Alphonse Victor Marius Petipa, nació en Marsella, Francia, el 11 de marzo de 1818, y murió en Gurzuf, Imperio Ruso, el 14 de julio de 1910. Bailarín, coreógrafo, y maestro de ballet.
El sitio www.danza.es
publicó este recordatorio firmado por Laura Hormigón.
MARIUS PETIPA
Bailarín, coreógrafo y maestro, considerado el `padre del
ballet clásico´
Marsella, 1818 - Gurzuf (Crimea), 1910
Nacido en una familia dedicada al teatro y a la danza,
comenzó los estudios de ballet con su padre en Bruselas e hizo su primera
aparición en escena en 1823, aunque él mismo reconoció que se sintió más
atraido por la música que por el ballet, por lo que compaginó los estudios de
violín en el Conservatorio con la aparición en los ballets montados por su
padre.
En octubre de 1839 realizó una gira por Norte América pero
regresó sin concluirla. A su vuelta a Francia trabajó como primer bailarín de
la Ópera de Nantes (1839-1842), donde creó sus primeras coreografías. En 1843
se trasladó al Gran Teatro de Burdeos, donde permaneció hasta la quiebra del
teatro, en junio de 1844, momento en que viajó a España.
Marius Petipa fue primer bailarín del Teatro del Circo de
Madrid hasta enero de 1847 y participó en los ballets Giselle, El diablo
enamorado, Ondina, Esmeralda, La hermosa Beatriz, Farfarella, etc. Por otra
parte, entre abril y agosto de 1846, realizó una gira por siete ciudades
andaluzas. La repercusión que su paso por España tuvo para Petipa se evidenció
posteriormente desde el punto de vista coreográfico ya que, una vez en Rusia,
no solo incluyó danzas españolas dentro de sus ballets clásicos –La hija del
faraón, El lago de los cisnes, Raymonda, etc.–, sino que fueron varios los
ballets completos que creó con tema y bailes españoles. Entre ellos Paquita, La
estrella de Granada o su famoso Don Quijote.
Aunque numerosas biografías del coreógrafo señalan que en
España creó varias coreografías de tema español, no existe ningún registro
documental que permita acreditar con rigor la existencia de alguna de esas
obras.
En enero 1847, tras una romántica y prolongada fuga con una
aristócrata española, abandonó España, y en mayo llegó a Rusia, donde formó una
extensa familia y trabajó como bailarín y coreógrafo del Ballet Imperial,
desempeñando el cargo de director entre 1869 y 1903.
Marius Petipa es una figura clave que conecta y enlaza el
ballet romántico con el clásico, creado por él. El valor de su legado para la
historia de la danza es inestimable y fue calificado por Balanchine como
"el más grande de todos los maestros". Coreografió más de cincuenta
ballets completos –La bella durmiente, La bayadera, Cascanueces (junto a Ivanov),
etc.– y numerosas obras cortas, además de ser el creador de la estructura del
paso a dos tal y como la conocemos hoy (entrée, adagio, variaciones y coda).
Por Laura Hormigón. Doctora en musicología y autora de Marius
Petipa en España (1844-1847). Memorias y otros materiales.
La bayadera es un ballet, originalmente representado en
cuatro actos y siete cuadros, creado por el coreógrafo francés Marius Petipa
con la música de Ludwig Minkus. Es considerado una de las obras fundamentales
del repertorio de las compañías de danza clásica. El compositor austriaco
Minkus puso música a un libreto basado en dos dramas del poeta indio Kālidāsa.
El libreto fue escrito por Serguéi Judekov y Petipa. Se estrenó en el Teatro
Bolshói Kámenny de San Petersburgo el 23 de enero de 1877.
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con el Ballet La bayadera, en la versión de los solistas Viktoria Tereshkina,
como Nikiya, y Vladimir Shklyarov, como Solor, junto al Ballet y la Orquesta
del Teatro Mariinski, dirigidos por Boris Gruzin.
El sitio www.danzaballet.com
publicó este artículo.
Ballet La Bayadera
8 junio, 2006
Ballet La Bayadera | Danza Ballet
Es una de las obras del repertorio clásico que forma parte
de las grandes compañías del mundo, la cual presenta la peculiaridad de que
contiene uno de los temas que fascinaron a los románticos del siglo XIV, la
visión idealista del Oriente donde la bailarina hindú emerge para realizar su
rito sagrado antes de retirarse al misterioso mundo de las sombras.
El libreto de «La Bayadera», creado por Sergei Kuschelok y
Marius Petipa, se inspiró en dos dramas del poeta hindú Kalidasa.
La Bayadera fue creada durante el siglo XIX, cuando los
románticos estaban impactados por la imagen de las bayaderas, doncellas que
eran formadas desde la infancia, dentro de una rigurosa disciplina artística,
como bailarinas profesionales. Las bayaderas eran formadas principalmente para
las presentaciones de las danzas religiosas y sagradas ya que eran vistas como
personas que generaban sentimientos de luz solar, perfume y belleza.
La palabra “bayadera” hace referencia a las mujeres
consagradas a la danza por la religión, las “devadasi” en la India, donde
llegaron los navegantes portugueses (s.XV-XVI) y las llamaron “bailadeiras”, de
donde ha derivado a “bayaderas”. Así, este ballet nos presenta uno de los temas
que fascinaron a los románticos del s.XIV, la visión idealista del Oriente con
sus bailarinas hindús y su exotismo.
Coreografía, Marius Petipa
Música, Ludwig (Léon) Minkus
Diseño, Piotr Lambkin, Konstantin Ivanov, Orest Allegri
& Adolf Kwapp
El estreno de «La Bayadera» se produjo en el Teatro
Mariinskky de San Petersburgo el 4 de Febrero de 1877, teniendo como solista
principal a Lev Ivanov, quien más tarde alcanzaría notoriedad como coreógrafo
de «Cascanueces» y del acto segundo y cuarto de «El lago de los cisnes». En le papel de Nikia Ekaterina Vazem y como
Gamzatti Maria Gorshenkova. El libreto de «La Bayadera», creado por Sergei
Kuschelok y Marius Petipa, se inspiró en dos dramas del poeta hindú
Kalidasa. La Bayadera se presentó en
tres actos y cinco escenas.
La Bayadera tiene lugar en el Oriente y nos presenta la historia
de Nikya, bayadera de la India enamorada de un príncipe (Solor) que debe
casarse con la hija del rajá gobernante. Pero el gran sacerdote de la religión
brahmánica también desea a Nikya. La malvada hija del rajá (Gamzatti) no dudará
en hacer morir a Nikya mordida por un áspid venenosa. Esto ocurre en el mundo
real. Después viene otro elemento romántico, cuando la bayadera, ya muerta,
aparece en el más allá irreal, en el reino de las sombras.
ACTO PRIMERO
Acto I. Escena I. El bosque sagrado, delante del templo
Los guerreros regresan de una gran cacería y Solor, el más
noble de todos, se une a ellos.
Solor reclama que le dejen solo, para así orar ante la Llama
Sagrada; pero, una vez que han partido los guerreros, Solor pide al fakir
Magdaveya que organice un encuentro con Nikiya, bayadera del templo. Los
sacerdotes y el Gran Brahmán llegan y ordenan a Magdaveya que reúna a los otros
fakires, con el fin de preparar la Llama Sagrada para las inminentes
celebraciones.
Las bayaderas hacen su aparición, entre ellas Nikiya, que ha
sido elegida para alcanzar el rango de Gran Bayadera. El Gran Brahmán,
fascinado por su belleza, le declara su amor; pero ésta le rechaza al ser él un
hombre de Dios. Las ceremonias comienzan y las bailarinas llevan agua a los fakires.
Magdaveya comunica a Nikiya los deseos de Solor. La joven consiente, pero el
Gran Brahmán advierte esa conversación y comienza a sospechar que la joven
guarda algún secreto.
La ceremonia finaliza y los asistentes retornan al templo.
Magdaveya aconseja a Solor que se oculte en el bosque para esperar a Nikiya.
Cuando ésta llega, ambos jóvenes se juran amor eterno ante la Llama Sagrada.
Sin ser visto, el Gran Brahmán observa desde el interior del templo y espía a
los amantes. Cuando ellos se separan, el Gran Brahmán, furioso, invoca a los
dioses para que Solor sea destruido.
Acto I. Escena II. Una sala del palacio
Los guerreros son invitados a palacio para rendir homenaje a
Solor. El Rajah anuncia que, en recompensa por el valor del joven, le entregará
a éste la mano de su hija Gamzatti en matrimonio. Al serle presentada, Gamzatti
se retira el velo y Solor queda deslumbrado ante su belleza. A pesar de estar
unido a Nikiya por un juramento, el joven no puede resistirse a su encanto ni
rechazar el ofrecimiento del Rajah. La fiesta comienza con la llegada del Gran
Brahmán que revela al Rajah los lazos que existen entre Solor y la bayadera.
El Brahmán supone que el Rajah eliminará a Solor. Sin
embargo, para su sorpresa, el propósito del gobernante es dar muerte a Nikiya.
Gamzatti, escondida, escucha toda la conversación. Decide entonces, encontrarse
con Nikiya y trata de persuadirle para que abandone a Solor. La bayadera,
desesperada, intenta herir a Gamzatti, pero es detenida por Aya, una sirvienta.
Nikiya huye y Gamzatti, al igual que su padre, decreta la muerte de la
bayadera.
Acto I. Escena III. El jardín del palacio
Se anuncia un gran festín para celebrar el compromiso entre
Gamzatti y Solor. El Gran Brahmán impulsa a Nikiya a bailar en la ceremonia,
pero ella rehúsa. La sirvienta de Gamzatti, Aya, le entrega una cesta con
flores, diciéndole que es un presente de Solor. Pero entre las flores se oculta
una mortal serpiente, enviada por Gamzatti y el Rajah. El áspid muerde a
Nikiya, cuando ésta se dispone a oler la fragancia de las flores. El Gran
Brahmán le ofrece un antídoto, pero cuando ella ve a Gamzatti y a Solor juntos
rechaza la cura.
Acto II. La tienda de Solor
Desesperado por la muerte de la hermosa bayadera, y bajo la
influencia del opio, Solor ve a Nikiya en el Reino de las sombras, muerta y
multiplicada su imagen por espectros de bayaderas. Junto a ella, Solor evoca su
danza ante la Llama Sagrada. El guerrero continúa atrapado por la fascinante
visión de Nikiya cuando hacen su aparición sus compañeros para prepararle para
la boda.
Acto III. El Templo
Bajo la sombra del Gran Buda, un ídolo de bronce danza mientras
el Gran Brahmán y los sacerdotes preparan la ceremonia nupcial. Los novios
hacen su entrada rodeados de bayaderas, que ejecutan una danza ritual: símbolo
de la Llama Sagrada que brilla ante el templo. El Rajah, Gamzatti y Solor
bailan, pero el guerrero es continuamente asaltado por la visión de Nikiya.
Durante las danzas aparece misteriosamente un cesto con
flores, idéntico al que provocó la muerte de la bayadera; Gamzatti, aterrada y
atormentada por la culpabilidad, solicita a su padre que apresure la ceremonia.
El Gran Brahmán pronuncia los ritos sagrados, en medio de la indecisión de Solor. Los dioses, furiosos, desencadenan su venganza: el templo y todos los presentes son destruidos. Las almas de Nikiya y Solor se unen, finalmente, en un amor eterno. Fuente Teatre Liceu.