espíritu antimilitarista. Junto a
los defectos que impidieron su reaparición y reanudación después de 1945 (el
carácter de los personajes, no vivos sino simbólicos, y de la acción, más bien
que expuesta en su conjunto pensada hasta el fondo), el teatro de Georg Kaiser
revela en el autor a un hábil dominador de la palabra y a un artista con una
acusada conciencia de los valores escénicos.
Escribió asimismo novelas, más bien monólogos que
narraciones. Durante el destierro se acentuaron los matices polémicos de su
producción; de ello cabe exceptuar unas cien poesías de carácter autobiográfico,
lamentos sobre su propio destino de hombre fuera de su mundo y entregado a una
vana búsqueda de Dios.