Franz Schmidt nació en Pozsony entonces Imperio austrohúngaro, el 22 de diciembre de 1874, y murió en Perchtoldsdorf, Austria, el 11 de febrero de 1939. Compositor, violonchelista, pianista, y docente.
Su madre, fue una pianista consumada, que le dio una base sólida
con las obras de teclado de Johann Sebastian Bach, continuó estudiando teoría
con Felizian Moczik, el organista de la iglesia franciscana en Pressburg, y
posteriormente tomó clases de piano con Theodor Leschetizky. En 1888 la familia
se mudó a Viena, e ingresó en el Conservatorio, donde estudió composición con
Robert Fuchs, violonchelo con Ferdinand Hellmesberger y teoría con Anton
Bruckner.
Luego de ganar un concurso, obtuvo un puesto como
violonchelista en la Orquesta de la Ópera de la Corte de Viena, donde trabajó
hasta 1914. A menudo fue dirigido por Gustav Mahler, que habitualmente le hacía
tocar los solos de violonchelo, sin ser el solista de ese instrumento. También trabajó como músico de cámara, y fue un
destacado pianista. En 1914 se hizo cargo de una cátedra de piano en el Conservatorio de
Viena, que fue renombrado Academia Imperial de Música y Artes Escénicas, en
1925 se convirtió en Director de la Academia, y entre 1927 y 1931 fue su
Rector. Como profesor de piano, violonchelo, contrapunto y composición,
entrenó a numerosos alumnos que más
tarde alcanzaron la fama. Entre ellos los pianistas Friedrich Wührer y Alfred
Rosé, entre los compositores Walter Bricht, Theodor Berger, Marcel Rubin,
Alfred Uhl y Ľudovít Rajter.
Debido a tragedias familiares, experimentó un colapso
espiritual y físico, del que se repuso, logrando un resurgimiento artístico. En
1933 completó su Cuarta Sinfonía, que
inscribió como Réquiem por mi hija, y el oratorio El libro con siete sellos,
sobre un conjunto de pasajes del Libro de Apocalipsis. A comienzos de 1937, por su estado de salud, dejó sus cargos
docentes. En el último año de su vida, después de la anexión de Austria al
Reich alemán, fue agasajado por las autoridades nazis como el mejor compositor
vivo, y le encargaron componer una cantata titulada La resurrección alemana,
que dejó sin terminar. Unos meses antes de su muerte, se dedicó a otros encargos
para el pianista Paul Wittgenstein, que tenía un solo brazo: el Quinteto en la mayor
para piano (mano izquierda), clarinete y trío de cuerdas, y la Toccata en re
menor para piano solo.
Como compositor, tardó en desarrollarse, pero su reputación,
al menos en Austria, experimentó un crecimiento constante desde finales de la
década de 1890 hasta su muerte. Su música continuó con las tradiciones vienesas
clásicas y románticas que heredó de Franz Schubert, Johannes Brahms y su maestro,
Anton Bruckner. Compuso música de cámara, 4 sinfonías y dos óperas: Notre Dame y
Fredigundis.
A continuación, recordamos a Franz Schmidt, con la Sinfonía
Nº 4 en Do Mayor, en la versión de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Frankfurt,
dirigida por Paavo Järvi.