Hola, soy Leonardo Liberman.
Te invito a visitar mi Blog, en el que propongo temas de interés general.
Podes mandarme tu comentario al E-mail elmiradornocturno@gmail.com
Foto de portada: Magdalena Viggiani.
Odetta Holmes, más conocida como Odetta, nació en Birmingham,
Alabama, Estados Unidos, el 31 de diciembre de 1930, y murió en Nueva York,
Estados unidos, el 2 de diciembre de 2008. Cantante.
Su padre falleció cuando contaba 7 años, y su madre se instaló
en Los Ángeles. A los 13 años comenzó a estudiar canto lirico, inspirada por Marian
Anderson. En 1944 debutó profesionalmente. En 1949 se unió a la compañía del
musical Finian's Rainbow. Durante la gira conoció en San Francisco a un grupo
de baladistas, y a partir de 1950 comenzó a cantar folk. Se presentó en distintos
escenarios, y en 1954 grabó el disco Odetta y Larry, con Larry Mohr para el
sello Fantasy Records. Posteriormente continuó su carrera como solista y en
1956 editó Odetta Sings Ballads and Blues. Al año siguiente salió At the Gate
of Horn. En 1959 apareció en Tonight con Harry Belafonte, un especial
televisado a nivel nacional, donde cantó Water Boy, y a dúo con Belafonte, There's
a Hole in the Bucket, éxito que repitieron en 1961 el Reino Unido. En 1961,
Martin Luther King, Jr. la llamó La Reina de la Música Folk Americana. En 1963 Odetta
Sings Folk Songs fue uno de los álbumes folklóricos más vendidos. También en
1963 actuó durante la manifestación de derechos civiles en Washington, en la
que cantó O Freedom. Ella describió su papel en el movimiento de los derechos
civiles como "uno de los soldados privados en un ejército muy
grande." Participó en varias películas y en distintos programas de
televisión. En mayo de 1975 se presentó en el programa Say Brother donde cantó Give
Me Your Hand, y habló de su espiritualidad, de la tradición musical en la que
se inspiró y de su participación en las luchas por los derechos civiles. En
1976 actuó en la ópera del bicentenario estadounidense Be Glad Then, America de
John La Montaine. En 1987 grabó Movin 'It On, y en 1988 una nueva versión de
Christmas Spirituals. En 1988 retomó las grabaciones con varios discos como el
dedicado a su amiga Ella Fitzgerald, y Blues Everywhere I Go, nominado en 2000
al Grammy de blues / jazz y dedicado a las grandes cantantes de blues de las
Big Bands de las décadas de los 20 y los 30. En 2002 salió En busca de un
hogar, que fue nominado al Premio W.C. Handy y dedicado a LeadBelly. En 2007
publicó Gonna Let It Shine, un álbum en vivo de canciones evangélicas y espirituales
que fue nominado al Grammy. Entre 1999 y 2006 apareció como invitada en 14
nuevos discos, y se reeditaron más de 40 discos de años anteriores. Recibió
muchos premios y reconocimientos. El 29 de septiembre de 1999, el presidente
Bill Clinton le entregó la Medalla Nacional de Artes de la Fundación Nacional
para las Artes. En 2004 fue homenajeada en el Kennedy Center con el Visionary
Award, y en 2005 la Biblioteca del Congreso la honró con su Living Legend Award.
En febrero de 2007, la Alianza Folclórica Internacional le otorgó el título de Artista
Popular Tradicional del Año. Ese mismo año el álbum Gonna Let It Shine fue
nominado para un Grammy, y completó una importante gira de conciertos del programa
Songs of Spirit, que incluyó a artistas de todo el mundo, y realizó una gran
gira por Estados Unidos para apoyar este CD. Ejerció una gran influencia a
diversos intérpretes y cantantes como Harry Belafonte, Bob Dylan, Joan Baez,
Janis Joplin, Carly Simon, y la poetisa Maya Angelou, quien dijo: "Si sólo
uno pudiera estar seguro de que cada 50 años una voz y un alma como la de
Odetta vendrían, los siglos pasarían tan rápido y sin dolor que casi no
volveríamos. El presidente electo Barack Obama la invitó a participar en su
ceremonia de investidura, pero falleció el 2 de diciembre de 2008 a los 77 años.
A continuación, recordamos a Odetta en el día de su
nacimiento, con su interpretación de Jim Crow Blues.
Charles Weedon Westover, más conocido como Del Shannon,
nació en Coppersville, Míchigan, Estados Unidos, el 30 de diciembre de 1934, y
murió en Santa Clarita, California, Estados Unidos, el 8 de febrero de 1990. Cantante.
Desde temprana edad mostró aptitudes para la música, su
madre le enseñó a tocar el ukulele, y pronto pasó a la guitarra. Luego de
completar sus estudios, tuvo diversos trabajos, hasta que organizó un pequeño
grupo de country-rock, que se presentaba regularmente en un club llamado Hi-Lo.
Con solo dos años de experiencia en los escenarios, fue descubierto por el disc-jockey Ollie
MacLaughlin quien lo contactó con el sello Embee Productions, donde grabó Runaway,
y se convirtió en un éxito inmediato. Después le siguieron temas como Hats off
to Larry, y So long Baby. Su timbre de voz, y el distintivo falsete lo hacían
prácticamente inconfundible. En 1962 salió Little Town Flirt que alcanzó gran éxito.
En el Reino Unido causó sensación y fue el primer cantante estadounidense en
grabar el tema From Me to You de The Beatles. En 1964 regresó a las listas de éxitos
con Handy Man, y luego grabó Keep Searchin. Después grabó su versión del tema Under
My Thumb, de la banda británica The Rolling Stones. En 1969 descubrió al grupo Smith,
y realizó los arreglos del hit Baby its You. En 1970 fue tutor, mánager y
productor de Brian Hyland, y con el tema Gypsy Woman, obtuvo un gran éxito. En
la década de 1970 se alejó de los escenarios por problemas de salud y algunas
adicciones. En 1978 regresó a los escenarios con su versión del tema de Phil
Pillips Sea of Love, producido por Tom Petty. En diciembre de 1983 fue nombrado
Grand Marshall de la ciudad Coopersville, Míchigan, donde ofreció un concierto
a beneficio para la Coopersville High School. La serie de televisión Crime
Story incluyó su éxito Runaway, con lo que obtuvo el reconocimiento de las jóvenes
generaciones. En 1990 grabó un álbum de regreso con Jeff Lynne, de la Electric
Light Orchestra, y fue considerado para sustituir a Roy Orbison en Los
Traveling Wilburys, pero debido a sus problemas personales, terminó con su
vida. Posteriormente el grupo The Traveling Wilburys lo honraron con la
grabación a la versión de Runaway, y Jeff Lynne co-produjo el álbum póstumo de
Del Shannon. Otros grupos también lo homenajearon como la banda country
Southern Pacific. En 1999 Del Shannon fue reconocido en el Salón de la Fama del
Rock, y por su contribución al género fue incluido en el Rockabilly Hall of
Fame.
A continuación, recordamos a Del Shannon en el día de su
nacimiento con su éxito Runaway.
Hoy les presento el 5º programa de La Música de Todos Los
Tiempos, dedicado a Ludwig van Beethoven, con el Cuarteto de Cuerda Nº 16, en
Fa mayor Op. 135, la Obertura Coriolano Op. 62, la Obertura Egmont Op. 84, y el
Rondó para piano, en Sol mayor, Op. 51 Nº 2.
Hacé click en el
reproductor para escuchar el programa.
Yvonne Marianne Elliman nació en Honolulu, Hawái, Estados
Unidos, el 29 de diciembre de 1951. Cantante y actriz.
A principios de 1970 inició su carrera en Londres donde actuó
como vocalista en diversos bares y clubes. Poco después obtuvo un contrato para
realizar grabaciones, y tuvo el respaldo de Eric Clapton. Cantó varios éxitos en
la década de 1970 incluido I Shot the Sheriff, e interpretó el papel de María
Magdalena en el álbum original de Jesucristo Superstar, en las versiones de
Broadway, y en la película. En 1971 logró su primer éxito con la balada I Don't
Know How To Love Him, con la que entró en las listas en Estados Unidos. En 1974
fue nominada al premio Globo de Oro como Mejor Actriz en una Comedia o Musical,
y fue la primera hawaiana en conseguirlo por un papel principal. Su carrera
cobró nuevo impulso y tuvo varios éxitos, incluyendo versiones de la canción de
Barbara Lewis Hello Stranger y Love Me de los Bee Gees. En 1977 alcanzó su
mayor éxito con la canción If I Can't Have You, compuesta por los Bee Gees, y
que fue parte de la banda sonora de Fiebre del sábado noche. Posteriormente
continuó presentándose en distintos escenarios, y luego realizó una pausa en su
carrera. En 2004 reapareció en la escena musical con el álbum titulado Simple
Needs, y continuó actuando en festivales de música, actos benéficos y
conciertos en todo el mundo.
A continuación, celebramos el cumpleaños de Yvonne Elliman,
con su éxito: If I Can´t Have You.
Las canciones del
maestro se han grabado en más de 50 países
28 de Diciembre de 2020
Su compromiso y amor hacia su profesión, iniciada hace más de 60 años, lo llevó a no detenerse a pesar de la pandemia. (EFE/Alex Cruz/Archivo)
La madrugada de este lunes murió Armando Manzanero, el legendario cantautor mexicano que marcó a generaciones enteras con canciones como “Adoro”, “Somos novios” y “No sé tú”. El COVID-19 lo postró en una cama las últimas semanas y terminó con su vida, pero no con su legado.
Con más de 400 temas musicales grabados a lo largo de su vida, el reconocimiento a su trayectoria artística con un Latin Billboard y la apertura de su museo en Mérida, Yucatán, y muchos proyectos aún en puerta, el cantautor Armando Manzanero llegó a los 86 años sintiéndose en el mejor momento y consideró que en este 2020 fue“premiado por la vida”.
El músico confesó que desde hace 15 años dejó atrás la modestia, y no es para menos, el yucateco está consiente del legado que tiene no sólo en México, sino a nivel internacional ya que más de 50 de sus canciones han sido entonadas en diferentes partes del mundo.
Aún en pleno confinamiento por COVID-19 siempre se mantuvo activo, ya sea al frente de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) o haciendo lo que mejor sabe hacer, porque según dijo a Efe hace unos meses: “Cada vez me salen mejores canciones a pesar de mi edad”.
Lo cierto es que el talento que presumió sin empacho durante los últimos años lo forjó desde la cuna. Nació en una familia de músicos el 7 de diciembre de 1935 y fue su padre, uno de los músicos fundadores de la orquesta Típica Yucalpetén, quien lo condujo hasta que ingresó a los 8 años a la Escuela de Bellas Artes de Mérida.
A pesar de que la música estuvo inmersa en la vida de Armando Manzanero desde entonces, fue en 1957 cuando su carrera comenzó formalmente en Mérida, Yucatán, donde se desempeñó como pianista; tiempo después se trasladó a la Ciudad de México y en la que se convirtió en uno de los acompañantes más solicitados de los años 60 por intérpretes reconocidos como Lucho Gatica, Pedro Vargas, Carmela y Rafael, Luis Demetrio, Daniel Riolobos y José José, entre otros.
Armando Manzanero (Foto: Cuartoscuro)
Durante esta misma época ganó varios reconocimientos por su trabajo como en el Festival de la Canción en México o el Festival de la Canción en Miami, lo que lo impulsó en 1967 a grabar su primer disco titulado Mi primera grabación.
Este álbum inicial fue sólo el comienzo de una larga carrera artística que fue reconocida este año al otorgarle un Latin Billboard y la apertura de su museo Casa Manzanero en Mérida, Yucatán. “Estoy inmensamente satisfecho, muy halagado, sobre todo por los años que tengo y creo que la voy a pasar muy bien, porque voy a ir a buscarlo y no me esperaré a que me lo traigan”, comentó a Infobae México antes de recibir el reconocimiento a suTrayectoria Artística.
Su compromiso y amor hacia su profesión, iniciada hace más de 60 años, lo llevó a no detenerse a pesar de la pandemia: “Me la paso trabajando como si no pasara nada”.
El cantautor recientemente grabó una colaboración, comenzó a elaborar un álbum inédito con la intención de “dejar todo en orden” y se rehusó a organizar un espectáculo transmitido a través de una plataforma digital porque tuvo una mala experiencia que lo dejó muy decepcionado porque “fue horroroso cantarle a unas cámaras, a unas luces... es más frío el streaming que bailar con la hermana”.
También se desempeñó como productor musical de grandes figuras como Luis Miguel, Carlos Cuevas o Angélica María y a pesar de su amplia trayectoria jamás dejó de procurar a las generaciones jóvenes, como hace unos meses que se reunió con Sebastián Yatra.
Armando Manzanero se reunió con Sebastián Yatra hace unos meses
Aunque Armando Manzanero y su familia reforzaron las medidas de seguridad para evitar un contagio de COVID-19, el cantante enfermó después de inaugurar su museo en Mérida, Yacatán, y su salud se deterioró en cuestión de días y siempre fue considerado como un paciente de riesgo por su edad y la diabetes que padeció por varios años.
Siguiendo el protocolo, el cantautor se resguardó en su casa donde le dieron todos los cuidados necesarios como un concentrador de oxígeno propio; fue el pasado jueves cuando decidió trasladarse a un hospital ante la falta de oxígeno a su organismo. Ningún otro mimbro de su familia está contagiado, por lo que no se explican en dónde contrajo el virus.
Una de las hijas del músico, María Elena Manzanero, destacó en una entrevista con Venga la Alegría: “Fue súbito desde que nos enteramos que tiene COVID y estaba muy bien, oxigenaba muy bien, estaba perfecto y de repente empezó a bajar su oxigenación y se le llevó oxígeno a la casa, pero de repente ya no fue suficiente para la oxigenación óptima y tuvimos que venir al hospital, donde está muy atendido y aislado”.
“Los cuidados en casa ya no eran suficientes... sentía que no podía respirar y nos guiamos por el oxímetro. Llegó por pie, bajó las escaleras de la casa y vinimos en el coche de la familia”, añadió en una entrevista con Ventaneando.
Fue intubado como una medida para relajar sus pulmones y su propio comportamiento, ya que el maestro siempre se mantenía inquieto dentro del hospital y su cuerpo se agotaba.
Días antes de enfermar inauguró la Casa Manzanero (Foto: Twitter de Mauricio Vila)
Su esposa Laura Elena Villa precisó en más de una ocasión que su estado de salud era estable: “Eso habla de que entró en un poquito de calma y la oxigenación artificial ha bajado para que respirara mejor por sus pulmones y eso es un avance”.
Jamás ha perdido el ánimo e incluso dedicó una petición especial a su última esposa antes de Navidad. “Me dijo ‘ponte muy bonita, vete a ver a tu madre y pásate el 24 como debe de ser...’ ‘Mi niña linda, perdóname por las riñas por la sal, tenías razón’, es que le peleo mucho porque come mucha sal”, reveló a Ventanenando
Unas horas antes, la familia había expresado que Manzanero había presentado una mejora y sería extubado. Pero alrededor de las 03:00 de la madrugada, sobrevino un paro cardíaco que apagó su llama, pero encendió su leyenda.
Elvira Juana Rodríguez Roglán, más conocida como Elvira de
Hidalgo, nació en Valderrobres, Teruel, España, el 28 de diciembre de 1891, y
murió en Milán, Italia, el 21
de enero de 1980. Soprano de coloratura y maestra de canto.
El sitio www.zaragoza-ciudad.com
publicó este recordatorio firmado por Miguel Ángel Santolaria.
ELVIRA DE HIDALGO
Su verdadero nombre era Elvira Juana Rodríguez Raglán, nació
en Valderrobres (Teruel), el 28 de diciembre de 1891. Desde muy joven mostró
sus inclinaciones musicales, ingresando en el conservatorio del Liceo de
Barcelona, donde estudió canto con la soprano catalana Conchita Bordalba. En
1908, gracias a una beca, pudo continuar sus estudios en Milán con Melchor
Vidal, maestro también de otras dos coloraturas importantes de la época: María
Barrientos y Graciela Pareto. Con tan sólo 16 años, debutó en el teatro San
Carlo de Nápoles, en abril de 1908, como Rosina en El barbero de Sevilla (ópera
por la que justamente fue famosa), al lado de Titta Ruffo. El éxito logrado
conduce a Raoul Gunsburg, director del Teatro Casino de Montecarlo, a
contratarla inmediatamente para reemplazar a Selma Kurz, en una de las
representaciones de gala del Barbero en el Téâtre Sarah-Bernardt de Paris. Con
la soprano española cantaron en aquella ocasión Dimitri Smirnov, Mario Ancona,
Antonio Pini Corsi y Feodor Chaliapine. El triunfo es tan grande que Gunsburg
decide llevarla con él a Montecarlo, donde canta El barbero en 1909,
repitiéndolo en 1911 y 1912. Durante esas temporadas es escuchada como Linda,
Amina y en la ópera hoy olvidada de Nerini L’Epreuve derniere. En 1909 es
Rosina en el Kediviale de El Cairo y en Praga, donde canta además Rigoletto.
En 1910, Julio Gatti-Cassaza (Director del Metropolitan
Opera House de Nueva York), con su habitual sagacidad en materia canora,
presenta a la joven soprano al público neoyorquino, primero como Rosina y
después como Amina de La Sonámbula. La acogida es espléndida. Inmediatamente
recorre otras ciudades norteamericanas como Baltimore y Brooklyn, donde canta
Rigoletto junto a Caruso, Campanari y Segurola.
Aquel mismo año es invitada por la Staatsoper de Viena para
cantar Rigoletto al lado del tenor inglés Alfred Piccaver, y poco después por
el Teatro de la Pérgola en Florencia para Linda de Chamonix y Don Giovanni
(deliciosa Zerlina para el galantísimo Batistini). En Loreto encarna también a
Adina en L’elisir d’amore al lado de Bonci.
En 1911 tiene lugar el debut de la soprano en tres
importantes escenarios: Constanzi de Roma, Teatro Real de Madrid y Liceo de
Barcelona. En Roma y Barcelona será Rosina al lado de Stracciari. En 1912
regresa al Liceo y con la Compañía de Ópera de Montecarlo pisa por primera vez
los escenarios de la Ópera de París, el 19 de mayo, como Rosina. Al Palais
Garnier parisino retornará en 1916 con Don Pasquale, en 1922 con Rigoletto y,
finalmente, en 1923, con La flauta mágica.
Mascagni la escoge en 1915 para formar parte de su compañía,
con la que actuará aquel año en el Teatro Constanci de Roma con Mignon y
Dinorah, junto a Gabriella Besanzoni y Mattia Battistini, respectivamente.
En su vida privada, la Hidalgo celebra sus nupcias con Guido
Zarabelli (a su fallecimiento contrajo nuevo matrimonio con Armando Bette,
director del Teatro National de Ostende y ex secretario de Clemenceu).
1916 es un año significativo en la carrera de la cantante,
al ser elegida para la edición del centenario de El barbero de Sevilla en la
Scala de Milán. Tal honor es un premio a su reconocido prestigio como Rosina,
personaje del que la Hidalgo había hecho una obra maestra vocal y escénica
incomparable.
El 9 de febrero de 1916 debuta como Rosina en La Scala de
Milán, al lado de Ricardo Stracciari, Antonio Pini-Corsi, Luigi Cirino y Emilio
Perea, con Gino Marinuzzi en el podio. Sería su unico papel en La Scala, donde
volvería a cantarlo en 1922 al lado de Galeffi, Azcolini, De Angelis y Hackett,
bajo la dirección de Ettore Panizza.
Aquel mismo año ofreció una delicada Elvira de Puritani en
el Constanzi de Roma, al lado de un poético Borgioli, e Il matrimonio segreto
de Cimarosa junto a Pini-Corsi en el Liceo de Barcelona. Durante esa temporada
la Hidalgo también actuó en Génova, Pistoia, Bari y Venecia con un variado
muestrario de su repertorio: El barbero, La hija del regimiento, Lakmé y La
figlia de madame Angot.
Un año después, en el Real madrileño es aclamadísima Rosina
al lado del exquisito Almaviva de Schipa y en 1918 entre el júbilo y alborozo
nacionalista del pueblo Triestrino, tras la entrada de contingentes italianos
en la ciudad, encarna una patriota Maríe
de La hija del regimiento. En 1922 regresa al San Carlo de Nápoles y repite
brillantemente su Barbero en La Scala.
Poco después es admirada en su inigualable Rosina por el
público del Liceo barcelonés (en compañía de Aguirre-Sarobe y Hackett) y es
invitada por el Metropolitan de Nueva York donde canta junto a De Luca y
Lauri-Volpi.
Más tarde, el 1 de junio, reaparece en el Colón de Buenos
Aires, junto a su paisano, el considerado entonces mejor tenor del mundo,
Miguel Fleta, en Rigoletto. Pietro Mascagni dirigirá las representaciones. El
14 de marzo de 1923 vuelve a cantar la misma ópera en el Teatro Real de Madrid,
también junto al gran Miguel Fleta. La canta también en enero de 1924 en el
Covent Garden londinense, acompañada por Hislop y Urbano.
Ese mismo año aparece nuevamente sobre los escenarios del
San Carlo de Nápoles y del Metropolitan de Nueva York, interpretando en este
último Rigoletto y Barbero. La temporada siguiente regresa al coliseo
neoyorquino para una sola función de Lucía y comparece de nuevo en Chicago,
donde canta Lakmé y dos Rosinas en 1924.
Sus apariciones en los escenarios, se tornaron cada vez más
infrecuentes hasta su retirada definitiva en 1936. En ese periodo todavía se
exhibirá en Atenas (1930), Helsinki (1931) y El Municipal de Corfú (1933).
Después de abandonar su carrera teatral la Hidalgo se dedicó
a la enseñanza, primero en Atenas, donde fue maestra de María Callas, y luego,
de 1949 a 1954, en el Conservatorio de Ankara, sucediendo a Giannina
Arangi-Lombardi. Sobre la soprano griega la Hidalgo ejercería una gran
influencia no sólo en el plano vocal, sino también en el humano, aportando a la
Callas una seguridad y una confianza en sí misma de la que estaría necesitada
durante su trayectoria artística.
En 1959 trasladó su residencia a Milán donde es elegida
catedrática vitalicia del Conservatorio de La Scala, allí pasaría sus últimos
20 años participando en diversas mesas redondas y especiales televisivos sobre
su alumna María Callas hasta su muerte, acaecida el 21 de enero de 1980 en su
apartamento milanés.
Entre las primeras fundadoras (Huget, Barrientos y Galvany)
y las últimas exponentes de la escuela española de coloraturas (Capsir y
Ottein) se sitúa Elvira de Hidalgo, quién con Graciela Pareto forma parte de la
que podríamos denominar generación intermedia. La Hidalgo y la Pareto debutan
en 1908, esto es diez años después que la Barrientos y la Galvany y seis antes
que la Capsir y la Ottein, cuando el dominio de las sopranos españolas ligeras
o coloraturas alcanza el panorama internacional de vértice más alto.
Elvira de Hidalgo estaba dotada de un timbre cálido y
argentino, de una suavidad y dulzura fuera de lo común, pero intenso y vibrante
al tiempo, especialmente en el registro sobreagudo, tímbradísimo y de una gran
extensión (hasta el Mi, en su mejor época). Si los sobreagudos de la Galvany
eran cortantes como el cristal, los de la Hidalgo lo eran como la arista de un
diamante. La intensidad del timbre era tal que en el caso de la Hidalgo no
hacía pensar en esa fragilidad con que normalmente se asocia a las sopranos
ligeras, y daba la impresión de un volumen y una potencia extraña en las
coloraturas.
Sonidos tan penetrantes eran resultado de una emisión basada
en una extrema apertura laríngea, un aprovechamiento total de los resonadores
superiores y una dosificación milimétrica del aire.
Esta técnica fue heredada por su alumna María Callas (las
coincidencias en la forma de emisión y ataque de agudos y sobreagudos entre
ambas no es casual), y merced a Elvira de Hidalgo, la Callas pudo alargar de
manera innatural su extensión por encima del do, hasta alcanzar el Mib y el
Mim, traspasando el techo originario de su voz. Estas notas, sin embargo, en la
Callas siempre sonaron lejos de la pureza tímbrica de la Hidalgo, con un velo y
una estridencia que delataban le artificialidad de este registro. Era el precio
por no aligerar el centro y conservar un color más oscuro.
Una nota que diferenciaba a las coloraturas españolas de sus
colegas italianas era el empleo del registro de pecho en los graves. Esta
práctica se circunscribía casi exclusivamente a las páginas de zarzuela y a las
canciones españolas, géneros pasionales que demandaban un grave generoso y el
contraste de los bruscos cambios de registro. En el repertorio operístico su
uso era raro y ocasional, por cuanto se corría el riesgo de privar a las
frágiles y delicadas criaturas que componían su repertorio, del candor y
virginidad tímbrica que les eran consustanciales.
Sin embargo, la Hidalgo fue una de las poquísimas sopranos
que se valió en las óperas, para obtener mayores contrastes dramáticos, de
estos sonidos de pecho a la escuela antigua, sirviéndose a voluntad según convenía a las necesidades expresivas,
de sonidos blancos, mixtos o de pecho. Este tipo de emisión, empleado por los cantantes
anteriores al advenimiento del verismo,
caracterizado por la prevalencia
de las resonancias en la cavidad torácica sobre faciales, pero con
participaron de éstas, permitía producir unas notas graves redondas y bien
sostenidas por el fiato y no los desagradables sonidos entubados y guturales de
muchos cantantes actuales. Es de notar este procedimiento técnico en canciones
españolas como Clavelitos, La perla de Triana o “Carceleras” (de Las hijas del
Zebedeo).
Los fragmentos mencionados, a los que debe añadirse La
Malagueñade Pagans y La Partida, de Álvarez, son modélicos por el garbo, el
temperamento y la vitalidad contagiosa que les imprime la soprano aragonesa.
Deliciosos son el sentido del rubato y la gracia de La perla de Triana (con
unos simpatiquísimos “caracoles” y “Jesuscristo”). Elvira de Hidalgo desgrana
frases escanciando cada sonido y cada sílaba con el peso y el color justo,
regulando las intensidades en los característicos giros y melismas con un
sentido plástico una expresión prodigiosos.
Como intérprete, Elvira de Hidalgo se demostró siempre
cantante refinada y sensible, destacando tanto en el género patético como en el
virtuosístico. Pero entre toda la galería de personajes que la Hidalgo abordó,
quizá ninguno como la Rosina del Barbero de Sevilla servía para ilustrar sus fantásticas condiciones canoras, la
belleza de su voz argentina, la dicción clarísima y su desparpajo escénico.
Es mérito indiscutible de Elvira de Hidalgo el haber
definido con fina penetración psicológica el carácter de Rosina, vivaz, pícaro
y caprichoso, al tiempo que candoroso y melancólico. De su visión han sido
debitarias todas las intérpretes, bien de una manera directa o indirecta, desde
María Callas a Cecilia Bartoli.
Sus distintas grabaciones de “Una voce poco fa” están llenas
de frescura y naturalidad y permiten apreciar ese sonido inocente, pálido y
tierno, de plata y cristal, que evocaba Barilli.
Elvira de Hidalgo carga de intención las palabras “son
rispetosa”, “ma, ma se mi toccano” o “faró giocar” y se lanza con brío y
fantasía a toda suerte de agilidades, en ejecución impecable, demostrando cómo
era “todo fuego, sal y pimienta” en acertadas palabras de Lauri Volpi. Los
embellecimientos empleados por Elvira de Hidalgo son en parte tradicionales y aparecen
en algunas de las distintas cadencias que Rossini realizase para esta aria. En
aquellos otros de su invención, la cantante demuestra personalidad y gusto en
la ornamentación, acordes con la estética belcantista.
En la vertiente escénica del personaje de Rosina, la Hidalgo
desplegaba de manera admirable todo el fuego de la seducción femenina a través
del lenguaje oculto del abanico, que manejaba con la elegancia y coquetería de
una dama española. Con la única ayuda del vuelo “trémulo y vivo como el ala de
una mariposa” (en palabras de Barilli) de su abanico y su rostro a la vez
pícaro y candoroso, la Hidalgo creó una Rosina deliciosa y crismática para la historia.
Su discografía fue numerosa de 1907 a 1910 y afortunadamente
han sido registradas en disco compacto junto a aportaciones de coleccionistas
particulares con versiones inéditas de 1937 a 1938 en un disco de su obra
integral, de edición limitada, de la firma italiana CEDAR muy difícil de
conseguir y que “La Asociación de Amigos de la Música de Zaragoza (A.M.B.A.)”
regaló al Alcalde de Valderrobres (Teruel), D. Julián Godés, en el homenaje,
con Gala Lírica incluida, de 19 de Julio de 2003, que la citada Asociación
rindió a la gran soprano aragonesa. También existe otra versión menos completa
de grabaciones de Elvira de Hidalgo de tres discos compactos en que dos de
ellos son exclusivos de María Callas y el tercero de ella, de la firma
“Intermusic Movieplay” registrados en Bélgica.
MIGUEL ÁNGEL SANTOLARIA (Presidente de la Asociación de
Amigos de la Música de Zaragoza A.M.B.A.)
A continuación, recordamos a Elvira de Hidalgo en el día de
su nacimiento, con el aria Ah non giunge uman pensiero, de la ópera La Sonámbula,
de Vincenzo Bellini. Grabación realizada en Milán en 1925.
André Gedalge nació en París, Francia, el 27 de diciembre de
1856, y murió en Chessy, Francia, el 5 de febrero de 1926. Compositor, coreógrafo,
y profesor de música.
Trabajó como vendedor de libros y editor. En 1886 ingresó en
el Conservatorio de París, y ese año obtuvo el segundo Premio de Roma. Estudió contrapunto
y fuga con Ernest Guiraud. En 1891 compuso la partitura para le Petit Savoyard,
una pantomima en cuatro actos presentada en les Nouveautés. En 1895 su obra
Pris au Piège ganó el Prix Cressent. En junio de 1900 estrenó el ballet en un
acto Phoebé, en la Opéra-Comique. Compuso el Cuarteto de Cuardas, la serie de
canciones Les Vaux de Vire, canciones infantiles, y tres sinfonías. En 1904
escribió el Tratado de la Fuga, y en 1922 La Enseñanza musical mediante la
educación auditiva. Como profesor influyó en muchos estudiantes de música,
entre ellos: André Bloch, Nadia Boulanger, Claude Delvincourt, Jean
Roger-Ducasse, George Enescu, Arthur Honegger, Jacques Ibert, Charles Koechlin,
Paul Ladmirault, Raoul Laparra, Darius Milhaud, Max d'Ollone, Henri Rabaud,
Maurice Ravel y Florent Schmitt, entre otros.
A continuación, recordamos a André Gedalge en el día de su
nacimiento, con el Concierto para Piano y Orquesta Op. 16, en la versión de Eleonore
Creymer, junto a la Orquesta de la Radiodifusión Francesa, dirigida por Pierre-Michel
Leconte.
Cecilia Levit produce semanalmente este programa que se
emite por Radio Sefarad.
Dagmar Lieblová, honrar la vida
TRIBUTO: HISTORIAS QUE CONSTRUYEN MEMORIA DE LA SHOÁ, CON
CECILIA LEVIT – Dagmar Lieblová nació el 19 de mayo 1929 en Kutná Hora, en el
seno de una familia judía. Hasta los trece años tuvo una infancia feliz. En
junio de 1942 fue deportada con sus padres, su hermana menor y su abuela a
Terezín y, más adelante, al llamado campo familiar de Birkenau. Dagmar
sobrevive a diferentes campos de exterminio y regresa a su Checoslovaquia natal
en 1945. Después de 1989, fundó junto con otros supervivientes la Iniciativa
Terezín y dedicó sus últimos 20 años a dar su testimonio.
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Magdalena Nile del Río, más conocida como Imperio Argentina,
nació en Buenos Aires, Argentina, el 26 de diciembre de 1910, y murió en Torremolinos,
España, el 22 de agosto de 2003. Actriz, cantante y bailarina.
El sitio www.biografiasyvidas.com
publicó este recordatorio.
Imperio Argentina
(Nombre artístico de Magdalena Nile del Río; Buenos Aires,
1906 - Benalmádema, España, 2003) Actriz y cantante argentina, estrella de los
escenarios y de la canción entre los años treinta y sesenta del siglo XX y
protagonista de un gran número de películas que la catapultaron hacia la fama.
Nacida en el tradicional barrio porteño de San Telmo, era
hija del guitarrista de origen gibraltareño Antonio Nile y de la actriz
malagueña Rosario del Río. Contaba sólo seis años cuando subió por primera vez
a un tablado, y no lo abandonó hasta pasados los ochenta. No obstante, cuentan
que su debut artístico lo hizo con cuatro años en el bonaerense Café Armonía y
que aquel día, como premio a su actuación, recibió leche merengada.
Imperio Argentina
Malena, como la llamaban en su infancia, debe su nombre
artístico, Imperio Argentina, al escritor Jacinto Benavente, que quedó
impresionado por el desparpajo artístico de una niña que, con el paso de los
años, se convertiría en una talentosa actriz, reconocida más allá de su
Argentina natal y con cuyo nombre han sido bautizadas varias calles españolas.
El que fuera años más tarde premio Nobel de Literatura justificó la elección de
este nombre diciendo: «Canta tan bien como Pastora Imperio y baila tan bien
como Antonia Mercé, la Argentinita».
Su debut sobre los escenarios tuvo lugar en 1924, en el
teatro Romea de Madrid, de la mano de la Argentinita. En 1927, el director
cinematográfico Florián Rey la escogió para interpretar La hermana San
Sulpicio, película muda basada en la novela homónima de Armando Palacio Valdés.
En 1928 viajó a Alemania para rodar Corazones sin rumbo, de la que sólo se
conservan unos minutos.
Poco después, el cine sonoro llamaría a su puerta. En 1930
interpretó El profesor de mi mujer, y un año después, Cinépolis. Obtuvo un
especial éxito con la película Su noche de bodas, dirigida por Louis Mercanton
y Florián Rey, en la que cantaba el vals Recordar, a dúo con Manuel Russell,
que llegó a ser el éxito discográfico del momento. Después rodó Lo mejor es
reír, versión española de Rive gauche, a las órdenes de Alexander Korda. Más
tarde interpretó ¿Cuándo te suicidas? y el cortometraje El cliente seductor
(1931), junto con Maurice Chevalier.
Como guinda a un gran año, la todopoderosa Paramount la
fichó para actuar en dos películas junto a su compatriota Carlos Gardel. De esa
unión nacieron La casa es seria y Melodía de arrabal (1932), filme que la
consagró en las pantallas norteamericanas. Posteriormente, Florián Rey la
dirigiría en dos de sus mayores éxitos, Morena Clara y Nobleza baturra, ambas
de 1935.
Años de luces y sombras
Sin embargo, la biografía de Magdalena Nile del Río está
plagada de luces y sombras. El éxito de sus películas se vio ensombrecido a
fines de la década de los treinta y principios de los años cuarenta por su
flirteo con la corriente falangista de la época. José Antonio Primo de Rivera y
el mismísimo general Francisco Franco se declararon fervientes admiradores de
la diva. Pero el escándalo la salpicó de lleno cuando el ministro de propaganda
nazi, Joseph Goebbels, la invitó a Alemania y le presentó a Adolf Hitler,
quien, maravillado por el porte y la belleza de la artista, la persuadió para
que interpretara un filme sobre Lola Montes, la aventurera irlandesa que
fascinaba al dictador.
Imperio Argentina reconoció años más tarde la grata
impresión que le causó el Führer, aunque rememoró también con horror y tristeza
la llamada Noche de los Cristales Rotos (1938) que se desarrolló en Berlín
contra sinagogas y hogares judíos. Imperio se encontraba en la capital, y fue
ese día cuando la venda se le cayó de los ojos y descubrió los horrores del
nazismo al visitar a su sombrerera, de origen judío, y encontrarla muerta junto
a su marido.
Imperio Argentina en Morena Clara (1935)
Esta vinculación con el régimen nazi le creó problemas y
enemistades, aunque también grandes amigas, como la actriz alemana Marlene
Dietrich. Rodó un buen puñado de películas por aquellas tierras, entre ellas
una versión de la Carmen de Prosper Mérimée, y fue la niña mimada de la
productora alemana UFA.
Tras su aventura en la Alemania nazi, Imperio Argentina
sufrió el rechazo internacional, que se hizo patente con abucheos y piquetes
frente a los teatros donde actuaba en Nueva York, México, D. F., y en la propia
Argentina. Durante los años cuarenta trabajó a las órdenes del director Benito
Perojo en las películas Goyescas, Bambú, Los majos de Cádiz y Lo que fue de la
Dolores, pero no fue hasta la década de los cincuenta cuando recuperó el
prestigio mancillado.
En aquellos años salieron de su voz éxitos como Los
piconeros o La cieguita y una vez más, como si del destino se tratara, otro
gran personaje de la historia del siglo XX se rindió a sus pies: Fidel Castro.
El Comandante quedó fascinado por la artista, quien cosechó un gran triunfo en
la Cuba prerrevolucionaria. Muchos dicen que su belleza y su gran talento
constituyeron el cóctel perfecto para un éxito que estaba escrito desde el
mismo día en que vino al mundo.
Contrajo matrimonio con el director de cine Florián Rey y,
tras su separación, con el conde de las Cabezuelas, a quien abandonó poco
después recibiendo por ello una reprimenda de la Iglesia. Su gran dolor fue sin
duda la pérdida de sus dos únicos hijos, una pena que la marcó de por vida. En
alguna ocasión se dijo que su gran amor había sido el actor Rafael Rivelles.
Con Carlos Gardel tuvo sus más y sus menos, ya que ambos presumían de tener un
carácter indomable, y como fruto de esa relación profesional, que no pasional,
nació un gran dúo que protagonizaría Melodía de arrabal; de hecho, Imperio
Argentina fue la única mujer que cantó con el gran autor de tangos.
Su azarosa vida la llevó a publicar en 2001 el libro de
memorias Malena Clara, e inspiró el personaje femenino de la película La niña de
tus ojos (1998), de Fernando Trueba, interpretado por Penélope Cruz, aunque
Imperio Argentina se molestó con el filme al considerar que narraba
determinados episodios de su vida.
Títulos inolvidables
La filmografía de Malena sumó un total de veintidós
películas y un puñado de folletines que rodó en los últimos años de su vida
ante las cámaras. De esa última época nacieron títulos como Ama Rosa (1960),
Tata mía (1986) y también El polizón del Ulises (1987).
Las grandes dotes artísticas de Imperio Argentina la
llevaron también a grabar canciones con el guitarrista y vocalista Rafael
Medina para el sello Parlophone, así como melodías cubanas y la versión de un
éxito del cine estadounidense, «Carioca», baile que alcanzaría su mayor apogeo
con la coreografía que popularizaron Fred Astaire y Ginger Rogers en Volando a
Río (1933).
Imperio Argentina también grabó tangos que Tania y Libertad
Lamarque cantaban en América, rivalizando en España sólo con Carmencita Aubert,
la popular tanguista y actriz catalana. Los temas Danza maligna y Hacelo por la
vieja los cantan al mismo tiempo una y otra, Carmencita para Odeon e Imperio
para el sello Parlophone, y es asunto de coleccionistas y melómanos opinar cuál
de las dos cantaba mejor.
Sin embargo, a pesar de ser una referencia entre sus colegas
españolas, como Juanita Reina, Concha Piquer o Paquita Rico, ella misma confesó
que, aunque muchos la consideraban «más andaluza que las andaluzas», lo suyo
fue siempre el tango. Y su canción, la que recordaría siempre y guardaría en su
memoria, fue Caminito campero, interpretada con Gardel.
Pasados los noventa años recibió la medalla de honor de la
Universidad Complutense de Madrid. También se le concedió en Buenos Aires el
título de «ciudadana ilustre», aunque ella se sentía especialmente orgullosa de
tener un retrato suyo colgado en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
(MNCARS). El destino no le concedió su último sueño: reunir sobre un escenario
a sus compañeras de cante junto al reconocido bailarín de flamenco Pepe Marchena.
Su luz se apagó en la localidad malagueña de Benalmádena -donde residía desde
hacía veinticinco años y donde en marzo de 1999 obtuvo la nacionalidad
española- el 22 de agosto de 2003, junto a sus seis nietas y ocho bisnietos. El
eco de su muerte, igual que su vida, recorrió el mundo entero.
A continuación, recordamos a Imperio Argentina en el día de
su nacimiento, con dos interpretaciones: Falsa moneda, y Mañanita de sol, a dúo
con Carlos Gardel.
A continuación, el Concierto para Piano y Orquesta en La Menor
Op. 54, de Robert Schumann, en la versión de Arthur Jussen, junto a la Orquesta
Residentie de los Países Bajos, dirigida por Nicholas Collon.
Orlando Gibbons nació en Oxford, Reino Unido, el 25 de
diciembre de 1583, y murió en Canterbury, Reino Unido, el 5 de junio de 1625. Músico
y organista.
El sitio www.buscabiografias.com publicó este recordatorio.
Orlando
Gibbons
(1583/12/25
- 1625/06/05)
Orlando Gibbons. Compositor británico
Nació el 25 de diciembre de 1583 en Oxford (Gran Bretaña).
Fue organista de la Chapel Royal (1604), virginalista de la
corte real (1619) y organista de la Abadía de Westminster (1623).
Sus antífonas (anthems) destacan dentro de la música
religiosa anglicana; las corales incluyen "Hosanna to the Son of
David" y "O clap Your Hands", y entre las compuestas para coro y
voces solistas destacan "This Is the Record of John" y "Behold
Thou Hast Made My Days".
Destacan
entre sus madrigales "The Silver Swan" y "What Is Our
Life?". También sobresalen entre sus composiciones para virginal
piezas de danza como la pavana "Lord Salisbury", fantasías
contrapuntísticas y variaciones de melodías populares.
Su música fue conservadora, incluso sus madrigales poseen
una severa estructura contrapuntística característica de las rigurosas técnicas
de composición religiosas. Gracias a esto puedo escribir varias canciones de
corte, en las que una voz y cuatro violas se combinan perfectamente en una
estructura a cinco voces, sin convertirse en obras de solista con
acompañamiento.
En 1622 es nombrado Doctor of Music en Oxford, falleciendo 3
años después, el 5 de junio, en Canterbury.
A continuación, recordamos a Orlando Gibbons en el día de su
nacimiento, con la Fantasía para seis violas, en la versión de L'Achéron.
Enrique Fernández Arbós nació en Madrid, España, el 24 de
diciembre de 1863, y murió en San Sebastián, España, el 2 de junio de 1939. Violinista,
director de orquesta y compositor.
El sitio www.dbe.rah.es
publicó este recordatorio firmado por Paulino Capdepón Verdú.
Enrique Fernández Arbós
Biografía
Fernández Arbós, Enrique. Madrid, 24.XII.1863 – 2.VI.1939.
Director de orquesta, violinista, compositor y escritor.
Se formó musicalmente con su padre, el militar Cayetano
Fernández y Alcaután, razón por la que Enrique Fernández Arbós siempre mostró
gran interés por la música marcial. La familia se trasladó de Alicante primero
a Valencia y al poco tiempo a Madrid con el fin de que estudiara en el
Conservatorio, donde en 1872 se alzó con el segundo premio de Solfeo, en
calidad de discípulo de José Gainza; cuatro años más tarde, obtuvo el de
Violín, en la clase de Jesús de Monasterio, y en 1877 también el de Armonía,
que estudiaba bajo la dirección de Miguel Galiana.
Gracias al apoyo de la infanta Isabel de Borbón, amplió
estudios en el Conservatorio de Bruselas, cuyo director (Gevaert) puso a Arbós
en contacto con Albéniz.
Allí trabajó con dos maestros, Henri Vieuxtemps y Kufferath
(Hubert-Ferdinand), antiguo discípulo de Mendelssohn en Leipzig y que
desempeñaba por entonces la cátedra de Contrapunto y Fuga.
Todavía estaba centrado en su faceta exclusiva como
violinista, la cual, en realidad, jamás abandonó. De hecho, en 1924, ya
convertido en un director célebre, al ingresar Arbós en la Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando para ocupar la vacante producida por la muerte de
Tomás Fernández Grajal, el título de su discurso de aceptación fue Del violín,
de su técnica, de su interpretación, de su estilo y de su relación con la
evolución de la música, en el que establece por vez primera la relación entre
la escuela violinística española y la belga a partir de Jesús de Monasterio,
discípulo de Bériot, y éste continuador de un discípulo de Viotti.
Una crónica de Asmodeo (seudónimo de Cepeda y Taborcias)
informó a los españoles de los triunfos logrados por “los españoles de
Bruselas”: Albéniz, Arbós y Eusebio Daniel habían obtenido las máximas
distinciones en Piano, Violín y Contrapunto, respectivamente.
Una estancia de Joachim en Bruselas le permitió conocer el
arte de Arbós a comienzos de 1880, lo que provocó la inmediata invitación al
músico español para que se trasladara a Berlín a cursar estudios con él y
trabajar la composición con Herzogenberg, con lo que comienza el capítulo
alemán de Arbós. A su regreso tocó en varias ciudades españolas y se presentó
en Madrid con la Orquesta de la Sociedad de Conciertos, que dirigía Tomás
Bretón. Interpretó los conciertos de Mendelssohn y Wienawski, colaboró con
Albéniz y ofreció una serie de conciertos que lo convirtieron en uno de los
destacados protagonistas del mundillo musical madrileño.
Al acrecentarse su fama recibió la oferta del puesto de
concertino en la Orquesta de Boston, pero su vocación de director había
comenzado a forjarse ya en 1904, con motivo de los conciertos del Gran Casino
de San Sebastián, y cuajó plenamente en lo que fue su gran obra: la Orquesta
Sinfónica de Madrid que, desde 1939, lleva además el nombre de Orquesta Arbós.
Con respecto al cambio en la orientación artística, según
testimonio de José María Franco y Bordons, discípulo y amigo de Arbós, fue el
24 de abril de 1890, en el Teatro de la Comedia. Dos años después, en 1892,
dirigió una serie de conciertos en la Biblioteca Nacional con motivo de la
exposición celebrada para conmemorar el IV Centenario del descubrimiento de
América. En San Sebastián se celebraban conciertos desde el día de la
inauguración del Casino, interpretándose un repertorio de salón en el que
alternaban Meyerbeer y Verdi con Milloecker y Auber. La orquesta estaba
integrada en buena parte por profesores madrileños que habían pasado de la
Sociedad de Conciertos a la naciente Orquesta Sinfónica de Madrid. La temporada
se extendía a lo largo de los tres meses de verano, y Arbós tenía a su cargo
dos programas semanales. Apenas cumplida la primera temporada, Fernández Arbós
fue nuevamente solicitado.
En 1905, Londres requirió la presencia del maestro español
como director de los conciertos sinfónicos y de cámara, pero un nuevo proyecto
fijó su atención: la Orquesta Sinfónica de Madrid. Con la desaparición de la
Sociedad de Conciertos, algunos de sus integrantes más sobresalientes —Hierro,
Francés y Yuste— concibieron la idea de crear una nueva formación capaz de
competir con las más prestigiosas. Se formó una junta organizadora el 6 de
enero de 1904 y tras el período inicial de Cardelás se pensó en Arbós, que
dirigió el primer programa con la que sería ya su orquesta el 16 de abril de 1905.
En 1908, las actividades de la Sinfónica se programaban con arreglo a un plan
que, en cierto modo, definiría toda su existencia con Arbós: serie de
conciertos en el Teatro Real, serie de cuatro conciertos en Barcelona y
“excursión artística” por provincias.
El primer viaje a París se produjo en 1913; la crítica
parisiense se volcó en elogios, destacando por encima de todo una crítica muy
favorable de Debussy en diciembre de ese año. La fama de Arbós crecía y su
carrera de director adquirió tintes internacionales, dirigiendo en Londres,
París, Milán y Roma. Manuel de Falla llegó a hablar de “renacimiento” de la
música española y al cumplir el maestro los setenta años, catorce autores
representativos compusieron obras basadas en las notas del nombre ARBÓS, según
la nomenclatura sajona, equivalente a la latina la-re-si-do-sol.
Por su parte, Adolfo Salazar escribió lo siguiente: “Este
maestro reunía la doble condición de ser español y de poseer una cultura
extranjera, es decir, la posibilidad de hacer asequible este tipo de cultura al
auditor español.
La Sinfónica de Madrid, dirigida por Arbós, va a convertirse
inmediatamente en el órgano más eficaz de cultura musical instrumental que haya
existido en España desde la fundación de la Sociedad de Conciertos.
La nueva orquesta, con un criterio muy definido, vino a
acentuar esa labor progresiva que ha distinguido en España a los organizadores
de nuestros conciertos. La Sinfónica, desde sus primeros conciertos, hizo
comprender que ‘no venía a meter paz sino espada’; que venía a luchar por los
ideales de los músicos modernos, sin dejar de rendir todo su homenaje y su
esfuerzo a los grandes maestros del pasado, que aún eran muy poco conocidos
entre nuestro público”.
Pero no puede olvidarse la faceta creativa de Arbós. De sus
obras destaca la orquestación e inspiración, de lo cual constituye buen ejemplo
la Petite suite espagnole (Ausencia, Noche de Arabia, Habanera, Baile Andaluz).
El primer número fue escrito hacia 1897; los otros tres proceden de la ópera
cómica El centro de la tierra. Otras obras son Tres piezas para violín y
orquesta (Zambra, Guajira y Tango), también para violín y piano. El “Bolero” es
una parte de las Trois piecès originales dans le genre espagnol pour violon,
violoncelle et piano, compuestas en Berlín en torno a 1884. Víctor Espinós cita
una Romanza y humoresca para violonchelo y piano, que no se ha conservado y de
la que no hay más datos. Del ámbito de la canción se tienen referencias de
algunas obras no localizadas: Ici bas, Chanson de Fortunio, Tú y yo y Rimas. Sí
se ha podido localizar la obra En la playa.
Dentro del género del teatro lírico produjo El centro de la
tierra, estrenada en el Teatro Apolo el 25 de noviembre de 1884 con poco éxito.
Sin embargo, algunos números, incluidos por su autor en la Petite suite, fueron
siempre bien recibidos. En sus memorias dice Arbós que dejó compuestos dos
números para la ópera de Albéniz El anillo mágico, aunque no precisa cuáles
son. Dentro de la creación del maestro destacan también algunas intrumentaciones,
como La mártir cristiana, El sueño de una noche de verano, de Mendelssohn, y
varios fragmentos lberia, de Albéniz.
Asimismo, escribió algunos comentarios sobre Scriabin, Alban
Berg y La Consagración de la Primavera, de Stravinsky, y en 1934-1935 colaboró
con cierta asiduidad en la prensa de Madrid escribiendo sobre la ópera, la
crisis de la profesión musical, la música y el niño, el festival de la Sociedad
Internacional de Música Contemporánea (SIMC) en Praga y la enseñanza musical.
Su último escrito trató precisamente sobre su maestro Jesús de Monasterio y vio
la luz en 1936.
Obras de ~: Música escénica: El centro de la tierra; El
anillo mágico. Música sinfónica: Petite suite espagnole; Tres piezas para
violín y orquesta. Música de cámara: Tres piezas para violín y piano; Trois
pièces originales dans le genre espagnol, pour violon, violoncelle et piano.
Canciones: Chanson de Fortunio; En la playa; Ici bas; Rimas; Tú y yo.
Instrumentaciones: El Sueño de una noche de verano, de Mendelssohn; Iberia de
Albéniz; La mártir cristiana, de Bottesini.
Escritos: Del violín, de su técnica, de su interpretación,
de su estilo y de su relación con la evolución de la música, discurso de
recepción del electo académico de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, Rivadeneira,
1924.
Bibl.: C. Debussy, “Musique espagnole”, en La Revue
Musicale, 1 de diciembre de 1913; H. Collet, L’Éssor de la musique espagnole au
xx siècle, Paris, 1929; V. Espinós, Arbós. Al hilo del recuerdo, Madrid, Espasa
Calpe, 1942; E. Fernández Arbós, Arbós, ed. J. M. Franco, Madrid, Ediciones
Cid, 1963; E. Franco, “El maestro Arbós, una batuta al servicio de la música
española”, en Cuadernos de Música, 1 (1990); E. Franco, “Fernández Arbós,
Enrique”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la Música
Española e Hispanoamericana, t. I, Madrid, Sociedad General de Autores y
Editores, 1999.
Paulino Capdepón Verdú
A continuación, recordamos aEnrique Fernández Arbós en el día de su nacimiento, con el Trío en
estilo español, en la versión de Patricia Cordero en violín, Eva Esteban en
violonchelo, y Duncan Gifford en piano.
Ema Elena Valdelamar Casarín nació el 27 de mayo de 1925 en
la Ciudad de México; es la segunda de tres hijos del matrimonio entre los
señores Darío Valdelamar y Victoria Casarín. Debido a las circunstancias
laborales de su padre, quien se desempeñaba como contador y auditor de
Ferrocarriles Nacionales, la familia vivió en varios estados de la República tales
como Aguascalientes, Tabasco, San Luis Potosí y Guanajuato, entre otros,
regresando al Distrito Federal cuando Ema Elena tenía 11 años de edad.
A los siete años comienza a crear juegos de palabras,
compone rimas sencillas e inventa cuentos infantiles que narraba a sus
compañeros de escuela, y a los 14 años se emplea como secretaria;
posteriormente concluye sus estudios comerciales y labora como cajera y
contadora.
Cuando cursaba primer grado de secundaria Ema Elena
manifiesta su creatividad componiendo su primera canción: Te olvidé, aunque sus
aptitudes y pasión por el arte le trajeron diferencias con su madre quien no
compartía la idea de que su hija fuera artista o cantante; afortunadamente
contó con el apoyo incondicional de su padre, detalle que agradeció toda su
vida y recordó con mucho cariño.
A sus 17 o 18 años de edad Ema Elena, mujer decidida a
defender su camino y brillar con luz propia, ya tenía el reto de alternar en un
ambiente de hombres ya que en esa época estaban en boga Agustín Lara, Ignacio
Fernández Esperón Tata Nacho, José Sabre Marroquín, Mario Talavera y Federico
Baena, entre otros, e inicia cantando —a principios de la década de los
cuarenta— en programas radiofónicos de la XEB, XEQ y XEW.
Asimismo, vuelca su inspiración en dos memorables canciones
que continúan vigentes en el gusto del público: Devuélveme el corazón y Mil
besos, las cuales triunfan en voces de intérpretes como María Victoria y Los
Bribones, quienes las graban y se hacen acreedores a discos de oro.
Otros éxitos rotundos en su carrera como compositora fueron
Mucho corazón, canción grabada en 1950 por Benny Moré y reconocida
internacionalmente, y Cheque en blanco, tema incluido en más de 500 grabaciones
que se convierte en himno para las mujeres.
Con esa misma devoción y amor por la música crea Vivir sin
ti, Amor sin pasado, Volver a besarte, Por qué no fuiste tú, Dos soledades,
Quién, No te puedo olvidar, Mi amor es aquél y Ya no me importa, entre otras.
La obra de Ema Elena ha sido escuchada en múltiples
escenarios en voz de destacados intérpretes tales como Pedro Vargas, Daniel
Santos, Amalia Mendoza La tariácuri, Los Violines de Villafontana, Julio
Jaramillo, Javier Solís, Viruta y Capulina, Lucha Villa, Chelo Silva, Los
Panchos, Paquita La del barrio, Marco Antonio Muñiz, Daniela Romo, Armando
Manzanero, Aranza, Tania Libertad, Manoella Torres, Lupita D’Alessio, Juan
Gabriel, Luis Miguel, Vicente Fernández, Lola Flores, Sara Montiel y Massiel,
Nilla Pizzi y orquestas de todo el mundo, sólo por mencionar algunos.
Para la maestra Valdelamar era motivo de orgullo que sus
letras Mil besos y Mucho corazón hayan sido grabadas con el “popular y bello
cilindro de nuestros organilleros”. En el ámbito cinematográfico, sus canciones
están presentes en películas como Kid Tabaco, Santitos, Sexo, pudor y lágrimas,
Tívoli, La señorita, Los reyes del mambo y Una movida chueca.
Como consecuencia de su actividad creativa formó parte del
Consejo Directivo de la Sociedad de Autores y Compositores de México
(1995-2012), institución que en 2008 le otorga el reconocimiento Trayectoria
por sus 50 años y Más… como compositora.
Ema Elena Valdelamar Casarín falleció el 23 de diciembre de
2012.
A continuación recordamos a Emma Elena Valdelamar en el día
de su fallecimiento, con uno de sus éxitos: Mil besos.