Una de las últimas obras de Franz Schubert es Rosamunda D. 797, y fue compuesta en 1823. Se trata de la música escénica para la obra homónima de la escritora Helmina von Chézy, que tan sólo se representó durante dos días.
El fracaso de público, obligó a que se suspendieran las demás funciones programadas, y esta partitura estuvo desaparecida, hasta que fue encontrada en 1861, muchos años después de la muerte del compositor.
A continuación de Franz Schubert, Rosamunda D. 797, en la versión de la mezzosoprano Anne Sofie von Otter y la Orquesta de Cámara de Europa, dirigida por Claudio Abbado.
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MÚSICA INCIDENTAL COMPLETA PARA ROSAMUNDA, PRINCESA DE
CHIPRE, OP. 26, D. 797
La encantadora música de Rosamunda fue compuesta por Franz
Schubert en 1823 para una obra que resultó un completo fracaso. El manuscrito
de la pieza literaria se perdió y la partitura permaneció extraviada hasta que
por fortuna, en 1867, Sir George Grave y Sir Arthur Sullivan lo encontraron en
una vieja casa vienesa. A los vieneses les gustaba la música en el teatro, y
Schubert proporcionó con la partitura de Rosamunda una obertura (que él mismo
resucitó de una temprana ópera, Alfonso y Estrella), tres entreactos que son
casi pequeños poemas orquestales, dos ballets, una serenata instrumental
llamada La melodía del pastor, dos solos vocales y seis partes corales. Cuatro
de estas obras, un aria para voz sola y tres corales han desaparecido. Pero si
se considera lo poco que se valoraba a Schubert durante su breve vida, y el
estado de sus manuscritos en el momento de producirse su muerte, hay que
agradecer, en realidad, que se haya salvado tanta de esta encantadora música
suya.
La obra, Rosamunda, Fürstin von Cypern (Rosamunda, princesa
de Chipre) fue escrita por Wilhelmina Christiane von Chécy (1783 - 1856) en
1823 y estrenada (sólo se ofreció dos noches) en el Theater an der Wien el 2O
de diciembre del mismo año, en una función a beneficio de la joven actriz Emilie
Neumann, quien fue la elegida para interpretar el rol titular en Rosamunda. La
señora von Chécy había llegado a Viena procedente de Berlín para colaborar en
la producción de la ópera Euryanthe de Weber, escribiendo el libreto, no muy
afortunado por cierto. Es muy probable que Weber previniera a Schubert acerca
de las condiciones literarias de esta señora, pero la posibilidad de que alguna
de sus obras fuera presentada en público, unida a la intervención de su amigo
Josef Kuppelweiser (enamorado de la actriz Neumann) lo inclinaron a aceptar.
Su
argumento, que se trascribe a continuación, ha sido reconstruido según noticias
periodísticas de la época.
El rey de Chipre había muerto cuando Rosamunda, su hija,
tenía dos años, y había decretado que se la criara como una pastora hasta que
cumpliera los dieciocho. Se acerca la fecha en la cual su identidad le será
revelada, pero el gobernador de Chipre, el malvado Fulgencio, alberga sombríos
designios con respecto a ella y al trono. Un ciudadano de buenos sentimientos,
Albano, escribe una carta pidiendo ayuda al príncipe Alfonso de Candía, que
había sido prometido como esposo a Rosamunda en la niñez. Llega el príncipe, a
pesar de un naufragio, pero se disfraza para descubrir si Rosamunda es una
consorte apropiada, y entra al servicio de Fulgencio. La hija de Fulgencio es
capturada por los piratas, y luego rescatada. Cuando Fulgencio se ve rechazado
en sus propósitos con Rosamunda, la acusa del rapto y la hace después
encarcelar.
Ella escapa, pero Fulgencio averigua su paradero y envía a Alfonso
a su encuentro, con una carta envenenada, cuyas vaharadas le darán la muerte.
Alfonso, disfrazado, descubre que Rosamunda es su verdadera alma gemela.
Fulgencio, llega, se entera de que por un accidente ha fracasado su trama del
veneno, y envía a Alfonso a que vigile a Rosamunda. Llega otra carta de Albano
a Alfonso, y cuando Fulgencio la ve descubre la verdadera identidad de Alfonso,
y trata de matarlo. Pero mediante una rápida estratagema manual, Alfonso hace
que Fulgencio muera víctima de la misma carta envenenada. Los enamorados se
casan, y ascienden juntos al trono.