Manuel Antonio Muñoz Borrero nació en Cuenca, Ecuador, el 4
de febrero de 1891, y murió en México, el 5 de octubre de 1976. Diplomático.
Su padre fue diplomático, y mientras ejercía el cargo de
Embajador Plenipotenciario de Ecuador en Colombia, Manuel Antonio estudió en
Bogotá. En 1919 contrajo matrimonio con Carmen Van Arken, y al año siguiente se
graduó de abogado. Desde Bogotá, se integró al servicio exterior de Ecuador,
como tercer secretario. En 1931 fue nombrado Cónsul General de Ecuador en
Estocolmo. En 1935, a causa de controversias políticas, fue cesado como cónsul
diplomático, pero se le permitió continuar como cónsul honorario.
En 1939, varios dirigentes del Congreso Judío Mundial para
el salvamento de judíos en zonas ocupadas por los alemanes, acudieron a el,
para pedir pasaportes que permitieran salvar a varios judíos. En ese entonces, se podían emitir pasaportes propiamente
dichos, y pasaportes promesa que permitían
viajar, con el compromiso del país
de otorgar el pasaporte formal al llegar al territorio.
En 1941 otorgó cerca de 80 de esos pasaportes a judíos polacos, que llegaron a Turquía y los presentaron en la
Embajada de Chile. El embajador notificó como novedad que los pasaportes no
tenían firma o foto, por lo que la Cancillería chilena comunicó ese hecho a la
Cancillería de Ecuador.
El 13 de enero de 1942, la Cancillería ecuatoriana lo
destituyó de su cargo, y le pidió al gobierno sueco que lo investigara. En
Estocolmo, dio testimonio ante la policía, no fue enjuiciado, y continuó
otorgando pasaportes.
Algunos se emitieron en simples hojas, como copia
de pasaporte.
Permaneció en Estocolmo hasta 1961, y después volvió a
Cuenca. En 1966, Carmen Van Arken volvió a contactarlo y reiniciaron su
matrimonio en México, donde falleció, sin revelar a nadie su rol en la Segunda
Guerra Mundial.
En 2011, fue reconocido póstumamente como Justo entre las
Naciones, por el Museo Yad Vashem en Jerusalén, en 2018, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana del Ecuador, lo reconocido como ejemplo de
solidaridad y de esfuerzo en la diplomacia.
El 22 de noviembre de 2017, el Diario EL COMERCIO, en su edición digital, publicó este artículo.
Sobreviviente del nazismo agradece a Ecuador que cónsul salvara a su familia
Un judío sobreviviente del Holocausto agradeció hoy (22 de
noviembre del 2017) personalmente a la canciller ecuatoriana, María Fernanda
Espinosa, el que un cónsul de su país en Suecia permitiera que su familia
escapara de la persecución nazi y de una muerte segura en el campo de
concentración y exterminio de Auschwitz.
Así se lo expresó en un acto de
reconocimiento celebrado hoy en Jerusalén y al que asistió la ministra de
Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador, que se encuentra en Israel
antes de desplazarse el viernes a territorio palestino, en su primera visita
oficial a Oriente Medio.
El
sobreviviente, Jules Samson, tenía
apenas dos años en 1942
cuando las gestiones del entonces cónsul
general de Ecuador en Estocolmo, Antonio Muñoz Borrero, permitieron a sus parientes escapar de las garras
del nazismo, refiere un comunicado oficial emitido por la Cancillería en Quito.
El Museo Memorial de Yad Vashem en Jerusalén, memoria viva de los seis millones
de judíos exterminados en el Holocausto, fue el escenario del acto de homenaje
75 años después, en el que el propio Samson expresó su agradecimiento a
Ecuador, representado por la canciller Espinosa.
Antonio Muñoz Borrero fue el primer ecuatoriano en 2011 en ser reconocido como "Justo entre las naciones", designación que rinde tributo a quienes salvaron a judíos durante la época del nazismo.
En calidad de diplomático Borrero tramitó el pasaporte ecuatoriano número 179, el 27 de enero de 1942, con el que logró salvar cuatro vidas: la del pequeño Jules, la de su hermana y la de sus padres.
"Gracias al doctor Manuel Antonio Muñoz Borrero, nosotros fuimos salvados de ser enviados a Auschwitz y logramos salir del campo de concentración de Bergen-Belsen (Alemania) mucho antes de que sea liberado por los británicos", manifestó el superviviente, que reside en la actualidad en Toronto (Canadá) con su esposa Ariella, también superviviente de del campo de Bergen-Belsen.
Abuelo de seis nietos, Samson precisó que con su heroico acto el diplomático ecuatoriano no solo salvó a los que otorgó los documentos, "sino a sus futuros hijos y nietos también".
La ministra ecuatoriana visitó hoy el Museo Memorial Yad Vashem, donde depositó una ofrenda floral en memoria del embajador Muñoz Borrero y de las víctimas del nazismo, y manifestó el compromiso de Ecuador en la defensa de los derechos humanos y la lucha contra toda forma de discriminación.