Omar Abboud, el Rabino Abraham Skorka y el Papa Francisco |
En Jerusalén, el papa Francisco visitó el museo del Holocausto: "Nunca más Señor, nunca más"
En Tierra Santa, el Sumo Pontífice visitó el monte Herzl; antes rezó frente al Muro de los Lamentos junto al rabino Skorka y el musulmán Abboud; y llamó a "ser agentes de paz y justicia" en la Explanada de las Mezquitas
En otro gesto de su histórico viaje a Tierra Santa, el papa Francisco visitó el museo del Holocausto, donde brindó un conmovedor discurso en homenaje a las víctimas del genocidio nazi. También habló en la Explanada de las Mezquitas ante Mohamad Ahmad Husein, el gran muftí de Jerusalén, máximo líder religioso musulmán. Y rezó frente al Muro de los Lamentos, donde participó de los rituales tradicionales de ese lugar sagrado.
"En este lugar, memorial de la shoá, sentimos resonar la pregunta de Dios. Adán, ¿dónde estás? [...] Pecamos contra ti Señor, tú que reinas eternamente, recuérdanos en tu misericordia. Danos la gracia de avergonzarnos de que lo que como hombres hemos hecho. De avergonzarnos de haber despreciado y destruido nuestra carne. La que tú sacaste del barro y diste tu aliento de vida. Nunca más Señor, nunca más. Adán, ¿dónde estás? Estamos aquí, Señor, con la vergüenza de lo que el hombre, creado a tu imagen y semejanza, fue capaz de hacer. Recuérdanos en tu misericordia", expresó en el memorial de Yad Vashem que conmemora las víctimas del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial.
Poco antes de pronunciar su sentida oración, saludó con calidez a siete supervivientes del genocidio, encendió el 'fuego de la memoria' y rezó ante una corona de flores que le presentaron una nena católica y un nene judío.
Francisco se convirtió en el primer pontífice en visitar y depositar flores ante la tumba del fundador del sionismo y padre de la idea del estado de Israel, Theodor Herzl, en el cementerio nacional de Israel.
La agenda oficial concluirá a las 17 con una misa en el Cenáculo, donde según la tradición cristiana se llevó a cabo la Última Cena de Jesús con los apóstoles, lugar que alberga también la tumba del rey David, considerada sagrada por los judíos.
Más temprano, visitó la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar más sagrado del islam, y que es el centro simbólico del conflicto en Medio Oriente. "El encuentro de hoy es un agradable descanso juntos, que ha sido posible porque vivimos una comunicación y un espacio fraterno que puede darnos fuerzas para afrontar los riesgos comunes que se nos plantean", expresó por la mañana el Papa.
El pontífice llamó a la paz y la justicia y reclamó la figura de Abraham como ejemplo, ya que las tres religiones monoteístas lo reconocen como padre de la fe y ejemplo a imitar "si bien de manera diferente". "En este encuentro sentimos encontrar la llamada a ser agentes de paz y de justicia, a aprender de lo alto de la misericordia, la grandeza, la compasión", agregó.
Luego se dirigió al Muro de los Lamentos, el único vestigio del segundo Templo Judío, destruido por los romanos. Allí, escuchó las instrucciones de los líderes religiosos locales, oró frente al muro y depositó entre las piedras un papel con una plegaria. El sobre contenía el Padre Nuestro en español, según reveló el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
El Papa se abrazó allí con su amigo, el rabino argentino Abraham Skorka y el musulmán Omar Abboud, director del Instituto de Diálogo Interreligioso y dirigente islámico de la comunidad argentina, también presentes durante el encuentro.
Ayer fue el segundo día del Papa en Tierra Santa. Estuvo presente en Belén y en Tel Aviv, desde donde viajó a Jerusalén. El Sumo Pontífice pretende reflotar a través de una iniciativa religiosa el infructuoso diálogo de paz que impulsó Estados Unidos durante el último año.
Antes de dirigirse al Monte Herzl, el papa Francisco visitó el monumento en honor de las víctimas civiles de atentados en Israel.