viernes, 11 de marzo de 2016

Aniversario del estreno de la ópera Rigoletto de Giuseppe Verdi


Rigoletto es un melodrama en tres actos con música de Giuseppe Verdi y libreto en italiano de Francesco Maria Piave, basado en la obra teatral Le Roi s'amuse, de Víctor Hugo. Fue estrenada el 11 de marzo de 1851 en el teatro La Fenice de Venecia, con un triunfo completo. Al día siguiente se cantaba por las calles el aria cínica del duque, "La donna è mobile".

Se trata de un drama de pasión, engaño, amor filial y venganza que tiene como protagonista a Rigoletto, el bufón jorobado de la corte del Ducado de Mantua.



A continuación, Rigoletto de Giuseppe Verdi en la versión de Renato Bruson como Rigoletto; el papel de Gilda interpretado por Andrea Rost, el Duque de Mantua cantado por Roberto Alagna; el rol de Sparafucile por Dimitri Kavrakos, y el papel de Maddalena encarnado por Mariana Pentcheva, en los roles principales, junto al Coro y la Orquesta del Teatro Alla Scala de Milán, todos bajo la batuta de Riccardo Muti.


La acción se desarrolla en la ciudad de Mantua,  Italia y sus alrededores, durante el siglo XVI.
  
Acto I

Escena 1: Salón en el palacio ducal

Se alza el telón y la escena se sitúa en un salón, en el palacio del duque de Mantua, donde se está celebrando una fiesta. El duque canta a una vida de placer con tantas mujeres como sea posible (Questa o quella - "Esta mujer o aquella"). Se vanagloria de su nueva aventura de conquista hacia una desconocida joven del pueblo, a la que ha visto en la iglesia, pero él también desea seducir a la condesa de Ceprano, a la vista de su marido. Rigoletto, el bufón jorobado del duque, se burla de los maridos de las damas a las que el duque está prestando atención, y aconseja al duque que se libre de ellos aprisionándolos o matándolos. Marullo comunica a los cortesanos que el bufón Rigoletto oculta a una "amante", y los nobles no se lo creen. Como casi toda la corte ha sido víctima de las burlas de Rigoletto, todos quieren devolverle las ignominias. Posteriormente, Rigoletto se burla del conde Monterone, otro a quien el Duque ha insultado a través de la deshonra a su hija y que entra en escena reclamando venganza. El Duque manda arrestarlo. Monterone es arrestado mientras proclama la famosa maledizione que traerá la perdición a Rigoletto. La maldición aterroriza a Rigoletto.

Escena 2: Una calle, con el patio de la casa de Rigoletto

Rigoletto vuelve a casa preocupado por la maldición. Se le acerca un extraño, Sparafucile, un asesino profesional que ofrece sus servicios a Rigoletto. Rigoletto contempla las similitudes entre ellos dos (Pari siamo! - "¡Somos parecidos!"); Sparafucile mata a los hombres con su espada, y Rigoletto usa "una lengua de malicia" para apuñalar a sus víctimas. Entra en la casa y allí encuentra a Gilda, su hija (a quien los cortesanos habían tomado como su amante). Gilda vive escondida y resguardada por su padre. Se saludan con afecto en el dúo Figlia!, Mio padre! - "¡Hija!" "¡Padre mío!", que muestra la relación entre ambos: Rigoletto es un padre cariñoso y temeroso de perder a su hija; Gilda es una niña ansiosa de conocimiento, aunque respeta mucho a su padre. Rigoletto ha estado ocultando a su hija del duque y el resto de la ciudad, y ella no conoce la ocupación de su padre. Puesto que él la ha prohibido aparecer en público, ella no ha estado más que en casa y en la iglesia y no conoce ni el nombre de su padre. Rigoletto insiste en que Gilda no salga más que a misa y que la acompañe su doncella, Giovanna.

Cuando Rigoletto se ha ido, el duque aparece y, escondido, se entera de que Gilda es en realidad la hija de Rigoletto y que se siente culpable por no haberle hablado a su padre del joven al que ha conocido en la iglesia, pero que ella lo amará todavía más si fuera un estudiante y pobre. Tras sobornar a Giovanna, el duque logra entrar en el jardín de la casa de Rigoletto y le declara su amor. El duque miente a Gilda sobre su identidad diciendo que es un estudiante (E il sol dell'anima - "El amor es el sol del alma"). Cuando ella le pregunta su nombre, él dubitativo se llama a si mismo Gualtier Maldé. Afuera se oyen las voces de Ceprano y Borsa que planean el rapto de la supuesta amante de Rigoletto y Gilda tema que sea su padre de vuelta. Echa al duque después de intercambiar rápidamente votos de amor (Addio, addio - "Adiós, adiós"). El duque se marcha y Gilda se queda sola meditando por su amor por el duque, a quien cree un estudiante (Gualtier Maldè! ... Caro nome - "Querido nombre").

Más tarde, en la oscuridad de la noche los hostiles cortesanos se encuentran con Rigoletto en la parte de afuera de la tapia del jardín. Creen que Gilda es la amante de Rigoletto, se preparan para raptar a la indefensa muchacha. Convencen a Rigoletto de que están preparando el rapto de la esposa de Ceprano, le tapan los ojos y lo usan para ayudarlos con el rapto. Están todos enmascarados y Rigoletto ayuda, sin percatarse que está ayudando a raptar a su propia hija Gilda. Cuando Rigoletto se da cuenta ya es demasiado tarde. Lleno de angustia, se derrumba, recordando «Ah, la maledizione!».

Acto II

El palacio del duque

El duque está preocupado porque Gilda ha desaparecido (Ella mi fu rapita! - "¡Me la han robado!" y Parmi vedar le lacrime - "Me parece ver las lágrimas"-. Entran los cortesanos y ofrecen al duque la supuesta amante de Rigoletto. El duque se da cuenta de que se trata de Gilda y va en su busca (Possente amor mi chiama - "El poderoso amor me llama"). Encantados por la extraña excitación del duque, los cortesanos ahora se divierten a costa de Rigoletto, quien entra cantando. Intenta descubrir dónde está Gilda pretendiendo que no le importa, pues lo que más teme es que haya caído en manos del duque. Finalmente, admite que de hecho está buscando a su hija y pide a los cortesanos que se la devuelvan; los cortesanos la niegan y el bufón encolerizado y desesperado dirige su Cortigiani, vil razza dannata - Raza maldita de cortesanos". Los hombres golpean a Rigoletto después de intentar entrar en la habitación donde retienen a Gilda. Entra en escena Gilda quien ruega a su padre que despida a toda esa gente. Los hombres se marchan de la habitación creyendo que Rigoletto se ha vuelto loco. Gilda descubre a su padre lo que le viene pasando desde hace algún tiempo: que se ha enamorado de un joven a quien veía todos los domingos en la iglesia, que la ha cortejado diciéndole que era un pobre estudiante (Tutte le feste al tempio - "Todos los días festivos"), y que al ser raptada ha descubierto que en realidad se trataba del duque. Rigoletto planea vengarse del duque, mientras su hija pide que le perdone (dúo: Sì! Vendetta, tremenda vendetta! - "¡Sí! ¡Venganza, terrible venganza!").

Acto III

Una calle afuera de la casa de Sparafucile

A orillas de un río, se ve parte de la casa de Sparafucile, con dos habitaciones abiertas para que el público lo vea. Es de noche. Rigoletto ha encargado a Sparafucile asesinar al duque, pero antes debe desengañar a Gilda mostrando su comportamiento licencioso. Rigoletto y Gilda, que aún ama al duque, llegan al exterior. Se puede oír la voz del duque cantando la famosa aria La donna è mobile, hablando de la infidelidad y la naturaleza voluble de las mujeres. Rigoletto hace que Gilda se dé cuenta de que es el duque quien está en casa del asesino y que intenta seducir a la hermana de Sparafucile, Maddalena (Bella figlia dell'amore - "Hermosa hija del amor"). Entra en escena Maddalena, hermana y cómplice de Sparafucile, quien coquetea con el duque y éste sucumbe a sus encantos fácilmente. Rigoletto llega a un acuerdo con el asesino, que está dispuesto a matar a su huésped por dinero, y le ofrece 20 escudos por matar al duque. Rigoletto ordena a Gilda que se vaya a casa, coja dinero y vestida de hombre huya hacia Verona y afirma que él planea seguirla más tarde. El asesino y el bufón deciden que tras su muerte, el cuerpo del duque será puesto en un saco y arrojado al río.

Cuando cae la noche, se desencadena una tormenta y el duque decide pasar la noche en la posada. Sparafucile le asigna alojamiento en la planta baja.

Gilda, que aún ama al duque a pesar de saber que es desleal, regresa vestida de hombre. Oye a Maddalena intentando convencer a su hermano de que no lo asesine a él, sino al bufón. Sparafucile no puede asesinar a un cliente, amén de mostrar su preocupación por los diez escudos que aún le debe Rigoletto por terminar con el encargo, pero promete cambiarlo por el primer hombre que se presente en la taberna, si esto ocurre antes de la medianoche. Gilda decide sacrificarse para salvar al hombre del que se ha enamorado. Entra en la taberna pidiendo asilo, haciéndose pasar por un mendigo. De inmediato, Sparafucile la alcanza con su puñal, cae herida mortalmente.


A media noche, acaba la tormenta y Rigoletto entra en escena con el dinero. Sparafucile le entrega el saco con el supuesto cuerpo del duque y se regocija en su triunfo. Cuando se dispone a arrojarlo al río, con piedras para que se hunda, oye la voz del duque desde el interior de la posada La donna è mobile. Horrorizado, abre el saco y, para su desesperación, descubre a su hija agonizante. Por un momento, ella revive y está contenta de morir en lugar de su amado (V'ho ingannato - "Padre, te he engañado"). Ella muere en sus brazos. La escena termina con el lamento desgarrador de Rigoletto en que recuerda la maledizione de Monterone.