Clara Wieck Schumann nació en Leipzig, Alemania, el 13 de septiembre de 1819 y murió en Fráncfort del Meno, Alemania, el 20 de mayo de 1896. Pianista y compositora.
Su padre Friedrich Wieck fue un reconocido maestro de piano,
que tenía un negocio de venta de partituras y de pianos, y planeó para Clara
una vida de concertista.
Se preocupó por darle desde niña, una formación
completa, con los mejores maestros disponibles y además de piano estudió canto,
violín, instrumentación, contrapunto y composición, le inculcó a su hija una
férrea disciplina y actuó como su agente promotor para conseguirle
presentaciones en Europa.
A los 11 años Clara Wieck dio su primer recital en la
Gewandhaus de Leipzig, y al año siguiente realizó una gira en París, con
bastante éxito. Ese mismo año, se publicó en Alemania una obra de sus obras:
Cuatro polonesas para piano, y dos años más tarde, en 1833, comenzó la
composición de un concierto para piano, que terminó en 1835 y fue publicado en
1837.
Cuando Clara tenía 11 años, llegó un músico 9 años mayor que
ella a estudiar con Friedrich Wieck. Se trataba de Robert Schumann, quien era
entonces un personaje desconocido con inclinaciones literarias, se iniciaba en
la composición y que quería seguir la carrera de concertista.
Robert se quedó a vivir en casa de su maestro, cosa
frecuente en la época, y entre Robert y Clara se forjó una cálida amistad, a
pesar de la diferencia de edades, y que pronto se transformó en amor.
En 1837 pidieron permiso al padre de Clara para casarse, a
lo que Friedrich Wieck se opuso, argumentando que Robert era un partido
indeseable.
Clara Wieck y Robert Schumann se casaron un día antes de
cumplir ella los 21 años de edad, lo que causó una batalla legal que no hubiese
sucedido de haber esperado ambos un día más.
Debido a una herida en su mano, Robert Schumann, debió dejar
de lado su carrera como pianista, y Clara, desde muy joven, comenzó a tocar en
público las obras de Schumann, quien se dedicó a escribir en un inicio
exclusivamente para piano y conjuntos de cámara pequeños, pero que triunfó como
compositor con su primera sinfonía así como con sus obras de cámara.
Las obras de Robert están llenas de significados
extramusicales, donde Clara aparece constantemente. Compartieron muchas cosas
de su vida y de su música, que era para ambos parte fundamental de su
existencia, y desde el día de su boda llevaron un diario en conjunto. La pareja
cultivó una amistad con Johannes Brahms que se extendió a lo largo de la vida.
Las obras que se conservan de Clara Schumann tienen gran
mérito, compuso para piano solo, canciones para voz y piano, música de cámara,
orquesta y música coral a capella de gran belleza.
La carrera de Clara Schumann se desarrolló en los más altos
niveles profesionales hasta pocos años antes de su muerte.
Realizó alrededor de
cuarenta giras de conciertos por el continente europeo y en todos lados era
recibida con los más altos honores.
Fue una profesional en el sentido económico también: cobraba
dignamente, igual que los otros virtuosos de la época, pues fue por mucho
tiempo el único soporte de la familia.
Clara tuvo una gran fortaleza espiritual que le permitió
soportar una vida dura como artista y llena de tragedias en el ámbito personal,
como la separación de sus padres, la muerte prematura de varios de sus hijos y
el intento de suicidio y la posterior muerte de su esposo.
En algunos momentos de su vida tuvo algunas inseguridades.
Dudaba de su talento como compositora, no se consideraba bella, e incluso como
pianista, después de escuchar a Franz Liszt -quien, por cierto, la admiraba y
la reconocía como gran pianista y compositora- pensaba que, si bien tocaba
mejor que las pianistas de la época, no tenía nada que hacer frente al virtuoso
húngaro.
Clara fue admirada también por personalidades de la época
como Goethe, Felix Mendelssohn, Frederic Chopin y Niccolò Paganini entre muchos otros.
A continuación, el film Clara, con guión y dirección de Helma Sanders-Brahms. Producción de 2008.