Franz Schubert escribió el Quinteto Die Forelle, La Trucha, en 1819, cuando contaba 22 años y es una de sus obras más populares.
El reconocido tema del cuarto movimiento, está inspirado y
desarrollado del lied del mismo nombre y que compuso a finales de 1816.
En el verano de 1819, a pesar de que todavía no se habían
publicado la mayoría de sus composiciones, informalmente ya se cantaban
maravillosas canciones suyas a partir de copias manuscritas.
El famoso barítono Johann Vogl, de cincuenta años de edad se
convirtió en uno de los primeros admiradores de Schubert, y lo invitó a sus
primeras vacaciones en su casa en Steyr, una colonia alpina de artistas.
Schubert estaba cautivado y en una carta dirigida a su
hermano, señalaba no sólo las maravillas naturales, sino también las ocho
jovencitas de la casa en donde se hospedaba.
Muy pronto se encontró en el centro de la atención, en las
veladas musicales organizadas por Sylvester Paugmartner, un violonchelista
aficionado, benefactor de las artes y rico propietario de una mina local, que le
gustó, en particular, una de las canciones de Schubert, “Die Forelle”, “La
trucha”.
Ya sea por encargo, o como un regalo de agradecimiento,
Schubert utilizó esta canción como base de un quinteto que escribió a su
regreso en Viena, y que envió a Paugmartner, quien luchó por interpretarlo, ya
que aparentemente Schubert había sobreestimado sus destrezas con el
violonchelo.
La partitura quedó archivada, y fue publicada después de la
muerte de Schubert.
A continuación el Quinteto en La mayor D. 667 “La Trucha” de
Franz Schubert en versión de Daniel Barenboim en piano, Jacqueline Du Pre en violoncello,
Pinchas Zukerman en viola, Zubin Mehta en contrabajo e Itzhak Perlman en violin,
un quinteto de lujo para esta pieza de Schubert, que se cuenta entre las más
conocidas de su obra.