La sinfonía Nº 1 en do menor Op. 68, es una obra que fue compuesta a lo largo de 14 años. Los bocetos datan de 1862, y el estreno fue dirigido por el amigo de Brahms, Felix Otto Dessoff, el 4 de noviembre de 1876 en Karlsruhe, Alemania.
La larga gestación de la obra puede justificarse por dos
razones: Brahms era enormemente auto crítico e inseguro, lo que lo llevó a
destruir muchos de sus primeros trabajos, y por otra parte, entre sus amigos y el público en
general, se generó una gran expectativa sobre si Brahms iba a ser continuador de
la “herencia beethoveniana”, hecho que lo inquietó y de algún modo lo hizo
dudar, sobre si podía estar a la altura, en vista de la monumental reputación de
Beethoven.
En 1877, al director Hans von Bülow, le pareció adecuado llamar
a esta sinfonía, la Décima Sinfonía de Beethoven, debido a las similitudes
percibidas entre la obra y varias composiciones de Beethoven.
Brahms consideraba la utilización del idioma de Beethoven
como un acto de homenaje consciente, y Fritz Simrock, amigo y editor de Brahms, no recibió la
partitura hasta que la obra fue interpretada en tres ciudades, a pesar de que
Brahms todavía quería que se ejecutara la obra en tres ciudades más.
A continuación, de Johannes Brahms, la Sinfonía Nº 1 en Do Menor Op. 68, en la interpretación de la Orquesta Filarmónica de Viena, dirigida por Leonard Bernstein, en octubre de 1981.