Desde su más tierna infancia permaneció en silla de ruedas. En
1020 fue trasladado al monasterio benedictino de la isla de Reichenau, donde ejerció sus labores de enseñanza y estudio. Fue ordenado monje
benedictino y muy pronto destacó entre sus compañeros como poeta y compositor. Fue muy conocido no sólo en Alemania sino que en toda la Europa
Medieval. Uno de sus primeros trabajos fue una crónica desde la época de Jesús
hasta la del primer kaiser de Alemania. A partir de 1080 fue continuada por su
alumno Berthold von Reichenau. Fue un autor muy curioso y desarrolló investigaciones en distintas disciplinas como astronomía,
geometría, y medicina.
A continuación, recordamos a Hermann von Reichenau en el día
de su fallecimiento, con Salve Regina, en la versión de la soprano Anna
Sandström, y el Armónico Consort.