El Diario Infobae, en su edición digital, publicó este artículo firmado por Guido Burdman.
En el Día Internacional de la Mujer,
un juez argentino criticó el silencio
ante las violaciones de Hamas en Israel
Franco Fiumara apuntó contra grupos feministas y gobiernos que se negaron a alzar su voz contra
la violencia de la que fueron víctimas las
mujeres en los ataques del 7 de octubre
Tras los salvajes ataques terroristas de Hamas en Israel el pasado 7 de octubre, desde distintos sectores se criticó el silencio de algunos grupos feministas en relación a las violaciones sufridas por las mujeres y la poca empatía por quienes fueron secuestradas. Como si hubiera mujeres por un lado, y mujeres israelíes por otro.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, el juez Franco Fiumara, reconocido por dictar un fallo sin precedentes en Argentina en relación a un caso de violencia de género, dialogó con Infobae sobre los motivos por los cuales las mujeres israelíes parecen estar olvidadas en esta jornada.
—En un informe reciente, la ONU constató que hay “base razonable” para creer que Hamas recurrió a violaciones en los ataques del 7 de octubre y durante el cautiverio de las rehenes. ¿Por qué no se habla tanto de este tema?
—Hay un lineamiento político enfermizo de algunos actores políticos internacionales que baja y trasciende hacia la sociedad del país que gobiernan o del cual son dirigentes. También tiene mucho que ver con un foco de antisemitismo un poco escondido, y que con estas cuestiones salen a la luz. Creo que hay una línea antisemita que tratan de esconder y, por otro lado, una línea ideológica totalmente descabellada con lo que son los derechos humanos. La mujer israelí es tan mujer como cualquier otra mujer que habita este suelo. Y cuando le pasa esto a las mujeres de Israel, debería salir toda la comunidad política a defenderlas como un único objetivo.
—¿Cree que a ciertos grupos feministas les cuesta elevar la voz cuando se trata de Israel?
—Hay distintas líneas desde el feminismo a nivel internacional, pero generalmente las que nuclean en algunos países tienen un cariz o un carácter que utilizan al feminismo como una lucha política e ideológica. Entonces nace de ahí la empatía que quizás tengan con este entramado palestino. No saben discernir entre lo que es la Autoridad Palestina y lo que es Hamas, que no deja de ser un grupo segregacionista de las propias mujeres que son víctimas de los mismos actores de la organización terrorista. De otra forma, las mujeres gazatíes podrían hacer y profesar la religión que quisieran, pero sabemos que no es así. Y todo bajo un sesgo de un grupo terrorista criminal con poder territorial de facto sobre la Franja de Gaza. Por eso no comprendo cómo algunos grupos feministas, en más de una oportunidad, salen a defender posturas totalmente erróneas y equivocadas, que, en definitiva, son eliminacionistas.
—¿Y qué sucede con los gobiernos?
— La línea feminista ideologizada también se traspone a los líderes políticos, y en Latinoamérica parece que hacen caldo de cultivo. Ideológicamente están emparentados con la República Islámica de Irán, donde Mahsa Amini es la moneda corriente y, sin embargo, nada dicen de ella pero sí critican a Israel en su conjunto. El caso específico es el presidente de Brasil, Lula da Silva, que habla de los derechos humanos, pero me gustaría saber de cuáles, porque jamás fue contundente al respecto con esto, como tampoco lo fue contra Rusia o en beneficio de las mujeres ucranianas. Me imagino que al estar asociado de alguna forma con Irán, al igual que Venezuela, directamente critican, sabotean o tratan de ir en contra de cualquier punto en un organismo internacional contra Israel, un Estado democrático y legítimamente constituido.
—En países como Irán, las mujeres son siempre las primeras víctimas.
—Exactamente. Uno puede aceptar la libertad cuando existe, es decir, cuando hay libertad de expresión, libre albedrío, libertad religiosa. Pero donde las mujeres son apedreadas porque no están de acuerdo con llevar una burka o lo que sea en su cabeza y son masacradas y condenadas a muerte, realmente dista mucho de ser derechos humanos. Mientras que en Israel cada cual profesa la religión que quiere. Incluso hay distintas líneas dentro del judaísmo. Las mujeres que son ultraortodoxas lo hacen por voluntad y elección propia y no porque está impuesta por la misma sociedad. Las mujeres judías israelíes son libres como en cualquier lugar de Occidente. Israel es una democracia plena en Oriente.
—¿Qué cree que deberían hacer los líderes políticos para cambiar su visión sobre Israel?
—Habría que mandarlos a ver cómo viven las mujeres en Gaza, si pueden hablar libremente con ellas y que se expresen. Mujeres en libertad, no subyugadas por el clan o la hamula familiar que a veces no las deja expresarse. En Cisjordania, un gran núcleo de palestinos eran católicos. Profesaban algunas de las cuestiones del cristianismo en la ciudad de Belén, donde nació Jesucristo. Prácticamente fueron obligados o presionados a retirarse. Hoy en día hay una imposición religiosa bastante fuerte. Es una política de Estado y sobre todo refrendada por el grupo criminal terrorista de Hamas.
—¿Qué opinión le merece lo sucedido el 7 de octubre y la respuesta de Israel?
—El 7 de octubre de 2023 es el día más infame para la humanidad. El grupo terrorista Hamas, en una política sistematizada, planificada y con más de 3.000 tropas, aunque sean terroristas, invadieron como guerra de agresión el territorio legítimo del Estado de Israel. Vulneraron su frontera, cometieron crímenes de guerra, dentro de ellos algunos actos de genocidio porque querían eliminar al judío por su condición de judío. Perpetraron crímenes de lesa humanidad con la violación sistemática de las mujeres como armas de guerra. Se trató de una política deliberada por este grupo criminal (Hamas). Fue inhumano, con despedazamiento de cuerpos, ultraje de los cadáveres, mujeres con más de una muestra de semen por cada cuerpo… Quiere decir que hubo violaciones masivas a una misma persona. Es tétrico lo que estamos hablando, y sobre todo en un día en que hay que rendir homenaje a las mujeres, cuando fueron denigradas a la peor condición de existencia. El Estado de Israel reaccionó proporcionalmente para hacer cesar el estado de ataque y para defender a su población. Eso se llama legítima defensa del pueblo, y está amparado no solo por las leyes de los tratados internacionales, sino que también lo mencionó inteligentemente la Corte Internacional de Justicia en su medida cautelar tras la acusación de genocidio de Sudáfrica, un país que deja mucho que desear en las condiciones de los derechos humanos. Ahora está acompañado por presidentes de otros Estados, como los de Chile (Gabriel Boric) y Venezuela (Nicolás Maduro). Me duele mucho por Latinoamérica, pero realmente no están a la altura de las circunstancias como líderes políticos mundiales porque no solo no protegieron a las mujeres, sino que no tuvieron la dignidad de decir las cosas por su nombre: que Israel fue atacado y diezmado por los crímenes cometidos. Hamas utilizó a las mujeres como arma de guerra, lo cual es un crimen de lesa humanidad. Por eso, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y los gobiernos de todo el mundo tienen que declarar a Hamas como una organización terrorista y exigir la liberación urgente e inmediata de los rehenes que se encuentran en Gaza, en especial de las mujeres, que son las que siguen padeciendo las consecuencias de las torturas, los vejámenes y las violaciones.