Laureano Fuentes Matons nació en Santiago de Cuba, Cuba, el
3 de julio de 1825, y murió en Jamaica, el 30 de septiembre de 1898. Compositor, director de
orquesta y violinista.
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Laureano Fuentes Matons. Fue el más pródigo de los
compositores de Cuba en el siglo XIX. Además de creador de música religiosa y
profana, fue un notable violinista y director de orquesta.
Síntesis biográfica
Inicios
Laureano Fuentes nació en Santiago de Cuba el 3 de julio de
1825. Llamado por sus contemporáneos el Paganini cubano, en gran medida su
proyección artística respondió al hecho de haber venido al mundo en el seno de
una familia de tradición musical.
Estudios
Comenzó sus estudios con Baldomera Fuentes Matons. Luego fue
discípulo de armonía de Severino Carranza y amplió sus conocimientos sobre esta
materia con Juan Casamitjana, quien también le ofreció clases de composición e
instrumentación. Igualmente, estudió armonía y composición con Juan París, y
violín con Carlos Miyares y Tomás Segura. Completó su formación con el
violinista italiano Camilo Sívori, del que recibió orientaciones para su
posterior desempeño como instrumentista.
Ya con pleno dominio del violín, en 1840, se le encontraba
como violinista principal de la Capilla de Música de la Catedral de Santiago de
Cuba. Desde entonces todo apuntaba a que Fuentes Matons llegaría a ser un gran
virtuoso del violín, pues para él no existían dificultades técnicas
insuperables y era capaz de interpretar cualquier pasaje, por más complejo que
resultase de tocar. Por lo anterior, Rafael Salcedo expresaba acerca del
desempeño de Laureano Fuentes, que todo lo abarcaba y ejecutaba con arte, con
vigor, con maestría; lo que para otros violinistas era cuestión ardua y
difícil, él lo ejecutaba con facilidad, con naturalidad, sin recurrir a las
grandes poses, pues su ejecución era nítida, clara, precisa y su afinación,
impecable.
Labor artística
Según Radamés Giro, Fuentes Matons fundó en 1844 la orquesta
del Teatro Principal y resultó nombrado socio de mérito y director de orquesta.
Dos años después fundó la revista musical La Lira Cubana y la Academia Santa
Cecilia. Participó en los conciertos ofrecidos en Santiago de Cuba por el
pianista norteamericano Louis Moreau Gottschalk y en los de la soprano sueca
Adelina Patti.
Compositor
Como compositor, un momento importante de su trayectoria se
produjo en 1868, cuando ganó con su obra Galatea, dedicada a la soprano
cienfueguera Ana Aguado, el premio de los juegos florales efectuados en Puerto
Príncipe, Camagüey. En 1868 se trasladó temporalmente a Kingston, Jamaica, de
donde regresó en 1869.
El 16 de mayo de 1875, la compañía de zarzuelas de Rosa Lloréns
estrenó su ópera La hija de Jefté. Posteriormente, Fuentes la amplió a tres
actos con el título de Seila, se tradujo al italiano y se reestrenó 19 años
después de su fallecimiento, el 5 de febrero de 1917 en el Teatro Nacional de
la capital cubana, por la compañía de Adolfo Bracale. Otra composición
importante de Fuentes Matons y que pudo estrenarse en vida del creador fue el
Requiem en memoria de su esposa, que se escuchara por primera vez en 1890
interpretado por la compañía de zarzuela de José Palou y, dirigido por Xiqués,
en el Teatro de la Reina, Santiago de Cuba. En comparación con las obras
previas del repertorio elaborado por Laureano, al decir del pianista Rafael
Salcedo, en ninguna otra había demostrado tamaña fuerza de inspiración melódica
y de ciencia armónica.
Muerte
Hacia 1896, Laureano Fuentes Matons emigró a Jamaica, donde
permaneció hasta 1898, año en que escribió su última obra: Americanos en Cuba.
Falleció el 30 de septiembre de 1898.
Características de sus obras
Las obras de Fuentes Matons están escritas bajo una fuerte
influencia europea. Así, en su proyección como autor de óperas, seguía los
patrones italianos y franceses, y algunas de sus piezas fueron estrenadas en
París y en Madrid. En tal sentido, Pablo Hernández Balaguer expresó que su
música estaba hondamente penetrada por la ópera italiana y, a la vez, su
formación clásica le hizo escribir dentro de la órbita armónica y
contrapuntística del clasicismo vienés a cuyos autores, especialmente a Haydn,
conoció por Casamitjana.
En general, Fuentes Matons era un romántico de base clásica.
Por su parte, en opinión de Alejo Carpentier, lo mejor de Laureano Fuentes
estaba en su producción de música religiosa. En ese orden, Carpentier afirma
que el músico tenía páginas notables, melodías de una gran emoción y coros
tratados con habilidad, pero de todos modos no tenía la elevación de tono de
Salas, ni la unidad de concepción de París. Era principalmente en la obra de
inspiración popular donde se podía buscar la trascendencia del músico.
Dentro del trabajo de Laureano Fuentes Matons, no ya como
músico sino como historiador, existe una obra de relevancia que apareció
publicada en 1893 bajo el título de Las artes en Santiago de Cuba, un texto
imprescindible para el estudio del desarrollo cultural en la región oriental.
Aunque este libro, según estudiosos como Pablo Hernández Balaguer, posee no
pocos defectos, por ejemplo su lenguaje melifluo y retórico, así como sus
numerosos errores de fechas, tiene la virtud de dar una imagen amplia de la música
en la capital de Oriente durante el siglo XIX, un mérito que lo ha convertido
en un texto de obligatoria consulta, a más de cien años de haber visto la luz.