Don Juan Tenorio, la obra de teatro de José Zorrilla, fue estrenada el 28 de marzo de 1844 en el Teatro de la Cruz de Madrid. Es la pieza más representada en la historia de la Literatura en España.
Se trata de un drama religioso-fantástico-romántico que
junto con El burlador de Sevilla y convidado de piedra de 1630, atribuida a
Tirso de Molina, son las dos principales materializaciones literarias en lengua
española del mito de Don Juan.
La obra está estructurada en dos partes. La primera se
divide en cuatro actos, y se desarrolla en una sola noche. La segunda parte se
divide en tres actos, y transcurre también en una sola noche, pero cinco años
después de los sucesos de la primera parte.
A continuación, Don Juan Tenorio de José Zorrilla, en la producción Teatro Estudio 1 de TVE.
La acción transcurre en la Sevilla de 1545, en los últimos años del rey Carlos I de España.
Primera parte
La acción transcurre en la noche del Carnaval. Hace un
tiempo don Juan y don Luis Mejía habían hecho una apuesta doble, en la cual se
trataba «quién de ambos sabía obrar peor, con mejor fortuna, en el término de
un año» y «quien de los dos se batía en más duelos y quien seducía a más
doncellas». La historia inicia un año después de esa apuesta, por lo tanto, don
Luis Mejía y don Juan se vuelven a encontrar en la hostería del Laurel de
Buttarelli, en Sevilla, donde comparan sus hazañas.
La apuesta se ha vuelto un gran escándalo en Sevilla, sin
embargo, nadie sabe a ciencia cierta lo que sucede. Durante la noche, arriban a
la Hostería del Laurel, propiedad de Buttarelli, en busca de conocer a fondo
los detalles de dicha apuesta.
Don Gonzalo, padre de doña Ines, se ha enterado de la
apuesta, y va a la hostería a asegurarse de lo que ha oído. Igualmente don
Diego, padre de don Juan, quiere ver «el monstruo de liviandad a quien pude dar
el ser».
Los rivales cuentan los muertos en batalla (don Luis 23, don
Juan 32) y las mujeres seducidas (don Luis 56, don Juan 72), al finalizar don
Juan queda como vencedor, sin embargo don Luis lo vuelve a desafiar diciéndole
a don Juan que lo que le falta en la lista es «una novicia que esté para
profesar», entonces don Juan le vuelve a apostar a don Luis que conquistará a
una novicia, y que además, le quitará a su prometida, doña Ana de Pantoja.
Don Luis, ante las palabras del otro, envía a su criado,
Gastón, a avisar a la justicia; mientras que don Juan hace lo mismo con Ciutti.
Al oír el desafío, el comendador don Gonzalo de Ulloa, padre
de doña Inés, que llevaba en un convento desde su infancia y estaba destinada a
casarse con don Juan, deshace el matrimonio convenido.
A la hostería llegan dos rondas de alguaciles que ponen bajo
arresto a los dos nobles.
Don Luis logra salir de la cárcel y va con doña Ana para
suplicarle que se mantenga firme ante don Juan, que irá tras ella. Don Juan
también sale, y en la calle de la casa de doña Ana, hace encerrar a don Luis.
Luego, conversa con Brígida, la beata comprada del convento, que le explica
cómo entrar en el convento sin ser visto.
La última acción de don Juan, para asegurar la apuesta, es
llamar a Lucía, la sirvienta de doña Ana, para pedirle que abra las puertas de
la casa a cambio de dinero y a las diez de la noche. Lucía accede.
En tanto, doña Inés lee una carta de don Juan, en la que
declara abiertamente su amor hacia ella. Cuando ha concluido, don Juan penetra
en la celda, lo que provoca que se desmaye. Don Juan la toma y la lleva a su
casa. Don Gonzalo llega tiempo después, a contarle a la madre abadesa que la
dueña de doña Inés está comprada, y teme por su bienestar. Aparece entonces la
hermana tornera, anunciando la desaparición de doña Inés.
En la casa de don Juan, doña Inés cae en las redes del
galán. Unidos por su amor, están dispuestos a todo. En ese momento, llega don
Luis, que quiere matar a don Juan. Casi después, llega don Gonzalo, con gente
armada. Don Juan manda a don Luis a una habitación contigua para que espere.
Don Juan se humilla ante don Gonzalo suplicando que le
conceda a su hija a cambio de pruebas que él mismo dispone. Don Gonzalo se
niega. Don Luis sale del cuarto y trata de aliarse con el comendador para matar
a don Juan, pero finalmente resulta ser éste último el matador, dándole un
balazo a don Gonzalo y una estocada a don Luis. Don Juan huye de Sevilla en un bergantín hacia Italia.
Segunda parte
Cinco años después de la acción anterior, don Juan vuelve a
Sevilla, buscando el antiguo palacio de la familia de los Tenorio y encontrando
en su lugar el cementerio donde están enterrados don Luis y el Comendador,
además del resto de las víctimas muertas a manos de él. Admirando las estatuas,
don Juan descubre un sepulcro inesperado, el de doña Inés (que había muerto de
pena al comprender que don Juan y ella jamás podrán estar juntos a pesar de
amarse profundamente).
Llegan al lugar Centellas y Avellaneda, la presencia de
estos dos viejos amigos hace que don Juan los invite a su casa a cenar junto
con el espíritu de don Gonzalo, de donde viene la idea de haberse basado
Zorrilla en El convidado de piedra de Tirso de Molina. Más tarde mientras se
encuentran cenando, suena un aldabonazo y hace su aparición el espectro del
Comendador, que acude con el objetivo de conducir a don Juan al infierno. Sin
embargo doña Inés intercede y logra que ambos suban al Cielo entre una
apoteosis de ángeles y cantos celestiales.