miércoles, 3 de julio de 2024

Laureano Fuentes


Laureano Fuentes Matons nació en Santiago de Cuba, Cuba, el 3 de julio de 1825, y murió en Jamaica, el 30 de septiembre de 1898.​ Compositor, director de orquesta y violinista.

El sitio www.ecured.cu publicó este recordatorio.

Laureano Fuentes Matons. Fue el más pródigo de los compositores de Cuba en el siglo XIX. Además de creador de música religiosa y profana, fue un notable violinista y director de orquesta.

Síntesis biográfica

Inicios

Laureano Fuentes nació en Santiago de Cuba el 3 de julio de 1825. Llamado por sus contemporáneos el Paganini cubano, en gran medida su proyección artística respondió al hecho de haber venido al mundo en el seno de una familia de tradición musical.

Estudios

Comenzó sus estudios con Baldomera Fuentes Matons. Luego fue discípulo de armonía de Severino Carranza y amplió sus conocimientos sobre esta materia con Juan Casamitjana, quien también le ofreció clases de composición e instrumentación. Igualmente, estudió armonía y composición con Juan París, y violín con Carlos Miyares y Tomás Segura. Completó su formación con el violinista italiano Camilo Sívori, del que recibió orientaciones para su posterior desempeño como instrumentista.

Ya con pleno dominio del violín, en 1840, se le encontraba como violinista principal de la Capilla de Música de la Catedral de Santiago de Cuba. Desde entonces todo apuntaba a que Fuentes Matons llegaría a ser un gran virtuoso del violín, pues para él no existían dificultades técnicas insuperables y era capaz de interpretar cualquier pasaje, por más complejo que resultase de tocar. Por lo anterior, Rafael Salcedo expresaba acerca del desempeño de Laureano Fuentes, que todo lo abarcaba y ejecutaba con arte, con vigor, con maestría; lo que para otros violinistas era cuestión ardua y difícil, él lo ejecutaba con facilidad, con naturalidad, sin recurrir a las grandes poses, pues su ejecución era nítida, clara, precisa y su afinación, impecable.

Labor artística

Según Radamés Giro, Fuentes Matons fundó en 1844 la orquesta del Teatro Principal y resultó nombrado socio de mérito y director de orquesta. Dos años después fundó la revista musical La Lira Cubana y la Academia Santa Cecilia. Participó en los conciertos ofrecidos en Santiago de Cuba por el pianista norteamericano Louis Moreau Gottschalk y en los de la soprano sueca Adelina Patti.

Compositor

Como compositor, un momento importante de su trayectoria se produjo en 1868, cuando ganó con su obra Galatea, dedicada a la soprano cienfueguera Ana Aguado, el premio de los juegos florales efectuados en Puerto Príncipe, Camagüey. En 1868 se trasladó temporalmente a Kingston, Jamaica, de donde regresó en 1869.

El 16 de mayo de 1875, la compañía de zarzuelas de Rosa Lloréns estrenó su ópera La hija de Jefté. Posteriormente, Fuentes la amplió a tres actos con el título de Seila, se tradujo al italiano y se reestrenó 19 años después de su fallecimiento, el 5 de febrero de 1917 en el Teatro Nacional de la capital cubana, por la compañía de Adolfo Bracale. Otra composición importante de Fuentes Matons y que pudo estrenarse en vida del creador fue el Requiem en memoria de su esposa, que se escuchara por primera vez en 1890 interpretado por la compañía de zarzuela de José Palou y, dirigido por Xiqués, en el Teatro de la Reina, Santiago de Cuba. En comparación con las obras previas del repertorio elaborado por Laureano, al decir del pianista Rafael Salcedo, en ninguna otra había demostrado tamaña fuerza de inspiración melódica y de ciencia armónica.

Muerte

Hacia 1896, Laureano Fuentes Matons emigró a Jamaica, donde permaneció hasta 1898, año en que escribió su última obra: Americanos en Cuba. Falleció el 30 de septiembre de 1898.

Características de sus obras

Las obras de Fuentes Matons están escritas bajo una fuerte influencia europea. Así, en su proyección como autor de óperas, seguía los patrones italianos y franceses, y algunas de sus piezas fueron estrenadas en París y en Madrid. En tal sentido, Pablo Hernández Balaguer expresó que su música estaba hondamente penetrada por la ópera italiana y, a la vez, su formación clásica le hizo escribir dentro de la órbita armónica y contrapuntística del clasicismo vienés a cuyos autores, especialmente a Haydn, conoció por Casamitjana.

En general, Fuentes Matons era un romántico de base clásica. Por su parte, en opinión de Alejo Carpentier, lo mejor de Laureano Fuentes estaba en su producción de música religiosa. En ese orden, Carpentier afirma que el músico tenía páginas notables, melodías de una gran emoción y coros tratados con habilidad, pero de todos modos no tenía la elevación de tono de Salas, ni la unidad de concepción de París. Era principalmente en la obra de inspiración popular donde se podía buscar la trascendencia del músico.

Dentro del trabajo de Laureano Fuentes Matons, no ya como músico sino como historiador, existe una obra de relevancia que apareció publicada en 1893 bajo el título de Las artes en Santiago de Cuba, un texto imprescindible para el estudio del desarrollo cultural en la región oriental. Aunque este libro, según estudiosos como Pablo Hernández Balaguer, posee no pocos defectos, por ejemplo su lenguaje melifluo y retórico, así como sus numerosos errores de fechas, tiene la virtud de dar una imagen amplia de la música en la capital de Oriente durante el siglo XIX, un mérito que lo ha convertido en un texto de obligatoria consulta, a más de cien años de haber visto la luz.