Jacob Ludwig Karl Grimm nació en Hanau, Alemania, el 4 de
enero de 1785, y murió en Berlín, Alemania, el 20 de septiembre de 1863. Lingüista,
filólogo y mitólogo.
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Jacob Grimm
(Jacob o Jakob Ludwig Grimm; Hanau, 1785 - Berlín, 1863)
Filólogo, historiador y escritor alemán. Junto con su hermano Wilhelm Carl
(1786-1859), fue una de las figuras intelectuales más relevantes del
Romanticismo alemán. Las recopilaciones y estudios sobre los cuentos
folclóricos alemanes que ambos realizaron en su juventud les proporcionaron
fama mundial, y les convirtieron en dos de los autores más clásicos y conocidos
de la literatura universal.
Jacob Grimm |
Jacob Ludwig y Wilhelm Carl Grimm eran los hermanos mayores de una familia numerosa compuesta en total por cinco hermanos y una hermana. Toda la familia se caracterizaba por su profunda religiosidad calvinista, y varios de sus antepasados y parientes más directos ejercieron como pastores protestantes. El padre de la familia, Philipp Wilhelm, era un jurista que disfrutaba de una posición acomodada de funcionario en Hanau, antes de trasladarse a Steinau, otra pequeña ciudad del estado de Hesse.
La muerte prematura del padre, en 1796, dejó a la familia en
una situación económica muy precaria. El fallecimiento de la madre años
después, en 1808, dejó al joven Jacob, que tenía entonces veintitrés años, como
responsable de una familia con cuatro hermanos y una hermana menores. Muy unido
durante toda su vida a su hermano Wilhelm, ambos habían realizado sus estudios
de secundaria en Kassel, y luego cursaron derecho en la Universidad de Marburgo
entre 1802 y 1806, con la intención de continuar la trayectoria de funcionario
de su padre. Un hecho decisivo reorientó, sin embargo, su vocación: el haber
conocido al poeta romántico Clemens Brentano, quien les transmitió su pasión
por la poesía folclórica.
Los hermanos Grimm llegaron incluso a colaborar como
recolectores en la célebre colección de cantos populares alemanes que, con el
título de El cuerno mágico de la juventud, publicaron Clemens Brentano y Achim
von Arnim entre 1805 y 1808. Y también comenzaron a recoger, en aquellos años,
los cuentos que años después formarían parte de su celebérrima colección
Cuentos de la infancia y del hogar. Entre las enseñanzas extraídas de aquella
labor estaba el convencimiento, típicamente romántico, de que la
"Naturpoesie" o poesía natural o del pueblo era anterior y superior a
la "Kunstpoesie" o poesía artística o artificiosa de los escritores
cultos.
Por la misma época, los hermanos Grimm entraron en contacto
con Friedrich Karl von Savigny, insigne jurista, que les descubrió el mundo de
los textos jurídicos antiguos y contribuyó enormemente a su rigurosa formación
científica. Menos directa, pero igualmente importante, fue la influencia que
por aquellos años recibieron de los escritos del filósofo Johann Gottfried
Herder (1744-1803), auténtico precursor-fundador del romanticismo alemán que
reivindicaba, como Brentano, la cultura popular como la expresión más auténtica
del espíritu y de la historia del pueblo alemán.
En 1805, Jacob acompañó a Savigny a París para estudiar
textos jurídicos de la Edad Media, y un año después ganó un puesto de
funcionario en Kassel. Wilhelm Grimm, de salud muy delicada, no se encontraría
en condiciones de trabajar de forma estable hasta 1814. El estallido de la
guerra contra Napoleón y el expansionismo francés, que pronto alcanzó al estado
de Hesse, obligaron a Jacob Grimm a escapar y a convertirse en bibliotecario
privado del rey de Westfalia en 1808. Allí fue donde escribió alguno de sus
primeros estudios importantes, como Sobre los maestros cantores de la antigua
Alemania (1811).
Un año después también se convirtió en auditor del Consejo
de aquel estado, pero en 1813, cuando la amenaza francesa se despejó por
completo, prefirió reintegrarse a su antiguo puesto de funcionario en Hesse.
Poco después hubo de viajar por dos veces a París (en 1814 y 1815) como
integrante de una delegación encargada de recuperar obras de arte robadas por
el ejército napoleónico en Hesse y Prusia en los años anteriores.
Participó igualmente en el Congreso de Viena en 1814 y 1815,
y en todos sus viajes encontró siempre tiempo para seguir buscando manuscritos
antiguos y profundizando en sus estudios sobre la literatura y el derecho de la
Edad Media. A partir de 1816, Jacob Grimm volvió a reunirse con su hermano
Wilhelm, y ambos decidieron reorientar sus investigaciones jurídicas hacia el
terreno de la literatura antigua y tradicional.
La renuncia a la estabilidad de sus trabajos de funcionarios
implicó que viviesen en condiciones precarias, pero fue aquella la época en que
trazaron las líneas maestras de su producción científica, que asentaron sobre
dos bases muy bien definidas: el estudio comparado de la tradición antigua y de
la moderna a través de la investigación de archivo y del trabajo de campo
etnográfico, con el fin de desvelar su continuidad y relaciones en el tiempo; y
el estudio comparado de la tradición alemana con otras tradiciones europeas,
como la escandinava, eslava, inglesa, escocesa, holandesa, española o italiana,
con el fin de desvelar los contactos multiculturales e intentar trazar mapas y
teorías sobre sus fuentes y evolución paneuropea.
Pocos años antes, en 1812, los dos hermanos habían publicado
la primera edición de sus Cuentos de la infancia y del hogar, que había
alcanzado un gran renombre y difusión, y en 1816 decidieron publicar la segunda
edición, revisada y modificada. La colección reunía dos centenares de cuentos,
la gran mayoría recogida de la tradición oral campesina.
Uno de los mayores méritos de los hermanos Grimm fue el de
haber sabido respetar la sencillez y espontaneidad del discurso natural de
estos cuentos, en vez de transformarlos con los artificios cultistas y
moralistas de otras recopilaciones anteriores. Aunque no tuvieron más remedio
que intervenir ocasionalmente en algunos de los textos, para resolver ambigüedades
o confusiones, la colección de cuentos de los hermanos Grimm está considerada
como la primera realizada en la historia con criterios auténticamente rigurosos
y científicos, muy cercanos a los que utiliza la etnografía moderna.
Ambos hermanos llegaron incluso a defender apasionadamente
su método frente a quienes les reprochaban no haber ornamentado o haber sacado
más partido literario de aquellos cuentos. Jacob aducía que la belleza
incontaminada de la "Naturliteratur" o literatura natural era más
pura, trascendental y divina que la de la "Kunstliteratur" o
literatura artística, y Wilhelm incorporó a la segunda edición de los cuentos
un prólogo titulado Sobre la naturaleza del cuento en que defendía que los
cuentos folclóricos contemporáneos descienden directamente de los mitos
religiosos antiguos, y que su importancia literaria e histórica están muy por
encima de lo que se había tradicionalmente considerado hasta entonces.
Algunas de las ideas de los dos hermanos han acabado revelándose
posteriormente como falsas y de un idealismo excesivamente romántico. Por
ejemplo, toda su teoría sobre el origen divino de la cultura y sobre la
decadencia progresiva que la había acompañado a lo largo de su evolución
histórica fue desmentida por generaciones de antropólogos posteriores. Pese a
ello, los avances realizados por ambos hermanos en el terreno del análisis
literario y cultural constituyeron progresos importantes en el panorama de las
ciencias humanas de la Edad Moderna, sobre todo si se comparan con los de
épocas precedentes.
Entre 1816 y 1818, los hermanos Grimm publicaron en varios
volúmenes las Leyendas alemanas, que continuaban, en el terreno de la
leyendística, la labor iniciada y los métodos ensayados en la anterior
colección de cuentos. Aunque esta nueva obra nunca llegó a alcanzar la
celebridad y la difusión de la anterior, consolidó su reputación de auténticos
precursores en la recopilación folclórica moderna.
El interés de ambos hermanos continuó centrado durante
bastante más tiempo en la literatura popular. De 1826 es su traducción de las
Leyendas y tradiciones de hadas del sur de Irlanda, de Thomas Crofton Croker,
para el que escribieron un extraordinario prólogo que resumía sus ideas sobre
los cuentos de hadas paneuropeos. También por aquellos años, los hermanos Grimm
se ocuparon intensamente del estudio de textos literarios arcaicos con fuerte
presencia de lo popular, y realizaron importantes trabajos sobre el Cantar de
los Nibelungos y sobre la obra El pobre Heinrich, del escritor de comienzos del
siglo XIII Hartmann von Aue.
A finales de la década de 1820, cada hermano eligió seguir
caminos intelectuales más diferenciados, aunque nunca dejaron de estar unidos
en lo personal y en lo académico. Mientras Wilhelm preparaba su trabajo Las
leyendas heroicas alemanas, centrado en la Edad Media, Jacob volvió a los
estudios filológicos, y sobre todo a los gramaticales. Pese a que todavía
publicaría importantes trabajos literarios, como el dedicado en 1834 al ciclo
cuentístico medieval de Reinhart el Zorro, intensificó los trabajos de su
monumental Gramática alemana, que había comenzado a publicar en 1819 y
culminaría en 1837.
La Gramática alemana es un colosal tratado de gramática
histórica no sólo de la lengua alemana, sino de todas las lenguas germánicas,
en el que sentó las bases de la lingüística comparada moderna. Sus
contribuciones a la formulación de leyes fonéticas y etimológicas generales, o
al análisis de las relaciones entre la historia de la lengua y los cambios de
significado, resultaron trascendentales dentro del panorama científico de su
época.
En esta obra formuló la llamada primera Ley de Grimm, que
demostraba el principio de correspondencia en la evolución de las consonantes
en lenguas pertenecientes al tronco indoeuropeo, lo que reforzaba observaciones
y estudios previos realizados por el lingüista danés Rasmus Rask. La llamada
segunda Ley de Grimm desvelaba el proceso de transformación de determinadas
consonantes sonoras en sordas en las lenguas germánicas a partir del siglo V
d.C. Sus hallazgos no sólo ejercieron una gran influencia en toda la
lingüística histórica germánica, sino también en la románica y en la eslava.
Por otro lado, en 1824, Jacob Grimm tradujo al alemán la gramática serbia de su
amigo Vuk Stefanovic Karadzic, y en su introducción sobre las lenguas y las
literaturas eslavas dejó patente la enorme profundidad de sus conocimientos e
intereses. Extraordinaria y muy influyente fue también su gran obra Antiguo
derecho consuetudinario alemán, publicada en 1828, que sirvió de modelo a otras
obras del mismo tipo publicadas en las décadas posteriores en Francia, Holanda,
Rusia, España y diversos países eslavos.
En 1829 los hermanos Grimm perdieron el favor del príncipe
elector de Hessen-Kassel, por lo que se vieron obligados a trasladarse a la
cercana Universidad de Göttingen, donde durante años desarrollaron labores de
bibliotecarios y profesores. Fue la época en que Jacob Grimm compuso su
monumental Mitología germánica, ambicioso estudio comparativo de los mitos,
leyendas, creencias y supersticiones de los pueblos germánicos antiguos y
modernos con los de la tradición grecolatina y la cristiana. Aquella obra fue
también seguida como modelo por diversas generaciones de mitógrafos
posteriores, alemanes (Mannhardt, Müller) y europeos.
Pero la inestabilidad política volvió pronto a alterar la
tranquilidad de los hermanos cuando el recién coronado rey de Hannover abolió
en 1833 una constitución moderada que consideraba excesivamente liberal. La
enérgica protesta de los Grimm, junto con otros cinco profesores, tuvo como
consecuencia su destitución fulminante, así como la obligada expulsión de Jacob
del reino de Hannover. Los tres años siguientes hubo de pasarlos en Kassel,
aunque nunca llegó a sufrir serios problemas de tipo económico, ya que su
prestigio era por entonces tan extraordinario que numerosas universidades e
instituciones de Alemania y de toda Europa se disputaban su presencia.
En 1840, la vida de los hermanos dio un giro definitivo
cuando aceptaron la invitación del rey de Prusia, Federico Guillermo IV, para
enseñar en la Universidad de Berlín. La estabilidad y tranquilidad que les
ofreció su nueva situación les permitió comenzar la empresa más ambiciosa de
cuantas se propusieron: el Diccionario alemán, gigantesco elenco de todas las
voces alemanas con anotación de etimologías, variantes a lo largo de la
historia, desarrollos semánticos, usos diversos, dialectalismos,
coloquialismos, y citas de dichos y proverbios. Tan gigantesca empresa no pudo
ser culminada: Wilhelm murió cuando la redacción del diccionario había avanzado
hasta la letra D, y Jacob cuando alcanzaba a la letra F. Hubieron de ser
generaciones de estudiosos posteriores los que lograran concluir su ambicioso
empeño, que sirvió de modelo a muchos otros diccionarios históricos que se
proyectaron en otros lugares de Europa.
En aquella misma cómoda y tranquila etapa berlinesa, Jacob
Grimm, que al contrario que su hermano nunca contrajo matrimonio, realizó otra
obra monumental más: la Historia de la lengua alemana. Ambos hermanos también
redactaron por entonces una serie muy amplia de artículos y prólogos que
acabarían siendo reunidos en sus Kleinere Schriften. La muerte de su hermano
Wilhelm en 1859, cuatro años antes de la suya propia, dejó a Jacob sumido en un
estado de postración anímica en el que sólo la entrega apasionada a su trabajo
le pudo servir de alivio.
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