lunes, 13 de mayo de 2013

Pedro Bonifacio Palacios - Almafuerte



Pedro Bonifacio Palacios nació en San Justo, provincia de Buenos Aires, el 13 de mayo de 1854 y falleció en La Plata, el 28 de febrero de 1917.

Fue maestro, periodista y poeta, conocido por el seudónimo de Almafuerte.

Criado en el seno de una familia muy humilde, perdió a su madre siendo niño y fue abandonado por su padre, por lo que creció a cargo de sus parientes.

Su primera vocación fue la pintura, pero al no obtener la beca para perfeccionarse en Europa, cambió su rumbo y se dedicó a la escritura y la docencia.

Ejerció en escuelas de la Piedad y Balvanera y poco después se trasladó a la campaña y fue maestro en Mercedes, Salto y Chacabuco.

A los 16 años de edad dirig una escuela en Chacabuco, dónde, en 1884, conoc al entonces ex presidente Domingo Faustino Sarmiento.

Tiempo después fue destituido por no poseer un título habilitante para la enseñanza, pero muchos afirman que en realidad fue por sus poemas altamente críticos contra el gobierno.

En los lugares donde ejerció la docencia, también alcanzó notoriedad como periodista polémico y apasionado y poco complaciente con los caudillos locales.


Luego de dejar la enseñanza obtuvo un puesto dentro de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, y más tarde bibliotecario y traductor en la Dirección General de Estadística de dicha provincia.

En 1887, se trasladó a La Plata e ingresó como periodista en el diario "Buenos Aires" y, más tarde, la dirección del diario "El Pueblo".

Su actividad periodística no fue demasiado extensa: sin embargo, desde ese lugar dio una intensa batalla y alentó a los jóvenes de la época, que más tarde participarían del movimiento revolucionario de los 90.

En 1894 retomó su actividad docente en Trenque Lauquen, pero nuevamente fue retirado por cuestiones políticas dos años más tarde.

A comienzos del siglo XX participó un poco de la actividad política, pero a causa de su inestabilidad económica y de sus ideas sobre los cargos políticos y que criticaba duramente a quienes vivían a expensas de los impuestos de la gente, no lo hizo con mucho entusiasmo.


Al final de su vida, el Congreso Nacional le otorgó una pensión vitalicia para que se pudiera dedicar de lleno a su actividad como poeta, pero no pudo gozar de la misma porque falleció a los 62 años.

Almafuerte tuvo cinco hijos adoptivos, lo que marca un gran contraste entre la enorme generosidad que tenía para los demás y la pobreza en la que se vio sumergido casi toda su vida.

En la ciudad de La Plata se encuentra la casa que habitó y donde transcurrieron sus últimos días.


La casa fue declarada Monumento Histórico de la Ciudad, de la Provincia y de la Nación y la gestión del museo está en manos de la comuna platense y en las salas del Museo Almafuerte se exhiben manuscritos, fotografías, dibujos, libros, periódicos, escritos sobre su obra, muebles y otros objetos personales que formaron parte de la vida del poeta.


El visitante puede descubrir la multefacética personalidad de Almafuerte, a partir de los muchos oficios que tuvo y al mismo tiempo, puede conocer el contexto político, social e histórico que le tocó vivir.

Una de las salas permite además, asomarse a su mundo interior, a sus muebles y objetos de uso cotidiano, como los anteojos con armazón de plata que lo acompañaron en sus ultimos años.