Su padre Louis Adam, fue un reconocido pianista, compositor y profesor del Conservatorio de París, lo introdujo en el mundo de la música y la composición.
Adam fue amigo de Héctor Berlioz, quien lo apodó “le faiseur de contredanses”, y fue alumno de François-Adrien Boïeldieu.
Cuando era un niño se mostró reacio al estudio del solfeo, y prefería la improvisación con su propia música. También se mostró reacio al latín o a la gramática.
Ingresó en la orquesta del gymnase con el objetivo de ver de cerca a los cantantes, a los bailarines, a la orquesta, las partituras, así como las reacciones del público.
Comenzó tocando el triángulo, luego fue nombrado como percusionista en los timbales y en 1822, al fallecer el titular, se convirtió en maestro de coro y timbalero titular.
A los 20 años, compuso canciones para vaudeville parisinos, y desplegó la misma estrategia que en el Gymnase: para hacerse conocer, componía gratuitamente para los autores de vaudevilles parisinos.
En 1821 ingresó en el Conservatorio de París, y su trayectoria de éxito comenzó en 1829 con la ópera “Pierre et Catherine”, se destacó entre su producción el ballet “Giselle” de 1841, y la ópera “Si J’étais Roi” de 1852, en el Théâtre-Lyrique.
El editor Pleyel le ofreció tres mil francos por la partitura de “Pierre et Catherine”, asegurando así a un compositor que en los siguientes meses se mostraría fecundo con obras con “Isature”, “Danilowa”, “Henry V” y “Raphaël” fueron aceptadas con éxito por el público.
En 1825 ayudó a su maestro François-Adrien Boïeldieu a preparar su ópera “La Dame blanche”, la cual también transcribió para piano.
Con este dinero, Adam viajó por Alemania, Holanda, Bélgica, y Suiza. En Ginebra, conoció al libretista Eugène Scribe, con quien colaboró en muchas óperas durante los siguientes 30 años. Ejemplo de esta colaboración, es la música para un libreto de Scribe de una ópera en un acto, “La Bateliêre de Brientz”, que se estrenó con gran éxito en 1827.
En el 1830 se estrenó su primer ballet, “La Chatte blanche“ escrito en colaboración con Casmir Gide, y su ópera de tres actos “Danilowa” de 1830, cuyas representaciones se se vieron interrumpidas por la Revolución.
El clima político francés resultaba poco propicio para la actividad teatral por lo que Adam decidió marchar a Inglaterra, en donde representó en el Teatro Francés de Londres y en el Covent Garden.
En 1832 estrenó His first campaign y puso música a la obra maestra de Lady Blessington, The Eolian Harp. En 1833 estrenó en el en el King’s Theatre su primer ballet compuesto en solitario, Faust, con coreografía de André Deshayes.
En 1836 realizó su primer trabajo para la Ópera de Paris, la música del ballet La Fille du Danube, y en octubre de ese año, se estrenó en la Opéra Comique, Le Postillon de Lonjumeau, con libreto de Brunswick y Leuven.
En 1847, con su propio dinero y con préstamos, abrió el Teatro Nacional de París. Pero, a causa de la Revolución, tuvo que ser cerrado al año siguiente. Quedó prácticamente arruinado y tuvo que dedicarse al periodismo para poderse ganarse la vida.
Adam compuso 40 óperas, 14 ballets, cantatas, himnos, misas, coros, piezas para piano, pantomimas, marchas militares y obras teatrales.
Desde 1849 hasta su muerte fue profesor de composición del Conservatorio de París. Su cántico navideño titulado "Cantique de Noël", traducido al inglés como "O Holy Night", es conocido mundialmente.
La obertura de la ópera “Si j’étais roi”, forma parte del repertorio internacional, y es uno de sus cantos navideños, “Minuit chrétiens”, que aún mantiene su vigencia en Francia.
En el “Constitutionnel” del 4 de enero de 1855, Adam escribió: “no tengo más ambición, en mi música de teatro, que hacerla clara, fácil de comprender y divertida para el público. No puedo hacer otra cosa que pequeña música, es un hecho. Me contento entonces con hacer lo que puedo, lo que sé, y espero que el público se canse de mí para dejar de escribir.”
Adam está enterrado en el cementerio de Montmartre, en París.
A continuación, de Adolphe Adam, el ballet en dos actos Giselle, con coreografía de Jules Perrot y Jean Coralli y libreto de Théophile Gautier y Jules-Henri Vernoy, basado en la obra De l'Allemagne de 1835 de Heinrich Heine.